Aeneas
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Érase una vez un nini:
Sin oficio ni beneficio
Sólo él se sacaba de quicio
Escribe en burbuja
Y nos descubre su maruja
Gran guerrero del teclado
Con un intelecto amputado
Se cree un gran escritor
Pero no pasa de simple detractor
De día durmiente
De tarde estridente
De noche demente.
Pero siempre con ira ardiente.
Al primer sonido las campanas
El nini abre sus campurrianas
Y a la hora que su progenitora se pone el delantal
El nini ya ha jurado repruebo eterno a Abascal
Aunque camina libre por Elda
La mente del nini aun sigue en su celda
Sus vecinos y conocidos lo ignoran
Pero por su bienestar oran.
Cae la húmeda noche
Y el nini vuelve a ser un fantoche
Él, presto, vuelve a su cueva
Para una ola de histeria nueva
gente de izquierdas, cazadores, voxeros, toreros
Todos blancos de sus odios venideros
Quiere ser el centro del mundo
Pero sólo aspira a vagabundo
El nini nunca trabaja
Pero asegurada tiene su migaja
Siempre huye del deber
Como una cabra de un bereber
Las estrellas del cielo invitar a soñar
Pero el nini nunca quiere claudicar
Desea un mundo a su manera
Pero sigue siendo un cualquiera
Abatido y cansado
Sin fuerzas se ha quedado
Y recuerda que nadie lo ama
Y acto seguido duerme en su cama
Sin oficio ni beneficio
Sólo él se sacaba de quicio
Escribe en burbuja
Y nos descubre su maruja
Gran guerrero del teclado
Con un intelecto amputado
Se cree un gran escritor
Pero no pasa de simple detractor
De día durmiente
De tarde estridente
De noche demente.
Pero siempre con ira ardiente.
Al primer sonido las campanas
El nini abre sus campurrianas
Y a la hora que su progenitora se pone el delantal
El nini ya ha jurado repruebo eterno a Abascal
Aunque camina libre por Elda
La mente del nini aun sigue en su celda
Sus vecinos y conocidos lo ignoran
Pero por su bienestar oran.
Cae la húmeda noche
Y el nini vuelve a ser un fantoche
Él, presto, vuelve a su cueva
Para una ola de histeria nueva
gente de izquierdas, cazadores, voxeros, toreros
Todos blancos de sus odios venideros
Quiere ser el centro del mundo
Pero sólo aspira a vagabundo
El nini nunca trabaja
Pero asegurada tiene su migaja
Siempre huye del deber
Como una cabra de un bereber
Las estrellas del cielo invitar a soñar
Pero el nini nunca quiere claudicar
Desea un mundo a su manera
Pero sigue siendo un cualquiera
Abatido y cansado
Sin fuerzas se ha quedado
Y recuerda que nadie lo ama
Y acto seguido duerme en su cama
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