NiÑo12Añ0s
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LA PATRAÑA DEL SIONISMO PROTESTANTE
El sionismo protestante es un perverso sincretismo religioso fruto de las antítesis relativas creadas desde el gnosticismo de los primeros siglos hasta hoy. Funde
- el milenarismo característico del puritanismo, que no tiene nada que ver con el cristianismo,
- con el marranismo mesiánico característico del talmudismo cabalístico que poco o nada tiene que ver con el judaísmo bíblico.
Ambos financiados por la Jerarquía Iluminista.
El fundamento doctrinal del sionismo protestante es la teoría denominada Dispensacionalismo o dispensa milenarista, una representación escatológica con pretensiones teológicas aparecida a principios del XIX en Inglaterra.
El multifacético sionismo es una derivada de esta tradición y una de las principales fuentes de inspiración de los Protocolos, antes de que se vieran manipulados con la incorporación de una supuesta autoría judía ortodoxa.
Los dispensacionalistas se valieron también de revelaciones fraudulentas y visiones de iluminados con interpretaciones torticeras de la Biblia, principalmente de las profecías.
La patraña dispensacionalista afirma que la Historia se divide en siete dispensaciones o períodos, cuya partición está formulada en la Biblia (¿?) pero simplemente está basada en meras interpretaciones torticeras de versículos aislados fuera de contexto y que ninguna habla de ninguna dispensa. Las dispensaciones serían:
1ª.- la inocencia: el período pre Adán.
2ª.- conciencia: Adán a Noé.
3ª.- del gobierno: de Noé a Abraham.
4ª.- del patriarcado: de Abraham a Moisés.
5ª.- ley mosaica: de Moisés a Jesús.
6ª.- de la gracia: la actual, la de la Iglesia.
7ª.- advenimiento del reino terrenal futuro.
Aunque es un planteamiento naif, infantil, se lo tragan como veraz muchos adultos, se parece más a un juego de rol o a las fases de un juego de ordenador que a un planteamiento teológico mínimamente serio.
La mayor patraña es la interpretación del tránsito de la actual (6ª) a la futura (7ª) por venir.
La versión más extendida actualmente de la absurda e indocumentada última dispensación (si bien el número de elucubraciones fabulatorias es infinito) comenzaría con el advenimiento del Anticristo, guerras y tragedias sin cuento.
El cuento está muy bien construido y sirvió (y sigue sirviendo) para argumentos de películas y novelas varias, pero su falta de sustento bíblico y las interpretaciones arbitrarias de la misma conllevan fantasiosos pasajes proféticos.
EL APOCALIPSIS
Siguiendo literalmente las palabras del propio Apocalipsis: ni Rusia, ni el Islam, ni China, ni incorporaciones torticeras de pasadas profecías bíblicas de Daniel ni Ezequiel, ni nada de nada.
El Apocalipsis es UNA REVELACIÓN PRIVADA, posiblemente a San Juan Evangelista en la que NO CABEN INTERPRETACIONES NI SUPRESIONES.
Los creyentes pueden encontrar en el Apocalipsis elementos con que alimentar su fe, pero en NINGÚN CASO DEBE INTERPRETARLO ni fabular con su contenido. Un contenido revelado e interpretado por su autor, a quien Dios eligió para ser el receptor de dicha revelación.
Los que se consideren intérpretes de una revelación que a ellos no les fue dada deberían andar con pies de plomo, pues bien pueden caer en soberbia intelectual, al verse tentados a incorporar o suprimir "algo" a la misma con la consecuencia de ser víctimas de las propias "plagas" apocalípticas o de que se les quite "su parte en el Árbol de la Vida" y de la "Ciudad Santa". Apocalipsisi dixit.
Las profecías son preventivas, no amenazantes. Son volitivas de Dios respecto a cómo desea que actúen los hombres, pero NO PREDICTIVAS de todos los acontecimientos futuros.
Los milenaristas, si les place, pueden interpretar el Apocalipsisi, pero sin engañar, traduciendo caprichosamente el texto según su conveniencia, pero entonces que no se autoproclamen, como hacen, literalistas.
Pues tendrán que explicar, en su "interpretación literal" la razón por la cual poco después el propio Apocalipsis dice a quiénes va dirigida la profecía: las iglesias de Asia. No va, por tanto, dirigida al conjunto de las iglesias cristianas diseminadas en el Imperio Romano, textualmente, ahora sí: "Juan a las siete Iglesias, que están en Asia" (Apocalipsis 1:4).
