Cirujano de hierro
Será en Octubre
Lola Flores, su centenario y los futbolistas de su vida
Gerardo Coque y Gustavo Biosca figuraron en la biografía de la estrella de la que celebramos su Centenario
En estos días que conmemoramos el centenario de Lola Flores, debemos también recordar que durante mucho tiempo, a los futbolistas no se les conoció vida privada salvo la correspondiente a la BBC (Bodas, Bautizos y Comuniones). Pero todo el mundo sabía que tal cosa era ficticia. Ya en 1953, basándose en su amplia experiencia, el inefable y genial Pablo Hernández Coronado, que en su obra 'Las Cosas del Fútbol' definió a la perfección el fútbol pasado, presente y futuro, hizo pública su lista sobre los enemigos del futbolista, en la que figuraban 'novias' y 'amigotes'.
No entraremos en la discusión sobre si el sesso y el deporte de alto nivel son compatibles. Es amplia y antigua. Diremos que España, en general e históricamente, ha sido una sociedad bastante pacata. Dominada por una clase dirigente muy clerical, el sesso ha sido tabú prácticamente siempre. La llegada del siglo XX procuró, en algunos ambientes, algo más de libertad para tratar estos temas, a lo que puso rápido remedio la llegada del nacionalcatolicismo desde 1939. Para que se hagan una idea del tema, en un muy vendido manual de espiritualidad de los años 50 y 60 al sexto mandamiento se le dedican más de 100 páginas, y al séptimo, el 'no robarás' lo despachan en 20.
Pero, aun así, en el país del cotilleo y el erotismo vergonzante -regodearse en las intimidades ajenas, so capa de criticarlas- había cosas que 'se sabían'. Así se supo, aunque no se publicó, el romance que el defensa internacional del F.C. Barcelona Gustavo Biosca mantuvo con Lola Flores, la gran estrella del espectáculo femenino, en todos los sentidos, de la España de los 50 a los 80 y de la que ahora se conmemora su centenario, pese a que ella guardaba celosamente el secreto sobre su edad. "No canta ni baila, pero no se la pierdan", dijo de ella el New York Times durante una gira. Era mito 'artístico' y también erótico inconfesado en aquellos años de penuria en todos los sentidos, a la manera de Sofía Loren, Ava Gardner o incluso de una Marilyn Monroe 'racial' y 'españolísima'.
Gustavo Biosca
Aquello fue confirmado al cabo de los años en entrevistas retrospectivas y en las propias memorias de Lola, con rumores de escenas francamente eróticas: bailes con sucinta vestimenta (o sin ella), arreglos púbicos, Biosca presumiendo hasta el punto de ofrecer a sus amistades ser 'voyeurs' y embromándolos después... (ya saben la anécdota de Luis Miguel Dominguín y Ava Gardner: él se levanta de la cama y ella dice "¿Dónde vas?" y él responde "A contarlo"). El romance de Lola y Gustavo fue casi público. Se decía que Lola planificaba sus giras según el calendario del Barcelona o los partidos de la selección española. Pero tuvo un fin: Gustavo decidió sentar la cabeza y quedaron, como se ve, como amigos. Biosca fue, con Ladislao Kubala, segundo entrenador de la selección española.
Pero a la cantante, confesó, le quedó un cierto resquemor y según propia confesión, amistó con otro futbolista como cierta venganza hacia el anterior. Y aquello sí trascendió un poco más porque el 'elegido', Gerardo Coque, acabó malogrando su carrera por la relación que impulsó Lola, de lo que luego ella se arrepintió en sus memorias. (Shakira, como ven, no ha inventado nada: su famosa canción es simplemente la puesta al día de la tradición colombiana de 'musica del despecho').
Inmediatamente antes de la llegada de Kubala al Barcelona y de Di Stefano al Real Madrid, los equipos de moda del fútbol español fueron el Real Valladolid y el Atlético de Madrid. Se creó incluso entre ellos una rivalidad saldada con un 7-0 que en la temporada 1950-51 el Atlético endosó a los castellanos en un partido que hizo historia. Y en agosto de 1953 el Atlético de Madrid batió el récord de traspasos por un jugador español al pagarle al Valladolid un millón de pesetas por el centrocampista Gerardo Coque, que firmó por cuatro temporadas. Era la apuesta del Atlético para plantar cara al Barcelona de Kubala y al inminente Real Madrid de Di Stefano.
Pero el flamenco, en concreto el de Lola Flores, se cruzó en la carrera y en la vida de Coque. En la temporada 1953-54 jugó 24 partidos y marcó siete goles. Pero en la 54-55 apenas se alineó en siete ocasiones y en la 55-56, en ninguna. La rumorología sobre las razones de su crisis se vieron confirmados por un expediente que le abrió el Atlético por bajo rendimiento y ausencias injustificadas. Y tras expedientarle, el club denunció su contrato porque Coque había desaparecido, ni más ni menos. Al menos de Madrid y del Metropolitano porque llegaban noticias de una gira que Lola Flores desarrollaba por entonces por América, en la que Gerardo Coque no solo figuraba como apoderado y productor, sino que se fotografiaba junto a la estrella en la prensa local.
