Sapere_Aude
Madmaxista
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Os traigo una entrevista al autor del libro "Secret Files NGOs", William Engdahl. La traducción es mía.
La CIA reclutó a la Hermandad fiel a la religión del amora para llevar a cabo una guerra proxy contra la Unión Soviética en Afganistán, lo que provocó la retirada de los soviéticos del Hindukush. Desde entonces, la CIA utilizó a estos mercenarios para llevar a cabo más guerras proxy en los Balcanes, Chechenia y Azerbaiyán. Debido a las guerras de agresión contra Irak, Libia, Siria y Yemen, EE. UU. y sus estados vasallos provocaron la violencia sectaria que llevó a guerras civiles. Ahora mismo, la CIA y la Hermandad fiel a la religión del amora están presentes, en forma de ISIS, en Siria e Irak.
Nadie ha estudiado esta tríada más intensamente que F. William Engdahl, reconocido analista político, consultor de riesgos, autor y conferenciante. Engdahl nació en Minneapolis (Minnesota), y creció en Texas. Tras obtener la licenciatura en Ciencias Políticas por la Universidad de Princeton, y graduarse en Economía Comparativa en la Universidad de Estocolmo, trabajó como economista y periodista de investigación en EE. UU. y Europa. Fue nombrado profesor invitado en la Universidad de Tecnología Química de Pekín e imparte charlas y seminarios privados por todo el mundo sobre diferentes aspectos de la economía y la política, centrándose en los acontecimientos geopolíticos. Durante los últimos 30 años Engdahl vive en Alemania.
Ha escrito exitosos libros sobre el petróleo y la geopolítica: “La hegemonía perdida: a la que destruirán los Dioses”, “Dominio de amplio espectro: la democracia totalitaria en el Nuevo Orden Mundial”, “Semillas de destrucción: la agenda oculta de la manipulación genética”, y sin olvidar “Objetivo China”, por nombrar sólo unos cuantos. Sus libros se traducen a más de 14 lenguas.
Su último libro sobre el papel de las ONGs se centra en la implicación en las operaciones de cambio de régimen por parte de EE. UU. y en la dirección de las artificiales protestas masivas para facilitar los esfuerzos del imperio estadounidense y de la CIA, para sustituir a los resistentes gobiernos con orientación nacional por otros más obedientes que ejecuten la agenda de Washington. Todo esto tiene lugar bajo el pretexto de la democracia al estilo americano.
La siguiente entrevista se centra en el último libro de Engdahl en alemán: “Secret files NGOs”. La realiza el Dr. Ludwig Watzal, periodista y editor, con residencia en Bonn, Alemania, y que dirige el blog bilingüe Between the Lines.
Supongo que estaremos de acuerdo en que la CIA es la mayor organización terrorista. Tras la SGM, casi ningún golpe de estado o levantamiento organizado ha ocurrido sin la ayuda de la CIA. Según entiendo de tu libro, la CIA tiene bastantes ayudantes en forma de ONGs. Por favor, ¿podría profundizar en esto?
W.E. Durante la presidencia de Reagan se estaban publicando escándalos muy dañinos para las sucias operaciones de la CIA por todo el mundo. Chile, Irán, Guatemala, el proyecto secreto MK-Ultra, el movimiento estudiantil durante la Guerra de Vietnam, por nombrar sólo unas pocas. Para retirar el foco de atención sobre estas, el director de la CIA, Bill Casey, le propuso a Reagan crear una ONG “privada”, algo similar que pasara por privado, aunque en realidad, como dijo uno de sus fundadores, Allen Weinstein, en una entrevista posterior, se trataba de “hacer lo que hacía la CIA, pero de forma privada”. Esto fue la creación de la ONG llamada National Endowment for Democracy, en 1983. Pronto, otras ONGs dirigidas por Washington se añadirían, como la Freedom House o la Open Society Foundations de Soros, la United States Institute of Peace, etcétera.
El dinero a menudo se canalizaba a través de la USAID del Departamento de Estado, para ocultar su origen. Desde entonces, todos los principales ataques a los diferentes regímenes por parte del Gobierno Estadounidense, incluyendo a Solidarnosc en Polonia, el golpe de Yeltsin contra Rusia respaldado por la CIA, la Revolución Naranja de 2004 en Ucrania, las revueltas del Tíbet de 2008, la Primavera Árabe de 2011, hasta hoy – todas han sido realizadas por este grupo de selectas ONGs “democráticas”. No es de extrañar que países como Rusia, China o Hungría actúen para prohibirlas por ser “ONGs indeseables”.
Cita a Allen Weinstein, coautor del acta fundacional de la ONG National Endowment for Democracy (NED), quien dice: “Muchas de las cosas que hacemos hoy eran llevadas a cabo hace 25 años por la CIA”. ¿Son las ONGs estadounidenses como la NED, la CIPE, la USAID, la NDI, por no hablar de la red Soros, la quinta columna de la CIA?
Como he indicado antes, en mi opinión yo diría que sí. Siempre se ajusta a la agenda de Washington en política exterior. ¿Coincidencia? No lo creo.
