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Será en Octubre
Julius Ruiz: "El PSOE aplicó la tortura de forma sistemática durante la Guerra Civil"
El hispanista escocés regresa con una nueva investigación sobre la represión en la retaguardia republicana y sobre el SIM, la policía represiva creada por Indalecio Prieto en 1937 contra la quinta columna
Por
Julio Martín Alarcón
19/10/2024 - 21:14
Hubo muchos muertos, torturados y represaliados en ambos bandos durante la maldita la Guerra Civil; luego hubo una Causa General de los vencedores que siguió con la cruenta suma en la inmediata posguerra y una dictadura de casi 40 años que distinguió entre buenos y malos españoles. Ahora hay una Memoria que pretende continuar con la división. No es fácil deshacerse de los vicios que se adquieren con el tiempo, pero es mucho peor hacer como que no existen. La historia de la represión en la zona republicana durante la Guerra Civil ha tenido muchas aristas e interpretaciones, muy a menudo suscritas en el caso republicano a la matanza de Paracuellos, acaecida entre noviembre y diciembre de 1936, pero una cuestión importante es qué pasó después, porque la guerra duró hasta el 1 de abril de 1939.
El Confidencial charla con el hispanista británico Julius Ruiz (1973), que ha dedicado una vida a estudiar con minuciosidad la cuestión del terror y la represión fundamentalmente en la zona república con El Terror rojo y Paracuellos, una verdad incómoda (Espasa) —aunque su primer trabajo, La Justicia de Franco (RBA), estuviera dedicado a la represión franquista en Madrid en la inmediata posguerra —. Si por algo destacaba ya el trabajo de Julius Ruiz era por zambullirse en los recovecos de la acción represiva en el denominado Madrid Rojo, un aparente caos revolucionario con múltiples siglas y milicias y tribunales populares, que a menudo se han enarbolado para escurrir responsabilidades, el clásico argumento de los "exaltados", como también el de la influencia de los asesores soviéticos, cuando los cuerpos del estado y el propio gobierno republicano estaban con frecuencia al frente de esa acción al principio de la guerra, según Julius Ruiz y a partir de 1937, dirigiéndola.
Es la historia de su nuevo libro, La guerra sucia. La república contra la Quinta Columna (Espasa), que aborda la acción gubernamental que se canalizaría a partir de entonces con una serie de agencias a modo de policía secreta con el cometido de depurar a los enemigos de la República —la quinta columna— pero que acabaría usándose también para los supuestos enemigos internos, la represión que ejercieron contra cualquier disidente, como sería el caso de Andreu Nin, de los trotskistas.
Una guerra secreta que se acaba centralizando de alguna forma con el Servicio de Investigación Militar, el SIM, patrocinado especialmente por el PSOE, por "el moderado Indalecio Prieto" que, como explica Ruiz, es quien lo crea, y después por Juan Negrín: "Fue una tarea de los supuestos moderados republicanos, prietistas y negrinistas, no había, en cambio, caballeristas [por Largo] y torturaron y asesinaron de forma sistemática".
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Se trataba de agencia que no tenía nada que ver con el Servicio de Información del Estado Mayor, el SIEM del ejército, que dirigía Manuel Estrada, y que era la verdadera inteligencia militar del Ejército Popular de la República, destinado al frente y a los objetivos de guerra. El SIM operaba, en cambio, represivamente en la retaguardia. ¿Los soviéticos asesoraron? Sí, pero los verdaderos responsables no venían de Moscú. Todo comenzó con la idea de una inexistente quinta columna cuando estalla la guerra y que ya en 1937, cuando se estabilizan los frentes sí que intentaría organizarse, pero con un alcance muy limitado.
Portada de 'La guerra sucia: la República contra la quinta columna', de Julius Ruiz.
PREGUNTA. La quinta columna, ese grupo infiltrado, oculto, es un término que hemos exportado al mundo entero a partir de la Guerra Civil, ¿cómo surge? ¿Es verdad que sale de unas palabras del general Emilio Mola que supuestamente apelaban a las cuatro columnas de los militares rebeldes que avanzaban hacia Madrid, más la quinta, que estaba dentro?
