Vlad_Empalador
Será en Octubre
El sector del juego, entre ERTE y amenazas de cierre: "Hacen falta más ayudas"
El sector proporciona más de 50.000 trabajos directos. El acuerdo con Comisiones Obreras firmado la pasada semana pretende protegerlos y evitar que se los utilice políticamente
Casa de apuestas en Madrid. (EFE)
Por
EC Brands
16/11/2021 - 05:00 Actualizado: 16/11/2021 - 12:54
El sector del juego ha sido uno de los grandes afectados por la onda expansiva del cobi19. En abril, con el estado de alarma, llegó a estar en ERTE más del 50% de las plantillas (24.174 personas), y en julio —último dato disponible—, todavía lo mantenía el 8,5% de la plantilla total de las empresas privadas. A día de hoy, son muchas las compañías cuya normalidad no solo está lejana, sino que tienen en el horizonte la amenaza de un cierre. Precisamente, la preocupación por los puestos de trabajo en peligro llevó a la firma de un acuerdo con UGT el pasado 21 de junio y otro reciente con Comisiones Obreras el 27 de octubre.
Cumplimentaron estos acuerdos con los sindicatos las principales asociaciones de la industria del juego privado: Anesar (Asociación Española de Empresarios de Salones de Juegos y Recreativos), Cejbingo (Confederación Española de Organizaciones de Empresarios del Juego del Bingo), Cejuego (Consejo Empresarial del Sector del Juego) y Fejba (Federación de Empresas de Juego del Bingo), y, en ellos, todas las partes manifestaron su compromiso de colaboración para proteger y asegurar que esta actividad siga siendo una oferta de ocio seguro, responsable y sostenible, y que a su vez genere empleo estable. Actualmente, proporciona más de 50.000 puestos de trabajo directos y otros 175.000 indirectos, además de aportar 1.289,1 millones de euros por impuestos indirectos, generando el 0,45% del PIB.
En julio —último dato disponible—, todavía seguía en ERTE el 8,5% de la plantilla total de las empresas privadas del sector del juego
“La situación es muy delicada —corrobora Miguel Ángel Rodríguez, secretario estatal de Juego de UGT—. Mientras la ONCE y las loterías del Estado han remontado bien, determinados sectores del juego privado no han arrancado con la misma fuerza”. Según explica, “el empleo está bastante amenazado. Es cierto que la herramienta de los ERTE ha sido bien utilizada, pero ahora llega la cruda realidad. Tenemos que ver en estos meses cómo afecta esta situación a la actividad: 2022 va a ser clave a la hora de ver cuántos cierres se producen”.
Por su parte, Luis Javier Prieto Orallo, secretario de Negociación Colectiva de CCOO Servicios, ha querido hacer hincapié en la situación provocada por la crisis sanitaria, afirmando que “probablemente este sector sea de los más afectados, y por ello también tenemos que exigir que las ayudas que lleguen al resto se puedan utilizar también aquí en defensa del empleo, porque se está generando mucho y de calidad, no solo precario, como aparentemente se puede pensar desde la opinión pública”.
Los bingos, los más afectados
Dentro del sector del juego, los bingos han sido especialmente castigados por la crisis del el bichito. "Estuvimos cerrados, en ERTE, durante el confinamiento —explica Cristina Romero, segunda jefa de sala de Orenes Bingo Arapiles (Grupo Orenes)—. Tras la reapertura, lo hicimos con muchísimas restricciones: de aforo, de horarios, de empleados...". Y, además, las características de su clientela tampoco ayudaban: "Veíamos que mucha gente mayor ya no venía, preguntábamos a sus amigos y nos decían que tenían miedo. Pero han ido viendo que promovemos y mantenemos unas medidas de higiene absolutamente estrictas".
Cristina Romero, segunda jefa de sala de Orenes Bingo (izquierda), y Sandra Laguna, primera jefa de sala del bingo (derecha).