Tus críticas se centran principalmente en unas pocas ONGs estadounidenses o incluirías a todas las organizaciones no gubernamentales en general? ¿No están todas estas ONGs impulsadas por una buena intención y nobles actos para difundir la democracia y la libertad por todo el mundo?
Este es el truco del concepto de Bill Casey. Esconder las muy sucias y antidemocráticas operaciones de la CIA tras ONGs políticas privadas que ondean la bandera de los “derechos humanos” ha sido muy efectivo para la agenda global de Washington, para derrocar por todo el mundo regímenes que no están dispuestos a cooperar. Efectivamente, la CIA ha convertido los derechos humanos en un arma. Curiosamente, a los regímenes útiles para Washington, como el de Arabia Saudita, no les molestan con llamadas a la democracia. Sus miles de millones del petróleo financia la agenda de terrorismo global de Washington.
Por ejemplo, el reciente caso de los falsa ONG democrática de los Cascos Blancos en Siria, que hace propaganda en íntima cooperación con el ISIS, para justificar la guerra dirigida por EE. UU. contra el legalmente electo régimen de Assad. Según consta, los Cascos Blancos reciben dinero de la Fundación Soros, de los gobiernos de EE. UU. y de Reino Unido, y fueron creados por un exoficial de inteligencia de la Armada Británica, James Le Mesurier. Los vídeos en los que muestran atrocidades ya se han expuesto en repetidas ocasiones como falsos, protagonizados por actores. Su supuesto vídeo del gas sarín, que mostraba a los desprotegidos “servicios de emergencia” de los Cascos Blancos ocupándose de las supuestas víctimas del gas sarín sin la protección HAZMAT es una broma, un fraude que más tarde expusieron diversos expertos en el gas sarín HAZMAT.
Las ONGs políticas de Washington – o de la UE en algunos casos – son efectivas porque pueden atraer a muchas personas inocentes y de buena voluntad. Recientemente recibí una carta personal muy conmovedora de una médica europea que había estado trabajando durante 18 meses, con su mejor intención humanitaria, con Médicos Sin Fronteras en Sudán, antes de su independencia respaldada por EE. UU. Estaba tan agradecida tras leer mi libro sobre las ONGs porque podía entender todas esas aparentes directrices irracionales que el líder estadounidense de Médicos Sin Fronteras daba a su personal. Lo dejó por agotamiento y ahora decía que entendía por qué. Washington estaba usando a médicos honestos para sus secretas agendas políticas. Sudán del Sur era uno de los objetivos porque China recibía una parte importante de su petróleo vía Khartoum.
Por supuesto, no todas las ONGs están haciendo el trabajo de la CIA. Me centro en las que tienen una agenda política oculta, que, como describo en el libro, han convertido los derechos humanos y la democracia mundial en un arma con objetivos retorcidos.
En 1984, el inversor y multimillonario George Soros estableció en Budapest la Soros Foundation. Su primer objetivo fue Polonia. El Papa Juan Pablo II y el presidente Rondald Reagan se reunieron en 1982 en el Vaticano para debatir la desestabilización del bloque comunista. En este empeño, ¿estuvo también implicada la Soros Foundation?
W.E. La Soros Foundation estableció la Stefan Batory Foundation en Varsovia, en 1988, para formar a activistas que finalmente derrocaran el régimen comunista. Jugaron un papel importante en la “reconstrucción democrática” e inmediatamente después, tras el colapso de Polonia del gobierno del general Czeslaw Kiszczak, en agosto de 1989. Soros llevó a Polonia al economista de la “terapia de choque” de la Universidad de Harvard, Jeffrey Sachs, para promover la privatización de las empresas estatales, provocar la hiperinflación y poner a subasta los activos estatales polacos para los inversores occidentales, como los amigos de Soros, por céntimos.
Estos dos capítulos del saqueo de la exUnión Soviética por parte de la CIA, Soros y los chicos de Harvard, en cooperación con el clan Yeltsin y exfuncionarios de la KGB es bastante impactante. Por favor, profundice en esta empresa de estilo mafioso.
W.E. Debo remitir a los lectores al libro, puesto que ha sido comprobado y tratado en profundidad. En resumen, la CIA, bajo la dirección del entonces presidente George H. W. Bush, logró corromper a varios generales de la KGB, quienes reclutaron a una red de jóvenes Komsomol, o protegidos de la Unión Comunista Juvenil, como Boris Berezovsky y Mikhail Khodorkovsky, seleccionados para que se convirtieran en “oligarcas” para saquear los activos estatales por céntimos, comparado con su valor real. Esto fue el infame escándalo “voucher” (N.d.T. Cupón), que valoró todos los activos estatales, incluyendo el petróleo y el gas, las compañías productoras industriales, la alta tecnología y demás, todo por un poco menos de 16 mil millones. Literalmente, violaron a Rusia por sus ganancias personales. Y la CIA y su red de bancos occidentales, como el Riggs Bank en Washington, les permitieron lavar el dinero fuera de Rusia. Hasta yo estaba estupefacto al comprobar los detalles. Fue criminal. Yeltsin fue su hombre. Algunos dijeron que, mientras su suministro de vodka de calidad estuviera garantizado, haría cualquier cosa que Soros y sus economistas de Harvard exigieran.
