David_
Madmaxista
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Hay que ser me gusta la fruta, con la gente que asesinaba a sus compañeros y se descojonaba de la risa...
El PSOE facilita a EH Bildu que se elimine el castellano de las aulas y la obligación de acreditar el B2 de euskera
El pacto sobre la Ley de Educación elimina 'de facto' la libertad lingüística porque alumnos y centros deberán volcarse en la euskaldunización
El Gobierno vasco ya ha logrado el acuerdo 'a cuatro' en el Parlamento Vasco sobre las bases de la futura Ley de Educación. Un primer pilar sobre el que el lehendakari Urkullu quiere apoyar el anteproyecto de ley que será aprobado el próximo otoño. PNV, EH Bildu, Podemos y el PSOE vasco se comprometen a reforzar el conocimiento del euskera obligando a todos los escolares a acreditar un nivel de B2 al finalizar sus estudios. Además, los centros educativos serán sometidos a un control sobre el cumplimiento de un plan lingüístico que solo tiene en cuenta el euskera. Los socialistas, que llegaron a defender el carácter "vehicular" del euskera, el castellano y un tercer idioma extranjero, se han limitado a defender ahora que la educación vasca conservará un "marco plurilingüe".
Los cuatro partidos que han cerrado el primer documento sobre la futura Ley de Educación han celebrado el final de una larga negociación especialmente intensa a lo largo de todo el viernes. Los firmantes se han empeñado en cerrar un texto hoy viernes retrasando el inicio de la ponencia de Educación y presentando sus acuerdos al parlamentario Carmelo Barrio (PP+C's) "un minuto antes" de que tuviera que pronunciarse sobre casi medio centenar de párrafos modificados en las últimas horas.
Un corta y pega de última hora que ni siquiera ha podido ser presentado ante los medios de comunicación mientras los portavoces de los grupos parlamentarios se esmeraban en explicar sus posiciones. Maddalen Iriarte, Ikoitz Arrese y, sobre todo, el director de Programa de EH Bildu Pello Otxandiano han desgranado el contenido de unas bases que certifican la desaparición del castellano como lengua "vehicular" y anticipa el final de los tres modelos lingüísticos que al menos formalmente permitían hasta ahora la elección del idioma de aprendizaje.
La coalición de Otegi, Elkarrekin Podemos y el PNV han reconocido que el nuevo acuerdo elimina la propuesta socialista de que se reconozca al castellano y al inglés la condición de lenguas "vehiculares", un matiz sustancial que el portavoz socialista José Antonio Pastor mantiene. Pastor, incluso, ha llegado a manifestar que "no ha renunciado" a los modelos lingüísticos cuando todos los compromisos adquiridos en el documento por parte del PSOE suponen su desaparición.
En el acuerdo suscrito se establece como obligación para alumnos y centros -a los que se vigilará y tendrán condicionada su financiación a este objetivo- garantizar la acreditación del B1 de euskera en la Primaria y del B2 en la Secundaria. Una obligación que tendrá que concretarse en el articulado de la ley que deberá aprobar en los próximos meses el lehendakari Iñigo Urkullu. Hasta ayer, el compromiso de PNV y de PSE-EE definía el objetivo del nivel de euskera a alcanzar de un "conocimiento práctico suficiente de nuestras dos lenguas oficiales". La exigencia de este nivel avanzado de conocimiento y uso del euskera no se aplica en el caso del castellano pese a los malos resultados detectados por el propio Gobierno vasco en los alumnos que ahora realizan sus estudios en euskera.
EH Bildu reclamaba una "inmersión lingüística" en euskera que de hecho ya se impone en un sistema educativo en el que 8 de cada 10 alumnos estudian en este idioma aunque la mayoría de la población tenga como lengua materna el castellano. El parlamentario de PP+C's Carmelo Barrio ha rechazado el calificativo de "acuerdo de País" utilizado por los firmantes del documento al advertir que "margina" a todos los castellanoparlantes vascos.
Además, el documento suscrito por todos los partidos vascos excepto PP+C's y Vox consolida la consideración solo del euskera como "eje vertebrador" al dotar de más recursos económicos y docentes a los centros situados en ámbitos castellanoparlantes y al utilizar el plan lingüístico de cada centro escolar como una variable en su financiación. A los docentes, además, se les establece como horizonte lingüístico que logren el C1+ de euskera. Para los profesores de inglés se establece un objetivo estratégico a medio plazo acreditar el C1 mientras que nada se dice de la capacitación de los docentes en castellano.
