El Poder del Dinero

Mario Droghi

Madmaxista
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El Poder del Dinero
por Peter White


Este articulo publicado en 1993 en el National Geographic está lleno de lugares comunes y de creencias “oficiales” sobre la economía. No en vano una de las primeras conquistas de los grandes banqueros fue implantar un sistema de enseñanza obligatoria que asegurara el adoctrinamiento de las masas, así como la compra de medios de comunicación, editores y expertos en economía y finanzas que se dedicaran a vender una visión falsa de la economía, ocultándola además con un lenguaje oscuro e incomprensible para la mayor parte de las personas. Es el truco del prestidigitador.

El artículo de White, de 1993, es un viaje a través del dinero y nos da una visión oficialista clásica del tema con la cual podremos contrastar nuestros hallazgos de cómo funcionan verdaderamente las cosas con el dinero. La visión de National Geographic sobre qué es el dinero no puede ser sino en línea con la que tiene un gran medio, ya que es una revista muy influyente en el mundo, pero no da una visión histórica y, en cierto modo, desmitifica esto del dinero, además de que contiene algunas “perlas”, especialmente una, pues su autor fue capaz de arrancar una afirmación a un empleado de la FED sobre la creación espontánea del dinero, sobre cómo crean el dinero “de la nada”.

Y aunque el artículo no contiene el más mínimo contenido “disidente”, todas las explicaciones buenistas, de alguna forma, quedan orbitando alrededor de este punto. A la pregunta de si existe algún límite a la creación de dinero por parte de la Reserva Federal (y añado que esto sea hace extensible a otros bancos centrales como el europeo) , la respuesta del empleado fue para pasar a la historia:
“sólo el buen juicio y la consciencia de las personas responsables de la Reserva Federal”
Y la respuesta es buena porque el jefe de la FED puede ser elegido indefinidamente y no le rinde cuentas a nadie. Alan Greenspan (durante 18 años en ese cargo) fue retratado así por un periodista en un articulo de 2001.
“Usted puede pensar que el Congreso, y por tanto la gente, puede controlarlo. Pero todo lo que los legisladores pueden hacer es llamarlo a declarar de forma periódica (…) Las audiencias son un ejercicio inútil, no son una rendición de cuentas, ya que Greenspan sólo ofusca hasta que todos se aburren. Usted puede pensar que la prensa le puede pedir detalles. De hecho, no tenemos acceso a él. No se permiten conferencias de prensa ni entrevistas. El sumo sacerdote es intocable en su templo de mármol aquí, en Constitution Avenue.”
Por supuesto, lo mismo se puede decir de Ben Bernanke, en el puesto de la FED actualmente, al que vemos en esas fotos constantemente “aparentando” que rinde cuentas ante el Congreso y la opinión pública norteamericana y mundial.

Todo es un teatro.


Imagina que estoy en París, es ya tarde y necesito dinero, rápidamente.

El banco al que voy está cerrado, por supuesto, pero afuera hay una máquina ATM, una expendedora automática y voy a ver qué pasa, gracias a los ordenadores y las telecomunicaciones de alta velocidad.

Inserto mi tarjeta ATM de mi banco en Washington, DC, y escribo mi número de identificación y la cantidad de 1500 francos, casi equivalente a 300 dólares americanos. Los ordenadores del banco francés detectan que esa no es su tarjeta, así que mi petición va al centro de intercambio intereuropeo del sistema CIRRUS que detecta que no es una tarjeta europea.

El mensaje electrónico luego es tras*mitido al centro de conmutación global en Detroit que reconoce que es de mi banco en Washington. La petición va allí y mi banco verifica que hay más de 300 dólares en mi cuenta y deduce los 300 dólares más una comisión de 1.50 dólar. Después vuelve de Detroit a Bélgica y al banco de París y su ATM y me da 300 dólares en francos franceses.

Total de tiempo en la operación: dieciséis segundos.

Este truco de magia electrónica intercontinental es simplemente el último capítulo de la historia de la infinitamente influyente creación de la mente humana, el dinero, en el sentido de algo que es aceptado como medio de intercambio y una forma de almacenamiento de valor porque existe sólo en cantidades limitadas y, por encima de todo, porque la gente tiene confianza en él.

Ah, el dinero… He pensado largamente en este tema, qué historia se podría escribir viajando por el mundo a lo largo de los siglos, trazando los comienzos del acuñamiento de moneda en la antigüedad y de la banca moderna en la tardía Edad Media, investigando cómo se crea hoy en día el dinero por parte de nuestro banco de la esquina, y descubrir qué determina las tasas de interés que debes pagar por tu hipoteca de tu casa o tu coche y cómo los japoneses llegaron a tener todos esos dólares para comprar una porción tan importante de los Estados Unidos.

