El pueblo que se creyó aristócrata

Neotenia es el proceso a través del cual el adulto mantiene los caracteres del neonato, bebé o niño. Dicen que el proceso de evolución del hombre ha pasado por la conservación de las características del neonato de chimpancé en el ser humano adulto.Inglaterra en el siglo XIX sufrio un modismo, sus aristócratas hicieron manuales de conducta que fueron best sellers que el pueblo compró y leyó con avidez.

Uno de los rasgos de la aristocracia es la altura, pero ¿para qué sirve la altura en nuestros días? Para nada excepto en lo social.

La neotenia se basa en el mantenimiento de características del bebé como es el pelo rubio, el juego y la inteligencia creativa, además de los rasgos fisiólogicos propios del neonato; se ha llegado a establecer que el amor pueda ser un sentimiento basado en características neoténicas.

No hay que confundir la neotenia con hiperplasia testicular. La hiperplasia testicular es una enfermedad adquirida que produce una hipertrófia en los testículos de los niños que la padecen y al llegar a la pubertad los testículos de éstos niños no segregan la suficiente testosterona para que se desarrollen lo suficiente los caracteres sensuales secundarios del varón.

Pero la hiperplasia testicular es una enfermedad y la neotenia un fenotipo. Podemos fijarnos en que dos grandes personajes de la historia moderna contemporanea fueron personas neoténicas; estos fuero Adolf Hitler y su contrapunto Albert Einstein.

Siguiendo con la moda aristócrata antigua las películas, sobre todo americanas, vierten unos prejuicios sobre el fenotipo determinado como exitoso que bajo mi punto de vista atenta en modo opuesto contra la selección natural, haciendo precísamente que la mujer busque el fenotipo "alto", en vez de buscar el fenotipo "inteligente", que es para mí el hombre neoténico.

Películas como Sreek se burlan del hombre de escasa estura de un modo brutal y es que el prejuicio por la estatura ha calado tanto en la cultura anglo americana que el propio hombre que descubrió que la altura de los hijos es una media ponderada entre la altura de progenitora y la del padre, con un plus al alza cuando son bajos y un plus a la baja cuando son altos, lo llamó "regresión a la mediocridad", en un proceso que hoy se conoce como "regresión a la media":

Entonces, los caracteres del niño en el adulto son para mí, obviando la enfermedad de hiperplasia testicular, el motivo de la evolución humana y no tener 10 cm de altura más para llegar con holgura al 3er estante.

Ésto, más que una moda estética inculcada por una cultura que vio como los usos y las costumbres de los arístócratas bajaban a la calle, puede llevar a engaño a millones de mujeres que buscan en el fenotipo "alto, espigado" en fenotipo de sus sueños y aborreciendo en muchos casos al hombre autóctono como es el español o japonés, en base a éste experimento de selección natural establecido por los prejuicios de una cultura que bebió de las fuentes de una aristocracia snob y que tuvo que sostener un "espadón" en la edad media, de ahí la necesidad de altura de los aristócratas, pero una rémora que hoy en día, hasta en el futbol se ha demostrado que lo es, con el Barça de Guardiola y el 1,70 cm de media de sus jugadores. La altura en la edad media fue un arma; el golpe que venía de arriba y con la palanca de un brazo largo, era más poderoso, pero por suerte o por desgracia hoy en día ni en lo militar se necesita la altura para derribar a un hombre, pues el más bajo de los pigmeos es capaz de de derribar al más grandes de los hombres, simplemente apretando un gatillo.

Así, la altura no es más que una anacronía histórica, convertida en prejuicio por una cultura y que debido a ello no sirve sino más que para lo social. Pues son millones de mujeres de todo el planeta las que prefieren al hombre alto en vez de al hombre inteligente o incluso emocional, produciendo un proceso de selección natural posiblemente invertido hacia donde llega el saber de la historia del hombre, pues en la propia Biblia está escrito que "el niño es el padre del hombre".

En USA, el pueblo de los altos, el genio bajito suele durar poco; Jimmy Dean, Kurt Cobain, Prince... Y en Japón, el pueblo de los bajos los japoneses ya no practican sesso con las japonesas (ver el imperio de los sin sesso) y me han contado de primera mano que allí es donde las japonesas pierden la cabeza por un occidental (alto, se supone ).

En suma un proceso de selección natural inducido por unos prejuicios y que no se sostiene más que en lo social y en base a la retrolimentación del prejuicio mismo, sobre todo en el cine y los medios de comunicación, pero que si a los hechos vamos los dos grandes genios del siglo XX, en lo científico y en lo militar, fueron Albert Einstein y Hitler, aunque éste segundo, menos versado pudo defender precísamente el auge de un nuevo hombre alto, inventado sin percatarse que el nuevo hombre podía ser él mismo, defendiendo otra utopía aristocrática equivocada o anacrónica. (junto a tantos otros, como su antagonista en la ciencia Alberto Einstein. No exento éste penúltimo de grandes problemas en el terreno sentimental pues para poder producir la teoría de la relatividad tuvo que casarse y divorciarse de una mujer que al parecer le hacía la vida imposible y a le que tuvo que prometer el millón de dólares del premio Nobel antes de obtenerlo con el fin de que lo dejara en paz. Eran otros tiempos y al final pasó su vida al lado de una prima, su ex mujer se embolsó el millón de dólares del premio Nobel y Adolfo Hitler se arruinó la salud cada vez que decía aquello que el nuevo hombre era alto, rubio y de ojos azules igual, posiblemente que Michael J.Fox en los 80 por no creer que él era el nuevo hombre...

La altura es una anacronía que se sustenta en la publicidad que hace Holliwood del hombre alto y delgado, que a su vez bebe de la cultura inglesa, que a su vez bebió de la nobleza y la aristocracia inglesa de su país a través de los manuales de usos y costumbres que éstos publicaron allí en el S. XIX y que fueron best seller, y su aristocracia y nobleza bebió, como todas las aristocracias y noblezas, del modelo de hombre de la edad media.