En las dos temporadas anteriores corrían por los mentideros de Madrid las anécdotas sobre la vida nocturna del futbolista y la estrella. En la tercera ya el asunto era del dominio público, aunque con cariz 'comercial': la cantante llegó incluso a 'comprar' el contrato del jugador que, por cierto, estaba casado y denunciado por su esposa por abandono de hogar, aunque de eso se hablaba menos. Sí fue rumor que por esa denuncia la policía fue a buscarle a casa de Lola, y allí le encontró escondido. Y también que al comprar el contrato de Coque, Lola habría dicho "Coque sólo tiene que meter goles 'aqui'", quedando el significado del 'aquí' a la interpretación del oyente.
En agosto de 1956 Coque había vuelto ya a Madrid. En una entrevista denunció la inquina que le tenía la directiva del Atlético, aunque se declaró dispuesto a seguir toda la vida en el club. Negó que hubiera sido bailarín en el espectáculo de Lola en México, y en cambio recalcó que se había estado entrenando a diario y podría volver a saltar al campo en cualquier momento. Sí volvió a jugar, pero no en el Atlético. Como decimos, Lola se declaró con el tiempo arrepentida de haber arruinado su carrera. Del Atlético pasó al Granada y luego al Racing. Se retiró en 1962 y falleció en 2006. Fue una vez internacional.
Hay que hacer notar que Lola, hasta que se casó en 1957, había tenido una vida sentimental amplia y tempestuosa, con multitud de nombres conocidos en ella y de la que se pueden encontrar gráficos detalles en libros de memorias y en viejas entrevistas, y eso sucedía en ese ambiente en que decíamos, levítico, represivo, con el sesso como tabú y deseo inconfesable, en el que la mujer era el sujeto y objeto fundamental de la represión. Aún en ese mundo, Lola vivió su vida como quiso y eso le debe ser contado como mérito. Cantase o no, bailase o no, Lola fue y sigue siendo, en su centenario, estrella. Para ello lo único imprescindible es tener 'carisma', y ella lo tenía.
Lola Flores, su centenario y los futbolistas de su vida
Gerardo Coque y Gustavo Biosca figuraron en la biografía de la estrella de la que celebramos su Centenario
En estos días que conmemoramos el centenario de Lola Flores, debemos también recordar que durante mucho tiempo, a los futbolistas no se les conoció vida privada salvo la correspondiente a la BBC (Bodas, Bautizos y Comuniones). Pero todo el mundo sabía que tal cosa era ficticia. Ya en 1953, basándose en su amplia experiencia, el inefable y genial Pablo Hernández Coronado, que en su obra 'Las Cosas del Fútbol' definió a la perfección el fútbol pasado, presente y futuro, hizo pública su lista sobre los enemigos del futbolista, en la que figuraban 'novias' y 'amigotes'.
No entraremos en la discusión sobre si el sesso y el deporte de alto nivel son compatibles. Es amplia y antigua. Diremos que España, en general e históricamente, ha sido una sociedad bastante pacata. Dominada por una clase dirigente muy clerical, el sesso ha sido tabú prácticamente siempre. La llegada del siglo XX procuró, en algunos ambientes, algo más de libertad para tratar estos temas, a lo que puso rápido remedio la llegada del nacionalcatolicismo desde 1939. Para que se hagan una idea del tema, en un muy vendido manual de espiritualidad de los años 50 y 60 al sexto mandamiento se le dedican más de 100 páginas, y al séptimo, el 'no robarás' lo despachan en 20.
Pero, aun así, en el país del cotilleo y el erotismo vergonzante -regodearse en las intimidades ajenas, so capa de criticarlas- había cosas que 'se sabían'. Así se supo, aunque no se publicó, el romance que el defensa internacional del F.C. Barcelona Gustavo Biosca mantuvo con Lola Flores, la gran estrella del espectáculo femenino, en todos los sentidos, de la España de los 50 a los 80 y de la que ahora se conmemora su centenario, pese a que ella guardaba celosamente el secreto sobre su edad. "No canta ni baila, pero no se la pierdan", dijo de ella el New York Times durante una gira. Era mito 'artístico' y también erótico inconfesado en aquellos años de penuria en todos los sentidos, a la manera de Sofía Loren, Ava Gardner o incluso de una Marilyn Monroe 'racial' y 'españolísima'.