¿Cómo hacen los que blanquean el dinero ese trabajo sucio? y con la proliferación de tarjetas de crédito, ¿realmente nos dirigimos a una sociedad sin dinero metálico?.

Mi viaje comienza en Filadelfia en la Casa de la Moneda de los Estados Unidos.

En una sala del tamaño de un hangar de zeppelines veo prensas de alta velocidad golpear peniques; luces amarillas de vapor de socio y luces azuladas de vapor de mercurio alternándose para hacer que el flujo de las monedas parezca una veta de oro.
“Cada máquina golpea 200 veces un minuto”, dice un funcionario de la Casa de la Moneda ” Y no les llamamos peniques, les llamamos céntimos” .
Tienen un 97.5 por ciento de zinc, el resto es cobre. Hacer una tiene un coste en 1991 de 0.92 céntimos.

Eso quiere decir que mil de ellas cuestan 9.20 dólares, ¿así que la Casa de la Moneda hace un beneficio de casi ochenta céntimos por cada diez dólares?
“No le llamamos beneficio, le llamamos “señoreaje”.
Muy bien, el señoreaje de 1991 sobre todas las monedas de USA, lo cual significa la diferencia entre su valor y el valor del metal más el coste de fabricarlos, fue de 428 millones de dólares.

En Washington, y también en Fort Worth, Texas, la Oficina de Grabado e Impresión del Departamento del Tesoro de USA, emite papel moneda. El papel es realmente 75 % algodón y 25% lino.

En 1991, añadió a la oferta monetaria el equivalente a 108 mil millones de dólares. Casi la mitad son billetes de un dólar; duran una media de 18 meses en el mercado. Cuando son devueltos al banco, serán destruidos por medio de trituración. Y si tus billetes han sido carbonizados o triturados por las termitas o accidentalmente blanqueados con lejía en una lavadora, la sección de Moneda Mutilada de la oficina en Washington DC puede ayudarte.

Devuelve al menos el 51 por ciento de un billete y obtendrás total recuperación del dinero.

Billetes y monedas conforman el 80 por ciento de la oferta monetaria de Estados Unidos; el resto está en cuentas de banco, incluyendo dinero de los libros de contabilidad; en el momento en que se escribe, hay una suma total de 3.5 billones de dólares, según la FED, el Sistema de la Reserva Federal, que es el banco central del gobierno de los Estados Unidos, y hay otros tres mil millones más que hace un mes.

Todo ocurre así:

Cada día de trabajo, después de una conferencia telefónica a las 11:15 AM, el banco de la Reserva Federal de Nueva York, actuando sobre directivas del Comité Federal de Mercado Abierto Federal (Open Market Committee), en los cuarteles centrales de la FED en Washington, compra bonos del gobierno de USA de los grandes bancos y las casas de corredores de valores, o vendes algunos bonos, usualmente notas del Tesoros de los Estados Unidos, lo que, en efecto, son notas de compromiso de pago por parte del gobierno.

Imagina que hoy la FED compra cien millones de dólares en bonos del Tesoro de los grandes corredores de valores, que mantienen un inventario de esos títulos para comerciar con el público.

Cuando el banco central le paga a esos comisionistas, cien millones de dólares se añaden a la oferta monetaria del país, porque a los comisionistas se les abonará esta cantidad por parte de sus bancos, que ahora tienen dicha cantidad adicional en su saldo.
Pero ¿de donde obtuvo la FED estos cien millones de dólares?.
“Los creamos”, me dice un funcionario de la FED. "Es dinero que no existía antes”, dice.

¿Existe algún limite para esto?.
“No hay límite. Sólo el buen juicio y la consciencia de las personas responsables de la Reserva Federal”

¿Y de dónde obtuvieron esta inmensa autoridad?
“Les es delegada por la Ley de La Reserva Federal de 1913, basada en el Artículo I, Sección 8 de la Constitución. 'El Congreso tendrá la facultad de… acuñar moneda, reglamentar su valor…'”
Ahora observa cómo el dinero creado por la FED le permite a nuestro sistema de banca comercial crear incluso más.

La FED requiere que los bancos dejen una porción de los fondos de los depositarios como reservas. Imagina que este ratio de reservas se establece en un diez por ciento, entonces por cada mil dólares en nuevos depósitos, un banco debe mantener al menos cien dólares en reservas pero puede prestar el resto, digamos 900 dólares.

En los libros del banco este crédito queda como un activo, y gana intereses hasta que sea completamente repagado.

El cliente que obtuvo el crédito seguramente lo gastará directamente, por ejemplo, para comprar un coche usado. El vendedor del coches usados deposita un cheque de 900 dólares en su banco, que después tiene 900 dólares adicionales en reservas y puede a cambio prestar el noventa por ciento de esa cantidad, por ejemplo 810 dólares.

