El sumidero

cuchilla

Madmaxista
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3 Abr 2008
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Cuanto más tardéis los españoles en convenceros de que estáis en la ruina, de que España es ya un sumidero que lleva a una cloaca llena de zullas camino del océano, peores consecuencias traerá para vosotros y para vuestras familias. Estáis tiesos como momias porque habéis vivido estos últimos 13 años -desde la llegada de Aznar al poder, siempre en curva ascendente, aunque mucho más desde que arribó a La Moncloa el augusto dinamitero - un 14% por encima de vuestras posibilidades, de media. Por eso, produciendo 900.000 millones de euros al año, habéis gastado 1.025.000 millones, y os habéis endeudado anualmente 125.000 millones de euros. Total, siempre de media, en 13 años, debéis 1.600.000 millones de euros al exterior, 800.000 millones de ellos, los ladrones de los bancos; el resto, las empresas y los particulares.

Con estas cifras, y en la situación de crack actual, os darán a todos por ojo ciego con absoluta seguridad, tanto como si entrarais en el cuarto oscuro de un pub de gaies sin calzoncillos y con el ojo ciego al aire.

Hay niveles de blindaje ante la ruina que viene, claro:

-Si te llamas Botín o Entrecanales, no hay problema, porque estás en el más seguro de los lugares posibles, con leyes redactadas a tu antojo y conveniencia, y una pléyade de servidores listos para churupartela cuando necesites higiene en el glande. Y tienes una inmensísima fortuna en varios paraísos fiscales esperándote a ti, a tu familia, a tu querida y a un par de nínfulas que tienes en reserva para cuando ésta ya no te la ponga tiesa.

-Si te llamas Zapatero, Montilla o Aguirre, no estás en tan buena posición, porque tu cuello peligra un poco. Pero poco. Haría falta mucha violencia callejera-popular para eso, la mayor parte de la gente está subvencionada, y se interpone entre tu cuello y la justicia popular tu seguridad personal, la policía y el Ejército. Además de que, debidamente asesorado por tu amo, Botín, también tienes un capitalito a buen recaudo en algún paraíso fiscal, y puedes fugarte si la cosa se pone mala (igual que el falangista Felipe González).

-Si te llamas Peláez o Romerales o cualquier otra cosa, y eres funcionario, la cosa está ya bastante peor, porque tu sueldo peligra. Porque eres uno entre 6 millones de funcionarios, interinos, peuso-funcionarios, contratados laborales, asesores, adheridos machacapollas y mamonas de archivo creados en oleadas durante estos treinta años (por los ayuntamientos, los consejos comarcales, las diputaciones, los parlamentos autonómicos y el Parlamento Español, más todos los estamentos pre-existentes del franquismo; y en todas sus dependencias, delegaciones y empresas públicas o mixtas) que para eso ha desaparecido la figura del cesante típica de la alternancia de Canovas y Sagasta. ¡Que en España abulta más la envoltura que la criatura, huevones! Que sepas, funcionariete, que el Estado estará en suspensión de pagos pronto y no te pagará más por las 37,5 horas semanales que empleas, aplastando tu apestoso ojo ciego en el sillón ante un ordenador, en liar al resto de los ciudadanos españoles, me gusta la fruta, que eres un me gusta la fruta, y lo sabes. No. No hablo de ti, maestro de escuela o médico de urgencias; sino de esos otros millones de cerdos que multan, tramitan las sanciones, organizan y establecen burocracias imposibles, ponen la mano para "acelerar el expediente"; o de los que, simplemente, no van a trabajar y pasan el día en el Sindicato o el Partido, y medran a costa del erario público. Pronto pasaremos cuentas.

-Si te llamas López o lo que sea, y eres pequeño empresario, o un autónomo, sabe que estás ya en los días previos al fallecimiento por cáncer terminal y al entierro de tu economía: adiós a tu Audi, a tu casita pareada, al colegio francés de los nenes, a las compras en El Corte Inglés de tu mujer... Como eres un cabrón, más arrugado que el sobaco de una tortuga, no harás nada para salvarte. Esperarás un milagro, que para eso eres religioso (sí, sí, religioso: católico, socialista, nacionalista o del Barça, da igual: crees en cualquier cosa menos en ti mismo).

-Si te llamas Pérez o Casquero o cualquier otra cosa, y eres un empleado por cuenta ajena, vives ya desde siempre más apretado que la escotilla de un submarino. Como te has atrevido -siguiendo las directrices de la cretina de tu mujer, que para eso tenía un empleucho: para feminizarse y mangonear- a comprarte un pisucho mal construido en el extrarradio de cualquier ciudad-dormitorio, estás a pique del suicidio: tu mujer ha perdido ese magnífico empleo de 600 euros que tenía, y que pagaba la hipoteca; a ti ya te han advertido que, con tu exiguo rendimiento laboral, que trabajas menos que un támpax en un asilo, a pesar de estar afiliado a UGT, te van a echar a la calle en el próximo ERE, a menos que aceptes una reducción de sueldo del 25% y un aumento de jornada de otro 25%. A pesar de que has ido al banco a preguntar por la reducción de cuota hipotecaria a la mitad en caso de paro, y te han contestado con una risotada, sigues confiando en las promesas de Zapatero porque no te queda más remedio, lo mismo que ese herido de fin a punto de palmar que gime un “¡Dios mío!” que no significa nada.

-Pero si te llamas Nadie, y estás ya en el paro, sin subsidio de desempleo, con el teléfono, la luz, el agua y el gas cortados y pendiente de lanzamiento, consecuencia de embargo hipotecario por el BSCH, eres el único ser libre de entre todos. Créeme: Libre, porque pronto estarás en la fruta calle, tu mujer te habrá abandonado llevándose al par de repulsivos, gritones y pagados de sí mismos cachos de carne con ojos, que nunca deseaste, que parió a tu costa para alcanzar “la perfecta felicidad”, y verás la luz de la verdad: tu vida no ha tenido el menor sentido hasta ahora. Quizá hasta cojas el poco dinero que te queda, te hagas con un arma y te suicides. Pero eso sería una estupidez, porque puedes darle mejor uso, y juegas con la ventaja respecto al resto de los mamonazos españoles de saber ya que nada tiene remedio, que nos vamos todos pendiente abajo por el sumidero. ¡Es a partir de ahora cuando te va a sobrar el trabajo!

MALDITO HIJO DE cortesana


(*): EL SUMIDERO
 
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