Clavisto
Será en Octubre
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- 10 Sep 2013
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"Se le hace saber que deberá comparecer con todos los medios de prueba de que intente valerse en el acto del Juicio (testigos, documentos, peritos...). Podrá igualmente comparecer asistido de Abogado si lo desea"
- Perdone, agente...¿dónde está la sala de vistas?
- Sube al primer piso y a la derecha
Arriba a la derecha...
- Buenos días.
Me ha parecido oír una respuesta y he pillado sitio en uno de los bancos para comprobar que (como esperaba) el farolero rajakufistos no se encontraba entre la concurrencia. Resignación vaticano-segundista y a esperar.
- ¿Por qué hora va? -ha dicho uno que ha llegado poco después que yo.
- Por las diez y media -ha sido la cabreada respuesta de otro.
huevonudo. Yo estaba citado para las doce así que me he preparado mentalmente para una laaaaaarga espera. Lo primero que me ha venido a la cabeza ha sido si tendría suficiente con el pavo y medio de zona azul, sólo faltaba que encima me multaran, pero bueno, al menos recordaba la hora del fin de estacionamiento permitido que una maquinita de papá Ayuntamiento me había vomitado poco antes; en caso de necesidad podría hacer una rápida escapada, que no estoy para ir tirándolo por ahí. Y menos en la bocaza de Garguntamiento.
Enseguida he echado en falta el móvil, con las prisas lo había olvidado, al menos hubiera podido escuchar algo de buena música clásica, pero en fin...más resignación.
Muchas mujeres, arrabaleras en su mayoría, treintañeras, o muy flacas o muy obesas, todas con algún tatuaje, en el cuello, en el tobillo, en las berzas, en los brazos...están de moda entre l@s estúpid@s. Me he fijado en una chavala morena de largas piernas que estaba un poco apartada, junto al típico tuneacarros y su enorme tatuaje de letras chinas en la pierna derecha...un iluso que no sabrá situar China en el mapa se engüarrina la piel con esos bellos caracteres orientales.
Secretarias judiciales de un lado a otro (cuarentonas, todas en sandalias y algunas con las uñas pintadas; todas antiestéticas, sin excepción), jóvenes abogadas de rellenitos tobillos aleccionando a sus estupefactos clientes, barbados abogados barrigones padreando al personal, picoletos llevando arriba y abajo a los desgraciados habituales...Mucha luz eléctrica y un lejano ventanal donde apenas se podía vislumbrar la maravillosa luz del mediodía. Torvas miradas, permanentes cuchicheos y mal ambiente. Así funcionan estos garitos.
Los primeros en salir han sido un rumanoide y una latinita; él un clásico dos por dos y ella la típica astuta con kilo y medio de maquillaje en el rostro y más de mil en el alma, treinteañeros ambos. Como me encontraba al lado he podido oír de qué iba el rollo, "orden de alejamiento"; primero se ha largado él y después la rubia y su abogada, "¡pero tú no le llames!" le decía la abogada...
Han llamado a otros y el de derechas se ha impacientado, "¡esto es una vergüenza!" ha dicho para que lo oyéramos todos. Ya, tronko, es una vergüenza pero no vas a ganar nada impacientándote, solo conseguirás que todos nos pongamos más nerviosos, relájate y deja de tocar los huevones. Y no lleves la abultada billetera en el bolsillo trastero de tu pantalón porque está a punto de caerse. Y quítate las gafas de sol porque en estos sitios no se digna a parar. Y sí, tú no eres como la mayoría de los que andan por aquí: tienes más pasta, un coche mejor, una casa más grande y una jovencita buenorra que te la absorbe hasta el final cuando la que está sentada a tu lado se va al Carrefour con tus nenes para hacer la compra semanal...pero así funciona el tema, hazle caso a lo que te ha dicho la abogada avinagrada, "y quieren que funcione así", "¡cosa DE PAÍS!".