Y así, sucesivamente hasta que los mil dólares originales del banco se pueden crear a docenas de bancos un total de 9000 dólares en nuevos créditos.

O sea que cien millones de dólares inyectados por la FED en el sistema comercial bancario podrían, teóricamente, estimular la aparición de 900 millones de dólares en nuevo dinero en libros de contabilidad, dinero que no existía antes. Y todo ello está construido sobre la asunción de que el sistema es sólido.

Ya volveremos a la FED más tarde, pero ahora estoy de viaje en Yemen, donde, según he oído, alguna gente sigue apegada a una visión anticuada de la clase de dinero en la que uno puede tener confianza, en lo que puede ser considerado firme.

En Suq al Talh, el mercado del sábado no lejos de la frontera con Arabia Saudí y cerca de la antigua ciudad de Sadah, veo a cambistas de dinero barbudos sentados en las escaleras de cemento, con dagas curvas colgadas de sus cinturones, y rifles automáticos a la alcance de la mano o a la espalda. Frente de ellos, paquetes de notas bancarias, riales yemenís, y pilas de monedas del tamaño de los dólares de plata americanos.

Estos son de plata también, pero todos datan de 1780 y la mujer retratada en las monedas en la emperatriz austriaca María Teresa.

Un hombre acaba de comprar mil de ellos por 75.000 riales y le pregunto por qué.
“Es la moneda principal”, dice.
¿No es lo mismo que el rial?

El dice que en esta zona estas monedas son la moneda fuerte, omla saaba y después se va con sus sesenta libras de plata en una bolsa de tela.
“El las compró para hacer beneficio”, me dice otro hombre. Han estado subiendo de precio, o se podría decir que el rial está desplomándose.

“La gente que viste en Sadah puede parecer muy inculta, pero saben de asuntos económicos”, dice Mohamed Said Al Attar, el ministro de industria, que durante mucho tiempo ha estado activo en los asuntos financieros del país.
De vuelta en la capital, Sanaam el me dice que en el siglo XVIII, cuando los comerciantes franceses llegaron al puerto de Mocha para comprar café, los yemenis no querían el dinero francés, pero les gustaba la moneda austríaca, llamada el tálero, por su alto contenido de plata, (de “taler” de forma incidental viene la palabra “dólar”).

La reputación del tálero austríaco se extendió por la península arábiga y Etiopia, donde la moneda circuló hasta 1950.
“Nosotros introdujimos la nota bancaria rial”, añade el Dr Al-Attar, “después de la revolución de 1962 expulsara a la monarquía. Pero durante muchos años hemos tenido dificultad para que la gente diera valor al dinero de papel”.
Hoy la La casa de Moneda austríaca en Viena todavía emite táleros de Maria Teresa que aun datan de 1780.

Lo mismo hacen imitadores en todas partes, notablemente en Arabia Saudita, dice un mercader en el Sanna Suq.
“Tienen agentes en Yemen que compran taleros, que tienen 83 por ciento de plata”, me dice el Dr Al Attar. “Los funden, acuñan nuevos y los envían de nuevo a Yemen con menos de 80 de plata”.
De manera que, rebajar la moneda acuñada por un poco de beneficio es también tan antiguo como acuñar moneda.

Muchas de las monedas de hoy en día, la lira italiana, la libra británica, el peso y peseta de los países de habla hispana, son nombradas por unidades de peso una vez usadas para medir cantidades de metal, normalmente la plata, que junto con el oro y cobre, ha funcionado como dinero a lo largo de la historia.

El uso más temprano documentado de la plata para pagos, aparece entorno a 2500 BC en las tablillas cuneiformes de Mesopotamia.

Algunas de las más antiguas monedas conocidas fueron acuñadas en Asia Menor, en el reino antiguo de Lidia, en el siglo XVII AC, pequeñas monedas del tamaño de una uña de electrum, una aleación amarilla de oro y plata. Tales monedas lidias de peso específico al final llegaron a llevar un emblema real de una cabeza de león.

El estudioso de Oxford Colin Kraay conjetura que fueron concebidos como algo conveniente para el estado, como un medio stándard para pagos a funcionarios y para gastos públicos y también para la colección de tasas en impuestos. Pero los mercaderes, de siempre acostumbrados a llevar sus cuentas en metales preciosos, deben haberlos encontrado útiles también. Usando monedas, no tenían que pesar tanto en las tras*acciones.

La idea de acuñar moneda se extendió a Asia Menor por el mundo mediterráneo. Para el cuarto siglo AC una unidad de peso llamada el Shekel, usada por babilonios antiguos, fenicios e israelitas, tomó prestado su nombre de las monedas de plata de Oriente Medio. Algunas pesaban media onza, algo más que el medio dólar de plata Kennedy de 1964.

