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EL MUNDO y El Español estudian denunciar a Interior por denuncia falsa y detención ilegal a dos de sus reporteros en Ferraz
EL MUNDO y El Español estudian emprender acciones legales por detención ilegal y denuncia falsa contra la Policía Nacional después de que dos de sus periodistas fuesen...
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ESPAÑA
EL MUNDO y El Español estudian denunciar a Interior por denuncia falsa y detención ilegal a dos de sus reporteros en Ferraz
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Un hombre y un agente de Policía, en la calle Ferraz.EUROPA PRESS
EL MUNDO y El Español estudian emprender acciones legales por detención ilegal y denuncia falsa contra la Policía Nacional después de que dos de sus periodistas fuesen arrestados mientras trabajaban cubriendo las protestas de Ferraz.
Tras sucederse una serie de cargas en la calle Marqués de Urquijo, los periodistas de EL MUNDO y el de El Español se desplazaron acompañados por otros dos compañeros para cubrir los disturbios tras el lanzamiento de petardos y cargas policiales.
Una vez que las protestas se trasladaron a la vecina calle Juan Álvarez de Mendizábal, los informadores se encontraron en medio de dos cargas de la Policía que se produjeron después de que algunas personas arrojasen cubos de sarama al suelo, intentando construir barricadas. Los dos reporteros detenidos grababan en ese momento cómo los radicales quemaban delante suya varios contenedores. También presenciaron cómo algunos vecinos les lanzaban agua desde las ventanas para evitarlo, y los insultos que les dedicaron los ultras desde la calle.
Una escena al filo de las 23.00 horas que presenciaron tres reporteros de El Español y uno de EL MUNDO y que fue la última que el periodista de este periódico pudo grabar ya que, instantes después, acompañado por uno de sus compañeros de El Español, se refugió en un portal invitado por uno de los jovenlandesadores del inmueble. Al mismo tiempo, avisó a sus compañeros a través del grupo de Whatsapp de la redacción de EL MUNDO que se había refugiado allí para evitarse verse afectado por las cargas.
Los periodistas observaron, en compañía del hombre que les había permitido entrar en el portal junto a un ciudadano de rasgos asiáticos y un manifestante que también resultó detenido, cómo las cargas y las detenciones se sucedían en plena calle.
Minutos después, un individuo con el rostro cubierto por una pantaleta comenzó a golpear con fuerza la puerta y a exigir a sus jovenlandesadores abrir. Entonces, el residente que había invitado a los periodistas a refugiarse preguntó a la persona en el exterior quién era y, tras dar largas, durante un tiempo, afirmó ser policía sin mostrar ningún tipo de identificación. El residente del edificio optó por no abrir y se marchó a su casa.
Los periodistas aguardaron en el rellano junto a los ascensores el cese de los disturbios. Sin embargo, mientras los periodistas aguardaban, el hombre que había golpeado la puerta acompañado de otras personas accedieron a las zonas comunes del inmueble identificándose como policías.
Una entrada que fue respondida por parte de los periodistas con sus carnets de prensa y sus DNIs en la mano, informando a los agentes de que eran reporteros y de que se encontraban en el ejercicio de su profesión. Sin embargo, los policías, concretamente el que habían visto golpear la puerta en el exterior, de un modo violento y poco sosegado les gritó que estaban detenidos y que "ya sabían lo que habían hecho".
Además de mostrar su documentación y sus carnets de prensa, los periodistas explicaron a los agentes (sin éxito) que contaban con equipos de protección individual en sus mochilas, que también les identificaba como prensa, y con pegatinas acreditativas de la sesión de investidura en el Congreso de los Diputados.
Tras ser esposados, fueron trasladados a la comisaría de la calle Leganitos y, posteriormente, a la Brigada de Información en jovenlandesatalaz. Allí fueron informados de que se encontraban investigados por la comisión de un delito de desórdenes públicos por, presuntamente, haber "lanzado lo que parecía ser una botella". Un hecho, que se recoge como observado por los agentes que efectuaron su detención. Tras pasar la noche en la Comisaría de jovenlandesatalaz, ambos periodistas fueron puestos en libertad a las 6 de la mañana.
EL MUNDO y El Español consideran la denuncia y detención de sus reporteros como un atentado y una violación en toda regla de la Libertad de prensa.