La incertidumbre es la tónica general. Según datos del sector, en un escenario optimista, se estima que las empresas privadas estarán en 2021 en el 70% de sus ingresos en comparación con 2019. Los fabricantes están facturando entre un 20 y un 50% menos que en 2019 y, dado que siguen los cierres de bares de autónomos, las máquinas operativas siguen descendiendo. A ello se suma un escenario poco halagüeño para la economía que ha generado tensiones inflacionistas. Si tenemos en cuenta que el juego es un gasto prescindible, las estimaciones son que no se volverá a cifras como las de 2019 hasta 2023.
Sin embargo, quienes mantienen su puesto de trabajo se muestran esperanzados. Y es que, al hablar de miles de empleos en juego, nos quedamos en las cifras. Pero detrás de cada número hay una persona, una familia. Con sus necesidades, sueños, metas y objetivos. "Con la situación que hemos vivido, aunque afectada por el ERTE como mis compañeros, hemos tenido suerte de mantener nuestro trabajo". María Teresa Bernardo, del Grupo Cirsa, confía en que pronto todo volverá a la normalidad. Mira hacia atrás y recuerda el día en que, con 50 años y una hija estudiante a su cargo, se quedó en la calle y tuvo que empezar de cero. “Hice un curso para ‘attendant’ [persona que en un casino atiende a los clientes y resuelve las posibles incidencias] y me quedé allí. De eso hace ya tres años, ahora mi hija y yo vivimos con la seguridad que me da este empleo, en el que además de las funciones de 'attendant' también cubro mesas de juego y ruleta”.
En una situación parecida, Silvia Prieto, operadora de sala de Codere, ha estado saltando de ERTE en ERTE a medida que iban modificándose las restricciones. Con una hipoteca a cuestas y los estudios de Ciencias Jurídicas en marcha, explica que en su empresa “poco a poco vamos yendo mejor, porque al principio se notaba muchísimo por las restricciones de aforo”.
También se muestra optimista Pedro Luis Torregrosa, recaudador en Codere, que ha sido ‘rescatado’ hace un año por esta empresa en la que había trabajado durante casi dos décadas: "Entré en la hostelería y no me fue bien; estaba muy quemado, tuve una depresión y a mi edad —58 años— ya es muy difícil encontrar un empleo. Mi sueño, desde luego, es poder quedarme aquí hasta la jubilación. Confiemos en que todo esto mejore pronto".
Posibles límites al sector
Pero, más allá de la crisis motivada por la esa época en el 2020 de la que yo le hablo, hay más amenazas en torno a este sector: está en el aire la posibilidad de que se limite, por parte de algunas administraciones públicas, el funcionamiento de establecimientos ya abiertos. “Se ha hecho una utilización muy política de la apertura de casas de apuestas —apunta Miguel Ángel Rodríguez, desde UGT—. Es cierto que se debería haber regulado, habría sido necesaria una planificación, pero eso no significa que sean la puerta de entrada de los menores en el juego. La opinión pública nos castigó”.
"Habría sido necesaria una planificación, pero no significa que sea la puerta de entrada de menores al juego. La opinión pública nos castigó" (UGT)
Desde el punto de vista de los trabajadores, Silvia Prieto asegura que “todo debe hacerse con responsabilidad, pero hay una campaña en contra de nosotros, nos tienen mal vistos”. De esta misma opinión es María Teresa Bernardo, que asegura que "es un trabajo tremendamente regulado y siempre intentamos evitar comportamientos inapropiados".
Las palabras de Cristina Romero siguen esta misma línea: "Nunca he tenido que justificarme por trabajar aquí, no estoy haciendo nada malo, por mucho que nos quieran crear mala prensa". Comenzó a trabajar en el bingo cuando tenía 19 años, ocupándose primero de la mesa de comidas; fue aprendiendo el oficio hasta llegar a su puesto actual, segunda jefa de sala. Ahora, tras más de media vida en el ámbito del juego, Romero sigue tratando de erradicar la etiqueta que tiene el sector, y confía en que las firmas con UGT y CCOO supongan un empuje hacia el verdadero conocimiento de este sector por parte de la sociedad.