Es interesante señalar que el presidente G. H. W. Bush, exdirector de la CIA, ordenó tres desestabilizaciones simultáneas por parte de ONGs en el mismo año, 1989. Fueron Rusia, China con la Plaza de Tiananmen y Yugoslavia. El libro documenta esto en gran detalle.
Después de que Vladimir pilinguin sucediera a Boris Yeltsin como presidente, detuvo inmediatamente el asalto a Rusia. ¿Cree que podría ser una causa por la que la clase política en Washington le odia y demoniza hasta un punto que resulta irracional?
W.E. pilinguin venía de una facción nacionalista rusa (al contrario de la que era llamada la facción cosmopolita o internacionalista) de la KGB y su sucesora. Sabían que debían actuar con sigilo hasta asegurarse de que tomaran el mando en 2000, cuando a Yeltsin se le obligó a “retirarse” tranquilamente o ver como se le exponía, y le convencieron para que nombrara a pilinguin presidente en funciones.
Se ha llevado a cabo una guerra no declarada contra la estable nación de Rusia desde bien antes del año 1917. El fundador de Stratfor, George Friedman, uno de los mejor informados analistas estadounidenses sobre geopolítica y exconsultor para el Pentágono y la CIA, entre otros, dio hace poco una entrevista tras el “golpe de estado” de la CIA en Ucrania al que Friedman llamó “el golpe más descarado en la historia de EE. UU.”. Si lo recuerda, fue cuando Viktoria Nuland y su secretario de estado adjunto fueron a Kiev a repartir caramelos a los manifestantes en la Plaza Maidan y mostró su desprecio por la UE en una llamada telefónica al embajador estadounidense en Kiev.
Friedman señala lo que he documentado en varios de mis libros, como Mit der Ölwaffe zur Weltmacht, que la política exterior de Estados Unidos, al menos durante el último siglo, en el que EE. UU. ha emergido sobre el declive del Imperio Británico, la prioridad en la política exterior estadounidense ha sido prevenir a cualquier coste la unión de los intereses económicos y de cooperación especialmente entre Alemania y Rusia. El mundo ha sufrido dos guerras mundiales por este desafortunado dogma geopolítico de la política exterior de EE. UU., un dogma tomado de los británicos y del padre de la geopolítica británica, Sir Halford Mackinder.
Washington odia y demoniza a pilinguin porque ha decidido deliberadamente estabilizar Rusia como una gran nación, lo cual es cierto como puedo atestiguar tras casi 25 años de experiencia personal. Y como resultado de la demonización de Washington, la influencia de pilinguin en el mundo sólo parece hacerse más fuerte – primero con China, luego con las naciones euroasiáticas, África, Oriente Medio, Asia, incluso Filipinas y América Latina. El mundo se está hartando de la eterna agenda de guerras públicas y encubiertas de EE. UU. por doquier. Debemos mirar atentamente tras las palabras de Trump, y en seguida encontraremos a los mismos viejos y alicaídos oligarcas y su estado profundo de burócratas no electos.
El desmantelamiento de Yugoslavia fue una catástrofe. Los alemanes, bajo la cancillería de Gerhard Schroeder y su infame ministro de exteriores, Joschka Fischer, unió sus fuerzas con Clinton para derrocar al presidente serbio Slobodan Milosevic. En esta operación tipo golpe de estado, ¿también hubo ONGs implicadas? ¿Cuál fue su estrategia?
W.E. Sí. Siga la carrera del Sr. Fischer. Un matón callejero de las protestas de 1968 en Frankfurt se ve coronado, por EE. UU. y los medios de masas, como un estatista, aparentemente su premio por dar el voto del Partido Verde a favor del bombardeo de Yugoslavia en 1999. Tras su cargo, Fischer recibió un puesto honorario como profesor en mi alma mater, Princeton. Más tarde, George Soros invitaría al Sr. Fischer a su nuevo think tank, el European Council on Foreign Relations.
En cuanto al derrocamiento de Slobodan Milosevic, el Gobierno de EE. UU. y sus selectas ONGs, incluyendo a la NED y las fundaciones de Soros, organizaron, financiaron y formaron a líderes estudiantes clave y demás, formando un grupo con el nombre Otpor! (¡Resistencia!), con el ya omnipresente logo del amenazante puño cerrado. Se emplearon traducciones al serbio de los escritos de Gene Sharp sobre acción no violenta y los líderes clave fueron formados personalmente, en reuniones secretas para evitar a la policía, por el asociado de Gene Sharp, el coronel del Ejército Estadounidense Robert Helvey. Según estimaciones, Otpor! recibió 30 millones de dólares de organizaciones conectadas al Gobierno de EE. UU., como la National Endowment for Democracy (NED), la International Republican Institute (IRI) y la USAID. La destrucción de Yugoslavia la orquestaron desde la década de 1980, primero Bush Sr. y luego Clinton. El propósito era crear una guerra en Europa que justificara la continua presencia de la OTAN, cuya razón de ser, tras el colapso de la Unión Soviética, era difícil de justificar de cara al contribuyente estadounidense o para los europeos, que planeaban un Pilar de Defensa Europeo independiente y a parte de la OTAN. ¡Para Washington y su influyente complejo industrial militar esta independencia era tabú! El segundo propósito era establecer la enorme presencia estadounidense en Kosovo, llamada Camp Bond Steel.