La reforma de la Educación vasca avalada por los cuatro partidos vascos no sólo impedirá a los padres matricular a sus hijos en castellano sino que limita la matriculación en centros concertados. La administración vasca centralizará ahora las matriculaciones en cada municipio y asignará los centros públicos y concertados a los alumnos. Hasta ahora era cada centro escolar el encargado de formalizar el ingreso de los alumnos a partir de baremos marcados por el Gobierno vasco.
Los centros concertados -que garantizan la educación para la mitad de los alumnos en Euskadi- tendrán que superar nuevos obstáculos para contar con financiación pública y formar parte del Sistema Educativo Vasco (un término propuesto por EH Bildu). No podrán cobrar ningún tipo de cuota, deberán garantizar su condición de no tener ánimo de lucro, asumir el reparto del "alumnado vulnerable", utilizar sistemas de contratación de profesores "tras*parentes y democráticos" y no diferenciar a los alumnos por su sesso en clases diferentes.
Antes de que se materializara el acuerdo, Urkullu había subrayado "la disposición y el empeño" de EH Bildu para sumarse a un pacto que se hará público en las próximas horas.
"Han subordinado la educación a la euskaldunización", le había advertido el presidente del PP Carlos Iturgaiz a Urkullu. PP+C's, que ha mantenido una posición crítica durante su participación en el trabajo parlamentario, denuncia que la reforma desdeña la "autocrítica" sobre los malos resultados comparativos de un sistema educativo que dobla en recursos económicos a los de regiones como Castilla y León con mejores índices en los informes PISA.
Urkullu, por contra, rechaza las evaluaciones comparativas de PISA para utilizar otros indicativos como la atención temprana, el índice de repetición, el nivel de inglés o el reconocimiento de la Formación Profesional vasca en el ámbito europeo.
El acuerdo entre los partidos que representan el 91% del Parlamento Vasco cuenta, sin embargo, con el rechazo frontal de los sindicatos Steilas, ELA, LAB y Comisiones Obreras (CCOO). Representantes sindicales que han exhibido su "unidad" para reivindicar su protagonismo en la ley de Educación que afronta una larga tramitación parlamentaria. Las centrales reclaman una educación vasca "pública, euskaldún y propia" y, de momento, mantienen la huelga convocada para el 25 de marzo mientras miran de reojo al acuerdo político definitivo con la firma de la coalición de Otegi.
El PSOE facilita a EH Bildu que se elimine el castellano de las aulas y la obligación de acreditar el B2 de euskera
El pacto sobre la Ley de Educación elimina 'de facto' la libertad lingüística porque alumnos y centros deberán volcarse en la euskaldunización
El Gobierno vasco ya ha logrado el acuerdo 'a cuatro' en el Parlamento Vasco sobre las bases de la futura Ley de Educación. Un primer pilar sobre el que el lehendakari Urkullu quiere apoyar el anteproyecto de ley que será aprobado el próximo otoño. PNV, EH Bildu, Podemos y el PSOE vasco se comprometen a reforzar el conocimiento del euskera obligando a todos los escolares a acreditar un nivel de B2 al finalizar sus estudios. Además, los centros educativos serán sometidos a un control sobre el cumplimiento de un plan lingüístico que solo tiene en cuenta el euskera. Los socialistas, que llegaron a defender el carácter "vehicular" del euskera, el castellano y un tercer idioma extranjero, se han limitado a defender ahora que la educación vasca conservará un "marco plurilingüe".
Los cuatro partidos que han cerrado el primer documento sobre la futura Ley de Educación han celebrado el final de una larga negociación especialmente intensa a lo largo de todo el viernes. Los firmantes se han empeñado en cerrar un texto hoy viernes retrasando el inicio de la ponencia de Educación y presentando sus acuerdos al parlamentario Carmelo Barrio (PP+C's) "un minuto antes" de que tuviera que pronunciarse sobre casi medio centenar de párrafos modificados en las últimas horas.
Un corta y pega de última hora que ni siquiera ha podido ser presentado ante los medios de comunicación mientras los portavoces de los grupos parlamentarios se esmeraban en explicar sus posiciones. Maddalen Iriarte, Ikoitz Arrese y, sobre todo, el director de Programa de EH Bildu Pello Otxandiano han desgranado el contenido de unas bases que certifican la desaparición del castellano como lengua "vehicular" y anticipa el final de los tres modelos lingüísticos que al menos formalmente permitían hasta ahora la elección del idioma de aprendizaje.