El sector proporciona más de 50.000 trabajos directos. El acuerdo con Comisiones Obreras firmado la pasada semana pretende protegerlos y evitar que se los utilice políticamente
Por
EC Brands
16/11/2021 - 05:00 Actualizado: 16/11/2021 - 12:54
El sector del juego ha sido uno de los grandes afectados por la onda expansiva del cobi19. En abril, con el estado de alarma, llegó a estar en ERTE más del 50% de las plantillas (24.174 personas), y en julio —último dato disponible—, todavía lo mantenía el 8,5% de la plantilla total de las empresas privadas. A día de hoy, son muchas las compañías cuya normalidad no solo está lejana, sino que tienen en el horizonte la amenaza de un cierre. Precisamente, la preocupación por los puestos de trabajo en peligro llevó a la firma de un acuerdo con UGT el pasado 21 de junio y otro reciente con Comisiones Obreras el 27 de octubre.
Cumplimentaron estos acuerdos con los sindicatos las principales asociaciones de la industria del juego privado: Anesar (Asociación Española de Empresarios de Salones de Juegos y Recreativos), Cejbingo (Confederación Española de Organizaciones de Empresarios del Juego del Bingo), Cejuego (Consejo Empresarial del Sector del Juego) y Fejba (Federación de Empresas de Juego del Bingo), y, en ellos, todas las partes manifestaron su compromiso de colaboración para proteger y asegurar que esta actividad siga siendo una oferta de ocio seguro, responsable y sostenible, y que a su vez genere empleo estable. Actualmente, proporciona más de 50.000 puestos de trabajo directos y otros 175.000 indirectos, además de aportar 1.289,1 millones de euros por impuestos indirectos, generando el 0,45% del PIB.
En julio —último dato disponible—, todavía seguía en ERTE el 8,5% de la plantilla total de las empresas privadas del sector del juego
“La situación es muy delicada —corrobora Miguel Ángel Rodríguez, secretario estatal de Juego de UGT—. Mientras la ONCE y las loterías del Estado han remontado bien, determinados sectores del juego privado no han arrancado con la misma fuerza”. Según explica, “el empleo está bastante amenazado. Es cierto que la herramienta de los ERTE ha sido bien utilizada, pero ahora llega la cruda realidad. Tenemos que ver en estos meses cómo afecta esta situación a la actividad: 2022 va a ser clave a la hora de ver cuántos cierres se producen”.
Por su parte, Luis Javier Prieto Orallo, secretario de Negociación Colectiva de CCOO Servicios, ha querido hacer hincapié en la situación provocada por la crisis sanitaria, afirmando que “probablemente este sector sea de los más afectados, y por ello también tenemos que exigir que las ayudas que lleguen al resto se puedan utilizar también aquí en defensa del empleo, porque se está generando mucho y de calidad, no solo precario, como aparentemente se puede pensar desde la opinión pública”.
Los bingos, los más afectados
Dentro del sector del juego, los bingos han sido especialmente castigados por la crisis del el bichito. "Estuvimos cerrados, en ERTE, durante el confinamiento —explica Cristina Romero, segunda jefa de sala de Orenes Bingo Arapiles (Grupo Orenes)—. Tras la reapertura, lo hicimos con muchísimas restricciones: de aforo, de horarios, de empleados...". Y, además, las características de su clientela tampoco ayudaban: "Veíamos que mucha gente mayor ya no venía, preguntábamos a sus amigos y nos decían que tenían miedo. Pero han ido viendo que promovemos y mantenemos unas medidas de higiene absolutamente estrictas".
Cristina Romero, segunda jefa de sala de Orenes Bingo (izquierda), y Sandra Laguna, primera jefa de sala del bingo (derecha).
