El primo del Adric
Madmaxista
MENUDO ALFOTE FRENTEMONO jorobaR
Sufrió 'bullying' durante 10 años, primero por ser 'el hijo de la limpiadora', más tarde por convertirse en 'el feo del instituto'
Llegó a pensar en quitarse la vida, pero superó aquella situación y, años después, acabó siendo actor y modelo de éxito
La sombra del suicidio oscureció su mente durante varios años. Llevaba casi una década sufriendo bullying, y allí estaba Sergio Medialdea, con 16, andando sobre unas vías ferroviarias. "Me preguntaba cuál sería el tren de mi vida. Pero no el que me llevara al éxito, si no el que me pasara por encima para acabar con tanta humillación", explica Medialdea a LOC, quien un lustro después se convertiría en el primo de Zumosol más reconocido de la marca.
También sería modelo. Desfilaría para Armani y otras firmas internacionales, pero hasta sus 17 fue el feo del instituto: "Gafas de ojo ciego de vaso, 1,46 de altura con 14 años, el peinado de Dos orates muy orates... Vejaciones e insultos diarios. Te merman tanto el alma que piensas que no vales nada, que sobras en este mundo".
Su historia es la del cuento de El patito feo hecha realidad. Y ahora, a sus 47 años, se anima a reabrir su pasado, a remover sus secuelas por los que siguen sufriendo acoso escolar y por los que ya no están.
Sergio Medialdea dando una conferencia 'antibullying' y de pequeño.
PREGUNTA.- ¿Por qué alza la voz tanto tiempo después?
RESPUESTA.- Rompo mi silencio por el chaval que se suicidó en Usera (Madrid) y por el que vive en Andalucía, que tras sufrir un bullying terrible le obligaron a cambiar de colegio... El día que empezaba en el nuevo centro, se le hizo tan grande que se tomó un montón de pastillas y se intentó quitar la vida. Consiguieron salvarle a tiempo, pero sufrió dos paros cardiacos, un paro cerebral, un neumotórax... se ha quedado para siempre en una cama, sin poder hablar, ni moverse, ni ver... imagínate esto para la familia. Y yo me pregunto, ¿el mundo está loco? A los que acosan y humillan se les premia dejándoles en el mismo instituto, y a las buenas personas se les castiga y se les desplaza.
P.- ¿Usted sufrió acoso escolar?
R.- Durante 10 años, de los ocho hasta casi los 18. Mi primera etapa la pasé en un colegio muy caro y elitista, pese a ser de una familia muy humilde. Mi progenitora limpiaba la cocina, por lo que la educación me salía prácticamente gratis. Me llamaban hambriente, el hijo de la limpiadora... Pero fue mucho más severo a partir de los 14, al pasar al instituto.
P.- ¿Por?
R.- No conocía a nadie. Me presenté el primer día con 1,46 de altura, el peinado de Dos orates muy orates y unas gafas de ojo ciego de vaso que flipas, porque con tres años me diagnosticaron un estrabismo extremo. Nada más llegar me vinieron tres tíos de COU, de 18 años. Comenzaron a meterse conmigo, a zarandearme, a darme collejas, me quitaron el dinero... Me dijeron que, a partir de ese momento, todos mis días iban a ser así. Ya se te quitan las ganas de vivir, de estudiar...
P.- Debió ser muy duro.
R.- Todos me llamaban Óxido de Hierro. El símbolo del hierro es Fe y el del oxígeno O... FeO. Te merman tanto el alma que piensas que no vales nada, que sobras en este mundo... Y es cuando empieza a aparecer la sombra del suicidio. Eso es lo estropeado.
P.- ¿Pensó realmente en quitarse la vida?
R.- Sí. Fui hasta una estación ferroviaria y comencé a andar por las vías. Veía pasar los vagones y sólo pensaba cuál sería el tren de mi vida. Pero no el que me llevara al éxito, si no el que me pasara por encima para acabar con tanta humillación y sufrimiento. Fue en ese momento cuando me vinieron a la cabeza las dos únicas personas que me amaban por como yo era, mis padres.
Sergio Medialdea en la actualidad.
P.- ¿Lo habló con alguien?
R.- Nunca, ni con mi familia. Me daba vergüenza. La gente que sufre bullying extremo siente que, si lo dice, es un fistro, un débil, un chivato... te llegas a reprobar a ti mismo y te crees que te lo mereces. Lloraba mucho, me miraba en el espejo y me preguntaba: ¿Tan horrible soy para que todo el mundo me lo diga? No entendía que me sucediera eso si yo era bueno y ayudaba a otras personas. Ahora puedo decir que he superado aquel acoso, pero te deja secuelas. Ha dibujado mi carácter.