Después ha llegado un tío con sus dos hijas adolescentes, inevitablemente tatuadas, taladradas con algunos piercings y vestidas de mercadillo. Él andaría por los cincuenta, bajito, delgado, tostado y no por el sol de la Toscana, voz ronca, de fumador sin solución, varios tatuajes desastrados y desgastados en los brazos, un tipo de esa edad con esos tatuajes sólo ha podido hacérselos en dos sitios: el mar o la guandoca. Y aquí nos pilla lejos el mar. Se ha sentado junto a mí, me ha dado los buenos días y educadamente me ha preguntado la hora por la que iba la cosa, eso parecía más la consulta del médico que otra cosa, se la he dicho, ha callado con resignación nacional-católica, ha juntado las manos y se ha puesto a mirarlas.
Unos salían y otros entraban, eso es todo, al final le ha tocado a la mujer del de derechas y a la pareja tatuada en chino, él se ha quedado fuera pero poco después le han llamado, al poco rato se han oído las voces, más que ninguna la suya, la cosa ha terminado y los primeros en salir han sido los jóvenes, después el de derechas y su mujer, y al final los abogados; han pasado otros y mientras tanto la abogada avinagrada nos ha contado a mí y a otros el por qué del jaleo: al parecer, la malnacida parejita juvenil no permite que su hijo conozca a sus abuelos, que los abrace, que los bese y que juegue con ellos..."¡cosa DE PAÍS!", pues sí amigo, a veces hasta vosotros tenéis razón, tienes razón, perdona y suerte.
- ¿Kufisto...?
- Sí, yo...
- ¿Hijodelagranputa Malnacido Comemierda?
- No está...
- Bueno, pasa
Una bonita sala, toda en madera "Siéntate en ese banco" me ha dicho la border-line con cargo de secretaria judicial; a mi izquierda el fiscal, un tipo al que había visto salir un par de veces durante mi espera, cuarenta y pocos, dos metros, no creo que pese 50 kilos, barba cuidada y tez blanquecina. Al frente, tras una bonita mesa, un gordaco de unos cincuenta años con gafas de lgtb y en el centro la jueza, una preciosidad treinteañera de larga melena rubia, lisa, discretamente maquillada y aspecto de bien cuidada, "siento el retraso, le ruego nos disculpe...". Y es que la Belleza es inseparable de la Educación.
- Haga el favor, siéntese en esa silla para que podamos proceder
He obedecido con gusto.
- ¿Jura o promete que va a decir toda la verdad...?
- Juro
- Cuéntenos qué pasó en la tarde del...
Blablablá, blablablí, blablablá...
- ¿Tiene algún testigo?
- Uno, un chaval ciego, parece un chiste pero es así. He preferido no meterle en este asunto, está sufriendo una depresión...
- Bien...
Después el fiscal ha hecho su alegato contra el invisible farolero rajakufistos; ha estado bien, con ganas, esforzándose, hablando una jerga ininteligible para mí, ahora entiendo lo que sienten los chinos que van a las Ventas; yo estaba a lo mío, en admirar la serena belleza de la jueza, ella escribía mientras el esqueleto con Barbas hablaba y hablaba apasionadamente; yo no podía entender tanta pasión en algo que no le importaba una cosa a nadie, acusando a alguien que ni siquiera se encontraba allí; en fin, el mundo de las pasiones es muy extraño. Y es evidente que ese tío ama su trabajo con locura.
Finalmente el Barbas ha propuesto la sentencia:
- ...y por esto propongo que el acusado sea condenado a pagar una multa de cinco euros diarios durante quince días
- Visto para sentencia. Puede retirarse, don Kufisto.
"A la orden, jefa"
"Kufis..."
"¿Qué, encanto?"
"Guarda la última copa de esta noche para mí"
See you.
- Perdone, agente...¿dónde está la sala de vistas?
- Sube al primer piso y a la derecha
Arriba a la derecha...
- Buenos días.
Me ha parecido oír una respuesta y he pillado sitio en uno de los bancos para comprobar que (como esperaba) el farolero rajakufistos no se encontraba entre la concurrencia. Resignación vaticano-segundista y a esperar.