La incertidumbre es la tónica general. Según datos del sector, en un escenario optimista, se estima que las empresas privadas estarán en 2021 en el 70% de sus ingresos en comparación con 2019. Los fabricantes están facturando entre un 20 y un 50% menos que en 2019 y, dado que siguen los cierres de bares de autónomos, las máquinas operativas siguen descendiendo. A ello se suma un escenario poco halagüeño para la economía que ha generado tensiones inflacionistas. Si tenemos en cuenta que el juego es un gasto prescindible, las estimaciones son que no se volverá a cifras como las de 2019 hasta 2023.
Sin embargo, quienes mantienen su puesto de trabajo se muestran esperanzados. Y es que, al hablar de miles de empleos en juego, nos quedamos en las cifras. Pero detrás de cada número hay una persona, una familia. Con sus necesidades, sueños, metas y objetivos. "Con la situación que hemos vivido, aunque afectada por el ERTE como mis compañeros, hemos tenido suerte de mantener nuestro trabajo". María Teresa Bernardo, del Grupo Cirsa, confía en que pronto todo volverá a la normalidad. Mira hacia atrás y recuerda el día en que, con 50 años y una hija estudiante a su cargo, se quedó en la calle y tuvo que empezar de cero. “Hice un curso para ‘attendant’ [persona que en un casino atiende a los clientes y resuelve las posibles incidencias] y me quedé allí. De eso hace ya tres años, ahora mi hija y yo vivimos con la seguridad que me da este empleo, en el que además de las funciones de 'attendant' también cubro mesas de juego y ruleta”.
En una situación parecida, Silvia Prieto, operadora de sala de Codere, ha estado saltando de ERTE en ERTE a medida que iban modificándose las restricciones. Con una hipoteca a cuestas y los estudios de Ciencias Jurídicas en marcha, explica que en su empresa “poco a poco vamos yendo mejor, porque al principio se notaba muchísimo por las restricciones de aforo”.
También se muestra optimista Pedro Luis Torregrosa, recaudador en Codere, que ha sido ‘rescatado’ hace un año por esta empresa en la que había trabajado durante casi dos décadas: "Entré en la hostelería y no me fue bien; estaba muy quemado, tuve una depresión y a mi edad —58 años— ya es muy difícil encontrar un empleo. Mi sueño, desde luego, es poder quedarme aquí hasta la jubilación. Confiemos en que todo esto mejore pronto".
Posibles límites al sector
Pero, más allá de la crisis motivada por la esa época en el 2020 de la que yo le hablo, hay más amenazas en torno a este sector: está en el aire la posibilidad de que se limite, por parte de algunas administraciones públicas, el funcionamiento de establecimientos ya abiertos. “Se ha hecho una utilización muy política de la apertura de casas de apuestas —apunta Miguel Ángel Rodríguez, desde UGT—. Es cierto que se debería haber regulado, habría sido necesaria una planificación, pero eso no significa que sean la puerta de entrada de los menores en el juego. La opinión pública nos castigó”.
"Habría sido necesaria una planificación, pero no significa que sea la puerta de entrada de menores al juego. La opinión pública nos castigó" (UGT)
Desde el punto de vista de los trabajadores, Silvia Prieto asegura que “todo debe hacerse con responsabilidad, pero hay una campaña en contra de nosotros, nos tienen mal vistos”. De esta misma opinión es María Teresa Bernardo, que asegura que "es un trabajo tremendamente regulado y siempre intentamos evitar comportamientos inapropiados".
Las palabras de Cristina Romero siguen esta misma línea: "Nunca he tenido que justificarme por trabajar aquí, no estoy haciendo nada malo, por mucho que nos quieran crear mala prensa". Comenzó a trabajar en el bingo cuando tenía 19 años, ocupándose primero de la mesa de comidas; fue aprendiendo el oficio hasta llegar a su puesto actual, segunda jefa de sala. Ahora, tras más de media vida en el ámbito del juego, Romero sigue tratando de erradicar la etiqueta que tiene el sector, y confía en que las firmas con UGT y CCOO supongan un empuje hacia el verdadero conocimiento de este sector por parte de la sociedad.