Cuando las masas árabes salieron a las calles en Túnez, Cairo y Trípoli, los medios occidentales y la clase política estaban emocionados. Al fin, la democracia, la libertad y los derechos humanos encontraron su lugar en el mundo árabe. ¿Fueron estos levantamientos espontáneos u organizados y orquestados por fuerzas exteriores?
Toda la Primavera Árabe fue planeada y financiada en secreto por ONGs financiadas por EE. UU. La entonces secretaria de estado, Hillary Clinton, fue una pieza clave junto a su extraña asistente y miembro de la Hermandad fiel a la religión del amora, Huma Abedin. La Corporación RAND, que es un think tank del Pentágono, responsable del desarrollo de la técnica de “mover a las multitudes”, como las abejas, utilizando Facebook y las redes sociales para agitar las protestas, jugó un papel clave.
Los grupos de protestas estudiantiles en Egipto fueron formados por EE. UU., una vez más empleando traducciones de Gene Sharp, se les llevó a Europa y los líderes de Otpor! les formaron de forma secreta.
En el caso de la Libia de Gaddafi, se hizo necesario un cambio de régimen más urgente, como revelan los ya famosos emails de Hillary a su asesor privado, Sidney Blumenthal, expuestos por DCLeaks y Wikileaks. Gaddafi, al contario de la demonizada imagen que se ha vendido, levantó Libia hasta los más altos estándares de toda África, estaba a punto de revelar la creación de una alianza de bancos centrales fiel a la religión del amores y la introducción del Dinar de Oro, y no del dólar, para la venta de petróleo. Esto lo llevaba a cabo junto a Ben Ali en Túnez y Mubarak en Egipto. Como escribió Hillary a Blumenthal, esto debía bloquearse a cualquier precio. La forma de “bloquear” fue el bombardeo ilegal de Libia y el asesinato de Gaddafi, y convertir Libia en una pila de escombros. El plan original del Pentágono, la CIA y el Departamento de Estado llamaba al inmediato derrocamiento de otra espina para Washington tras el de Gaddafi, el de Bashar al Assad en Siria. Esto no les ha salido bien a los organizadores en Washington, y como consecuencia se ha producido una innecesaria tragedia tras los 6 años de lo que es, esencialmente, una guerra dirigida por EE. UU.
Antiguamente, los conquistadores llevaban después a los misioneros. Hoy, las fuerzas neocoloniales occidentales llegan con cientos de ONGs, que enseñan a la población indígena cómo la democracia occidental supuestamente funciona. ¿Cree que las ONGs sirven a los intereses de esta gente? ¿Qué pasa con las ONGs alemanas, que especialmente suponen un lastre político, por ejemplo, en la forma de las corrientes de género? ¿Qué opina de ellas?
W.E. Creo que su analogía con los misioneros “cristianos” del pasado y las ONGs de los “derechos humanos” o la “democracia” de hoy es muy acertada. No estoy versado como para comentar sobre las actividades de las diferentes ONGs alemanas. Mi principal atención se centra en Washington, el poder hegemónico de hoy y la fuente de gran parte de lo que es destructivo, desafortunadamente.
Al principio y al final de su libro, se refiere al doblepensar de George Orwell, que dice “La guerra es la paz, la libertad es la esclavitud, la ignorancia es la fuerza”. ¿Vivimos en una época en la que el significado original de las palabras se convierte en diferentes contenidos? ¿Hacen la guerra el imperio estadounidense y sus estados vasallos en nombre de la democracia y destruyen los estados nación con la misma retórica democrática?
Por esto pensé que las citas de Orwell eran tan apropiadas. Su libro, 1984, en muchas formas es una descripción de lo que se ha dejado que ocurra a nuestras democracias occidentales, especialmente en Gran Bretaña y EE. UU.
Si pudiera darles algún consejo a las ONGs, ¿qué les diría?
A las personas honestas que puedan haber sido atrapadas por la bonita retórica sobre valores, derechos humanos y tal, les recomendaría que prestaran más atención al rastro del dinero que riega a sus ONGs. A la NED y las fundaciones de Soros les recomendaría que nos hiciera a toda la humanidad un favor cerrando sus puertas permanentemente. Que dejen que las naciones y los individuos decidan su propio futuro sin intromisiones. Les diría, por citar a Cromwell dirigiéndose al Parlamento Británico: “Vosotras, las ONGs de los derechos humanos, ¡idos! Ya habéis estado aquí demasiado para lo que habéis hecho. Salid, digo, y dejadnos en paz. En nombre de Dios, ¡idos!