Es decir, la revelación PRIVADA hecha a Juan va dirigida SÓLO a las siete iglesias de Asia que existían entonces. Iglesias que la imposición del islam ha hecho desaparecer hoy en día, salvo una, dando cumplimiento a la revelación hecha a Juan y que éste envió a las mismas.
Intentar vincular el mensaje a otro contexto histórico más allá de ese es un mero ejercicio alegórico fabulativo sin sustento de ningún tipo, ni racional ni doctrinal.
LAS INTERPRETACINES TORTICERAS DEL SIONISMO
Tras la destrucción del Templo y la diáspora una parte de los judíos no reconocieron la evidencia, ni al Mesías, a Jesús, al Verbum, y al no reconocer la luz permanecen en tinieblas. Así fueron derivando hacia posturas no bíblicas, adoptando, con el tiempo:
- ideologías de carácter materialista o seudo religiones panteístas, amparados en el llamado talmudismo rabínico.
- otros crearon nuevos paganismos de carácter mágico esotérico, los del carro (merkabá) que derivarían, a su vez, en el mesianismo y el cabalismo.
Ambas corrientes, materialistas racionalistas exotéricos o "espiritualistas" iluminados esotéricos, en muchos casos, fueron confluyendo en diversos engendros sincretistas gnósticos de los que el sionismo, sea protestante, hebreo, marrano o ateo, es la manifestación más notable actualmente.
Hogaño salvo algunos reaccionarios laicistas sin sustento racional alguno, ningún estudioso niega la relación del relato bíblico con la Historia, es decir, su historicidad. Partiendo de ella, lo que queda claro es que diez de las doce tribus de Israel se disolvieron o asimilaron: son las TRIBUS PERDIDAS (Simeón, Dan, Mansés, Isacar, Zabulón, Aser, Neftalí, Rubén, Efraín, Gad y parte de la de Leví. En el año 720 adC el rey asirio Sargón II invadió el reino y dispersó a la población por su imperio, llevando a los notables desterrados a Babilonia. El reino se repobló con gentes de varios lugares. Los israelitas desplazados se asimilaron entre otras naciones y perdieron su identidad y jamás regresaron a Israel).
Solamente conservaron su identidad un remanente mezclado de las tribus de Judá y Benjamín.
Por tanto de tomarse en serio las tesis sionistas resultaría muy probable que los descendientes de Abraham, que hay que bendecir, necesariamente hoy para poder ser bendecido, serían actualmente en su inmensa mayoría los descendientes de esas 10 (11) tribus perdidas, es decir, los mahometanos.
Los sionistas de 1920 tenían el proyecto de judaizar a los palestinos una vez creado el Estado de Israel, pues comprendían que los campesinos palestinos eran probablemente los descendientes de los antiguos israelitas que luego, siglos después, aceptaron el cristianismo y luego el islam. Pero una vez constituido el Estado de Israel y conseguido apoyo internacional variaron el plan y optaron por desplazar, desposeer, de su tierra a estas gentes.
Igual de irracional es la interpretación futurista del Levítico (26: 44-45) amprada en pésimas traducciones que contradicen la Neovulgata, alterando los tiempos verbales, el pretérito imperfecto de subjuntivo, denominado histórico, siempre con valor de pasado y que ahora mal traducen co valor semántico futuro en la versión "literalista".
Introducir ese valor inexistente futuro deja un resquicio para la tergiversación sionista milenarista futurista ajena al texto bíblico en el que no aparece, por ningún lado, semejante delirio que se alimenta con esa versión supuestamente "literal" que traduce el texto de una Biblia creada por los rabinos del VIII y IX para fundamentar sus posturas mesiánicas anticristianas y rechazando el original bíblico de la Septuaginta escrito en griego pero basado en los textos hebreos hoy perdidos. Los sabios judíos precristianos más fiables que los rabinos medievales y su versión "literal" que fueron capaz de versionar el invento masorético de una supuesta tradición inexistente, siempre con posterioridad a Cristo.
EL IVENTO DEL TEXTO MASORÉTICO.
Pretende ser un texto original del Antiguo Testamento, pero es un invento masoreta al servicio de los poderosos y ricos rabinos anticristianos.
