KUTRONIO
Será en Octubre
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Hablar de elecciones anticipadas es un asunto recurrente que, curiosamente, ha decaído justo en los últimos dos meses. Es decir, antes del verano o el año pasado se habló de un posible adelanto electoral mucho más que en este momento. Para los partidarios de la teoría de la opinión inversa (la mayoría siempre se equivoca y va a remolque de los acontecimientos en vez de anticiparlos), esto en sí mismo ya podría ser un síntoma de que es ahora cuando un adelanto electoral podría ser cierto. Pero tenemos más síntomas, o por lo menos una acumulación de situaciones que podrían serles propicias.
Desde luego si Pedro Sánchez convocara de repente en estos momentos elecciones anticipadas esto sería un claro signo de que vienen muy malos tiempos en el terreno económico. O sea, el único motivo de Pedro Sánchez para adelantar las elecciones sería pensar que el futuro va a ser peor que el presente de cara a una cita con las urnas. Un adelanto electoral sería el segundo síntoma de que el gobierno ve por delante un año para España lleno de atrición.
Efectivamente, un adelanto electoral sería el segundo síntoma de lo malo que estaría por venir. El primer síntoma sería ver al gobierno en una fase enloquecida de regalar dinero a todo el mundo. Antes de afrontar un recesión y un período de atrición adelantas las elecciones. Y antes de las elecciones regalas el dinero a manos llenas para tener contento al electorado. Pues bien, eso es justo lo que estamos viendo en los últimos días: los Reyes Magos se han adelantado a octubre, lo que resulta un tanto curioso y un sprint muy largo para estar pensando en agotar la legislatura y plantarse en un escenario peor que incierto a finales del año que viene.
Contextualizando esta impresión tenemos, entre otros, dos hechos que pueden ayudar a apuntalar las sospechas. En primer lugar FUNCAS acaba no sólo de reducir las estimaciones de crecimiento del PIB a un raquítico 0,7% en 2023, sino que contempla la posibilidad de terminar 2022 y empezar 2023 con dos trimestres en negativo, técnicamente una recesión.
Adicionalmente, con carácter previo a la presentación de los Presupuestos Generales, el gobernador del Banco de España ha comparecido en el Congreso para advertirle al gobierno de que tenga cuidado con el gasto y que puede haber un desplome de los ingresos fiscales si se ralentiza la economía, un escenario que ya se dio con Zapatero poniendo al estado español al borde de la quiebra.
A estas alturas del sanchismo, salta a la vista que la única manera que tiene el PSOE de ganar unas elecciones es regalando dinero. Para esto sólo tiene dos canales: el doping electoral de doña Ursula von der Leyen a los gobiernos sumisos a la Agenda 2030 y el crecimiento económico. En el momento en que Pedro Sánchez piense que no va poder mantener el gasto un adelanto electoral tendría sentido. ¿Qué quedaría electoralmente de este gobierno si, aparte de todas sus carencias y vergüenzas, además tuviera que presentarse ante los españoles anunciando severos recortes?
Todo lo anterior no quiere decir que efectivamente vaya a anunciarse un adelanto electoral, pero sí que si este se anunciara desde luego no sería una sorpresa. Y si a la oposición le pilla por sorpresa será por su propia incapacidad de anticipación.
Desde luego si Pedro Sánchez convocara de repente en estos momentos elecciones anticipadas esto sería un claro signo de que vienen muy malos tiempos en el terreno económico. O sea, el único motivo de Pedro Sánchez para adelantar las elecciones sería pensar que el futuro va a ser peor que el presente de cara a una cita con las urnas. Un adelanto electoral sería el segundo síntoma de que el gobierno ve por delante un año para España lleno de atrición.
Efectivamente, un adelanto electoral sería el segundo síntoma de lo malo que estaría por venir. El primer síntoma sería ver al gobierno en una fase enloquecida de regalar dinero a todo el mundo. Antes de afrontar un recesión y un período de atrición adelantas las elecciones. Y antes de las elecciones regalas el dinero a manos llenas para tener contento al electorado. Pues bien, eso es justo lo que estamos viendo en los últimos días: los Reyes Magos se han adelantado a octubre, lo que resulta un tanto curioso y un sprint muy largo para estar pensando en agotar la legislatura y plantarse en un escenario peor que incierto a finales del año que viene.
Contextualizando esta impresión tenemos, entre otros, dos hechos que pueden ayudar a apuntalar las sospechas. En primer lugar FUNCAS acaba no sólo de reducir las estimaciones de crecimiento del PIB a un raquítico 0,7% en 2023, sino que contempla la posibilidad de terminar 2022 y empezar 2023 con dos trimestres en negativo, técnicamente una recesión.
Adicionalmente, con carácter previo a la presentación de los Presupuestos Generales, el gobernador del Banco de España ha comparecido en el Congreso para advertirle al gobierno de que tenga cuidado con el gasto y que puede haber un desplome de los ingresos fiscales si se ralentiza la economía, un escenario que ya se dio con Zapatero poniendo al estado español al borde de la quiebra.
A estas alturas del sanchismo, salta a la vista que la única manera que tiene el PSOE de ganar unas elecciones es regalando dinero. Para esto sólo tiene dos canales: el doping electoral de doña Ursula von der Leyen a los gobiernos sumisos a la Agenda 2030 y el crecimiento económico. En el momento en que Pedro Sánchez piense que no va poder mantener el gasto un adelanto electoral tendría sentido. ¿Qué quedaría electoralmente de este gobierno si, aparte de todas sus carencias y vergüenzas, además tuviera que presentarse ante los españoles anunciando severos recortes?
Todo lo anterior no quiere decir que efectivamente vaya a anunciarse un adelanto electoral, pero sí que si este se anunciara desde luego no sería una sorpresa. Y si a la oposición le pilla por sorpresa será por su propia incapacidad de anticipación.
