TORREVIEJO
El genuino
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El domingo 24 de marzo, pareció por unas horas quePablo Casado manda y que la renovación del Partido Popular era un hecho y no un mantra de márketing hueco: Elisa Díaz González era arrumbada de la lista pepera a las Cortes Valencianas y sustituida por Lucía Cerón.
La nueva candidata estaba llena de atributos e implicaba apiolar varios pájaros de un tiro en una operación redonda. Su curriculum era imbatible: secretaria judicial, exsecretaria autonómica y exdirectora general de la Mujer con el Gobierno Rajoy; cubría, además, el inmenso vacío de representación de Elche en la candidatura a la cámara autonómica.
Luis Barcala saludando con efusión, el 16 de abril de 2018, a Eduardo Zaplana. /Foto: valenciaplaza.com.
Una auténtica tormenta se desató en la sede local del PP, comandada por Toño Peral, y el Ayuntamiento regido por Luis Barcala. Se inició una tensa negociación con trazas de rebelión, porque parte de las conversaciones telefónicas entre Teodoro García Egeay el alcalde fueron mantenidas por éste a voz en grito por la calle en la soleada mañana. Teodoro aducía causas judiciales que inhabilitaban a Elisa como candidata mientras Barcala defendía a capa y espada a la hija del imputadísimo exalcalde Luis Díaz Alperi, al que Enrique Ortiz llegó a pagar avión privado y semana en Creta para solazarse con la entonces concejal Sonia Alegría.
Pablo Casado no manda y la renovación es un cuento. Al día siguiente, la prensa local informaba de que el PP alicantino “conseguía mantener” a Elisa Díaz Gonzálezen el puesto número 4 de la lista a las Cortes Valencianas. Luis Barcala había ganado el pulso a todo un secretario general, al que no faltaban razones de peso. Elisa Díaz González, en efecto, no está imputada en ningún proceso judicial, lo que no significa que no lo esté en el futuro, pero su nombre sale en el frontispicio del caso Brugal.
En el informe de la UDEF se señala que el bungalow propiedad de Elisa y en el que vive en Alicante era, en realidad, un regalo del empresario corruptor Enrique Ortiz quien habría entregado 170.000 euros a Luis Díaz Alperi -llegó a la alcaldía con fuertes deudas y su casa embargada y pronto dio muestras de gozar de una gran liquidez- para la adquisición de la vivienda. Elisa Díazhizo una escena melodramática y lacrimosa pero elevadamente insustancial, definiéndose como una persona “normal” clienta de Mango. Uno de los momentos más lamentables de la vida pública alicantina.
Macarena Montesinos con Joseé Joaquín Ripoll, otros tiempos, pero las mismas costumbres.
Lo que ha hecho con sus listas el PP alicantino es mostrar su apego a las sagas de la corrupción. Ha retornado al zaplanismo, sin aprender ninguna de las lecciones del pasado. De número 2 al Congreso, como un retorno a un pasado que ya se creía lejano va Macarena Montesinos, una prehistórica. Según difundía Blas Gómez Cuartero, quien tuvo que ser despedido de la Sindicatura de Agravios tras usurpar el puesto de Director de Comunicación sin ningún título para ello, Macarena practicaba algún tipo de celestineo en favor de Zaplana, de modo que éste utilizaba la tarjeta de Macarena Montesinos para pagar los hoteles donde libraba sus numerosas batallas amorosas. Zaplana la puso en el Consejo de Administración de RTVE sin tener ni idea de los medios.
Adela Pedrosa, incompetente y prepotente. /Foto: ramblalibre.com.
La eldense Adela Pedrosa, inventora del sistema de asociaciones sin ánimo de lucro tras el que se ocultaba la financiación del PP, forma parte de la candidatura al Senado, junto al ilicitano Pablo Ruz Villanueva, y Carlos Castillo Márquez, al que Toño Peral -posibles procesos judiciales le pueden amargar e incluso tumbar- y Luis Barcala se quitan de encima.
Regresa José Antonio Rovira, otro zaplanista que mantuvo su lealtad al imputadísimo expresidente de la Diputación, José Joaquín Ripoll, y aunque en lugar de relleno, para que a nadie le quepa duda de que el PP alicantino ha quedado atrapado en el tiempo de la corrupción, se inserta a José López Garrido en la candidatura a las Cortes Valencianas, el alter ego de Ripoll, su chico de los recados, el exdirector de SUMA.
El PP alicantino es refractario a la renovación. Es un pozo ciego. Todos han sido zaplanistas y todos han participado, de una u otra forma, de los tiempos de la corrupción; se conocen secretos inconfesables unos de otros y tocar una pieza puede hacer saltar por los aires el castillo de naipes. Por ahora a la única que han renovado ha sido a Asunción Sánchez Zaplana, Suni se fue a Madrid y le han quitado la silla alicantina.