Respecto al oro, era acuñado en la era dorada del Imperio Romano, y el sólido de Bizancio y también el dinar de las tierras fiel a la religión del amoras, el florín de Florencia y el ducado de Venecia.

Las monedas pueden haber comenzado como una conveniencia, pero algunas de ellas tienen un valor fabuloso hoy en día. En el sur de Anatolia encontré que en el campo hay muchas gente tratando de encontrar bonanzas antiguas. Monedas de Grecia y Persia, Roma y Bizancio y a menudo aparecen con detectores de metales buscando tesoros escondidos como el que se encontró en el campo en 1984.

Cerca de la pequeña ciudad de Elmah, en el valle entre la cadena montañosa de Ak and Bey, me enseñan cómo un detector descubrió un jarrón de terracota con 1900 piezas de plata, posiblemente enterradas por un comandante griego que se preparaba para batallar con los persas sobre el 465 AC.

Había 14 monedas de diez dracmas que habían sido acuñadas por los atenienses para conmemorar su victoria sobre los persas en Maratón.

La mayor parte de esos decadramas se dice que han sido adquiridos por un millonario inversor en Boston, con una pieza parte de una colección en Beverly Hills por 600.000 dólares. Ilegalmente, de acuerdo al gobierno turco porque la ley turca dice que debes devolverlas al museo local y si son valiosas tendrás una pequeña recompensa.

El papel moneda más antiguo emitido por un gobierno apareció en China en el siglo XI. En Persia, el dirigente mongol emitió papel moneda en 1294, pero los mercaderes lo rechazaron. Cerraron sus tiendas y escondieron sus bienes. El comercio se detuvo.

Encarando una revuelta, Geikhatu anuló su propio edicto, el funcionario que lo había sugerido antes que nadie fue cortado en pedazos en el bazar. Los primeras notas de banco europeas fueron impresas en Suecia en 1661, cuando las monedas estaban en oferta restringida.

Pero el dinero no ha sido siempre metal o papel. Una de las formas más antiguas bien podría haber sido una concha de molusco blanco del Océano Indico, el cauri, palabra de la que se deriva el carácter chino cai o kai, que quiere decir “riqueza, dinero”.

Recuerdo una exposición de otras formas traídas a una colección en Seattle por John Lenker, entonces cabeza de la Sociedad Internacional de Dinero Primitivo. Un drum de bronce de Malasia. Un bloque de sal de Etiopia; de Fiji un bol de kava con once piernas.

Y el wampun, una vez preciado para los indios de Norteamérica, pequeñas piezas de concha de almeja laboriosamente trabajadas y puestas juntas como cuentas.
” Todas te cuentan historias de cómo las monedas trabajan”, dice Sr Lenker.
("Money From the Sea," January 1993, National Geographic magazine, pages 109-117.)
El historiador Fernand Braudel ha señalado que durante la mayor parte de la historia registrada y la mayor parte de la gente, en las necesidades del día a día, apenas necesitaban dinero para vivir y esto seguía siendo cierto para muchos americanos a comienzos de sigo cuando mi padrastro era joven.

Nunca olvidó el día excitante, una vez después de la cosecha, cuando su abuelo cogía los caballos y conducía un par de millas hasta una pequeña ciudad con el vagón lleno de trigo.

Fred Heck, el molinero, molía el trigo en harina y dejaba un saco en pago por el servicio. Luego iba a la tienda de Samuel Wilhite para dejar harina en pago por un año entero de sal y azúcar, comida enlatada y dulces.

Finalmente, Fred Quasa, el herrero, tenía harina por herrar a los caballos y arreglar la reja.
“Todo el mundo conocía el precio de la harina”, me decía mi padre. ”Estaba en el periódico cada día”.
Los pagos podrían haber sido en esas notas de dólar verde con certificados que podrían haber sido cambiados en monedas de oro en cualquier momento, pero no era necesario.

El historiador Braudel también delineó cómo en la Edad Media el rol del dinero, y por lo tanto el comercio y la economía completa de Europa, obtuvo un estímulo debido a la ingenuidad de los italianos. Una nueva forma fue encontrada entorno a la prohibición de la usura por parte de la iglesia, el préstamo de dinero con interés.

Los mercantes de Toscana, especialmente en Siena y Florencia, emplearon este nuevo truco para las ferias de la Campaña en Francia en el siglo 13. Fue llamado nota de cambio, y abrió la puerta a la banca moderna.