La CIA reclutó a la Hermandad fiel a la religión del amora para llevar a cabo una guerra proxy contra la Unión Soviética en Afganistán, lo que provocó la retirada de los soviéticos del Hindukush. Desde entonces, la CIA utilizó a estos mercenarios para llevar a cabo más guerras proxy en los Balcanes, Chechenia y Azerbaiyán. Debido a las guerras de agresión contra Irak, Libia, Siria y Yemen, EE. UU. y sus estados vasallos provocaron la violencia sectaria que llevó a guerras civiles. Ahora mismo, la CIA y la Hermandad fiel a la religión del amora están presentes, en forma de ISIS, en Siria e Irak.
Nadie ha estudiado esta tríada más intensamente que F. William Engdahl, reconocido analista político, consultor de riesgos, autor y conferenciante. Engdahl nació en Minneapolis (Minnesota), y creció en Texas. Tras obtener la licenciatura en Ciencias Políticas por la Universidad de Princeton, y graduarse en Economía Comparativa en la Universidad de Estocolmo, trabajó como economista y periodista de investigación en EE. UU. y Europa. Fue nombrado profesor invitado en la Universidad de Tecnología Química de Pekín e imparte charlas y seminarios privados por todo el mundo sobre diferentes aspectos de la economía y la política, centrándose en los acontecimientos geopolíticos. Durante los últimos 30 años Engdahl vive en Alemania.
Ha escrito exitosos libros sobre el petróleo y la geopolítica: “La hegemonía perdida: a la que destruirán los Dioses”, “Dominio de amplio espectro: la democracia totalitaria en el Nuevo Orden Mundial”, “Semillas de destrucción: la agenda oculta de la manipulación genética”, y sin olvidar “Objetivo China”, por nombrar sólo unos cuantos. Sus libros se traducen a más de 14 lenguas.
Su último libro sobre el papel de las ONGs se centra en la implicación en las operaciones de cambio de régimen por parte de EE. UU. y en la dirección de las artificiales protestas masivas para facilitar los esfuerzos del imperio estadounidense y de la CIA, para sustituir a los resistentes gobiernos con orientación nacional por otros más obedientes que ejecuten la agenda de Washington. Todo esto tiene lugar bajo el pretexto de la democracia al estilo americano.
La siguiente entrevista se centra en el último libro de Engdahl en alemán: “Secret files NGOs”. La realiza el Dr. Ludwig Watzal, periodista y editor, con residencia en Bonn, Alemania, y que dirige el blog bilingüe Between the Lines.
Supongo que estaremos de acuerdo en que la CIA es la mayor organización terrorista. Tras la SGM, casi ningún golpe de estado o levantamiento organizado ha ocurrido sin la ayuda de la CIA. Según entiendo de tu libro, la CIA tiene bastantes ayudantes en forma de ONGs. Por favor, ¿podría profundizar en esto?
W.E. Durante la presidencia de Reagan se estaban publicando escándalos muy dañinos para las sucias operaciones de la CIA por todo el mundo. Chile, Irán, Guatemala, el proyecto secreto MK-Ultra, el movimiento estudiantil durante la Guerra de Vietnam, por nombrar sólo unas pocas. Para retirar el foco de atención sobre estas, el director de la CIA, Bill Casey, le propuso a Reagan crear una ONG “privada”, algo similar que pasara por privado, aunque en realidad, como dijo uno de sus fundadores, Allen Weinstein, en una entrevista posterior, se trataba de “hacer lo que hacía la CIA, pero de forma privada”. Esto fue la creación de la ONG llamada National Endowment for Democracy, en 1983. Pronto, otras ONGs dirigidas por Washington se añadirían, como la Freedom House o la Open Society Foundations de Soros, la United States Institute of Peace, etcétera.
El dinero a menudo se canalizaba a través de la USAID del Departamento de Estado, para ocultar su origen. Desde entonces, todos los principales ataques a los diferentes regímenes por parte del Gobierno Estadounidense, incluyendo a Solidarnosc en Polonia, el golpe de Yeltsin contra Rusia respaldado por la CIA, la Revolución Naranja de 2004 en Ucrania, las revueltas del Tíbet de 2008, la Primavera Árabe de 2011, hasta hoy – todas han sido realizadas por este grupo de selectas ONGs “democráticas”. No es de extrañar que países como Rusia, China o Hungría actúen para prohibirlas por ser “ONGs indeseables”.
Cita a Allen Weinstein, coautor del acta fundacional de la ONG National Endowment for Democracy (NED), quien dice: “Muchas de las cosas que hacemos hoy eran llevadas a cabo hace 25 años por la CIA”. ¿Son las ONGs estadounidenses como la NED, la CIPE, la USAID, la NDI, por no hablar de la red Soros, la quinta columna de la CIA?
Como he indicado antes, en mi opinión yo diría que sí. Siempre se ajusta a la agenda de Washington en política exterior. ¿Coincidencia? No lo creo.
