N.R
Cuñado nija
El poema es de Friedrich August Wolf, un clasicista alemán del siglo XVIII-XIX que lo compuso para Napoleón después de su victoria en Alemania. Aparentemente es una alabanza pero leído del revés tiene un sentido muy diferente.
Este es el poema:
Vaticinor tibi quod navalis laurea cinget
Tempora nec magnas spes mare destituet.
Deiciet tua gens cunctas nec Gallia victrix
Denique frangetur litus ad Albionum.
Sors bona, non mala sors concludet proelia; qua re
Saecula te dicent: Pars Bona, non Mala Pars!
Esta sería una traducción normal:
Te vaticino que los laureles de la victoria naval ceñirán
tus sienes y que el mar no destruirá tus grandes esperanzas.
Derrotará tu gente a todos y la Galia victoriosa
finalmente no se estrellará contra las costas de la Albión.
La buena suerte, no la mala suerte acabará la lucha,
por ello los siglos te dirán: ¡Buen partido, no mal partido!
Y leído desde el final hasta el principio...
"¡Mal partido, no buen partido!" te dirán los siglos,
por esto: acabará la lucha la mala suerte, no la buen suerte.
Contra las costas de la Albión se estrellará al fin
la victoriosa Galia y tu gente no derrotará a los demás.
Destruirá el mar tus grandes esperanzas y te vaticino
que no ceñirán tus sienes los laureles de la victoria naval.
Este es el poema:
Vaticinor tibi quod navalis laurea cinget
Tempora nec magnas spes mare destituet.
Deiciet tua gens cunctas nec Gallia victrix
Denique frangetur litus ad Albionum.
Sors bona, non mala sors concludet proelia; qua re
Saecula te dicent: Pars Bona, non Mala Pars!
Esta sería una traducción normal:
Te vaticino que los laureles de la victoria naval ceñirán
tus sienes y que el mar no destruirá tus grandes esperanzas.
Derrotará tu gente a todos y la Galia victoriosa
finalmente no se estrellará contra las costas de la Albión.
La buena suerte, no la mala suerte acabará la lucha,
por ello los siglos te dirán: ¡Buen partido, no mal partido!
Y leído desde el final hasta el principio...
"¡Mal partido, no buen partido!" te dirán los siglos,
por esto: acabará la lucha la mala suerte, no la buen suerte.
Contra las costas de la Albión se estrellará al fin
la victoriosa Galia y tu gente no derrotará a los demás.
Destruirá el mar tus grandes esperanzas y te vaticino
que no ceñirán tus sienes los laureles de la victoria naval.