Entrevista a dalmacio neցro

el juli

Madmaxista
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13 Oct 2010
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Nos encontramos en un momento de crisis total posiblemente nunca visto desde la Revolución Francesa. ¿Por qué, viendo el agujero, hemos caído en él con gozo?

Como yo lo veo, no es demasiado complicada. Toda crisis grande es una crisis religiosa para empezar y yo creo que la gran responsable de esta es la Iglesia.

La Iglesia era quien tenía la autoridad y la autoridad es la que dirige el poder. La auctoritas y la potestas que son claves. Se ha ido dejando llevar, sobre todo después del Concilio Vaticano II aunque la crisis viene de atrás, del protestantismo que divide la Iglesia, que franquea el paso al gnosticismo que acompaña siempre al cristianismo igual que el nihilismo –eso lo explicaba muy bien Xavier Zubiri-. El nihilismo es siempre la alternativa del cristianismo, no de otras religiones. Basta quitar la idea de la creación (creatio), y se queda en el nihilo, que también lo explica muy bien Ratzinger antes y después de ser Papa. Zubiri murió antes, justo cuando se empiezan a ver las consecuencias de esa debacle jovenlandesal del poder eclesiástico.

El protestantismo potencia el Estado aunque lo que ha existido siempre es el Gobierno que es lo político y la forma de lo político parejo a lo sagrado. Lo político proviene de lo sagrado -para mantener el orden de lo sagrado, el orden humano-. Pero lo político derivó por una serie de circunstancias ya en la Edad Media explicado muy bien por William T. Cavanaugh en su obra ‘El mito de la violencia religiosa’: ya al final de la Edad Media empieza la lucha de los poderes terrenales que es eterna, siempre habrá ese conflicto porque el poder temporal, tiende a extenderse siempre, a apoderarse de todo.
Así como en los países protestantes o anglicanos la Iglesia forma parte del Estado, en los países católicos lo que se unió fue el trono y el altar, el trono en primer lugar y el altar en segundo lugar. La Iglesia mantenía cierta independencia debido al Papado y estos Estados lo aceptaban sin problema hasta que llegó la Revolución Francesa.

La Revolución Francesa sustituye a Dios por la razón y ahí empieza la auténtica crisis afectada previamente por el protestantismo y por la revolución puritana inglesa (1640-1648) en la que Cromwell se hace con el poder y ejecutará al rey. Esta revolución es importantísima porque ahí se introduce el gnosticismo que se combinará con el nihilismo porque el cristianismo es la única religión que tiene la idea de la nada unida al concepto de creación.

Hobbes atacará a muchos de estos grupos puritanos (mucho más que a la iglesia católica o al Papado), en especial al que se llama La Quinta Monarquía que quería establecer el reino de Dios en la Tierra. Esta es una constante que está detrás de todo: la teología de la liberación, el marxismo, el leninismo… es el reino de Dios en la Tierra aunque se rechace a Dios, a todo, pero es la idea que está ligada con otro mito antiquísimo que es la idea de una mejor época al final de los tiempos -que se encuentra presente en casi todas las culturas-.

El Reino de Dios es un concepto muy bien explicado por Ratzinger que se ha confundido también en la soberanía de Dios o el poder de Dios pero no es que signifique que Dios mismo vaya a reinar en la Tierra. En el Padre Nuestro se dice “venga a nosotros tu reino…”, etc. pero es un reino de Dios espiritual, no material.

Eso lleva a la sustitución de Dios por el hombre

Es a lo que lleva. Si no realiza Dios su propio reino en la Tierra, ¿quién lo realiza? El hombre y sus ideologías que nacen precisamente de esta necesidad tras la Revolución Francesa.

Ha hecho referencia al poder y, en su libro “La ley de hierro de la oligarquía”, explica que todo gobierno es oligárquico y por ello la clave de la política consiste en cómo disminuir la presión de la oligarquía para evitar que ahogue la libertad colectiva. ¿Es el nuevo gobierno de Pedro Sánchez un claro ejemplo de esa oligarquía?

No lo llame gobierno, será desgobierno -que es una categoría muy bien detallada por Alejandro Nieto García en muchas obras pero en especial ‘El desgobierno de lo público’- que no es el mal gobierno aunque todo gobierno es mediocre porque no hay ningún buen gobierno. Puede haber un hombre de Estado pero todo gobierno es mediocre, el caso es que sea soportable y aceptable.

Aquí en España lo que se ha instalado desde el principio es el desgobierno por parte del consenso político que es una versión del consenso socialdemócrata que existe en Europa que es un consenso entre los partidos. Después de la Segunda Guerra Mundial llegó el pluralismo de partidos pero unidos en el consenso.

¿Una especie de contubernio?