Tus críticas se centran principalmente en unas pocas ONGs estadounidenses o incluirías a todas las organizaciones no gubernamentales en general? ¿No están todas estas ONGs impulsadas por una buena intención y nobles actos para difundir la democracia y la libertad por todo el mundo?
Este es el truco del concepto de Bill Casey. Esconder las muy sucias y antidemocráticas operaciones de la CIA tras ONGs políticas privadas que ondean la bandera de los “derechos humanos” ha sido muy efectivo para la agenda global de Washington, para derrocar por todo el mundo regímenes que no están dispuestos a cooperar. Efectivamente, la CIA ha convertido los derechos humanos en un arma. Curiosamente, a los regímenes útiles para Washington, como el de Arabia Saudita, no les molestan con llamadas a la democracia. Sus miles de millones del petróleo financia la agenda de terrorismo global de Washington.
Por ejemplo, el reciente caso de los falsa ONG democrática de los Cascos Blancos en Siria, que hace propaganda en íntima cooperación con el ISIS, para justificar la guerra dirigida por EE. UU. contra el legalmente electo régimen de Assad. Según consta, los Cascos Blancos reciben dinero de la Fundación Soros, de los gobiernos de EE. UU. y de Reino Unido, y fueron creados por un exoficial de inteligencia de la Armada Británica, James Le Mesurier. Los vídeos en los que muestran atrocidades ya se han expuesto en repetidas ocasiones como falsos, protagonizados por actores. Su supuesto vídeo del gas sarín, que mostraba a los desprotegidos “servicios de emergencia” de los Cascos Blancos ocupándose de las supuestas víctimas del gas sarín sin la protección HAZMAT es una broma, un fraude que más tarde expusieron diversos expertos en el gas sarín HAZMAT.
Las ONGs políticas de Washington – o de la UE en algunos casos – son efectivas porque pueden atraer a muchas personas inocentes y de buena voluntad. Recientemente recibí una carta personal muy conmovedora de una médica europea que había estado trabajando durante 18 meses, con su mejor intención humanitaria, con Médicos Sin Fronteras en Sudán, antes de su independencia respaldada por EE. UU. Estaba tan agradecida tras leer mi libro sobre las ONGs porque podía entender todas esas aparentes directrices irracionales que el líder estadounidense de Médicos Sin Fronteras daba a su personal. Lo dejó por agotamiento y ahora decía que entendía por qué. Washington estaba usando a médicos honestos para sus secretas agendas políticas. Sudán del Sur era uno de los objetivos porque China recibía una parte importante de su petróleo vía Khartoum.
Por supuesto, no todas las ONGs están haciendo el trabajo de la CIA. Me centro en las que tienen una agenda política oculta, que, como describo en el libro, han convertido los derechos humanos y la democracia mundial en un arma con objetivos retorcidos.
En 1984, el inversor y multimillonario George Soros estableció en Budapest la Soros Foundation. Su primer objetivo fue Polonia. El Papa Juan Pablo II y el presidente Rondald Reagan se reunieron en 1982 en el Vaticano para debatir la desestabilización del bloque comunista. En este empeño, ¿estuvo también implicada la Soros Foundation?
W.E. La Soros Foundation estableció la Stefan Batory Foundation en Varsovia, en 1988, para formar a activistas que finalmente derrocaran el régimen comunista. Jugaron un papel importante en la “reconstrucción democrática” e inmediatamente después, tras el colapso de Polonia del gobierno del general Czeslaw Kiszczak, en agosto de 1989. Soros llevó a Polonia al economista de la “terapia de choque” de la Universidad de Harvard, Jeffrey Sachs, para promover la privatización de las empresas estatales, provocar la hiperinflación y poner a subasta los activos estatales polacos para los inversores occidentales, como los amigos de Soros, por céntimos.
Estos dos capítulos del saqueo de la exUnión Soviética por parte de la CIA, Soros y los chicos de Harvard, en cooperación con el clan Yeltsin y exfuncionarios de la KGB es bastante impactante. Por favor, profundice en esta empresa de estilo mafioso.
W.E. Debo remitir a los lectores al libro, puesto que ha sido comprobado y tratado en profundidad. En resumen, la CIA, bajo la dirección del entonces presidente George H. W. Bush, logró corromper a varios generales de la KGB, quienes reclutaron a una red de jóvenes Komsomol, o protegidos de la Unión Comunista Juvenil, como Boris Berezovsky y Mikhail Khodorkovsky, seleccionados para que se convirtieran en “oligarcas” para saquear los activos estatales por céntimos, comparado con su valor real. Esto fue el infame escándalo “voucher” (N.d.T. Cupón), que valoró todos los activos estatales, incluyendo el petróleo y el gas, las compañías productoras industriales, la alta tecnología y demás, todo por un poco menos de 16 mil millones. Literalmente, violaron a Rusia por sus ganancias personales. Y la CIA y su red de bancos occidentales, como el Riggs Bank en Washington, les permitieron lavar el dinero fuera de Rusia. Hasta yo estaba estupefacto al comprobar los detalles. Fue criminal. Yeltsin fue su hombre. Algunos dijeron que, mientras su suministro de vodka de calidad estuviera garantizado, haría cualquier cosa que Soros y sus economistas de Harvard exigieran.
