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El efecto de Trump para la política climática de la UE​


  • Bruselas debe mantener su plan incluso cuando se endurezcan las disyuntivas


  1. Simone Tagliapietra
16:51 - 21/11/2024


El regreso del presidente Trump está destinado a remodelar profundamente la política climática y energética de Estados Unidos, con repercusiones de gran alcance a nivel internacional. La estrategia de la Unión Europea para hacer frente a estas repercusiones debe tener tres pilares: la acción mundial por el clima, la política energética y la competitividad, y la inversión y el comercio en tecnologías limpias. Afortunadamente para la UE, este enfoque coincide en gran medida con sus propios intereses estratégicos.

La primera consecuencia de la victoria de Trump será, por supuesto, que Estados Unidos dé marcha atrás en la acción climática. Se espera que desmantele agresivamente las regulaciones federales ambientales y climáticas, lo que solo se verá compensado en parte por una política climática más fuerte en los estados de EEUU. y por los intereses del sector privado en la búsqueda de la tras*ición verde. Es probable que Trump vuelva a retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París, debilitando el impulso climático mundial en un momento de creciente acritud entre los mercados emergentes y las economías en desarrollo por la incapacidad de Occidente para brindar suficiente apoyo. Sin Estados Unidos, la UE corre el riesgo de un mayor aislamiento en la diplomacia climática.

En respuesta, la UE debe impulsar su propia agenda nacional de descarbonización, predicando con el ejemplo a nivel mundial. Esto redunda en el interés económico de Europa, por tres razones. En primer lugar, la descarbonización global es vital para que la UE trate de limitar los daños climáticos cada vez más costosos en el futuro. En segundo lugar, ayudará a la UE a mejorar su competitividad económica y su seguridad económica. En tercer lugar, representa una oportunidad de exportación de tecnologías limpias para Europa. La UE debe mantener su plan incluso cuando se endurecen las difíciles disyuntivas, como el aumento de la tensión entre la necesidad de aumentar el gasto en defensa y las necesidades de inversión pública en el clima.

La UE también debe reforzar sus esfuerzos de diplomacia climática con los principales emisores, como China e India, aunque solo sea para evitar que otros sigan a Estados Unidos. La UE debe establecer alianzas para garantizar que las contribuciones determinadas a nivel nacional para 2025 –o los compromisos de reducción de emisiones de los países– que presentarán los gobiernos del mundo antes de la cumbre del clima COP30 de 2025 sean ambiciosas, detalladas y que puedan movilizar suficientes inversiones verdes en los próximos años.

En segundo lugar, Trump pretende que Estados Unidos no solo sea "energéticamente independiente", sino "energéticamente dominante". Se ha comprometido a reducir a la mitad los precios del gas natural y la electricidad en el plazo de un año, en gran parte mediante el aumento de la producción de gas natural. Si esto sucede, se ampliaría la brecha de precios de la energía entre la UE y los EE UU., lo que socavaría aún más la competitividad industrial de la UE.

La única solución estructural al problema de los altos precios de la energía en la UE es la tras*ición ecológica. Hay que acelerarlo. Un enfoque unificado de la electrificación limpia es fundamental para garantizar el desarrollo eficiente de las energías renovables y de la red eléctrica necesaria y de la infraestructura de flexibilidad.

En cuanto a la inversión y el comercio en tecnologías limpias, Trump ha amenazado con rescindir o reducir sustancialmente la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) de Estados Unidos, calificándola de "nueva estafa verde socialista". Es posible que mantenga algunas disposiciones, en particular para mantener las inversiones en fabricación de tecnologías limpias en los estados republicanos que se benefician de la IRA, pero su postura, no obstante, sugiere una desviación de la trayectoria actual de la inversión en tecnologías limpias de Estados Unidos. Es probable que la adopción de energías renovables maduras persista impulsada por los fundamentos del mercado, pero la volatilidad de las políticas puede disuadir a las tecnologías limpias menos maduras, particularmente en los sectores que dependen de los subsidios federales. El despliegue de la energía eólica marina también puede verse disuadido, perjudicando a las empresas europeas que invierten mucho en el sector.

Trump también ha señalado un regreso de las políticas de "Estados Unidos primero" en el comercio, lo que podría tener graves consecuencias para las exportaciones europeas a Estados Unidos, especialmente en el sector automotriz, que ya está bajo presión. Además, los productos chinos excluidos del mercado estadounidense podrían fluir hacia la UE, ejerciendo presión sobre las industrias europeas y complicando las compensaciones entre descarbonización, competitividad y seguridad a las que ya se enfrenta Europa.

Esto subraya la apremiante necesidad de una política industrial limpia más sólida, a través del Acuerdo Industrial Limpio de la UE prometido por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en los primeros 100 días de su segundo mandato. La victoria de Trump debería servir como una llamada de atención sobre la necesidad de estimular las inversiones verdes nacionales y acordar nuevas asociaciones comerciales y de inversión limpias con terceros países.

Por lo tanto, el regreso de Trump debe considerarse un impulso sustancial para la implementación de la estrategia climática y energética de la UE. No se trata solo de la protección contra las políticas de Trump. La UE debe reforzar su posición como líder climático autosuficiente en un panorama mundial fracturado. La indecisión y la fragmentación no son opciones. El regreso de Trump al poder debe ser un fuerte impulso para que la UE y sus miembros superen las divisiones políticas y se unan en torno al objetivo de perseguir la descarbonización, al tiempo que impulsan la competitividad industrial y aumentan la seguridad del continente.


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Este artículo es el resultado de recibir dinero para defender una postura imposible. Dejo a los foreros el placer de despedazar el conjunto de falacias, argumentos circulares y whisful thinking de la pieza. ¿Realmente se lo creen los que encargan estos artículos?
 
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