El reloj atómico

Clavisto

Será en Octubre
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10 Sep 2013
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La primera vez que lo vi en acción me asusté.

Eran las tres de la mañana de un viernes cualquiera, acababa de echar la llave y me disponía a terminar de recoger cuando, no sé porqué, le eché una mirada y lo vi correr hacia delante como el Urdanga tras la pasta, "¡leche...!", era como en aquellas viejas películas de viajes en el tiempo, miré la tele, seguían pasando a su velocidad normal la de una poseída, me dio un mal rollo que te jiñas vivo, el reloj seguía su loco viaje...hasta que dio una vuelta completa y se paró en las doce en punto. "¿Qué pasa ahora?". Volví a mirar mi reloj. Eran las tres y cinco. Apagué la televisión. Silencio. No oía ni las cámaras frigoríficas. Las agujas del reloj diabólico seguían fijas en las doce, como esperando a alguien. O algo...no le perdí de vista, no dejé la escoba a un lado...tensión...

Hasta que otra vez empezó su loco caminar, ganas tuve de pasar a la cocina por el cuchillo más grande, pero me quedé ahí, esperando, sin quitarle ojo, haciéndole frente...y a las tres y diez recuperó su ritmo normal. Volví a mirar mi reloj: las tres y doce. Todo medio en orden. Fregué entre continuas miradas al Reloj de la Pared y me fui a casa.

La tarde del sábado vi al cliente que me lo había regalado unos días atrás, el mismo que junto a mi presenció el suicidio del anterior, porque eso es lo que fue: un suicidio. Sin nadie que lo tocara, ni terremoto mediante, se tiró de su asidero para escoñarse en mil pedazos, nos dio un susto de fin el muy hijomio. Y es que está visto que trabajar en un bar es duro hasta para los relojes.

- "Oye...¿qué clase de reloj me diste?". Y le conté lo de antes.

El tío se echó a reír.

- "Es el reloj ATÓMICO..."

Por lo visto, y como he comprobado todas las noches que llego hasta la tres, al llegar esa hora recibe una señal de satélite que lo reprograma, corrigiendo las posibles y mínimas desviaciones que hayan podido producirse durante el día. Eso era todo: bajo su vulgar apariencia esconde un mecanismo que lo conecta con las estrellas. O casi.

Desde entonces es una broma habitual de viernes y sábados, "¡mecagoenlaputa! ¿qué le pasa al reloj?" le digo a alguien que va como Dios manda a esas horas, si vierais sus caras...

He tenido una semana laboral (vital, a fin de cuentas) de cágate lorito...no ha habido día en el que no haya habido algún problema con algún borracho o borracha, cosas de poco la mayoría, pero que te queman como una cerilla entre los dedos. Aunque el martes hubo una movida que pudo acabar como el rosario de la Aurora y lo que venga después...

Un mostrenco tamaño dos por dos de un pueblo cercano, estaba celebrando no se qué historia, a media tarde apareció con dos puretas, familiares suyos, estos iban bien y más o menos se controló, aunque respiré aliviado cuando le oí decir que se iba porque lo llamaba su progenitora, "¡dame un vaso de plástico!". Pero a la hora volvió a aparecer, solo. Y pasadísimo. Me pidió un cubata y pasó al water, "me la va a liar, me la va a liar...". Y las ocho y media de la tarde, cuando empieza a llegar la poca gente que osa salir de bares en estos días...quité de la barra todo lo que pudiera haber de lanzable, apagué el aire acondicionado y abrí las puertas.

Estuvo en el cagadero como unos diez minutos, "ojalá le haya dado un infarto" pensé. Pero no. Salió.

- "¿TE HE PAGAO?
- "No"
- "¿NO TE HA PAGAO ELLA?"

Había entrado solo.

- "No"

Me soltó un billete de 20, hecho un rulo, mirándome sin parar de moverse, tambaleándose

- "LLEVA COCA"

Le di el cambio y salió afuera, a la terraza, en la mesa de al lado a unos amigos míos, dos de ellos tipos duros, fuertes, pero es que había que ver a esa mala bestia.

Milagrosamente no pasó nada, se marchó un rato después, con el vaso, claro, tampoco salí tras él para pedírselo... pero le faltó el pelo de un alopécico; un tío así, de esa forma, es una bomba con la espoleta activada, dispuesta a estallar en cualquier momento. Y generalmente terminan haciéndolo en los sitios donde hay botellas de colores.

Esta tarde he padecido a un cansino ejemplar, de catón, de esos que se cuelgan de cualquiera para darles la tabarra, reglamentariamente borracho, ¡cómo no!, pero no era de los peligrosos, lo he ignorado y se lo ha hecho con un chaval, un atleta que no sabe de la misa la media y que había salido a tomarse tranquilamente su gintonic dominical mientras lee el As, pero a veces el exceso de educación es malo para la salud, y en lugar de pasar de él o mandarlo a tomar por ojo ciego no se le ha ocurrido otra cosa que darle la razón a un comentario menso del otro...la perdición: se lo ha fumado durante quince minutos, hasta que no le ha quedado otra que marcharse por ser educado con quien no lo merece.

Al quedarme solo he mirado el reloj atómico y he pensado que hay horas, días, semanas, que no me importaría su loco correr, pero no solo verlo a él, sino al resto: todo a toda leche.

La vida sería más agradable si todos tuviéramos un reloj atómico metido en nuestras cabezas, un reloj que hiciera correr las horas como minutos con solo meterte el dedo corazón en la oreja derecha.

Y que pasara lo que tuviera que pasar.

Pero rápido.
 
Parece que nadie soporta tus pilinguis chapas pretencioso postureta hijo de la gran fruta.

Y cambiate de avatar me gusta la fruta que la chica en berzas fumando es menor de edad tarado de cosa amante de David Lynch y toda la cosa progre de postureo poco agradable.
 
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