RESPUESTA. Llevamos años discutiendo los orígenes de ese término. ¿Viene de Mola? No lo creo. No he encontrado ninguna prueba. Hay una referencia en los documentos alemanes sobre una quinta columna a finales de 1936 en Madrid, pero en alemán se habla de la quinta columna de Franco. Hay rumores de una supuesta declaración de Franco sobre una quinta columna, y no de Mola [también se le atribuye al general José Varela] pero en cualquier caso no existía la quinta columna que pensaban los antifascistas. Para ellos, desde el principio de la guerra, había un enemigo interno disciplinado, monolítico, organizado desde arriba, con conexiones fáciles no solo a los mandos suburbanos en la zona nacional, sino también a los italianos y a los alemanes. Y nada de eso era real.
Para los antifascistas existía desde el principio la idea de un enemigo interno que podía atestar una apuñalada por la espalda y que podía ganar la guerra civil. Un enemigo muy poderoso. En Madrid, en esa época, noviembre de 1936, había 10.000 presos políticos y se tenía ese miedo; cuando Franco llegó a las puertas de Madrid, se temía que hubiera una sublevación en el centro de Madrid que resolviera la guerra a favor de los franquistas. De ahí surge la excusa y la paranoia que acabará en la Matanza de Paracuellos. Pero lo que pasa después de que se ponga fin a la matanza es que ese miedo al enemigo interno no cambia, pero las fuerzas de seguridad que va a combatirlo sí que lo hace.
P. Es de donde parte tu libro ¿Cómo se canaliza ese miedo y cómo se llega a esa policía represiva que es el SIM —Servicio de Investigación Militar—?
R. El SIM se crea en 1937, pero antes del SIM, en primer lugar, estaban los servicios especiales del Ministerio de Gobernación, que es un cuerpo de policía, olvidado por completo y que ya no sale en los libros, pero que fue creado por Ángel Galarza [militante del PSOE y jurista, fue fiscal general y ministro de Gobernación] como una policía secreta suya para combatir la quinta columna. Después, Galarza se marcha de Madrid a Valencia, donde establece su sede con una red de cárceles privadas o secretas, de las cuales la más famosa es Santa Úrsula, en el mismo centro de la ciudad. Y además de Galarza está su jefe, Justiniano García, ugetista, pero muy próximo a los comunistas, que tienen una relación estrecha con los asesores soviéticos, con el NKVD, y ayudan a la búsqueda y la persecución de los anti estalinistas de izquierda, incluso antes de los hechos de marzo de 1936.
Así que sí hay un cuerpo de policía estatal, y no unos meros tribunales revolucionarios que son los que existieron a partir de julio de 1936. Hablamos de agentes de policía, un cuerpo estatal donde se persigue a derechistas, a ciudadanos sin más y también, claro, al propio enemigo interno. Y dentro de ese cuerpo se ve una cooperación muy estrecha entre los socialistas en el gobierno, Galarza, Alexander Orlov [principal asesor y espía soviético de la URSS en España] y el NKVD [Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos de la Unión Soviética]. Y también eso se puede ver con la Brigada Especial.
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P. Antes de entrar en la maraña de la represión y las diferentes fases ¿En qué consistía realmente esa quinta columna? No existía al empezar la guerra, pero después de Paracuellos, de hecho sí que actuaron ¿Qué influencia tenían y a qué se dedicaban?
R. Al principio, en el verano del 1936, son unas redes muy poco organizadas que se dedican a la autodefensa. En el contexto del terror revolucionario, no podían hacer otra cosa. Es cierto que algunos tienen la voluntad de verdad de intentar pasar información militar al otro lado. Pero es muy complicado establecer conexiones desde la zona republicana a la zona nacional. Así que pocos lo consiguen. También es cierto que hasta noviembre de 1936, los simpatizantes franquistas piensan que la guerra iba a terminar pronto con la caída de Madrid, como mucho Navidades. Así que, ¿por qué arriesgar la vida si Franco los iba a liberar a todos?
El periodo clave es el invierno de 1937, cuando el intento de Franco de tomar Madrid fracasa y se constata que va a ser una guerra larga. Es entonces cuando comienzan a crearse redes y aumentan los contactos con el SIM nacional y las agencias de seguridad, los servicios de inteligencia franquista. La realidad es que para los franquistas la prioridad fue siempre la inteligencia militar, la información, y no otras actividades como el sabotaje, aunque hubiera casos. También soñaron con un levantamiento contra la República. Luego, por supuesto, estaba toda esa actividad que mencionabas de pasar a gente perseguida o significada al lado nacional.