Michele Cassandro, profesor de historia de economía moderna, en la universidad de Siena me dice cómo funcionaba:
“La nota diría por ejemplo, Señor A, habiendo recibido tantos escudos de Siena pagara al Señor B tantos florines en tal y tal lugar en tal y tal fecha.”
Eso se parece a una tras*acción de cambio de moneda pero de hecho es un acuerdo de préstamo, con el interés oculto en la cantidad de florines que el señor A tendrá que pagar.

Pero no dice “préstamo”, ni menciona la palabra “interés” y por lo tanto, ¡no hay usura!”

De Siena conduzco una hora por medio del campo de la Toscana soleada para curiosear en el archivo estatal de Florencia; es un tesoro de documentos bien escritos que siguen la crónica de las subidas y bajadas de los gigantes medievales financieros. Ocasionalmente, se encontraban en bancarrota, la palabra significa “banco roto”. De manera que la palabra inglesa “bank rupt” es otra contribución italiana al lenguaje del dinero.

Aquí están los registros de tres siglos de los Medici, mercantes de ropa y banqueros que llegaron a ser papas y grandes duques de la Toscana. ¿Donde más, pensaba yo, podrías encontrar el retorno de impuestos de 1457 de Cosimo de Medici, uno de los grandes del clan? Este hombre pagaba medio punto impuestos de propiedad.

De vuelta en Siena, fuera del palacio del Renacimiento del Banco Monte dei Pashci di Siena, que data del 1472 y aun se hace fuerte, me dirijo a más ingenuidad italiana; una máquina de cambio extranjero, operando entorno al reloj para la conveniencia de los turistas. Pones dentro notas de banco de cualquiera de las doce monedas europeas, o yenes japoneses o dólares canadienses, australianos o de USA y en no más de quince segundos se abre un compartimento y hay un equivalente en liras italianas, hasta la última pequeña moneda.

Una pantalla electrónica muestras las tasas de cambio que fluctúan diariamente.

Durante muchas años después de la Segunda Guerra Mundial, las tasas de cambio extranjeras estaban mucho más fijadas. Recuerdo una exposición de notas bancarias en Washington DC de casi cada país del mundo, cada una con una nota de su valor en términos de dólar USA; bajo el billete de dolar decía “igual a 1/35 de la onza de oro.

A los gobiernos extranjeros se les permitía cambiar los dólares por oro en el Tesoro de USA. Pero al final la demanda se incrementó tanto que el estándard de cambio al oro fue suspendido en 1971 y formalmente abandonado en 1978.

Pero eso no significa que los gobiernos del mundo hayan descartado sus lingotes de oro. Ellos los mantienen como parte de sus reservas, con unos sesenta países almacenando cerca de 10 toneladas, o el equivalente a cien mil millones de dólares si fueran valoradas a 350 dólares por onza, en el depósito de oro más grande del mundo, baúles subterráneos de la Reserva Federal de Nueva York.

El Tesoro de los USA tenía unos 9000 toneladas, principalmente en los legendarios centros de Fort Knox, Kentucky en West Point, NY y Denver, Colorado. En 1960 tenían 19.000 toneladas.

Desde que el enlace directo con el oro y las monedas fue cortados, las monedas han estado “fluctuando” una contra la otra, a precios que reflejan la demanda y el suministro. Los gobiernos intentan mantener tales precios dentro de ciertos límites, pero, como han mostrado recientes eventos, el mercado puede forzar fluctuaciones más drásticas.

En cualquier caso, el mercado actual de cambio de moneda mundial es el sistema de mercado más grande del mundo con una facturación diaria estimada de un billón de de dólares.

En la casa del mercado de un banco internacional de Nueva York City, obtengo una pista de lo que son los traders de moneda extranjera del mundo.

”Tienen que ser jóvenes, agresivos y hambrientos” dice el supervisor. Junto a cada uno, cuatro cámaras de video muestran las noticias económicas, rumores y precios pueden ser obtenidos con una techa de ordenador. Chicago, Londres, Frankfurt, media docena de altavoces dan los precios también. Ochenta botones controlan las líneas de teléfono con los socios de trading.

El nombre del juego es especulación, apostar por una moneda hará que ésta se vaya arriba y otra abajo. Y “arbitraje”, tomar ventaja de las diferencias del precio de la misma moneda en diferentes lugares, no importa el lugar. Diferencias tan pequeñas como del 1/100 de un céntimo.

Tienes que hacerlo muy rápido, un precio que tiene más de unos segundos es historia. Así que elije uno bueno, aprovéchalo pero no te quedes pegado, sal y corta tus pérdidas y entra de nuevo, estrés sí, pero ¡qué emoción!

