Solidario García
Madmaxista
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La triple curva ascendente de los delitos sexuales: más agresiones, más manadas... y más denuncias
El último Informe sobre delitos contra la libertad sensual en España realizado por el Ministerio del Interior muestra una realidad inquietante: cada vez se registran más delitos sex
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El último Informe sobre delitos contra la libertad sensual en España realizado por el Ministerio del Interior muestra una realidad inquietante: cada vez se registran más delitos sensuales en España. En 2022 se notificaron un total de 19.013 casos, lo que supuso un aumento del 11,7% respecto al año anterior. Además, el balance de criminalidad de los primeros nueve meses de 2023 indica que esta tendencia, al alza desde 2016, se ha mantenido durante el año pasado.
Aunque en las conclusiones del informe de Interior se destaca el «altísimo grado de eficacia policial» respecto de este tipo de delitos, ya que durante 2022 se llegaron a esclarecer el 79,8% de los mismos, las cifras son preocupantes: hubo 11.426 agresiones y abusos sensuales y 4.270 violaciones, unos números que no se habían alcanzado nunca antes. Lo mismo ocurre con los delitos cometidos por dos o más responsables, en los que se llegó al máximo de la serie histórica: 414 casos de abusos y 218 violaciones. A nivel general, el año pasado aumentaron todos los tipos penales por delitos sensuales, salvo la pronografía de menores, el contacto con tecnología con menor de 16 años y los delitos relativos a la prespitación.
En lo que respecta a los delitos cometidos en grupo, Natalia Ortega, directora de Activa Psicología en Madrid, señala la pronografía como la causa fundamental: «Los menores normalizan situaciones de violencia que luego pueden reproducir e incluso grabar». Internet facilita que reciban una información en la que no son capaces de discernir la ficción de la realidad, puesto que a nivel evolutivo no están preparados para asimilar lo que ven a través de la pronografía. «Cuando no tienen un lugar oficial del que extraer información recurren a internet, cuyo contenido sensual siempre está marcado por la desigualdad, el machismo, el racismo y la violencia».
Especialmente preocupantes resultan las cifras que afectan a los menores de edad. El 44,5% de las víctimas de algún delito sensual en 2022 tuvo menos de 18 años: un 20,3% fueron niñas menores de 13 años y un 23,9%, adolescentes de entre 14 y 17. No obstante, que ahora se notifiquen más este tipo de delitos no sólo significa que se produzcan más que antes, sino que ahora hay también una mayor concienciación respecto de ello: «El hecho de que aumenten las denuncias no tiene que implicar que aumenten los delitos, sino también su visibilización y denuncia», subraya Carmela del jovenlandesal, responsable de políticas de infancia en Save the Children. Además, los datos de esta ONG muestran que, en ocho de cada 10 casos, los menores conocían en mayor o menor grado a la persona que abusó de ellos: «Es esencial, desde edades muy tempranas, que puedan reconocer cuando están siendo víctimas de abuso sensual para que denuncien».
En la misma línea se sitúa Natalia Ortega, directora de Activa Psicología en Madrid: «La parte positiva es que cada vez se silencia menos, estamos empezando a tomar conciencia de la cruda realidad». Señala que, más allá de los abusos que se producen en las familias, las redes sociales están jugando un papel fundamental en el aumento de casos entre los menores: «A través del sexting se intercambian imágenes, y eso sirve luego para coaccionar a la víctima o hacerle un acoso continuo hasta conseguir algo por su parte». Además, este tipo de comportamientos son más difíciles de detectar al principio. «Tienen mucha vergüenza para contárselo a sus padres, tras verse sumergidos en internet y al haber estado contactando con desconocidos. Sólo dan el paso cuando no pueden más». Ambas expertas coinciden en señalar la falta de educación sensual en los colegios como uno de los principales problemas a la hora de abordar esta cuestión: «Que haya una asignatura a nivel nacional es un deber pendiente. Es básico que esté dentro de la educación, y no lo está porque la sexualidad sigue siendo un tabú absoluto».