Las listas blanquean el ripollismo, blanquean el zaplanismo, pero la capa de pintura es muy fina y no tapa el hedor. El PP alicantino ha quedado atrapado en el tiempo, en el día de la marmota de la corrupción.
La nueva candidata estaba llena de atributos e implicaba apiolar varios pájaros de un tiro en una operación redonda. Su curriculum era imbatible: secretaria judicial, exsecretaria autonómica y exdirectora general de la Mujer con el Gobierno Rajoy; cubría, además, el inmenso vacío de representación de Elche en la candidatura a la cámara autonómica.
Una auténtica tormenta se desató en la sede local del PP, comandada por Toño Peral, y el Ayuntamiento regido por Luis Barcala. Se inició una tensa negociación con trazas de rebelión, porque parte de las conversaciones telefónicas entre Teodoro García Egeay el alcalde fueron mantenidas por éste a voz en grito por la calle en la soleada mañana. Teodoro aducía causas judiciales que inhabilitaban a Elisa como candidata mientras Barcala defendía a capa y espada a la hija del imputadísimo exalcalde Luis Díaz Alperi, al que Enrique Ortiz llegó a pagar avión privado y semana en Creta para solazarse con la entonces concejal Sonia Alegría.
Pablo Casado no manda y la renovación es un cuento. Al día siguiente, la prensa local informaba de que el PP alicantino “conseguía mantener” a Elisa Díaz Gonzálezen el puesto número 4 de la lista a las Cortes Valencianas. Luis Barcala había ganado el pulso a todo un secretario general, al que no faltaban razones de peso. Elisa Díaz González, en efecto, no está imputada en ningún proceso judicial, lo que no significa que no lo esté en el futuro, pero su nombre sale en el frontispicio del caso Brugal.
En el informe de la UDEF se señala que el bungalow propiedad de Elisa y en el que vive en Alicante era, en realidad, un regalo del empresario corruptor Enrique Ortiz quien habría entregado 170.000 euros a Luis Díaz Alperi -llegó a la alcaldía con fuertes deudas y su casa embargada y pronto dio muestras de gozar de una gran liquidez- para la adquisición de la vivienda. Elisa Díazhizo una escena melodramática y lacrimosa pero elevadamente insustancial, definiéndose como una persona “normal” clienta de Mango. Uno de los momentos más lamentables de la vida pública alicantina.
Lo que ha hecho con sus listas el PP alicantino es mostrar su apego a las sagas de la corrupción. Ha retornado al zaplanismo, sin aprender ninguna de las lecciones del pasado. De número 2 al Congreso, como un retorno a un pasado que ya se creía lejano va Macarena Montesinos, una prehistórica. Según difundía Blas Gómez Cuartero, quien tuvo que ser despedido de la Sindicatura de Agravios tras usurpar el puesto de Director de Comunicación sin ningún título para ello, Macarena practicaba algún tipo de celestineo en favor de Zaplana, de modo que éste utilizaba la tarjeta de Macarena Montesinos para pagar los hoteles donde libraba sus numerosas batallas amorosas. Zaplana la puso en el Consejo de Administración de RTVE sin tener ni idea de los medios.
La eldense Adela Pedrosa, inventora del sistema de asociaciones sin ánimo de lucro tras el que se ocultaba la financiación del PP, forma parte de la candidatura al Senado, junto al ilicitano Pablo Ruz Villanueva, y Carlos Castillo Márquez, al que Toño Peral -posibles procesos judiciales le pueden amargar e incluso tumbar- y Luis Barcala se quitan de encima.
Regresa José Antonio Rovira, otro zaplanista que mantuvo su lealtad al imputadísimo expresidente de la Diputación, José Joaquín Ripoll, y aunque en lugar de relleno, para que a nadie le quepa duda de que el PP alicantino ha quedado atrapado en el tiempo de la corrupción, se inserta a José López Garrido en la candidatura a las Cortes Valencianas, el alter ego de Ripoll, su chico de los recados, el exdirector de SUMA.
El PP alicantino es refractario a la renovación. Es un pozo ciego. Todos han sido zaplanistas y todos han participado, de una u otra forma, de los tiempos de la corrupción; se conocen secretos inconfesables unos de otros y tocar una pieza puede hacer saltar por los aires el castillo de naipes. Por ahora a la única que han renovado ha sido a Asunción Sánchez Zaplana, Suni se fue a Madrid y le han quitado la silla alicantina.
Las listas blanquean el ripollismo, blanquean el zaplanismo, pero la capa de pintura es muy fina y no tapa el hedor. El PP alicantino ha quedado atrapado en el tiempo, en el día de la marmota de la corrupción.