Malditos Bastardos
Será en Octubre
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Isabel Díaz Ayuso realmente no engaña a nadie, ella sigue a lo suyo desplegando su agenda neoliberal en la Comunidad de Madrid.
Y mientras siga teniendo mayorías absolutas, los que no pensamos igual que ella y la consideramos un peligro, solo nos queda subir un X y cagarnos en todo lo cagable, intentando hacer un ejercicio más o menos intelectual, para aliviar nuestra frustración.
Entre sus principales objetivos destacan dos que se le nota muchísimo que le hacen una especial ilusión,
El progresivo desmantelamiento de la sanidad pública y la tras*formación ultraliberal del sistema educativo madrileño, desde las escuelas hasta la universidad.
Ella sin duda por su agresividad va un paso más allá del neoliberalismo, está más cerca al libertarismo de Milei.
Esto claro su enfoque hacia las universidades privadas, las cuales consideran pilares fundamentales de su modelo ultraliberal y lo más probable es que tenga que ver su época de estudiante o como le marcó profundamente en su forma de pensar.
Madrid es la comunidad autónoma que menos invierte por alumno en toda España, mientras que las familias madrileñas son las que más pagan en matrículas universitarias.
Esta combinación fomenta la desigualdad y limita las oportunidades de quienes dependen de la educación pública.
Las universidades privadas, por otro lado, cumplen una función estratégica en su visión: convertirse en espacios exclusivos donde las élites económicas y políticas interactúan sin mezclarse con estudiantes de clases menos favorecidas.
Este fenómeno, conocido como "capital relacional", no es más que la creación de redes de contactos que facilitan carreras empresariales o políticas dentro de un círculo cerrado y privilegiado.
Además, estas instituciones funcionan como refugio para estudiantes con recursos, pero sin méritos académicos destacados, algo muy habitual, por cierto.
En el entorno elitista, es importante que los padres puedan presumir que su hijo está en la universidad, aunque todos saben que "Borja Mari" es un lerdo, viciado de la play, o un juerguista infantil.
Para los estudiantes de segundo de bachillerato, la presión es inmensa. La competencia por entrar en una universidad pública es feroz debido a las altas notas de corte y la falta de plazas.
Esto deja un mensaje claro: si tienes dinero, puedes evitar el estrés y el esfuerzo accediendo a una universidad privada.
Pero si no lo tienes, deberás esforzarte al máximo, aunque eso no garantiza resultados.
La "meritocracia" que defienden los rancios no es más que un sistema que privilegia a quienes tienen dinero, mientras castiga a los que carecen de recursos.
En realidad, el modelo beneficia a los menos capacitados siempre que puedan pagar.
Las universidades, sean públicas o privadas, son generadoras de ideas y pensamiento crítico.
Ayuso entiende perfectamente esta función, no tiene mucha simpatía por la gente brillante intelectualmente, una buena razón por no fortalecer a las instituciones públicas, son una fábrica de gente de izquierdas o eso cree.
Por el contrario, prefiere un modelo donde las universidades privadas sirven a los intereses de sus dueños: fondos de inversión y empresas que no priorizan el bien común.
¿Qué puede aportar una universidad propiedad de un fondo de inversión sobre temas como el derecho a la vivienda, la justicia fiscal o de economía?
Sus investigaciones, si llegan a realizarse, estarán orientadas a favorecer a los propietarios y al mercado, no a la sociedad.
Por eso, el PP evita financiar adecuadamente las universidades públicas, mejorar las condiciones laborales de los profesores o aumentar las plazas disponibles para garantizar el acceso a una educación de calidad para todos.
Su prioridad es promover un sistema educativo que perpetúe el pensamiento neoliberal y refuerce las redes de las élites económicas, controlando con " su gente".
Si algo hay que reconocerle a Ayuso, es que nunca ha ocultado su ideología.
Sus políticas son coherentes con su visión del mundo, pero esa tras*parencia resulta peligrosa cuando consigue el apoyo de amplias capas de la población que se ven directamente perjudicadas por su modelo.
Su mayor virtud política, quizás, es su capacidad para captar votos de aquellos que terminan perjudicándose a sí mismos y a sus familias.
Y ahí radica la gran tragedia.
“Los corderos van al matadero. No se dicen nada ni esperan nada. Pero al menos no votan por el matarife que los sacrificará ni por el burgués que se los comerá”.