- ¿Por qué hora va? -ha dicho uno que ha llegado poco después que yo.
- Por las diez y media -ha sido la cabreada respuesta de otro.
huevonudo. Yo estaba citado para las doce así que me he preparado mentalmente para una laaaaaarga espera. Lo primero que me ha venido a la cabeza ha sido si tendría suficiente con el pavo y medio de zona azul, sólo faltaba que encima me multaran, pero bueno, al menos recordaba la hora del fin de estacionamiento permitido que una maquinita de papá Ayuntamiento me había vomitado poco antes; en caso de necesidad podría hacer una rápida escapada, que no estoy para ir tirándolo por ahí. Y menos en la bocaza de Garguntamiento.
Enseguida he echado en falta el móvil, con las prisas lo había olvidado, al menos hubiera podido escuchar algo de buena música clásica, pero en fin...más resignación.
Muchas mujeres, arrabaleras en su mayoría, treintañeras, o muy flacas o muy obesas, todas con algún tatuaje, en el cuello, en el tobillo, en las berzas, en los brazos...están de moda entre l@s estúpid@s. Me he fijado en una chavala morena de largas piernas que estaba un poco apartada, junto al típico tuneacarros y su enorme tatuaje de letras chinas en la pierna derecha...un iluso que no sabrá situar China en el mapa se engüarrina la piel con esos bellos caracteres orientales.
Secretarias judiciales de un lado a otro (cuarentonas, todas en sandalias y algunas con las uñas pintadas; todas antiestéticas, sin excepción), jóvenes abogadas de rellenitos tobillos aleccionando a sus estupefactos clientes, barbados abogados barrigones padreando al personal, picoletos llevando arriba y abajo a los desgraciados habituales...Mucha luz eléctrica y un lejano ventanal donde apenas se podía vislumbrar la maravillosa luz del mediodía. Torvas miradas, permanentes cuchicheos y mal ambiente. Así funcionan estos garitos.
Los primeros en salir han sido un rumanoide y una latinita; él un clásico dos por dos y ella la típica astuta con kilo y medio de maquillaje en el rostro y más de mil en el alma, treinteañeros ambos. Como me encontraba al lado he podido oír de qué iba el rollo, "orden de alejamiento"; primero se ha largado él y después la rubia y su abogada, "¡pero tú no le llames!" le decía la abogada...
Han llamado a otros y el de derechas se ha impacientado, "¡esto es una vergüenza!" ha dicho para que lo oyéramos todos. Ya, tronko, es una vergüenza pero no vas a ganar nada impacientándote, solo conseguirás que todos nos pongamos más nerviosos, relájate y deja de tocar los huevones. Y no lleves la abultada billetera en el bolsillo trastero de tu pantalón porque está a punto de caerse. Y quítate las gafas de sol porque en estos sitios no se digna a parar. Y sí, tú no eres como la mayoría de los que andan por aquí: tienes más pasta, un coche mejor, una casa más grande y una jovencita buenorra que te la absorbe hasta el final cuando la que está sentada a tu lado se va al Carrefour con tus nenes para hacer la compra semanal...pero así funciona el tema, hazle caso a lo que te ha dicho la abogada avinagrada, "y quieren que funcione así", "¡cosa DE PAÍS!".
Después ha llegado un tío con sus dos hijas adolescentes, inevitablemente tatuadas, taladradas con algunos piercings y vestidas de mercadillo. Él andaría por los cincuenta, bajito, delgado, tostado y no por el sol de la Toscana, voz ronca, de fumador sin solución, varios tatuajes desastrados y desgastados en los brazos, un tipo de esa edad con esos tatuajes sólo ha podido hacérselos en dos sitios: el mar o la guandoca. Y aquí nos pilla lejos el mar. Se ha sentado junto a mí, me ha dado los buenos días y educadamente me ha preguntado la hora por la que iba la cosa, eso parecía más la consulta del médico que otra cosa, se la he dicho, ha callado con resignación nacional-católica, ha juntado las manos y se ha puesto a mirarlas.