Pregunto a una joven que trabaja la libra esterlina cómo uno puede hacer dinero de tales pequeños márgenes. Se llama “revender” el mercado, dice, una cuestión de volumen. Ella me muestra su beneficio y las pérdidas del día. En 120 operaciones, 164 millones de libras compradas, 160 millones de libras vendidas, un total de 324 millones movidos en tras*acción y 12.00 dólares de beneficio.

Para el banco, esto es todo. Puede no parecer mucho, pero esto es como son los márgenes.

Los mercaderes buscan las subidas y bajadas, los gobiernos la estabilidad. Este es el principal objetivo del banco central de USA, la FED. Encargado por el Congreso a hacer tal cosa puede promover la estabilidad de precios domésticamente, junto con el crecimiento económico continuo, representa un dilema interminable.

Puede influenciar el suministro de dinero, como hemos visto, y por lo tanto, afectar a las tasas de interés por medio de “dinero restringido” o “dinero fácil”.

También puede variar la tasa de cambio interbancaria, de los ahorros e hipotecas y las asociaciones de crédito pueden pedir prestado de la FED, cuando eso aumenta o disminuye, entonces las tasas de crédito que cargan a sus clientes usualmente hacen lo mismo, pero ahí, como dice la FED, está el problema de la quintaesencia.
Si la FED oferta demasiado poco dinero, las tasas de interés tienden a ser muy altas, el préstamo de dinero caro, la actividad de negocio muy lenta, el paro sube y hay peligro de recesión.

Si hay demasiado dinero, las tasas de interés y de préstamos pueden llevar a una demanda excesiva poniendo precios arriba y aumentando la inflación. Así que ¿cuales son las tasas de interés adecuadas? las tasas de interés adecuadas, las que conducen a la estabilidad y crecimiento ordenado en una economía constantemente en cambio?

En un hall decorado en Washington DC bajo el águila americana sobre una chimenea, se reúnen los siete miembros del Comité de Gobernadores del Sistema de la Reserva Federal. En la cabeza de la gran mesa de reuniones se sienta Alan Greenspan. Habiendo estudiado los informes de las condiciones económicas del país, discutirán ahora y votarán sobre las acciones que debería tomar la FED.

¿Y qué ha hecho la FED al final? Bajó la tasa de interés, paso por paso, de siete a tres por ciento, con objeto de animar a la recuperación de la severa recesión que comenzó en 1990.

Al mismo tiempo, el aumento de la oferta monetaria se ha mantenido modesto, entre 2.5 y 6.8 por ciento anualmente, en la esperanza de que la inflación pueda ser llevada a un bajo dos por ciento anual.
Así como la riqueza del petróleo árabe era el fenómeno dinerario en los 70, en los 80 lo fue la máquina de dinero japonesa. Lo aprendí en Tokio.

Sí, los japoneses han estado vendiendo muchos coches y aparatos electrónicos en el mundo y ahorraron muchos yenes y los pusieron en los bancos, pero eso no fue ni la mitad del fenómeno.

A la manera japonesa, las empresas manufactureras y las instituciones financieras pagaban sólo minúsculos dividendos y mantuvieron la gran mayoría de sus beneficios como reservas.

Con esos beneficios como colaterales, tomaron prestado dinero barato para la compra de bienes inmuebles, que se elevaron a la categoría de valores de papel más elevado. Con los bienes inmuebles como colaterales, tomaron prestado para comprar acciones en la Bolsa de Tokio, que creció también de forma impresionante, convirtiéndose también en colateral para todavía más préstamos.

Y luego llegó el ‘zaiteku’.

”Zai” la palabra japonesa para el carácter chino de riqueza, era combinada con “teku”, una palabra tomada del inglés que representa la tecnología, zaiteku significa ingeniería financiera “nuevas formas de hacer dinero por medio del dinero”, como me dijo Haruhiko Kuroda, un funcionario en el Ministerio de Finanzas.

Y quien era el mayor practicante de zaiteku? Toyota. Ellos ganaban 2.9 mil millones de dólares de los coches y 1.2 mil millones de las operaciones financieras en 1980.

¿Cómo? por medio del trading de monedas, dijo Sr. Kuroda,
“y emitiendo bonos, bonos al cinco por ciento que eran comprados por dentistas belgas”.

“Debí haber parecido sorprendido. El Sr Kuroda sonrió “el quería decir gente común que tenía poca sofisticación financiera, que buscaba inversiones que parecieran seguras y les dieran buenos beneficios.

“Pagabas cinco por ciento por esos bonos, y con el dinero que conseguías por ellos, comprabas bonos corporativos americanos por los que entonces pagaban doce por ciento”.
Arriesgado, tal vez, pero los japoneses estaban dispuestos a tomar el riesgo por un beneficio de siete por ciento.

