Antiparticula
Será en Octubre
N-ésimo hilo para reírnos de un propietario inmobiliario que confraternizó con los valores del socialismo y ahora está disfrutando de lo votado. Ejke "los que somos trabajadores y nos dejamos la piel, y es que ya no podemos más, esto es un infierno"
Tras la décimo primera prórroga del polémico decreto antidesahucios, las víctimas de la okupación tienen las esperanzas puestas en que alguno de los socios de investidura se plante y rechace convalidarlo en el Congreso. Unos miran a Junts y otros al PNV, los dos aliados de Sánchez que más "empatía" han mostrado en los últimos meses en las reuniones que han mantenido con ellos.
"Aitor Esteban reconoció una vez que más del 90% de los alquileres están en manos de pequeños propietarios y que esto nos estaba haciendo mucho daño, así que a mí me gustaría hacerle un llamamiento para que no alarguen más esta situación", dice desesperado Aketza, un bilbaíno que lleva dos años y medio intentando echar a sus inquiokupas sin éxito.
"Al final nos están haciendo vulnerables a nosotros, a los que somos trabajadores y nos dejamos la piel, y es que ya no podemos más, esto es un infierno", denuncia el propietario, que insiste en que, además, si consideran que hay que ayudar a alguien, lo que tienen que hacer es buscarle una alternativa habitacional y no cargar esa responsabilidad a los particulares.
El primer mes ya lo pagó tarde y, a partir de ahí, un mes pagaba bien, dos o tres estaba sin pagar y vuelta a empezar
Al año y medio, y tras insistirle en que se fuera o que se quedara al menos solo con el piso, decidió denunciarla por impago. Desde entonces, el juez ha fijado dos fechas de lanzamiento, pero la joven, que además se quedó embarazada de nuevo, alegó vulnerabilidad. "Sobre el papel, ni su novio ni el de su hermana, que eran los que trabajaban, vivían con ellas, así que paralizaron el desahucio apelando al decreto del Gobierno y, como ahora ya han dicho que lo van a prorrogar, pues veremos a ver qué pasa", lamenta.
No trabajan porque no quieren, porque ellas tendrán unos 30 años y podrían trabajar en lo que fuera, pero, claro, es más fácil vivir de las ayudas, y eso también es culpa de las administraciones
En este sentido, el propietario advierte del daño que se está haciendo a los trabajadores para beneficiar a supuestos vulnerables que, según denuncia, tampoco hacen nada para dejar de serlo. "Ninguno de los adultos que hay en esa casa trabaja, pero no trabajan porque no quieren, porque ellas tendrán unos 30 años y podrían trabajar en lo que fuera, pero, claro, es más fácil vivir de las ayudas —les recrimina— y eso también es culpa de las administraciones, porque a esta gente no hay que darles dinero, lo que hay que darles es trabajo".
El vasco que suplica al PNV que tumbe el decreto antidesahucios: "Que se lleven a los okupas a Moncloa o a su casa"
Aketza es uno de los damnificados por la nueva prórroga aprobada por el Gobierno de Pedro Sánchez, que deberá ser convalidada en el Congreso.
Tras la décimo primera prórroga del polémico decreto antidesahucios, las víctimas de la okupación tienen las esperanzas puestas en que alguno de los socios de investidura se plante y rechace convalidarlo en el Congreso. Unos miran a Junts y otros al PNV, los dos aliados de Sánchez que más "empatía" han mostrado en los últimos meses en las reuniones que han mantenido con ellos.
"Aitor Esteban reconoció una vez que más del 90% de los alquileres están en manos de pequeños propietarios y que esto nos estaba haciendo mucho daño, así que a mí me gustaría hacerle un llamamiento para que no alarguen más esta situación", dice desesperado Aketza, un bilbaíno que lleva dos años y medio intentando echar a sus inquiokupas sin éxito.
"Al final nos están haciendo vulnerables a nosotros, a los que somos trabajadores y nos dejamos la piel, y es que ya no podemos más, esto es un infierno", denuncia el propietario, que insiste en que, además, si consideran que hay que ayudar a alguien, lo que tienen que hacer es buscarle una alternativa habitacional y no cargar esa responsabilidad a los particulares.
Un favor que le ha terminado saliendo caro
Su calvario se remonta cuatro años atrás: "Me hablaron de una progenitora y una hija que no tenían donde ir y, por hacerles un favor, decidí alquilarles el piso por 475 euros y la lonja que hay justo debajo por 275, porque me dijo que la necesitaba como trastero". Lo que no se imaginaba es que empezaría a tener problemas desde el minuto uno. "El primer mes ya lo pagó tarde y, a partir de ahí, un mes pagaba bien, dos o tres estaba sin pagar y vuelta a empezar", recuerda Aketza, que, además, denuncia que, a pesar de que inicialmente el piso solo era para ella, terminó metiendo a su novio, a su hermana y a sus hijos, y hasta a sus padres.El primer mes ya lo pagó tarde y, a partir de ahí, un mes pagaba bien, dos o tres estaba sin pagar y vuelta a empezar
Al año y medio, y tras insistirle en que se fuera o que se quedara al menos solo con el piso, decidió denunciarla por impago. Desde entonces, el juez ha fijado dos fechas de lanzamiento, pero la joven, que además se quedó embarazada de nuevo, alegó vulnerabilidad. "Sobre el papel, ni su novio ni el de su hermana, que eran los que trabajaban, vivían con ellas, así que paralizaron el desahucio apelando al decreto del Gobierno y, como ahora ya han dicho que lo van a prorrogar, pues veremos a ver qué pasa", lamenta.
SOS a los políticos
Precisamente por eso, Aketza hace un llamamiento tanto al Ejecutivo, como al resto de grupos parlamentarios que lo sustentan: "En la Plataforma de Afectados por la Ocupación hemos lanzado una campaña que se llama ‘Adopta a mi inquiokupa’, así que si los quieren, que se los lleven a Moncloa o a su casa, pero nosotros no tenemos por qué ser su escudo social".No trabajan porque no quieren, porque ellas tendrán unos 30 años y podrían trabajar en lo que fuera, pero, claro, es más fácil vivir de las ayudas, y eso también es culpa de las administraciones
En este sentido, el propietario advierte del daño que se está haciendo a los trabajadores para beneficiar a supuestos vulnerables que, según denuncia, tampoco hacen nada para dejar de serlo. "Ninguno de los adultos que hay en esa casa trabaja, pero no trabajan porque no quieren, porque ellas tendrán unos 30 años y podrían trabajar en lo que fuera, pero, claro, es más fácil vivir de las ayudas —les recrimina— y eso también es culpa de las administraciones, porque a esta gente no hay que darles dinero, lo que hay que darles es trabajo".