Pero ocurre que en algunas sociedades hay quienes son corderos y votan a matarifes
Octave Mirbeau
Y mientras siga teniendo mayorías absolutas, los que no pensamos igual que ella y la consideramos un peligro, solo nos queda subir un X y cagarnos en todo lo cagable, intentando hacer un ejercicio más o menos intelectual, para aliviar nuestra frustración.
Entre sus principales objetivos destacan dos que se le nota muchísimo que le hacen una especial ilusión,
El progresivo desmantelamiento de la sanidad pública y la tras*formación ultraliberal del sistema educativo madrileño, desde las escuelas hasta la universidad.
Ella sin duda por su agresividad va un paso más allá del neoliberalismo, está más cerca al libertarismo de Milei.
Esto claro su enfoque hacia las universidades privadas, las cuales consideran pilares fundamentales de su modelo ultraliberal y lo más probable es que tenga que ver su época de estudiante o como le marcó profundamente en su forma de pensar.
Madrid es la comunidad autónoma que menos invierte por alumno en toda España, mientras que las familias madrileñas son las que más pagan en matrículas universitarias.
Esta combinación fomenta la desigualdad y limita las oportunidades de quienes dependen de la educación pública.
Las universidades privadas, por otro lado, cumplen una función estratégica en su visión: convertirse en espacios exclusivos donde las élites económicas y políticas interactúan sin mezclarse con estudiantes de clases menos favorecidas.
Este fenómeno, conocido como "capital relacional", no es más que la creación de redes de contactos que facilitan carreras empresariales o políticas dentro de un círculo cerrado y privilegiado.
Además, estas instituciones funcionan como refugio para estudiantes con recursos, pero sin méritos académicos destacados, algo muy habitual, por cierto.
En el entorno elitista, es importante que los padres puedan presumir que su hijo está en la universidad, aunque todos saben que "Borja Mari" es un lerdo, viciado de la play, o un juerguista infantil.
Para los estudiantes de segundo de bachillerato, la presión es inmensa. La competencia por entrar en una universidad pública es feroz debido a las altas notas de corte y la falta de plazas.
Esto deja un mensaje claro: si tienes dinero, puedes evitar el estrés y el esfuerzo accediendo a una universidad privada.
Pero si no lo tienes, deberás esforzarte al máximo, aunque eso no garantiza resultados.
La "meritocracia" que defienden los rancios no es más que un sistema que privilegia a quienes tienen dinero, mientras castiga a los que carecen de recursos.
En realidad, el modelo beneficia a los menos capacitados siempre que puedan pagar.
Las universidades, sean públicas o privadas, son generadoras de ideas y pensamiento crítico.
Ayuso entiende perfectamente esta función, no tiene mucha simpatía por la gente brillante intelectualmente, una buena razón por no fortalecer a las instituciones públicas, son una fábrica de gente de izquierdas o eso cree.
Por el contrario, prefiere un modelo donde las universidades privadas sirven a los intereses de sus dueños: fondos de inversión y empresas que no priorizan el bien común.
¿Qué puede aportar una universidad propiedad de un fondo de inversión sobre temas como el derecho a la vivienda, la justicia fiscal o de economía?
Sus investigaciones, si llegan a realizarse, estarán orientadas a favorecer a los propietarios y al mercado, no a la sociedad.
Por eso, el PP evita financiar adecuadamente las universidades públicas, mejorar las condiciones laborales de los profesores o aumentar las plazas disponibles para garantizar el acceso a una educación de calidad para todos.
Su prioridad es promover un sistema educativo que perpetúe el pensamiento neoliberal y refuerce las redes de las élites económicas, controlando con " su gente".
Si algo hay que reconocerle a Ayuso, es que nunca ha ocultado su ideología.
Sus políticas son coherentes con su visión del mundo, pero esa tras*parencia resulta peligrosa cuando consigue el apoyo de amplias capas de la población que se ven directamente perjudicadas por su modelo.
Su mayor virtud política, quizás, es su capacidad para captar votos de aquellos que terminan perjudicándose a sí mismos y a sus familias.
Y ahí radica la gran tragedia.
“Los corderos van al matadero. No se dicen nada ni esperan nada. Pero al menos no votan por el matarife que los sacrificará ni por el burgués que se los comerá”.
Pero ocurre que en algunas sociedades hay quienes son corderos y votan a matarifes
Octave Mirbeau