Kadashman-Enlil I
Madmaxista
Hoy el PUEVLO vive sus horas más gloriosas del año.
Se han adelantado las primeras nieves y esto ya va tomando otro tonalidad.
Sale a la calle la gente que tiene que salir por algo; pasa el coche que tiene que pasar por algo; se dan voces si hay que darlas.
Sobre todo, a la calle sale el ser humano al que se le despierta el atavismo y siente que el frío, la nieve y el hielo son esos colegas con los que compites sanamente y de cara; ni se esconden, ni te escondes.
No puedo menos que reír a carcajadas cuando noto que la población parece haber descendido a niveles Walking Dead.
Ya no se oyen alaridos, ni musica a toda pastilla, ni hay competencia por quién hace la obra más grande. No hay risas fulastres, peña ensuciando, ni terrazas con cacareo de chacota cuñadil.
El latinito ha salido obligado a "trabajar". Supongo que -como corresponde a todo buen funci- cobrará las horas que ha estado al lado de la furgoneta del ayuntamiento saltando sobre el pie derecho, luego sobre el izquierdo y así alternadamente, mientras se golpeaba las manos al grito de "ayayayyy", ofreciendo involuntariamente a los paseantes un magnífico espectáculo de danzas indígenas de conjuro de las bajas temperaturas.
A los de piso ni se los espera. Estarán hirviéndose en sus suelos radiantes de sus bloques de Zaragoza o Guadalajara, en cuyas escaleras son "los paletos del pueblo que hay que ver cómo gritan", mientras sueñan volver en verano al canpo a dárselas de urbanitas. La comunidad latina y la ninitada está encerrada en sus casas haciendo sus ofrendas de quema de bombachas y pantalones colombianos levantaculos para que el Dios Sol regrese en verano a devolverles la vida, las servesas, el ***eteo y el regaytón.
Hace un frío del carajo.
A mamarla fuertemente, barbacolos.
Se han adelantado las primeras nieves y esto ya va tomando otro tonalidad.
Sale a la calle la gente que tiene que salir por algo; pasa el coche que tiene que pasar por algo; se dan voces si hay que darlas.
Sobre todo, a la calle sale el ser humano al que se le despierta el atavismo y siente que el frío, la nieve y el hielo son esos colegas con los que compites sanamente y de cara; ni se esconden, ni te escondes.
No puedo menos que reír a carcajadas cuando noto que la población parece haber descendido a niveles Walking Dead.
Ya no se oyen alaridos, ni musica a toda pastilla, ni hay competencia por quién hace la obra más grande. No hay risas fulastres, peña ensuciando, ni terrazas con cacareo de chacota cuñadil.
El latinito ha salido obligado a "trabajar". Supongo que -como corresponde a todo buen funci- cobrará las horas que ha estado al lado de la furgoneta del ayuntamiento saltando sobre el pie derecho, luego sobre el izquierdo y así alternadamente, mientras se golpeaba las manos al grito de "ayayayyy", ofreciendo involuntariamente a los paseantes un magnífico espectáculo de danzas indígenas de conjuro de las bajas temperaturas.
A los de piso ni se los espera. Estarán hirviéndose en sus suelos radiantes de sus bloques de Zaragoza o Guadalajara, en cuyas escaleras son "los paletos del pueblo que hay que ver cómo gritan", mientras sueñan volver en verano al canpo a dárselas de urbanitas. La comunidad latina y la ninitada está encerrada en sus casas haciendo sus ofrendas de quema de bombachas y pantalones colombianos levantaculos para que el Dios Sol regrese en verano a devolverles la vida, las servesas, el ***eteo y el regaytón.
Hace un frío del carajo.
A mamarla fuertemente, barbacolos.
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