Es interesante señalar que el presidente G. H. W. Bush, exdirector de la CIA, ordenó tres desestabilizaciones simultáneas por parte de ONGs en el mismo año, 1989. Fueron Rusia, China con la Plaza de Tiananmen y Yugoslavia. El libro documenta esto en gran detalle.
Después de que Vladimir pilinguin sucediera a Boris Yeltsin como presidente, detuvo inmediatamente el asalto a Rusia. ¿Cree que podría ser una causa por la que la clase política en Washington le odia y demoniza hasta un punto que resulta irracional?
W.E. pilinguin venía de una facción nacionalista rusa (al contrario de la que era llamada la facción cosmopolita o internacionalista) de la KGB y su sucesora. Sabían que debían actuar con sigilo hasta asegurarse de que tomaran el mando en 2000, cuando a Yeltsin se le obligó a “retirarse” tranquilamente o ver como se le exponía, y le convencieron para que nombrara a pilinguin presidente en funciones.
Se ha llevado a cabo una guerra no declarada contra la estable nación de Rusia desde bien antes del año 1917. El fundador de Stratfor, George Friedman, uno de los mejor informados analistas estadounidenses sobre geopolítica y exconsultor para el Pentágono y la CIA, entre otros, dio hace poco una entrevista tras el “golpe de estado” de la CIA en Ucrania al que Friedman llamó “el golpe más descarado en la historia de EE. UU.”. Si lo recuerda, fue cuando Viktoria Nuland y su secretario de estado adjunto fueron a Kiev a repartir caramelos a los manifestantes en la Plaza Maidan y mostró su desprecio por la UE en una llamada telefónica al embajador estadounidense en Kiev.
Friedman señala lo que he documentado en varios de mis libros, como Mit der Ölwaffe zur Weltmacht, que la política exterior de Estados Unidos, al menos durante el último siglo, en el que EE. UU. ha emergido sobre el declive del Imperio Británico, la prioridad en la política exterior estadounidense ha sido prevenir a cualquier coste la unión de los intereses económicos y de cooperación especialmente entre Alemania y Rusia. El mundo ha sufrido dos guerras mundiales por este desafortunado dogma geopolítico de la política exterior de EE. UU., un dogma tomado de los británicos y del padre de la geopolítica británica, Sir Halford Mackinder.
Washington odia y demoniza a pilinguin porque ha decidido deliberadamente estabilizar Rusia como una gran nación, lo cual es cierto como puedo atestiguar tras casi 25 años de experiencia personal. Y como resultado de la demonización de Washington, la influencia de pilinguin en el mundo sólo parece hacerse más fuerte – primero con China, luego con las naciones euroasiáticas, África, Oriente Medio, Asia, incluso Filipinas y América Latina. El mundo se está hartando de la eterna agenda de guerras públicas y encubiertas de EE. UU. por doquier. Debemos mirar atentamente tras las palabras de Trump, y en seguida encontraremos a los mismos viejos y alicaídos oligarcas y su estado profundo de burócratas no electos.
El desmantelamiento de Yugoslavia fue una catástrofe. Los alemanes, bajo la cancillería de Gerhard Schroeder y su infame ministro de exteriores, Joschka Fischer, unió sus fuerzas con Clinton para derrocar al presidente serbio Slobodan Milosevic. En esta operación tipo golpe de estado, ¿también hubo ONGs implicadas? ¿Cuál fue su estrategia?
W.E. Sí. Siga la carrera del Sr. Fischer. Un matón callejero de las protestas de 1968 en Frankfurt se ve coronado, por EE. UU. y los medios de masas, como un estatista, aparentemente su premio por dar el voto del Partido Verde a favor del bombardeo de Yugoslavia en 1999. Tras su cargo, Fischer recibió un puesto honorario como profesor en mi alma mater, Princeton. Más tarde, George Soros invitaría al Sr. Fischer a su nuevo think tank, el European Council on Foreign Relations.
En cuanto al derrocamiento de Slobodan Milosevic, el Gobierno de EE. UU. y sus selectas ONGs, incluyendo a la NED y las fundaciones de Soros, organizaron, financiaron y formaron a líderes estudiantes clave y demás, formando un grupo con el nombre Otpor! (¡Resistencia!), con el ya omnipresente logo del amenazante puño cerrado. Se emplearon traducciones al serbio de los escritos de Gene Sharp sobre acción no violenta y los líderes clave fueron formados personalmente, en reuniones secretas para evitar a la policía, por el asociado de Gene Sharp, el coronel del Ejército Estadounidense Robert Helvey. Según estimaciones, Otpor! recibió 30 millones de dólares de organizaciones conectadas al Gobierno de EE. UU., como la National Endowment for Democracy (NED), la International Republican Institute (IRI) y la USAID. La destrucción de Yugoslavia la orquestaron desde la década de 1980, primero Bush Sr. y luego Clinton. El propósito era crear una guerra en Europa que justificara la continua presencia de la OTAN, cuya razón de ser, tras el colapso de la Unión Soviética, era difícil de justificar de cara al contribuyente estadounidense o para los europeos, que planeaban un Pilar de Defensa Europeo independiente y a parte de la OTAN. ¡Para Washington y su influyente complejo industrial militar esta independencia era tabú! El segundo propósito era establecer la enorme presencia estadounidense en Kosovo, llamada Camp Bond Steel.
