El puñetero mapa que cambio todo

steppenwulf

Madmaxista
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Guillaume de l'Isle (1675-1726) fue el autor de La Carte de la Louisiane et du Cours du Mississippi de 1718. La Carte es un ejemplo de la cartografía francesa en su apogeo, al momento en que Francia era el foco de atención de la Ilustración europea. Como resultado de la representación precisa del bajo Mississippi y las áreas circundantes, el mapa de l'Isle se convirtió en un mapa fuente para todos los mapas posteriores del río Mississippi.

Sin embargo, el mapa no deja de estar politizado, el área más grande, con mucho, es "La Louisiane". La Carta es una versión del continente centrada en Francia, con la intención de tras*mitir que la colonia estaba firmemente establecida en 1718, a pesar de que en aquel momento la colonia constaba de entre cuatrocientos y setecientos hombres, mujeres y niños agrupados en torno de la desembocadura del Mississippi. Las áreas británica y española del mapa parecen reducidas en comparación con las francesas, aunque la presencia francesa en el interior del continente era mínima en ese momento. El mapa amplió los territorios bajo control francés empujando los Apalaches más al este de modo que las colonias inglesas aparecen reducidas. Y por el oeste, extendió los intereses de Francia hasta topar con las montañas de la Sangre de Cristo y el cauce alto del rio Bravo, en la provincia de Nuevo México perteneciente al virreinato de la Nueva España.

Esas trampas se hacen ver al comparar los mapas de 1708 con el de 1718, del mismo autor (yo lo he hecho con respecto a las longitudes al pueblo de Taos, Nuevo México)

En este, Nuevo México casi alcanza el rio Mississippi

https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/8/8c/1708_De_L'Isle_Map_of_North_America_(Covens_and_Mortier_ed.)_-_Geographicus_-_AmeriqueSeptentrionale-covensmortier-1708.jpg

En este, de 1718, es la Louisiana la que casi llega hasta Santa Fe de Nuevo México

Guillaume Delisle - Wikipedia

Las consecuencias:

Este mapa fue el que dio base al reclamo norteamericano, posterior a la compra de la Louisiana, de extender la soberanía de los Estados Unidos a todo el territorio que quedara al oriente de Santa Fe de Nuevo México, pretensión que fue aminorada por la negociación de una frontera fija (Tratado Adams-Onis), pero retomada posteriormente por la recién creada Republica de Texas. Finalmente Washington apoyó las reclamaciones territoriales de Texas cuando esta se anexo a la Unión en 1846.



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El Virreinato de Nueva España nunca tuvo presencia significativa más alla del rio Bravo, incluso el norte del México actual ha crecido recién en el siglo XX. La densidad poblacional y no otra cosa fue el factor determinante para que los yankis les arrebataran con cierta facilidad enormes terrenos que solo eran suyos en el papel. Lo mismo pasa con la Amazonia y la Patagonia en Sudamérica.
 
El Virreinato de Nueva España nunca tuvo presencia significativa más alla del rio Bravo, incluso el norte del México actual ha crecido recién en el siglo XX. La densidad poblacional y no otra cosa fue el factor determinante para que los yankis les arrebataran con cierta facilidad enormes terrenos que solo eran suyos en el papel. Lo mismo pasa con la Amazonia y la Patagonia en Sudamérica.
En 1718 ninguna potencia tenía presencia significativa al oeste de los Apalaches. Todo giraba en torno a supuestos derechos de posesión sobre algo que solo se intuia. Era una época en que las latitudes tenían aceptable precisión pero las longitudes eran muy especulativas y por tanto los cartógrafos tendían a alargar o encoger las longitudes de acuerdo a los intereses de sus respectivos gobiernos. El punto esta en que con la compra de la Louisiana los gringos también compraron las pretenciones francesas plasmadas en el mencionado mapa.