Los masoretas eran un grupo sectario gnóstico, judíos anticristianos que buscaban oscurecer las traducciones de las Escrituras en las porciones que se identificaba a Jesús con el Mesías. Para ello se valieron de unos supuestos manuscritos hebreos distintos de los usados por la Septuaginta si bien aún hoy día esos manuscritos son desconocidos.
La Septuaginta además de ser la Biblia usada por los judíos durante siglos, la usaba el propio Jesús, sus Apóstoles y todos los primeros cristianos
Los masoretas inventaron textos alternativos a los originales y marginaron otros aceptados por la tradición secular, un trabajo herético de finales del siglo I hasta el V. A finales de éste se inventaron, principalmente en Babilonia y Tiberías un sistema para precisar la manera de leer el texto.
Fue una creación más o menos paralela al Talmud, su otra gran patraña milenaria junto con la Cábala aunque esta no llega a ser milenaria.
En resumen, el Texto Masorético es un texto fijado por los masoretas que pagados por los rabinos anticristianos decían tras*mitir la tradición.
Y es de ese texto inventado por anticristianos del que parten hoy los protetantes para realizar sus ediciones y, lo que es peor aún, parte la Biblia de Jerusalén, la más usada por los católicos de habla española. Y para colmo, en la web del Vaticano, la versión española que se presenta como si fuera una traducción de la Neovulgata es la susodicha Biblia de Jerusalén en que las manipulaciones alcanzan incluso a los Evangelios que llegan a decir herejías.
En esa Biblia, que se dice católica, se hace una interpretación del pasaje del Levítico coincidente, como casi siempre, con la Reina Valera protestante.
Se demuestra así, otra vez, el carácter talmudista anticristiano, hoy sionista, de esa traducción que se dice tan veraz, y desgraciadamente usada por muchos católicos engañados. Cambiando los tiempos verbales a capricho, o peor, al servicio de intereses interpretativos anticristianos.
El colmo es que la Reina Valera, que parte de los mismos textos masoréticos, es más moderada con sus "gazapos" pro sionistas, lo cual da mucho que pensar sobre las intenciones de quienes amparan el texto de la Biblia de Jerusalén que se vende como de inspiración católica.
El sionismo protestante es un perverso sincretismo religioso fruto de las antítesis relativas creadas desde el gnosticismo de los primeros siglos hasta hoy. Funde
- el milenarismo característico del puritanismo, que no tiene nada que ver con el cristianismo,
- con el marranismo mesiánico característico del talmudismo cabalístico que poco o nada tiene que ver con el judaísmo bíblico.
Ambos financiados por la Jerarquía Iluminista.
El fundamento doctrinal del sionismo protestante es la teoría denominada Dispensacionalismo o dispensa milenarista, una representación escatológica con pretensiones teológicas aparecida a principios del XIX en Inglaterra.
El multifacético sionismo es una derivada de esta tradición y una de las principales fuentes de inspiración de los Protocolos, antes de que se vieran manipulados con la incorporación de una supuesta autoría judía ortodoxa.
Los dispensacionalistas se valieron también de revelaciones fraudulentas y visiones de iluminados con interpretaciones torticeras de la Biblia, principalmente de las profecías.
La patraña dispensacionalista afirma que la Historia se divide en siete dispensaciones o períodos, cuya partición está formulada en la Biblia (¿?) pero simplemente está basada en meras interpretaciones torticeras de versículos aislados fuera de contexto y que ninguna habla de ninguna dispensa. Las dispensaciones serían:
1ª.- la inocencia: el período pre Adán.
2ª.- conciencia: Adán a Noé.
3ª.- del gobierno: de Noé a Abraham.
4ª.- del patriarcado: de Abraham a Moisés.
5ª.- ley mosaica: de Moisés a Jesús.
6ª.- de la gracia: la actual, la de la Iglesia.
7ª.- advenimiento del reino terrenal futuro.
Aunque es un planteamiento naif, infantil, se lo tragan como veraz muchos adultos, se parece más a un juego de rol o a las fases de un juego de ordenador que a un planteamiento teológico mínimamente serio.
La mayor patraña es la interpretación del tránsito de la actual (6ª) a la futura (7ª) por venir.
