El primo del Adric
Madmaxista
DOMINGO, 14 NOVIEMBRE 2021 09:04
El único toro de fuego que se celebra en Castilla y León ha vuelto a encender la noche de Medinaceli, recuperando una tradición milenaria que hizo un paréntesis obligado el año pasado por la esa época en el 2020 de la que yo le hablo y haciendo oídos sordos de las peticiones de abolición de los colectivos animalistas.
El año de esa época en el 2020 de la que yo le hablo esta tradición milenaria no se celebró y los aficionados al toro jubilo tuvieron que conformarse con una exposición fotográfica sobre el mismo montada en el Palacio Ducal. Pero este año, el toro jubilo ha regresado con fuerza, con alrededor de dos mil personas que han acudido a la plaza Mayor medinense en una fría noche y más de una hora de festejo.
En 2018 el toro jubilo regresó a la normalidad ante la ausencia de los incidentes que desde 2014 venían protagonizando colectivos animalistas que intentaron boicotear su celebración. Y este año, los animalistas no han intentado sabotear este festejo aunque el PACMA ha vuelto a exigir en la jornada previa al Ayuntamiento de Medinaceli que paralizase la celebración del Toro Jubilo, al que han calificado como un "cruel festejo taurino".
La formación animalista presentó hace unos años un informe que corrobora el "enorme sufrimiento" al que se somete a los animales en este tipo de festejos, celebrados sobre todo en la Comunidad Valenciana, Aragón y Cataluña.
"No comprendemos que a día de hoy se siga celebrando el Toro Jubilo. Exigimos a la Junta de Castilla y León y al Ayuntamiento de Medinaceli que paralice este festejo y ponga fin a esta barbarie", ha demandado el presidente de PACMA, Javier Luna.
Los partidarios de la abolición de este festejo tradicional no han acudido esta noche hasta Medinaceli, aunque la Subdelegación del Gobierno en Soria ha mantenido un dispositivo de seguridad, con menos efectivos que los últimos años, en previsión de su presencia a última hora y para garantizar la normal celebración del festejo.
La entrada a Medinaceli por carretera ha vuelto a estar regulada, como en los últimos años, por agentes de la Guardia Civil.
El toro jubilo ha sido puntual a su cita, saliendo ensogado de los improvisados toriles a las 11:30 horas de la noche, para que los mozos de Medinaceli le amarrasen a un palo y le embadurnasen de una capa de barro, antes de encender sus cornamenta extraordinaria de bolas de fuego y le soltasen a la plaza.
La primera bola de fuego se ha apagado pasados cuarenta minutos y la segunda se ha demorado otros diez minutos, momento en que se ha dado por finalizado el festejo, más de una hora de celebración que ha sido despedida con aplausos y fuegos artificiales.
Los colectivos animalistas estuvieron a punto de boicotear la celebración del toro jubilo en 2014, cuando varios de sus miembros saltaron a la improvisada plaza de toros, en Medinaceli, y se encadenaron al poste donde el toro tenía que ser ensogado para colocarle la gamella.
Después de un parón de casi una hora fueron desalojados por las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado.
El alcalde de Medinaceli, Felipe Utrilla, ha manifestado a EFE que el toro jubilo se mantendrá siempre que quieran los vecinos y ha defendido que la protección de la que goza en la actualidad es suficiente.
La Consejería de la Presidencia de la Junta de Castilla y León declaró, por orden fechada el 18 de septiembre de 2002, al toro de jubilo como espectáculo taurino tradicional, por existir constancia documental de su celebración desde el siglo XVI (1568 y 1598).
El único toro de fuego que se celebra en Castilla y León ha vuelto a encender la noche de Medinaceli, recuperando una tradición milenaria que hizo un paréntesis obligado el año pasado por la esa época en el 2020 de la que yo le hablo y haciendo oídos sordos de las peticiones de abolición de los colectivos animalistas.
El año de esa época en el 2020 de la que yo le hablo esta tradición milenaria no se celebró y los aficionados al toro jubilo tuvieron que conformarse con una exposición fotográfica sobre el mismo montada en el Palacio Ducal. Pero este año, el toro jubilo ha regresado con fuerza, con alrededor de dos mil personas que han acudido a la plaza Mayor medinense en una fría noche y más de una hora de festejo.
En 2018 el toro jubilo regresó a la normalidad ante la ausencia de los incidentes que desde 2014 venían protagonizando colectivos animalistas que intentaron boicotear su celebración. Y este año, los animalistas no han intentado sabotear este festejo aunque el PACMA ha vuelto a exigir en la jornada previa al Ayuntamiento de Medinaceli que paralizase la celebración del Toro Jubilo, al que han calificado como un "cruel festejo taurino".
La formación animalista presentó hace unos años un informe que corrobora el "enorme sufrimiento" al que se somete a los animales en este tipo de festejos, celebrados sobre todo en la Comunidad Valenciana, Aragón y Cataluña.
"No comprendemos que a día de hoy se siga celebrando el Toro Jubilo. Exigimos a la Junta de Castilla y León y al Ayuntamiento de Medinaceli que paralice este festejo y ponga fin a esta barbarie", ha demandado el presidente de PACMA, Javier Luna.
Los partidarios de la abolición de este festejo tradicional no han acudido esta noche hasta Medinaceli, aunque la Subdelegación del Gobierno en Soria ha mantenido un dispositivo de seguridad, con menos efectivos que los últimos años, en previsión de su presencia a última hora y para garantizar la normal celebración del festejo.
La entrada a Medinaceli por carretera ha vuelto a estar regulada, como en los últimos años, por agentes de la Guardia Civil.
El toro jubilo ha sido puntual a su cita, saliendo ensogado de los improvisados toriles a las 11:30 horas de la noche, para que los mozos de Medinaceli le amarrasen a un palo y le embadurnasen de una capa de barro, antes de encender sus cornamenta extraordinaria de bolas de fuego y le soltasen a la plaza.
La primera bola de fuego se ha apagado pasados cuarenta minutos y la segunda se ha demorado otros diez minutos, momento en que se ha dado por finalizado el festejo, más de una hora de celebración que ha sido despedida con aplausos y fuegos artificiales.
Los colectivos animalistas estuvieron a punto de boicotear la celebración del toro jubilo en 2014, cuando varios de sus miembros saltaron a la improvisada plaza de toros, en Medinaceli, y se encadenaron al poste donde el toro tenía que ser ensogado para colocarle la gamella.
Después de un parón de casi una hora fueron desalojados por las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado.
El alcalde de Medinaceli, Felipe Utrilla, ha manifestado a EFE que el toro jubilo se mantendrá siempre que quieran los vecinos y ha defendido que la protección de la que goza en la actualidad es suficiente.
La Consejería de la Presidencia de la Junta de Castilla y León declaró, por orden fechada el 18 de septiembre de 2002, al toro de jubilo como espectáculo taurino tradicional, por existir constancia documental de su celebración desde el siglo XVI (1568 y 1598).