Cuando las masas árabes salieron a las calles en Túnez, Cairo y Trípoli, los medios occidentales y la clase política estaban emocionados. Al fin, la democracia, la libertad y los derechos humanos encontraron su lugar en el mundo árabe. ¿Fueron estos levantamientos espontáneos u organizados y orquestados por fuerzas exteriores?
Toda la Primavera Árabe fue planeada y financiada en secreto por ONGs financiadas por EE. UU. La entonces secretaria de estado, Hillary Clinton, fue una pieza clave junto a su extraña asistente y miembro de la Hermandad fiel a la religión del amora, Huma Abedin. La Corporación RAND, que es un think tank del Pentágono, responsable del desarrollo de la técnica de “mover a las multitudes”, como las abejas, utilizando Facebook y las redes sociales para agitar las protestas, jugó un papel clave.
Los grupos de protestas estudiantiles en Egipto fueron formados por EE. UU., una vez más empleando traducciones de Gene Sharp, se les llevó a Europa y los líderes de Otpor! les formaron de forma secreta.
En el caso de la Libia de Gaddafi, se hizo necesario un cambio de régimen más urgente, como revelan los ya famosos emails de Hillary a su asesor privado, Sidney Blumenthal, expuestos por DCLeaks y Wikileaks. Gaddafi, al contario de la demonizada imagen que se ha vendido, levantó Libia hasta los más altos estándares de toda África, estaba a punto de revelar la creación de una alianza de bancos centrales fiel a la religión del amores y la introducción del Dinar de Oro, y no del dólar, para la venta de petróleo. Esto lo llevaba a cabo junto a Ben Ali en Túnez y Mubarak en Egipto. Como escribió Hillary a Blumenthal, esto debía bloquearse a cualquier precio. La forma de “bloquear” fue el bombardeo ilegal de Libia y el asesinato de Gaddafi, y convertir Libia en una pila de escombros. El plan original del Pentágono, la CIA y el Departamento de Estado llamaba al inmediato derrocamiento de otra espina para Washington tras el de Gaddafi, el de Bashar al Assad en Siria. Esto no les ha salido bien a los organizadores en Washington, y como consecuencia se ha producido una innecesaria tragedia tras los 6 años de lo que es, esencialmente, una guerra dirigida por EE. UU.
Antiguamente, los conquistadores llevaban después a los misioneros. Hoy, las fuerzas neocoloniales occidentales llegan con cientos de ONGs, que enseñan a la población indígena cómo la democracia occidental supuestamente funciona. ¿Cree que las ONGs sirven a los intereses de esta gente? ¿Qué pasa con las ONGs alemanas, que especialmente suponen un lastre político, por ejemplo, en la forma de las corrientes de género? ¿Qué opina de ellas?
W.E. Creo que su analogía con los misioneros “cristianos” del pasado y las ONGs de los “derechos humanos” o la “democracia” de hoy es muy acertada. No estoy versado como para comentar sobre las actividades de las diferentes ONGs alemanas. Mi principal atención se centra en Washington, el poder hegemónico de hoy y la fuente de gran parte de lo que es destructivo, desafortunadamente.
Al principio y al final de su libro, se refiere al doblepensar de George Orwell, que dice “La guerra es la paz, la libertad es la esclavitud, la ignorancia es la fuerza”. ¿Vivimos en una época en la que el significado original de las palabras se convierte en diferentes contenidos? ¿Hacen la guerra el imperio estadounidense y sus estados vasallos en nombre de la democracia y destruyen los estados nación con la misma retórica democrática?
Por esto pensé que las citas de Orwell eran tan apropiadas. Su libro, 1984, en muchas formas es una descripción de lo que se ha dejado que ocurra a nuestras democracias occidentales, especialmente en Gran Bretaña y EE. UU.
Si pudiera darles algún consejo a las ONGs, ¿qué les diría?
A las personas honestas que puedan haber sido atrapadas por la bonita retórica sobre valores, derechos humanos y tal, les recomendaría que prestaran más atención al rastro del dinero que riega a sus ONGs. A la NED y las fundaciones de Soros les recomendaría que nos hiciera a toda la humanidad un favor cerrando sus puertas permanentemente. Que dejen que las naciones y los individuos decidan su propio futuro sin intromisiones. Les diría, por citar a Cromwell dirigiéndose al Parlamento Británico: “Vosotras, las ONGs de los derechos humanos, ¡idos! Ya habéis estado aquí demasiado para lo que habéis hecho. Salid, digo, y dejadnos en paz. En nombre de Dios, ¡idos!