Así es. En el que ellos disputan por el presupuesto que es lo único que les interesa pero se unen frente al pueblo para mantenerse en el poder.

Hoy la Unión Europea es la versión light de la sovietización.

Algunos lo denominan eurocomunismo

Por eso odian a pilinguin. Mientras que Rusia se está deshaciendo de toda esa lacra de 70 años (que tampoco se puede hacer en cinco días o por decreto), aquí ha triunfado vía Norteamérica mediante la política correcta o corrección política. En Norteamérica lo introdujo Saul Alinsky, ideólogo favorito de la extrema izquierda y citado por Obama, Clinton…

¿Se refiere al marxismo cultural?

Es que no es marxismo cultural, es leninismo cultural. El marxismo-leninismo no existe. Marx, creo, no sería leninista, sería más bien un socialdemócrata. Su idea era más bien el impuesto sobre la renta que es la clave de los sistemas totalitarios liberales. Con todo eso se controla a todo el mundo hoy, además que los impuestos son necesarios para el modelo de Estado actual.

Habría que distinguir del Marx juvenil y del maduro. El primero, por ejemplo, no conocía la economía política, empezó en 1843-1844, luego ya sacó el manifiesto comunista. El personaje para mí más influyente en el siglo XX y parte del XXI ha sido Lenin.

¿Puede ser una de las causas de esta debacle el paso de una política orgánica a una partitocrática?

De esa partitocracia nace el consenso al que me refiero. Es una consecuencia de la ley de hierro de las oligarquías, otra cosa que se suele pasar por alto.

Los sistemas políticos actuales dependen de la verdad económica porque los sistemas son lo contrario de la política. Un sistema aprisiona el orden político a favor del que define la verdad del sistema y la verdad la dicta la economía. Todo pasa por la economía, cuando es realmente secundaria.

Este es uno de los problemas de hoy con la desaparición de la religión porque no hay religión sin política, ni política sin religión. La religión es la que determina la política según la verdad del orden religioso, da lo mismo que sean religiones paganas, etc. Siempre está ahí la religión determinando el orden político. Hoy, lo que se ha conseguido debido al gnosticismo y al nihilismo, es que la verdad del sistema sea la que definen los hombres, no la religión, y esa es la verdad económica. Todo se interpreta en términos políticos, no hay política porque todo se interpreta en clave económica.

Usted señala al Estado (este Estado tumoroso por hiperdesarrollado) como el enemigo de la persona.

Todo Estado es artificial. El gobierno es la forma natural de la política, lo que ha existido siempre antes de aparecer el Estado. Es una creación europea que además no se entiende sin la Iglesia. Todo lo que ocurre se resume en una frase de Pierre Manent, pensador francés: “Toda la política en Europa no son más que respuestas a los problemas planteados por la Iglesia”. Y es así, la Iglesia ha hecho a Europa. Paul Johnson, historiador inglés, dice que toda la cultura europea y la occidental no son más que detalles determinados por la Iglesia.

Lo del Estado artificial coincide con argumentos anarquistas.

Es que el anarquismo tenía bastante razón en este aspecto. El concepto de libertad política (que me parece que lo detalla mejor García Trevijano) es de Bakunin –el enemigo de Dios y el enemigo del Estado-. Lo que hace es, sin darse cuenta, aplicar el segundo mandamiento porque dice que yo no puedo ser libre si los demás no son libres. En el fondo es una versión de una ortodoxia rusa.

Si el único libre soy yo, nos vamos al Estado hobbesiano donde el único que puede llamarse ciudadano es el monarca absoluto. Sí es verdad que planteó ese Estado para proteger las libertades sociales a costa de la libertad política porque donde hay Estado no hay libertad política, la soberanía monopoliza la libertad política. La soberanía es propia jurídica que es la principal que cambia el derecho.

El Derecho parte del pueblo, pertenece al pueblo, es producto del pueblo, no del Estado porque este, con la soberanía jurídica, hace la ley y hay un conflicto desde entonces entre el Derecho y la legislación, que son cosas distintas. La legislación es un ejemplo de la voluntad de poder.

Así, el Estado, al ser artificial, implanta una revolución permanente porque tiende a crecer e introduce el artificialismo en la vida política. Consecuencia: hoy estamos en un momento donde el único criterio de los políticos es aplicar la técnica según el principio de que “todo lo que puede hacerse, debe ser hecho”.