Algo más también ayudó mucho. De vuelta en 1985, los ministros de finanzas de Gran Bretaña, Francia, Alemania Occidental y Japón estuvieron de acuerdo con James A Baker III, entonces secretario del Tesoro de los Estados Unidos, para bajar el valor del dólar de USA, que entonces era equivalente a 241 yenes. La propuesta de Baker fue aumentar la exportación de bienes americanos por medio de hacerles más baratos fuera de USA.

Al final, con el dólar bajando tan bajo como 120 yenes, los japoneses pudieron comprar dos veces la cantidad de bienes que compraban antes en USA. Y lo hicieron. Columbia Pictures. Ochenta por ciento del Centro Rockefeller. Un montón de bienes inmuebles en Los Angeles.

Los bancos de Tokio llenos de dinero basados en bienes inmuebles y acciones se convirtieron en los más grandes del mundo y el mayor suministrador mundial de capital.

En Tokio, escuché algunas cifras muy interesantes. Un ama de casa dijo que el coste de un apartamento se había duplicado en un año. Vi una edificio de oficinas con una renta seis veces la que tendrías en Manhattan. La zona del Palacio Imperial en el medio de la ciudad se decía que costaba como toda California. Una mecanógrafa iba a Hawai los fines de semana a jugar al golf porque era más barato que jugar allí. ¿Eso podría durar mucho tiempo?

Cuando visité La Bolsa de Tokio el 5 de diciembre de 1989, su índice Nikkei era de 37,494 yenes. No sabía entonces que poco después alcanzaría su máximo histórico 38.915 yenes. Al momento de escribir, el Nikkei ha caído más de un 50%. Los precios de la tierra están cayendo también.

El Zaiteku se ha debilitado, la burbuja económica, se ha roto. Los grandes bancos de Tokio están vendiendo los créditos al extranjero.

Al final de mis viajes sobre el dinero, me encontré en la república de Nauru, una isla en el Ecuador y el Pacifico Occidental.

Con sólo cuatro millas de larga y tres de ancha, tiene de 1000 a 2000 corporaciones extranjeras y bancos.
“Vienen y se van”, dijo Leo D Keke, entonces secretario de Justicia, pero esa es sólo una forma de hablar, no tienen oficinas aquí, no tienen a personal.
El Sr Keke tenía que aprobar las solicitudes de extranjeros. Lo que Nauru saca de todo esto, dijo, son tasas.

Lo que los extranjeros sacan, secreto e impuestos reducidos.
“Se arregla todo por medio de abogados y contables en Hong Kong”
En Hong Kong un socio en la firma de contabilidad internacional de Ernst & Young me dijo que estos bancos de Nauru y corporaciones existen como entradas de ordenador en todas partes, quizás en un banco en la City de NY.

El dinero puede ir vía tras*ferencia electrónica directamente a NY, por ejemplo al CityBank para la cuenta del Banco XYZ en Nauru. Puede ser invertido en cualquier cosa, en cualquier lugar.

Nauru, me dijo, es un ejemplo extremo del fenómeno mundial de los paraísos fiscales; otros son las Islas Cook y las Vanuatu en el Pacifico y las Turks Caicos en el Caribe. Están consideras más sólidas Las Bermudas, Las Bahamas y las islas Caimán y especialmente Luxemburgo, Suiza y Liechtenstein.

Ellos puedan ser usadas no sólo para tras*acciones comerciales sino también para tener el dinero seguro. Un fondo ‘trust’ para los niños. O para proteger tu dinero contra la inflación salvaje y los cambios políticos.

La actividad de evasión de impuestos está completamente clara, pero parte no lo está. El dinero sucio requiere ser blanqueado y tengo una idea de cómo se hace esto del Centro para Documentación Internacional del Crimen Organizado y económico en Cambridge, Inglaterra. Este es un ejemplo en tiempo real:

Un grupo criminal organizado de USA con mucho dinero sucio forma una relación con el banco central de los países de la Commonwealth Británica. Diplomáticos de ese país llevan el cash fuera de USA. Si es 10,000 dólares o más se supone que deben reportar a Aduanas de USA, pero no lo hacen; ellos “externalizan” el dinero metálico.

Va al banco central y después a varias compañías fantasmas en diferentes países a cambio de acciones por esas compañías.

El dinero es entonces “agitado” así que será imposible para los investigadores seguir la pista. Entones, “repatrian” el dinero, compañías fantasmas en USA venden sus acciones sin valor a inversores en Gran Bretaña que están en el negocio del fraude, y después el dinero vuelve a Estados Unidos. Ahora ya tiene negocio legitimo, bancos y poder político.

Una operación como ésta, que requiere altos funcionarios y hombres de negocio, costará bastante, quizás 35%, pero uno vez el sistema funciona, la gente querrá usarlo, no sólo los que hacen dinero de la droja, sino también traficantes de armas, organizaciones terroristas, agencias de inteligencia.