El objetivo de los gringos fue la expansión
Su herramienta la densidad de población
Y el argumento legal fue un mapa de alguien que jamás piso Norteamérica
 
Ese mismo mapa podría haber cambiado las cosas "para bien". España en el XVIII estaba en proceso de asimilación de la totalidad de la Nueva Francia, semiabandonada siempre por su metrópoli, en un proceso de tres fases de las que sólo se cumplió la primera:

1. La absorción de la Luisiana occidental, el territorio del Misisipí a las Rocosas, se efectúa en 1763. Es lo que conocemos como Luisiana española.

2. La absorción de la Luisiana oriental, extendiendo la soberanía española del Misisipí hasta los Apalaches, estaba programada para el momento de independencia de las Trece Colonias, a las que España en 1780 sólo reconocía el territorio de los Apalaches al Atlántico. La expedición de Eugenio Pouré, que atraviesa todo el actual estado de Illinois hasta el Lago Míchigan y toma el fuerte San José, se realizó para justificar estos reclamos. De todo este territorio, únicamente se consiguieron recuperar las Floridas.

3. La tercera fase, en un estado aún más vaporoso y sin concretar, pero que se llegó a plantear por algunos, es la extensión de los reclamos de soberanía española hasta el Polo Norte entre los meridianos que marcaban los extremos oeste y este de los dominios de las Luisianas y las Floridas. Esto no es nuevo, ya que es el principio que rige bajo el tratado de Tordesillas; tampoco es algo raro entre los proyectos imperiales, pues la Angloamérica, a través del Destino Manifiesto e incluso antes, diagrama la extensión en horizontal de los dominios de la Costa Este hasta la Costa del Pacífico (por ello EEUU es prácticamente un "rectángulo").

De esta forma, España se hubiera adjudicado los territorios de la Compañía de la Bahía de Hudson, que a su vez fueron arrebatados por los ingleses a Francia en 1713 (así que formaban parte de esa Nueva Francia a asimilar). Lejos de ser una quimera, aún en mapas de finales del XVIII se habla de "usurpaciones de las compañías inglesas sobre las posesiones españolas" en puntos al norte del Lago Winnipeg.
 
Ese mismo mapa podría haber cambiado las cosas "para bien". España en el XVIII estaba en proceso de asimilación de la totalidad de la Nueva Francia, semiabandonada siempre por su metrópoli, en un proceso de tres fases de las que sólo se cumplió la primera:

1. La absorción de la Luisiana occidental, el territorio del Misisipí a las Rocosas, se efectúa en 1763. Es lo que conocemos como Luisiana española.

2. La absorción de la Luisiana oriental, extendiendo la soberanía española del Misisipí hasta los Apalaches, estaba programada para el momento de independencia de las Trece Colonias, a las que España en 1780 sólo reconocía el territorio de los Apalaches al Atlántico. La expedición de Eugenio Pouré, que atraviesa todo el actual estado de Illinois hasta el Lago Míchigan y toma el fuerte San José, se realizó para justificar estos reclamos. De todo este territorio, únicamente se consiguieron recuperar las Floridas.

3. La tercera fase, en un estado aún más vaporoso y sin concretar, pero que se llegó a plantear por algunos, es la extensión de los reclamos de soberanía española hasta el Polo Norte entre los meridianos que marcaban los extremos oeste y este de los dominios de las Luisianas y las Floridas. Esto no es nuevo, ya que es el principio que rige bajo el tratado de Tordesillas; tampoco es algo raro entre los proyectos imperiales, pues la Angloamérica, a través del Destino Manifiesto e incluso antes, diagrama la extensión en horizontal de los dominios de la Costa Este hasta la Costa del Pacífico (por ello EEUU es prácticamente un "rectángulo").

De esta forma, España se hubiera adjudicado los territorios de la Compañía de la Bahía de Hudson, que a su vez fueron arrebatados por los ingleses a Francia en 1713 (así que formaban parte de esa Nueva Francia a asimilar). Lejos de ser una quimera, aún en mapas de finales del XVIII se habla de "usurpaciones de las compañías inglesas sobre las posesiones españolas" en puntos al norte del Lago Winnipeg.
Ningún español ni hispano puso los pies por ahí hasta el siglo XX. Los tramperos franceses e ingleses si que andaban trasteando por esos paramos.
 
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