La versión más extendida actualmente de la absurda e indocumentada última dispensación (si bien el número de elucubraciones fabulatorias es infinito) comenzaría con el advenimiento del Anticristo, guerras y tragedias sin cuento.
El cuento está muy bien construido y sirvió (y sigue sirviendo) para argumentos de películas y novelas varias, pero su falta de sustento bíblico y las interpretaciones arbitrarias de la misma conllevan fantasiosos pasajes proféticos.
EL APOCALIPSIS
Siguiendo literalmente las palabras del propio Apocalipsis: ni Rusia, ni el Islam, ni China, ni incorporaciones torticeras de pasadas profecías bíblicas de Daniel ni Ezequiel, ni nada de nada.
El Apocalipsis es UNA REVELACIÓN PRIVADA, posiblemente a San Juan Evangelista en la que NO CABEN INTERPRETACIONES NI SUPRESIONES.
Los creyentes pueden encontrar en el Apocalipsis elementos con que alimentar su fe, pero en NINGÚN CASO DEBE INTERPRETARLO ni fabular con su contenido. Un contenido revelado e interpretado por su autor, a quien Dios eligió para ser el receptor de dicha revelación.
Los que se consideren intérpretes de una revelación que a ellos no les fue dada deberían andar con pies de plomo, pues bien pueden caer en soberbia intelectual, al verse tentados a incorporar o suprimir "algo" a la misma con la consecuencia de ser víctimas de las propias "plagas" apocalípticas o de que se les quite "su parte en el Árbol de la Vida" y de la "Ciudad Santa". Apocalipsisi dixit.
Las profecías son preventivas, no amenazantes. Son volitivas de Dios respecto a cómo desea que actúen los hombres, pero NO PREDICTIVAS de todos los acontecimientos futuros.
Los milenaristas, si les place, pueden interpretar el Apocalipsisi, pero sin engañar, traduciendo caprichosamente el texto según su conveniencia, pero entonces que no se autoproclamen, como hacen, literalistas.
Pues tendrán que explicar, en su "interpretación literal" la razón por la cual poco después el propio Apocalipsis dice a quiénes va dirigida la profecía: las iglesias de Asia. No va, por tanto, dirigida al conjunto de las iglesias cristianas diseminadas en el Imperio Romano, textualmente, ahora sí: "Juan a las siete Iglesias, que están en Asia" (Apocalipsis 1:4).
Es decir, la revelación PRIVADA hecha a Juan va dirigida SÓLO a las siete iglesias de Asia que existían entonces. Iglesias que la imposición del islam ha hecho desaparecer hoy en día, salvo una, dando cumplimiento a la revelación hecha a Juan y que éste envió a las mismas.
Intentar vincular el mensaje a otro contexto histórico más allá de ese es un mero ejercicio alegórico fabulativo sin sustento de ningún tipo, ni racional ni doctrinal.
LAS INTERPRETACINES TORTICERAS DEL SIONISMO
Tras la destrucción del Templo y la diáspora una parte de los judíos no reconocieron la evidencia, ni al Mesías, a Jesús, al Verbum, y al no reconocer la luz permanecen en tinieblas. Así fueron derivando hacia posturas no bíblicas, adoptando, con el tiempo:
- ideologías de carácter materialista o seudo religiones panteístas, amparados en el llamado talmudismo rabínico.
- otros crearon nuevos paganismos de carácter mágico esotérico, los del carro (merkabá) que derivarían, a su vez, en el mesianismo y el cabalismo.
Ambas corrientes, materialistas racionalistas exotéricos o "espiritualistas" iluminados esotéricos, en muchos casos, fueron confluyendo en diversos engendros sincretistas gnósticos de los que el sionismo, sea protestante, hebreo, marrano o ateo, es la manifestación más notable actualmente.
Hogaño salvo algunos reaccionarios laicistas sin sustento racional alguno, ningún estudioso niega la relación del relato bíblico con la Historia, es decir, su historicidad. Partiendo de ella, lo que queda claro es que diez de las doce tribus de Israel se disolvieron o asimilaron: son las TRIBUS PERDIDAS (Simeón, Dan, Mansés, Isacar, Zabulón, Aser, Neftalí, Rubén, Efraín, Gad y parte de la de Leví. En el año 720 adC el rey asirio Sargón II invadió el reino y dispersó a la población por su imperio, llevando a los notables desterrados a Babilonia. El reino se repobló con gentes de varios lugares. Los israelitas desplazados se asimilaron entre otras naciones y perdieron su identidad y jamás regresaron a Israel).