Un paraíso fiscal para clientes tan sospechosos era el BCCI, el Banco de Crédito y Comercio Internacional con sede en Luxemburgo y las Islas Caimán y oficinas en 72 países. Se dice que ha controlado secretamente el Primer Banco Americano de Washington DC. Después de que el BCCI colapsara en 1991 defraudando a los depositarios unos cuantos miles de millones de dólares, llegó a ser conocido como el Banco de los Ladrones y Criminales Internacionales (BLCI)

De vuelta en casa apliqué una pequeña fórmula que los banqueros y analistas financieros conocen y que todo el mundo debería conocer, la regla del 72.

Nadie sabe a ciencia cierta quién fue el primero en desarrollarla pero el principio es bastante sencillo: divide cualquier número por 72 y la respuesta te dice cuánto tiempo llevará para una suma doblar su valor en términos financieros.

¿Te cargan dieciocho por ciento de interés por el balance impagado en tu tarjeta de crédito?. Dieciocho multiplicado por cuatro es 72, así que la deuda será el doble en cuatro años. Di que tu aumento de sueldo anual es seis por ciento; 72 dividido por seis es 12, así que en doce años tu salario será el doble. Lo mismo ocurre para cualquier inversión. Y ¿qué ocurre si la inflación es de 6% anual?

Entonces, en 12 años tu dinero valdrá la mitad, así que estarás en el mismo sitio (con ese mismo aumento de sueldo) que cuando empezaste.

Pero mira lo que ocurre cuando la inflación se dispara, cuando los gobiernos simplemente emiten mas y más moneda para cubrir las obligaciones en aumento a medida que aumentan los precios.

En 1986 la moneda de Perú, el sol, cayó a 14.000 por un dólar, así que el gobierno quitó 3 ceros y lo llamó inti, lo que significa sol en quechua, lenguaje que hablan más de la mitad de los peruanos. A mediados de 1991 una taza de café costaba 500.000 intis. El gobierno quitó seis ceros y lo llamó sol de nuevo.

En cinco años la inflación era de 2.200.000 por ciento.

La inflación más drástica jamás experimentada se vivió en 1946, después de la Segunda Guerra Mundial, cuando Alemania se había llevado los bancos naciones y las reservas de oro.

Para Junio el pengo húngaro aparecía en notas de un miles de millones lo que tendría este aspecto: 1,000,000,000,000,000,000,000.

Entonces, el oro volvió, se retornó la confianza y en Agosto, Hungría tenía una moneda estable nueva: el forint.

Desde mediados de los 50, una nueva forma de pago ha tomado lugar y se comenzó a extender por el mundo desde USA, el uso de lo que se llama dinero de plástico, tarjetas de débito y crédito. Actualmente hay algo así como 250 millones de tarjetas Visa y MasterCard que han sido emitidas en USA solamente.

Ocasionalmente estas tarjetas van a cualquier persona como Tommy Mullany de Maryland, que tenía 11 años cuando obtuvo su primera tarjeta oro Mastercard de un banco de Delaware con un límite de crédito de 5000 dólares, aunque en su aplicación el escribió que sus ingresos eran de cinco dólares a la semana (la paga de sus padres).

El banco lo llamó “un error”.

Las tarjetas ATM en uso están también proliferando, más de 150 millones están siendo usadas en USA, no sólo para sacar dinero de los cajeros de los bancos, sino también para hacer pagos. En las estaciones de gasolina, por ejemplo. Y cada vez más en supermercados, con tu tarjeta ATM y un punto de venta la cuenta de tu bolsa de la compra puede ser deducida de tu balance del banco.

¿Estamos siendo dirigidos a una sociedad sin cash? La respuesta es sí, pero lentamente.

Los artilugios ATM son caros. Sin embargo, nuevos usos son intentados, como dejar que las tarjetas paguen por la comida rápida y un dia puede que no necesites ni tarjeta ni metálico para el peaje sino aparatos electrónicos que te identifican sin tener que frenar. El peaje será pagado más tarde por tu banco. Pero por el futuro más cercano tendrás que seguir pagando por un periódico o una barra de dulce.

En lo que a mi respecta, todavía estoy alucinado de que puedo ir a Paris, tomar una tarjeta de plástico, ponerla en una máquina y sesenta segundos después tener el dinero para pasar una tarde agradable. No es infalible.

Un periódico de Inglaterra reportó que cuando un hombre le pidió a la máquina 30 libras, la ATM después de hacer sus operaciones, le dio 2670 libras.

Para el hombre medio esto es reconfortante.
 
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Siempre lo decimos mal, en realidad es el dinero del poder.
 
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