Koriel
Madmaxista
El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha puesto fin a décadas de acción afirmativa o discriminación positiva por motivos de raza en el acceso a la universidad. En dos históricas sentencias recién publicadas, una referente a la Universidad de Harvard y otra a la de Carolina del Norte, los jueces del Supremo, de mayoría conservadora, han puesto fin a una política que tradicionalmente ha favorecido principalmente a estudiantes neցros y latinos.
Las sentencias, con introducción y votos particulares, ocupan 237 páginas. El Supremo se ha dividido y la mayoría conservadora ha impuesto su criterio de acabar con la discriminación positiva. “Eliminar la discriminación racial significa eliminarla en su totalidad”, dice la sentencia, firmada por el presidente del tribunal, John Roberts.
Según la sentencia, “los sistemas de admisión de los demandados, por bien intencionados que sean y aplicados de buena fe, incumplen cada uno de los criterios [exigidos para tomar la raza en consideración en las admisiones]. Por lo tanto, deben ser invalidados” en virtud de la cláusula de igualdad de la Constitución, incluida en la 14ª enmienda. Según la sentencia, no cumplen con el doble mandato de dicha cláusula de que la raza nunca puede utilizarse como “negativo” y de que no puede funcionar como estereotipo.
La jueza progresista Sonia Sotomayor ha formulado un voto particular en que señala que la decisión “hace retroceder décadas de precedentes y progresos trascendentales”. En otro voto particular, la jueza Ketanji Brown Jackson, la primera mujer de color que accede al Supremo, es aún más contundente: “Es una verdadera tragedia para todos nosotros”.
El promotor de los recursos ha sido Edward Blum, fundador de Estudiantes por Admisiones Justas (SFFA por sus siglas en inglés), activista obsesionado en combatir la discriminación positiva, que considera que perjudica a los estudiantes blancos y asiáticoamericanos. Lleva años batallando. Impugnó en paralelo los sistemas de admisiones de la Universidad de Harvard y de la de Carolina del Norte. Unos y otros expusieron sus posiciones ante el tribunal en octubre pasado.
Por lo que se ve, los votos particulares, de dos mujeres, son emocionales. En cambio, la Sentencia es racional.
Las sentencias, con introducción y votos particulares, ocupan 237 páginas. El Supremo se ha dividido y la mayoría conservadora ha impuesto su criterio de acabar con la discriminación positiva. “Eliminar la discriminación racial significa eliminarla en su totalidad”, dice la sentencia, firmada por el presidente del tribunal, John Roberts.
Según la sentencia, “los sistemas de admisión de los demandados, por bien intencionados que sean y aplicados de buena fe, incumplen cada uno de los criterios [exigidos para tomar la raza en consideración en las admisiones]. Por lo tanto, deben ser invalidados” en virtud de la cláusula de igualdad de la Constitución, incluida en la 14ª enmienda. Según la sentencia, no cumplen con el doble mandato de dicha cláusula de que la raza nunca puede utilizarse como “negativo” y de que no puede funcionar como estereotipo.
La jueza progresista Sonia Sotomayor ha formulado un voto particular en que señala que la decisión “hace retroceder décadas de precedentes y progresos trascendentales”. En otro voto particular, la jueza Ketanji Brown Jackson, la primera mujer de color que accede al Supremo, es aún más contundente: “Es una verdadera tragedia para todos nosotros”.
El promotor de los recursos ha sido Edward Blum, fundador de Estudiantes por Admisiones Justas (SFFA por sus siglas en inglés), activista obsesionado en combatir la discriminación positiva, que considera que perjudica a los estudiantes blancos y asiáticoamericanos. Lleva años batallando. Impugnó en paralelo los sistemas de admisiones de la Universidad de Harvard y de la de Carolina del Norte. Unos y otros expusieron sus posiciones ante el tribunal en octubre pasado.
El Tribunal Supremo de EE UU da un golpe mortal a la discriminación racial positiva en las universidades
La sentencia anula los sistemas de selección de Harvard y Carolina del Norte, aunque admite que se tomen en cuenta otros criterios de diversidad en el acceso a la enseñanza superior
elpais.com
Por lo que se ve, los votos particulares, de dos mujeres, son emocionales. En cambio, la Sentencia es racional.