P. No sé si en el propio origen del SIM hay un eufemismo, porque ¿es un servicio de información militar? El SIM y sus siglas despistan un poco: Servició de Investigación Militar, aunque no tiene nada que ver con el ejército
R. Sí, existe esa confusión, claro. Hay un servicio de la inteligencia militar [el SEIM], que es comunista de hecho porque domina en gran parte el ejército y que está dirigido por Manuel Estrada, jefe de inteligencia republicana, y luego Indalecio Prieto crea el SIM, Investigación Militar, porque él no quería unos servicios de seguridad comunistas. Temía que fueran de hecho controlado por ellos.
"Los socialistas moderados, entre comillas, son los mismos que dirigieron la guerra sucia contra la quinta columna"
P. Esto está en tu libro, va en la misma línea de Terror Rojo y de Paracuellos. Que el SIM, la policía represiva del régimen, no es dirigida por asesores soviéticos ni por los comunistas, sino por el propio PSOE ¿Cuál es la influencia de Orlov, del NKVD? ¿Es relativa o pequeña?
R. Bueno, es importante, pero hay que matizar porque el NKVD no quiere controlar a las fuerzas de seguridad republicana. Eso se demuestra muy claramente en el libro, porque para el NKVD la lucha más importante es la persecución y la represión de los comunistas, de los llamados trotskistas. Lo que sí ofrece Orlov, en primer lugar, es la ayuda logística. Y son los soviéticos los que enseñaron las técnicas de la estructura, los métodos de sacar la información, la cuestión de los agentes dobles y el uso de las torturas, pero lo dirigen y aplican desde el PSOE. Una cuestión relevante para esto es que antes se había creado el DEDIDE (Departamento Especial de Información del Estado), que es la policía secreta del socialista Julián Zugazagoitia, una policía secreta civil tres meses antes del SIM. Es decir, se puede decir que el SIM y el DEDIDE son, en general, cuerpos de seguridad dominados por los socialistas, aunque en el contexto catalán el DEDIDE incorpora los agentes de policía que actuaban en Cataluña bajo el paraguas de la Generalitat, de los cuerpos catalanes. Y también hay muchísimos extranjeros allí, alemanes, que incorporan como una brigada de policía que se llama el Grupo de Información, que luego se incorporan en el DEIDE catalán y hacen la persecución del POUM. Así que Cataluña es la gran excepción.
P. ¿Cuándo comienza esta deriva represiva del PSOE?
R. Se puede ver claramente con los jefes de la policía secreta, del líder Francisco Ordóñez. Un chico de 23 años que participó en la revolución de octubre y que luego estaba en el famoso "camionete" número 17 con Santiago Garcés, también otro socialista de 22 años y que también participó en la revolución y luego se hizo jefe del SIM. Es decir, los dos entran en esa policía… Sí, estaban ya en el 34, y sí, estaban metidos en el asesinato de José alopécico Sotelo como jóvenes prietistas —seguidores de Indalecio Prieto—. Y eso es, para mí, eso es lo que tiene verdadera importancia. La historia ha tratado de convertir a Prieto en moderado, pero él está efectivamente en la revolución del 34. Y después, en la guerra, crea el SIM, que es un elemento claramente represivo.
Los socialistas moderados, entre comillas, son los mismos que dirigieron la guerra sucia contra la quinta columna. Fueron, primero, prietistas, y después negrinistas por el también supuestamente moderado Juan Negrín, que era de la misma facción, de hecho lo propuso él. Así que en el conflicto entero dentro de los partidos, los caballeristas no pintan nada a partir de mayo de 1937. El Estado republicano se basa en los comunistas, aunque en el caso de la policía secreta tuvieran, en cambio, un papel secundario.
Hubo muchos muertos, torturados y represaliados en ambos bandos durante la maldita la Guerra Civil; luego hubo una Causa General de los vencedores que siguió con la cruenta suma en la inmediata posguerra y una dictadura de casi 40 años que distinguió entre buenos y malos españoles. Ahora hay una Memoria que pretende continuar con la división. No es fácil deshacerse de los vicios que se adquieren con el tiempo, pero es mucho peor hacer como que no existen. La historia de la represión en la zona republicana durante la Guerra Civil ha tenido muchas aristas e interpretaciones, muy a menudo suscritas en el caso republicano a la matanza de Paracuellos, acaecida entre noviembre y diciembre de 1936, pero una cuestión importante es qué pasó después, porque la guerra duró hasta el 1 de abril de 1939.