P.- ¿Cómo consiguió salir de aquello?
R.- Para mí, lo más importante era ser alto. Estaba obsesionado. Me apunté a un gimnasio donde leí que la gimnasia sueca, basada en estiramientos, te podía hacer crecer. Desde ese momento, me pasé cuatro horas al día colgado en las espalderas. La gente me veía y se reía. Pero en dos años y medio crecí 36 centímetros. A raíz de eso, cambié mi peinado y me puse tupé. Me quité las gafas y empecé a utilizar lentillas. También se me afiló un poco más el rostro... En una cena de ex alumnos no se podían creer que fuera yo. De todas formas, me gustaría que aquellos que sufren acoso lo digan y pidan ayuda, que no sufran en silencio.
P.- Después llegaría su salto a la fama en 1991, tras encarnar al primo de Zumosol.
R.- Fue paradójico. El sueño de mi inconsciente hecho realidad. Un chaval que había sufrido bullying defendía en los anuncios a otros chicos que lo padecían.
El anuncio que le lanzó a la fama. / Zumosol
P.- ¿Cómo le fue después?
R.- Comencé a trabajar para marcas como Armani o Police, a desfilar en pasarelas, a salir en televisión... He escrito dos libros (Larajedon, el misterio de los elefantes, en 2010, y Vuelve a escribir tu historia, en 2018), doy conferencias de motivación y superación como coach de vida, charlas en los colegios de manera altruista para concienciar sobre el acoso...
P.- Son muchos proyectos, ¿se gana la vida con ellos?
R.- Ahora mismo soy agente inmobiliario. Me dedico a captar clientes y vender pisos. Las conferencias, a día de hoy, no me permiten ganarme la vida bien. Tampoco podría vivir de la literatura, pese a que me compran bastantes libros.
P.- ¿El patito feo se acabó casando?
R.- Sí, hace tres años. Me encantaría tener un hijo, y en ello estamos. Si te das cuenta, he esperado hasta los 47, que es cuando me siento lo maduro suficiente para poder educar de manera correcta a un hijo. Todas las personas en el mundo tienen el carnet de padre. No se consigue ni te hacen un test psicotécnico. La culpa del acoso, en muchas ocasiones, es de los progenitores, que no corrigen a sus hijos porque piensan que son perfectos.
Sufrió 'bullying' durante 10 años, primero por ser 'el hijo de la limpiadora', más tarde por convertirse en 'el feo del instituto'
Llegó a pensar en quitarse la vida, pero superó aquella situación y, años después, acabó siendo actor y modelo de éxito
La sombra del suicidio oscureció su mente durante varios años. Llevaba casi una década sufriendo bullying, y allí estaba Sergio Medialdea, con 16, andando sobre unas vías ferroviarias. "Me preguntaba cuál sería el tren de mi vida. Pero no el que me llevara al éxito, si no el que me pasara por encima para acabar con tanta humillación", explica Medialdea a LOC, quien un lustro después se convertiría en el primo de Zumosol más reconocido de la marca.
También sería modelo. Desfilaría para Armani y otras firmas internacionales, pero hasta sus 17 fue el feo del instituto: "Gafas de ojo ciego de vaso, 1,46 de altura con 14 años, el peinado de Dos orates muy orates... Vejaciones e insultos diarios. Te merman tanto el alma que piensas que no vales nada, que sobras en este mundo".
Su historia es la del cuento de El patito feo hecha realidad. Y ahora, a sus 47 años, se anima a reabrir su pasado, a remover sus secuelas por los que siguen sufriendo acoso escolar y por los que ya no están.
Sergio Medialdea dando una conferencia 'antibullying' y de pequeño.
PREGUNTA.- ¿Por qué alza la voz tanto tiempo después?
RESPUESTA.- Rompo mi silencio por el chaval que se suicidó en Usera (Madrid) y por el que vive en Andalucía, que tras sufrir un bullying terrible le obligaron a cambiar de colegio... El día que empezaba en el nuevo centro, se le hizo tan grande que se tomó un montón de pastillas y se intentó quitar la vida. Consiguieron salvarle a tiempo, pero sufrió dos paros cardiacos, un paro cerebral, un neumotórax... se ha quedado para siempre en una cama, sin poder hablar, ni moverse, ni ver... imagínate esto para la familia. Y yo me pregunto, ¿el mundo está loco? A los que acosan y humillan se les premia dejándoles en el mismo instituto, y a las buenas personas se les castiga y se les desplaza.
P.- ¿Usted sufrió acoso escolar?