La coalición de Otegi, Elkarrekin Podemos y el PNV han reconocido que el nuevo acuerdo elimina la propuesta socialista de que se reconozca al castellano y al inglés la condición de lenguas "vehiculares", un matiz sustancial que el portavoz socialista José Antonio Pastor mantiene. Pastor, incluso, ha llegado a manifestar que "no ha renunciado" a los modelos lingüísticos cuando todos los compromisos adquiridos en el documento por parte del PSOE suponen su desaparición.
En el acuerdo suscrito se establece como obligación para alumnos y centros -a los que se vigilará y tendrán condicionada su financiación a este objetivo- garantizar la acreditación del B1 de euskera en la Primaria y del B2 en la Secundaria. Una obligación que tendrá que concretarse en el articulado de la ley que deberá aprobar en los próximos meses el lehendakari Iñigo Urkullu. Hasta ayer, el compromiso de PNV y de PSE-EE definía el objetivo del nivel de euskera a alcanzar de un "conocimiento práctico suficiente de nuestras dos lenguas oficiales". La exigencia de este nivel avanzado de conocimiento y uso del euskera no se aplica en el caso del castellano pese a los malos resultados detectados por el propio Gobierno vasco en los alumnos que ahora realizan sus estudios en euskera.
EH Bildu reclamaba una "inmersión lingüística" en euskera que de hecho ya se impone en un sistema educativo en el que 8 de cada 10 alumnos estudian en este idioma aunque la mayoría de la población tenga como lengua materna el castellano. El parlamentario de PP+C's Carmelo Barrio ha rechazado el calificativo de "acuerdo de País" utilizado por los firmantes del documento al advertir que "margina" a todos los castellanoparlantes vascos.
Además, el documento suscrito por todos los partidos vascos excepto PP+C's y Vox consolida la consideración solo del euskera como "eje vertebrador" al dotar de más recursos económicos y docentes a los centros situados en ámbitos castellanoparlantes y al utilizar el plan lingüístico de cada centro escolar como una variable en su financiación. A los docentes, además, se les establece como horizonte lingüístico que logren el C1+ de euskera. Para los profesores de inglés se establece un objetivo estratégico a medio plazo acreditar el C1 mientras que nada se dice de la capacitación de los docentes en castellano.
La reforma de la Educación vasca avalada por los cuatro partidos vascos no sólo impedirá a los padres matricular a sus hijos en castellano sino que limita la matriculación en centros concertados. La administración vasca centralizará ahora las matriculaciones en cada municipio y asignará los centros públicos y concertados a los alumnos. Hasta ahora era cada centro escolar el encargado de formalizar el ingreso de los alumnos a partir de baremos marcados por el Gobierno vasco.
Los centros concertados -que garantizan la educación para la mitad de los alumnos en Euskadi- tendrán que superar nuevos obstáculos para contar con financiación pública y formar parte del Sistema Educativo Vasco (un término propuesto por EH Bildu). No podrán cobrar ningún tipo de cuota, deberán garantizar su condición de no tener ánimo de lucro, asumir el reparto del "alumnado vulnerable", utilizar sistemas de contratación de profesores "tras*parentes y democráticos" y no diferenciar a los alumnos por su sesso en clases diferentes.
Antes de que se materializara el acuerdo, Urkullu había subrayado "la disposición y el empeño" de EH Bildu para sumarse a un pacto que se hará público en las próximas horas.
"Han subordinado la educación a la euskaldunización", le había advertido el presidente del PP Carlos Iturgaiz a Urkullu. PP+C's, que ha mantenido una posición crítica durante su participación en el trabajo parlamentario, denuncia que la reforma desdeña la "autocrítica" sobre los malos resultados comparativos de un sistema educativo que dobla en recursos económicos a los de regiones como Castilla y León con mejores índices en los informes PISA.
Urkullu, por contra, rechaza las evaluaciones comparativas de PISA para utilizar otros indicativos como la atención temprana, el índice de repetición, el nivel de inglés o el reconocimiento de la Formación Profesional vasca en el ámbito europeo.
El acuerdo entre los partidos que representan el 91% del Parlamento Vasco cuenta, sin embargo, con el rechazo frontal de los sindicatos Steilas, ELA, LAB y Comisiones Obreras (CCOO). Representantes sindicales que han exhibido su "unidad" para reivindicar su protagonismo en la ley de Educación que afronta una larga tramitación parlamentaria. Las centrales reclaman una educación vasca "pública, euskaldún y propia" y, de momento, mantienen la huelga convocada para el 25 de marzo mientras miran de reojo al acuerdo político definitivo con la firma de la coalición de Otegi.