Gustavo Biosca
Aquello fue confirmado al cabo de los años en entrevistas retrospectivas y en las propias memorias de Lola, con rumores de escenas francamente eróticas: bailes con sucinta vestimenta (o sin ella), arreglos púbicos, Biosca presumiendo hasta el punto de ofrecer a sus amistades ser 'voyeurs' y embromándolos después... (ya saben la anécdota de Luis Miguel Dominguín y Ava Gardner: él se levanta de la cama y ella dice "¿Dónde vas?" y él responde "A contarlo"). El romance de Lola y Gustavo fue casi público. Se decía que Lola planificaba sus giras según el calendario del Barcelona o los partidos de la selección española. Pero tuvo un fin: Gustavo decidió sentar la cabeza y quedaron, como se ve, como amigos. Biosca fue, con Ladislao Kubala, segundo entrenador de la selección española.
Pero a la cantante, confesó, le quedó un cierto resquemor y según propia confesión, amistó con otro futbolista como cierta venganza hacia el anterior. Y aquello sí trascendió un poco más porque el 'elegido', Gerardo Coque, acabó malogrando su carrera por la relación que impulsó Lola, de lo que luego ella se arrepintió en sus memorias. (Shakira, como ven, no ha inventado nada: su famosa canción es simplemente la puesta al día de la tradición colombiana de 'musica del despecho').
Inmediatamente antes de la llegada de Kubala al Barcelona y de Di Stefano al Real Madrid, los equipos de moda del fútbol español fueron el Real Valladolid y el Atlético de Madrid. Se creó incluso entre ellos una rivalidad saldada con un 7-0 que en la temporada 1950-51 el Atlético endosó a los castellanos en un partido que hizo historia. Y en agosto de 1953 el Atlético de Madrid batió el récord de traspasos por un jugador español al pagarle al Valladolid un millón de pesetas por el centrocampista Gerardo Coque, que firmó por cuatro temporadas. Era la apuesta del Atlético para plantar cara al Barcelona de Kubala y al inminente Real Madrid de Di Stefano.
Pero el flamenco, en concreto el de Lola Flores, se cruzó en la carrera y en la vida de Coque. En la temporada 1953-54 jugó 24 partidos y marcó siete goles. Pero en la 54-55 apenas se alineó en siete ocasiones y en la 55-56, en ninguna. La rumorología sobre las razones de su crisis se vieron confirmados por un expediente que le abrió el Atlético por bajo rendimiento y ausencias injustificadas. Y tras expedientarle, el club denunció su contrato porque Coque había desaparecido, ni más ni menos. Al menos de Madrid y del Metropolitano porque llegaban noticias de una gira que Lola Flores desarrollaba por entonces por América, en la que Gerardo Coque no solo figuraba como apoderado y productor, sino que se fotografiaba junto a la estrella en la prensa local.
En las dos temporadas anteriores corrían por los mentideros de Madrid las anécdotas sobre la vida nocturna del futbolista y la estrella. En la tercera ya el asunto era del dominio público, aunque con cariz 'comercial': la cantante llegó incluso a 'comprar' el contrato del jugador que, por cierto, estaba casado y denunciado por su esposa por abandono de hogar, aunque de eso se hablaba menos. Sí fue rumor que por esa denuncia la policía fue a buscarle a casa de Lola, y allí le encontró escondido. Y también que al comprar el contrato de Coque, Lola habría dicho "Coque sólo tiene que meter goles 'aqui'", quedando el significado del 'aquí' a la interpretación del oyente.
En agosto de 1956 Coque había vuelto ya a Madrid. En una entrevista denunció la inquina que le tenía la directiva del Atlético, aunque se declaró dispuesto a seguir toda la vida en el club. Negó que hubiera sido bailarín en el espectáculo de Lola en México, y en cambio recalcó que se había estado entrenando a diario y podría volver a saltar al campo en cualquier momento. Sí volvió a jugar, pero no en el Atlético. Como decimos, Lola se declaró con el tiempo arrepentida de haber arruinado su carrera. Del Atlético pasó al Granada y luego al Racing. Se retiró en 1962 y falleció en 2006. Fue una vez internacional.
Hay que hacer notar que Lola, hasta que se casó en 1957, había tenido una vida sentimental amplia y tempestuosa, con multitud de nombres conocidos en ella y de la que se pueden encontrar gráficos detalles en libros de memorias y en viejas entrevistas, y eso sucedía en ese ambiente en que decíamos, levítico, represivo, con el sesso como tabú y deseo inconfesable, en el que la mujer era el sujeto y objeto fundamental de la represión. Aún en ese mundo, Lola vivió su vida como quiso y eso le debe ser contado como mérito. Cantase o no, bailase o no, Lola fue y sigue siendo, en su centenario, estrella. Para ello lo único imprescindible es tener 'carisma', y ella lo tenía.
Lola Flores, su centenario y los futbolistas de su vida