R.- Durante 10 años, de los ocho hasta casi los 18. Mi primera etapa la pasé en un colegio muy caro y elitista, pese a ser de una familia muy humilde. Mi progenitora limpiaba la cocina, por lo que la educación me salía prácticamente gratis. Me llamaban hambriente, el hijo de la limpiadora... Pero fue mucho más severo a partir de los 14, al pasar al instituto.
P.- ¿Por?
R.- No conocía a nadie. Me presenté el primer día con 1,46 de altura, el peinado de Dos orates muy orates y unas gafas de ojo ciego de vaso que flipas, porque con tres años me diagnosticaron un estrabismo extremo. Nada más llegar me vinieron tres tíos de COU, de 18 años. Comenzaron a meterse conmigo, a zarandearme, a darme collejas, me quitaron el dinero... Me dijeron que, a partir de ese momento, todos mis días iban a ser así. Ya se te quitan las ganas de vivir, de estudiar...
P.- Debió ser muy duro.
R.- Todos me llamaban Óxido de Hierro. El símbolo del hierro es Fe y el del oxígeno O... FeO. Te merman tanto el alma que piensas que no vales nada, que sobras en este mundo... Y es cuando empieza a aparecer la sombra del suicidio. Eso es lo estropeado.
P.- ¿Pensó realmente en quitarse la vida?
R.- Sí. Fui hasta una estación ferroviaria y comencé a andar por las vías. Veía pasar los vagones y sólo pensaba cuál sería el tren de mi vida. Pero no el que me llevara al éxito, si no el que me pasara por encima para acabar con tanta humillación y sufrimiento. Fue en ese momento cuando me vinieron a la cabeza las dos únicas personas que me amaban por como yo era, mis padres.
Sergio Medialdea en la actualidad.
P.- ¿Lo habló con alguien?
R.- Nunca, ni con mi familia. Me daba vergüenza. La gente que sufre bullying extremo siente que, si lo dice, es un fistro, un débil, un chivato... te llegas a reprobar a ti mismo y te crees que te lo mereces. Lloraba mucho, me miraba en el espejo y me preguntaba: ¿Tan horrible soy para que todo el mundo me lo diga? No entendía que me sucediera eso si yo era bueno y ayudaba a otras personas. Ahora puedo decir que he superado aquel acoso, pero te deja secuelas. Ha dibujado mi carácter.
P.- ¿Cómo consiguió salir de aquello?
R.- Para mí, lo más importante era ser alto. Estaba obsesionado. Me apunté a un gimnasio donde leí que la gimnasia sueca, basada en estiramientos, te podía hacer crecer. Desde ese momento, me pasé cuatro horas al día colgado en las espalderas. La gente me veía y se reía. Pero en dos años y medio crecí 36 centímetros. A raíz de eso, cambié mi peinado y me puse tupé. Me quité las gafas y empecé a utilizar lentillas. También se me afiló un poco más el rostro... En una cena de ex alumnos no se podían creer que fuera yo. De todas formas, me gustaría que aquellos que sufren acoso lo digan y pidan ayuda, que no sufran en silencio.
P.- Después llegaría su salto a la fama en 1991, tras encarnar al primo de Zumosol.
R.- Fue paradójico. El sueño de mi inconsciente hecho realidad. Un chaval que había sufrido bullying defendía en los anuncios a otros chicos que lo padecían.
El anuncio que le lanzó a la fama. / Zumosol
P.- ¿Cómo le fue después?
R.- Comencé a trabajar para marcas como Armani o Police, a desfilar en pasarelas, a salir en televisión... He escrito dos libros (Larajedon, el misterio de los elefantes, en 2010, y Vuelve a escribir tu historia, en 2018), doy conferencias de motivación y superación como coach de vida, charlas en los colegios de manera altruista para concienciar sobre el acoso...
P.- Son muchos proyectos, ¿se gana la vida con ellos?
R.- Ahora mismo soy agente inmobiliario. Me dedico a captar clientes y vender pisos. Las conferencias, a día de hoy, no me permiten ganarme la vida bien. Tampoco podría vivir de la literatura, pese a que me compran bastantes libros.
P.- ¿El patito feo se acabó casando?
R.- Sí, hace tres años. Me encantaría tener un hijo, y en ello estamos. Si te das cuenta, he esperado hasta los 47, que es cuando me siento lo maduro suficiente para poder educar de manera correcta a un hijo. Todas las personas en el mundo tienen el carnet de padre. No se consigue ni te hacen un test psicotécnico. La culpa del acoso, en muchas ocasiones, es de los progenitores, que no corrigen a sus hijos porque piensan que son perfectos.