Por ejemplo, el aborto. Hace equis tiempo esto era imposible, se producía pero era un peligro, como dicen los abortistas. Hoy, con el avance de la medicina, el riesgo se ha reducido y por lo tanto se plantea como obligación, consecuencia de la técnica. La eutanasia, que está de moda también, se plantea como la gran conquista definitiva -y además les sirve para solucionar los problemas de la seguridad social, dicho sea de paso-. En otros tiempos podía ser una barbaridad, con la técnica hoy no es tanta barbaridad a ojos de la gente. Es una barbaridad en sí misma porque el ser humano es la única especie que se mata a sí misma con el aborto y con la eutanasia. El objetivo de toda especie es su perpetuación y hemos llegado a un punto donde nosotros hacemos lo contrario.

¿A más técnica menos humanidad?

Es uno de los grandes problemas que nace con la Gran Guerra donde se emplea la técnica masivamente para apiolar al contrario. Se empieza a plantear quién domina: ¿el hombre domina a la técnica o la técnica domina al hombre? En parte eso es lo que tenemos hoy porque todos estos políticos se ponen a pensar y no tienen ningún criterio porque de política no saben nada.

Lo que llaman hoy ‘progreso’.

El progreso es aplicar al tuntún lo que sea, la última moda, que es un fenómeno característico de la edad moderna, el ansia de novedades. Hace tiempo que ya no hay estilos, lo que hay son modas: hoy hay esto, mañana lo otro…

En su obra “El mito del hombre nuevo” relaciona los diversos movimientos históricos en su afán de rediseñar ese ethos del ser humano. ¿Seguimos teniendo la necesidad de creer en lo divino?

Creer en lo que hay más allá. El hombre es un ser para la fin, como dijo Heidegger, y a eso lo llama lo divino, como los griegos. Todas las religiones anteriores pensaban que estaba en la naturaleza. En cambio, el cristianismo se diferencia y es lo que le da fuerza: es la única religión revelada (el ****ocristianismo), porque el islam no es revelado, es algo que cuenta Mahoma que le contó el Arcángel San Gabriel y es más una religión política.

La Iglesia ha abandonado este argumento, ya no se habla de ello. El cristianismo es revelación y esa es su fuerza de la creencia, de su fe, que es la base de la cultura occidental, guste o no guste. La crisis de la cultura occidental hoy es la crisis del cristianismo que viene del ataque de las ideologías, del socialismo (el leninismo), el cientificismo que ha sustituido a la religión que es una aplicación equivocada de la sumisión a la técnica.

¿Necesitamos, entonces, complicarnos la vida con las ideologías?

Por la libertad, el hombre es un ser libre. Justamente en Occidente, la religión cristiana por ser revelada es la religión de la libertad. No hay otra igual. Dios al revelarse ya dejó todo dicho, lo único que espera son respuestas y éstas no tienen sentido si no son libres. Como dice el Evangelio “la verdad os hará libres”, no como algún orate ha dicho “la libertad os hará verdaderos”.

¿Cuáles han sido para usted las ideologías más destructivas y más constructivas?

Ninguna ideología es constructiva. La ideología sustituye a las herejías. Hay un libro de 1936 de Heiler Belloc que se titula ‘Las grandes herejías’ en el que dice que, por primera vez, Europa y el cristianismo se encontraron ante el hecho de una gran herejía que no había existido jamás. Hasta entonces eran las normales a toda religión (una religión sin herejías es una religión muerta) pero se dio una que se opuso a todo el cristianismo y a toda la civilización -que no es el islam, ante el cual ya advertía de su peligro-. Dice que no sabe cómo llamarla y yo creo que es el imperio del nuevo pensamiento ideológico que ha desplazado a la religión, a la filosofía, a la ciencia, a todo.

Por ejemplo, en la URSS la ciencia se tenía que adoptar a la ideología, que ya es el colmo. Es un poder absoluto que ha ganado a la gente por las guerras, por los sistemas totalitarios, etc. Hoy llegamos a una situación en la que los Estados europeos son totalitarios liberales, como señala Robert Spaemann. Es decir, sin la checa, sin la Gestapo, etc. pero todo está controlado. La Gestapo o el KGB han sido sustituidos por la Hacienda, es duro pero es así.

Ejemplo de ese totalitarismo también podría ser la ley de Memoria Histórica.

Eso ya es una ley estulta. El PSOE es una plaga nosotros [creyentes, conservadores], los demás se libran. Han sido siempre una panda de arribistas y estúpidos. Tuvo gente seria: el propio Pablo Iglesias, Fernando de los Ríos, Besteiro… incluso Unamuno y Ortega creyeron al principio que el socialismo era la solución. Pero el PSOE se ha convertido en la plaga de este país.

Así como a los comunistas, a los que tengo mucho respeto (los de antes, no los de ahora), con todas sus barbaridades eran gente seria: se jugaban la vida y no tenían inconveniente. Los de ahora han imitado a la socialdemocracia, gente floja que solo saben decir tonterías.