Unos salían y otros entraban, eso es todo, al final le ha tocado a la mujer del de derechas y a la pareja tatuada en chino, él se ha quedado fuera pero poco después le han llamado, al poco rato se han oído las voces, más que ninguna la suya, la cosa ha terminado y los primeros en salir han sido los jóvenes, después el de derechas y su mujer, y al final los abogados; han pasado otros y mientras tanto la abogada avinagrada nos ha contado a mí y a otros el por qué del jaleo: al parecer, la malnacida parejita juvenil no permite que su hijo conozca a sus abuelos, que los abrace, que los bese y que juegue con ellos..."¡cosa DE PAÍS!", pues sí amigo, a veces hasta vosotros tenéis razón, tienes razón, perdona y suerte.
- ¿Kufisto...?
- Sí, yo...
- ¿Hijodelagranputa Malnacido Comemierda?
- No está...
- Bueno, pasa
Una bonita sala, toda en madera "Siéntate en ese banco" me ha dicho la border-line con cargo de secretaria judicial; a mi izquierda el fiscal, un tipo al que había visto salir un par de veces durante mi espera, cuarenta y pocos, dos metros, no creo que pese 50 kilos, barba cuidada y tez blanquecina. Al frente, tras una bonita mesa, un gordaco de unos cincuenta años con gafas de lgtb y en el centro la jueza, una preciosidad treinteañera de larga melena rubia, lisa, discretamente maquillada y aspecto de bien cuidada, "siento el retraso, le ruego nos disculpe...". Y es que la Belleza es inseparable de la Educación.
- Haga el favor, siéntese en esa silla para que podamos proceder
He obedecido con gusto.
- ¿Jura o promete que va a decir toda la verdad...?
- Juro
- Cuéntenos qué pasó en la tarde del...
Blablablá, blablablí, blablablá...
Al ciego le han ingresado en un psiquiátrico, su progenitora ya no podía hacerse con él. Llevaba un tiempo raro, demasiado nervioso, de mala leche, estaba de baja en el trabajo. Tres días antes de su derrumbe mental volvió a sentirse como un hombre, quizá por última vez en su vida.
Eran las 6, estaba anocheciendo, cuando un borracho hijomio entró dando tumbos y voces, con un petate a cuestas, se lío a golpear la barra y a pedir bebida. Salí.
- "A la calle"
- "Pero tíiiio...si no hecho ná..."
- "A la calle. Venga."
Estábamos Pepe, otro tío y yo. El etniano cabrón se puso chulo.
- "Ponme un cubata"
- "No te voy a poner ná. A la calle"
Conseguí echarlo. En la puerta lo empujé y se cayó. Se levantó como pudo y se echó mano dentro de la cazadora.
- "Te voy a rajar"
Me quedé mirándolo. No movía la mano. Me dí cuenta de que no llevaba nada, con el ciego que tenía hubiera urgado bien hasta encontrar la chirla. Era un farol.
- "¡TE VOY A RAJAR!"
En ese momento salió una voz del bar, potente, dura, firme...
- "¿A QUIEN VAS A RAJAR TÚ?"
Nos dimos la vuelta y vimos al ciego de pie, abiertas las piernas, apoyando ambas manos sobre su bastón, mirándonos, parecía como si nos viera...Yo me quedé a cuadros, miré al hijomio y en sus ojos comprobé que también lo estaba.
- "Porque eres un discapacitado (me quedé loco al oír esa palabra en la boca de ese saco de cosa calé)...que si no..."
- "SI NO QUÉ...¡VEN SI TIENES huevonES!"
Yo ya estaba listo a abalanzarme sobre el hijomio en cuanto diera el primer paso. Pero no lo dió. Se quedó observándolo, cogió el petate y se largó. Por si no lo sabéis, los etnianos son los seres más supersticiosos que pisan la Tierra, no sé que se le pasaría por la cabeza pero al ver que el ciego también le hacía frente, un puñetero ciego de cosa, un "discapacitado", algo sintió que le bajó los humos.
