El bastón del Caduceo
Himbersor
En los anales de la historia económica de España, el año 2023 se erige como un monumento a los beneficios empresariales, donde las cifras alcanzaron un pico sin precedentes. Los márgenes de beneficio promediaron un 12,8% sobre las ventas, marcando un récord histórico
Sin embargo, este logro revela una sombra oscura: la disparidad creciente entre las ganancias corporativas y los salarios de los trabajadores, un testimonio inquietante del egoísmo empresarial y sus ramificaciones en la sociedad.
Mientras las empresas celebraban sus robustos márgenes, los trabajadores observaban cómo sus salarios crecían a un ritmo mucho más lento, inferior a la inflación. En 2022, los salarios pactados en convenios colectivos experimentaron un incremento de apenas un 2,8%, frente a una inflación galopante del 8,5%. La brecha se mantuvo en 2023, con propuestas sindicales de aumentos salariales del 4,5%, insuficientes para mitigar la pérdida de poder adquisitivo.
Esta disparidad ha exacerbado la desigualdad económica en España. El Banco de España documenta que las ganancias empresariales crecieron siete veces más que los salarios en 2022. Este desbalance no solo disminuye el poder adquisitivo de los trabajadores, sino que también amenaza la cohesión social, generando tensiones y frustraciones entre la clase trabajadora.
La reducción del poder adquisitivo tiene repercusiones directas en el consumo, que es un pilar fundamental de la economía. Con menos dinero para gastar, se contribuye menos al dinamismo económico, lo que resultará en una desaceleración a medio plazo. Este ciclo vicioso afectará tanto a consumidores como a empresas.
Sin embargo, este logro revela una sombra oscura: la disparidad creciente entre las ganancias corporativas y los salarios de los trabajadores, un testimonio inquietante del egoísmo empresarial y sus ramificaciones en la sociedad.
Mientras las empresas celebraban sus robustos márgenes, los trabajadores observaban cómo sus salarios crecían a un ritmo mucho más lento, inferior a la inflación. En 2022, los salarios pactados en convenios colectivos experimentaron un incremento de apenas un 2,8%, frente a una inflación galopante del 8,5%. La brecha se mantuvo en 2023, con propuestas sindicales de aumentos salariales del 4,5%, insuficientes para mitigar la pérdida de poder adquisitivo.
Esta disparidad ha exacerbado la desigualdad económica en España. El Banco de España documenta que las ganancias empresariales crecieron siete veces más que los salarios en 2022. Este desbalance no solo disminuye el poder adquisitivo de los trabajadores, sino que también amenaza la cohesión social, generando tensiones y frustraciones entre la clase trabajadora.
La reducción del poder adquisitivo tiene repercusiones directas en el consumo, que es un pilar fundamental de la economía. Con menos dinero para gastar, se contribuye menos al dinamismo económico, lo que resultará en una desaceleración a medio plazo. Este ciclo vicioso afectará tanto a consumidores como a empresas.