Solamente conservaron su identidad un remanente mezclado de las tribus de Judá y Benjamín.
Por tanto de tomarse en serio las tesis sionistas resultaría muy probable que los descendientes de Abraham, que hay que bendecir, necesariamente hoy para poder ser bendecido, serían actualmente en su inmensa mayoría los descendientes de esas 10 (11) tribus perdidas, es decir, los mahometanos.
Los sionistas de 1920 tenían el proyecto de judaizar a los palestinos una vez creado el Estado de Israel, pues comprendían que los campesinos palestinos eran probablemente los descendientes de los antiguos israelitas que luego, siglos después, aceptaron el cristianismo y luego el islam. Pero una vez constituido el Estado de Israel y conseguido apoyo internacional variaron el plan y optaron por desplazar, desposeer, de su tierra a estas gentes.
Igual de irracional es la interpretación futurista del Levítico (26: 44-45) amprada en pésimas traducciones que contradicen la Neovulgata, alterando los tiempos verbales, el pretérito imperfecto de subjuntivo, denominado histórico, siempre con valor de pasado y que ahora mal traducen co valor semántico futuro en la versión "literalista".
Introducir ese valor inexistente futuro deja un resquicio para la tergiversación sionista milenarista futurista ajena al texto bíblico en el que no aparece, por ningún lado, semejante delirio que se alimenta con esa versión supuestamente "literal" que traduce el texto de una Biblia creada por los rabinos del VIII y IX para fundamentar sus posturas mesiánicas anticristianas y rechazando el original bíblico de la Septuaginta escrito en griego pero basado en los textos hebreos hoy perdidos. Los sabios judíos precristianos más fiables que los rabinos medievales y su versión "literal" que fueron capaz de versionar el invento masorético de una supuesta tradición inexistente, siempre con posterioridad a Cristo.
EL IVENTO DEL TEXTO MASORÉTICO.
Pretende ser un texto original del Antiguo Testamento, pero es un invento masoreta al servicio de los poderosos y ricos rabinos anticristianos.
Los masoretas eran un grupo sectario gnóstico, judíos anticristianos que buscaban oscurecer las traducciones de las Escrituras en las porciones que se identificaba a Jesús con el Mesías. Para ello se valieron de unos supuestos manuscritos hebreos distintos de los usados por la Septuaginta si bien aún hoy día esos manuscritos son desconocidos.
La Septuaginta además de ser la Biblia usada por los judíos durante siglos, la usaba el propio Jesús, sus Apóstoles y todos los primeros cristianos
Los masoretas inventaron textos alternativos a los originales y marginaron otros aceptados por la tradición secular, un trabajo herético de finales del siglo I hasta el V. A finales de éste se inventaron, principalmente en Babilonia y Tiberías un sistema para precisar la manera de leer el texto.
Fue una creación más o menos paralela al Talmud, su otra gran patraña milenaria junto con la Cábala aunque esta no llega a ser milenaria.
En resumen, el Texto Masorético es un texto fijado por los masoretas que pagados por los rabinos anticristianos decían tras*mitir la tradición.
Y es de ese texto inventado por anticristianos del que parten hoy los protetantes para realizar sus ediciones y, lo que es peor aún, parte la Biblia de Jerusalén, la más usada por los católicos de habla española. Y para colmo, en la web del Vaticano, la versión española que se presenta como si fuera una traducción de la Neovulgata es la susodicha Biblia de Jerusalén en que las manipulaciones alcanzan incluso a los Evangelios que llegan a decir herejías.
En esa Biblia, que se dice católica, se hace una interpretación del pasaje del Levítico coincidente, como casi siempre, con la Reina Valera protestante.
Se demuestra así, otra vez, el carácter talmudista anticristiano, hoy sionista, de esa traducción que se dice tan veraz, y desgraciadamente usada por muchos católicos engañados. Cambiando los tiempos verbales a capricho, o peor, al servicio de intereses interpretativos anticristianos.
El colmo es que la Reina Valera, que parte de los mismos textos masoréticos, es más moderada con sus "gazapos" pro sionistas, lo cual da mucho que pensar sobre las intenciones de quienes amparan el texto de la Biblia de Jerusalén que se vende como de inspiración católica.