- "leche Pepe..."
- "¡A que le he echao un par de huevones Kufisto!"
- "Puedes jurarlo"
Anda cerca de los cincuenta, se quedó ciego con 18 años, una enfermedad, su padre era guardia civil, ahora es un vegetal, su hermano también es guardia, familia de carácter, lo lleva en la sangre.
Y la sangre no necesita ver para ponerse a hervir.
Ánimo Pepe.
Eran las 6, estaba anocheciendo, cuando un borracho hijomio entró dando tumbos y voces, con un petate a cuestas, se lío a golpear la barra y a pedir bebida. Salí.
- "A la calle"
- "Pero tíiiio...si no hecho ná..."
- "A la calle. Venga."
Estábamos Pepe, otro tío y yo. El etniano cabrón se puso chulo.
- "Ponme un cubata"
- "No te voy a poner ná. A la calle"
Conseguí echarlo. En la puerta lo empujé y se cayó. Se levantó como pudo y se echó mano dentro de la cazadora.
- "Te voy a rajar"
Me quedé mirándolo. No movía la mano. Me dí cuenta de que no llevaba nada, con el ciego que tenía hubiera urgado bien hasta encontrar la chirla. Era un farol.
- "¡TE VOY A RAJAR!"
En ese momento salió una voz del bar, potente, dura, firme...
- "¿A QUIEN VAS A RAJAR TÚ?"
Nos dimos la vuelta y vimos al ciego de pie, abiertas las piernas, apoyando ambas manos sobre su bastón, mirándonos, parecía como si nos viera...Yo me quedé a cuadros, miré al hijomio y en sus ojos comprobé que también lo estaba.
- "Porque eres un discapacitado (me quedé loco al oír esa palabra en la boca de ese saco de cosa calé)...que si no..."
- "SI NO QUÉ...¡VEN SI TIENES huevonES!"
Yo ya estaba listo a abalanzarme sobre el hijomio en cuanto diera el primer paso. Pero no lo dió. Se quedó observándolo, cogió el petate y se largó. Por si no lo sabéis, los etnianos son los seres más supersticiosos que pisan la Tierra, no sé que se le pasaría por la cabeza pero al ver que el ciego también le hacía frente, un puñetero ciego de cosa, un "discapacitado", algo sintió que le bajó los humos.
- "leche Pepe..."
- "¡A que le he echao un par de huevones Kufisto!"
- "Puedes jurarlo"
Anda cerca de los cincuenta, se quedó ciego con 18 años, una enfermedad, su padre era guardia civil, ahora es un vegetal, su hermano también es guardia, familia de carácter, lo lleva en la sangre.
Y la sangre no necesita ver para ponerse a hervir.
Ánimo Pepe.
- ¿Tiene algún testigo?
- Uno, un chaval ciego, parece un chiste pero es así. He preferido no meterle en este asunto, está sufriendo una depresión...
- Bien...
Después el fiscal ha hecho su alegato contra el invisible farolero rajakufistos; ha estado bien, con ganas, esforzándose, hablando una jerga ininteligible para mí, ahora entiendo lo que sienten los chinos que van a las Ventas; yo estaba a lo mío, en admirar la serena belleza de la jueza, ella escribía mientras el esqueleto con Barbas hablaba y hablaba apasionadamente; yo no podía entender tanta pasión en algo que no le importaba una cosa a nadie, acusando a alguien que ni siquiera se encontraba allí; en fin, el mundo de las pasiones es muy extraño. Y es evidente que ese tío ama su trabajo con locura.
Finalmente el Barbas ha propuesto la sentencia:
- ...y por esto propongo que el acusado sea condenado a pagar una multa de cinco euros diarios durante quince días
- Visto para sentencia. Puede retirarse, don Kufisto.
"A la orden, jefa"
"Kufis..."
"¿Qué, encanto?"
"Guarda la última copa de esta noche para mí"
See you.