Pero el PSOE de Felipe González que se asemejaba a los socialdemócratas europeos más conservadores –y más potables y normales, por así decirlo- ha derivado en el zapaterismo, banal con afán de destrucción. La socialdemocracia empezó como un contrapunto potenciado por Estados Unidos –la CIA concretamente- para frenar al bolchevismo en Europa.

El contagio ideológico es muy común en la lucha entre ideologías al aprender sus tácticas y sus armas para poder derrotarlo. En su momento, la socialdemocracia era la solución para una Europa con partidos comunistas potentes con la URSS detrás. Fue una decisión correcta, que no vino mal, pero que después se pervirtió.

¿La falta de ideas puede estar relacionado con el vacío del significado de las palabras?

Yo recomiendo a la gente, como los mejores textos de teoría del Estado, ‘Un mundo feliz’ de Aldous Huxley y ‘1984’ de George Orwell. Se pretende convertir todo en una especie de granja mediante la legislación. Hoy en España, y en toda Europa, esto es un problema y es, precisamente, lo que piden todos estos partidos populistas sin que te caiga una multa, una denuncia… Al menos que digan qué es lo que se puede hacer.

Los Derechos Humanos son una ideología destructiva, han destruido el Derecho, son una ideología, porque todo derecho es ya humano. Tal es la perversión que el primer derecho humano ahora es el aborto.

Es lo que llaman ahora ‘salud sensual y reproductiva’…

Es el lenguaje. El que domina el lenguaje, manda. Es un proceso que no se nota y después se acaba imponiendo.

¿Qué opina de la ideología de género?

Es una ideología muy absurda. El otro día decía uno que el que intente entender la ideología de género, corre el riesgo de descerebrarse (risas). Es tan absurdo…

¿Cómo ve la inmi gración que sufre Europa que algunos llaman oleada turística?

Es un negocio tanto para los que la envían como para los que la reciben.

Conozco mejor la situación de Alemania. Así tienen mano de obra barata, esa gente viene por los beneficios de la seguridad social, por las ventajas que se les da. Sobre los años 70-71, con mi primera mujer en ese país, la gente estaba escandalizada porque a los pagapensiones ya se les daba 1.000 marcos en la mano, la seguridad social… y la gente tenía pensiones de 900 o menos marcos. Ya empezaba la cosa, querían sueldos baratos.

En aquella época todavía no, pero hoy sí que las poblaciones nativas en Alemania o en Suecia tienen problemas para trabajar, como también pasa en España. Los pagapensiones son mano de obra barata, pero no es solo eso, no al menos el verdadero problema.El problema es la izquierda y la derecha sin apenas diferencias entre ellas. La izquierda es más radical en los impuestos y la derecha más complaciente. El problema de estos impuestos –sigo en Alemania- es que ya no nacen alemanes porque la clase media no puede permitirse tener hijos.

En España la política de restauración ha sido en el fondo contra la natalidad, no es casualidad que haya empezado a caer desde hace décadas. Ahora está por los suelos y supongo que don Pedro Sánchez trate de que no nazcan niños y cosas por el estilo porque es muy ‘progre’. Todo es tan aberrante…

En Cataluña tanto nacionalismo y después importan fiel a la religión del amores –cerca de medio millón-. Al mismo tiempo los catalanes no tienen hijos, son de andaluces o de donde sea. Mantienen la política antinatalista. Es el producto del sistema: imperan los orates y es un problema muy antiguo.

Hoy lo que hay en política no son políticos (salvo honradas excepciones), imperan impostores que van allí a ver si cobran.

Como se suele decir, entre un orate y un malvado es mejor el segundo porque al menos descansa.

No solo descansa, sino que el malvado busca lo que quiere, hace el daño que sea, pero cuando lo consigue deja en paz –lo apuntó bien Maquiavelo-. Pero el orate seguirá haciendo tonterías.

Hay una ley poco conocida que es la de Hanlon que dice “no atribuyas a la maldad lo que puede explicarse casi siempre por la estupidez”. Probablemente, en España y en gran parte de Europa, la estupidez es la ley que rige todo.

Los mismos líderes europeos parece que legislan contra su propio pueblo primando antes al extranjero. ¿Final de una época como la del imperio romano y los bárbaros?

Los síntomas son parecidos y, hablando de la estupidez, cuando decaen los grandes imperios, civilizaciones o naciones, la gente se vuelve estulta, no entiende el razonamiento, simplemente les sirven de guía las impresiones. En el imperio romano pasó eso y hoy está pasando en Europa. Es muy difícil hablar con la gente como no sea con ejemplitos, con experiencias, con un lenguaje decaído…

La lucha que está planteada hoy en Occidente es cristianismo o nihilismo. En eso tiene mucho que ver la Iglesia pero… no sé por dónde va.
 
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