Vlad_Empalador
Será en Octubre
No sólo se da entre jóvenes ni entre trabajadores del sector privado y en muchos casos la suma de horas trabajadas al día supera por mucho la jornada de 8 horas
Lara combina dos trabajos para ahorrar para el día que quiera independizarseJAVIER BARBANCHOMUNDO
Alejandra Olcese
PREMIUM
Actualizado Sábado,1junio2024-22:07
Dificultades para llegar a fin de mes, voluntad de ahorrar para poder independizarse algún día o sacrificios en pro de una carrera laboral son algunos de los motivos por los que unas 800.000 personas en España tienen ya más de un trabajo. A veces son dos, otras tres... Son los pluriempleados, a los que las condiciones sociolaborales del país les ha empujado a tener que trabajar en más de un lugar y, muchas veces, dedicando ocho horas diarias a su empleo principal y robando horas de ocio o descanso para llegar al resto.
Aunque según la Encuesta de Población Activa (EPA) que publica el INE el total de personas con un empleo secundario en España se sitúa en 591.300 a cierre del primer trimestre de este año, los datos de afiliación a la Seguridad Social demuestran que son muchos más. En concreto, a cierre de 2022 había en el país casi 800.000 en esta situación, según los datos más actualizados de la Tesorería a los que han tenido acceso los investigadores de Fedea, 300.000 más de los que recogía la EPA en ese momento.
Estos registros recogen un incremento del 60% en el pluriempleo en el país entre 2012 y 2022 y del 14,3% desde 2019, antes de que irrumpiera la esa época en el 2020 de la que yo le hablo y se expandiera la ola inflacionista que ha puesto contra las cuerdas el poder adquisitivo de muchas familias. Los datos oficiales no van más allá de ese momento, pero el Banco de España ya ha constatado que en 2023 ha continuado creciendo esta tendencia hacia el pluriempleo en el país, más incluso que en la media europea.
En concreto, el número de españoles que ha tenido que incrementar su oferta laboral (buscando un segundo empleo o trabajando más horas en el principal) para capear la subida de los precios creció un 6,8% entre septiembre de 2022 y septiembre de 2023, mientras que en ese mismo periodo el aumento medio registrado en la UE fue del 1%, tal y como recoge el supervisor bancario en su informe La reacción de los hogares ante el repunte de los precios en España y en la Unión Económica y Monetaria, publicado en marzo.
¿Cuál es el perfil del pluriempleado en España? Los datos demuestran que hay más cantidad de mujeres que hombres en esta situación, que la mayoría son asalariados tanto en el primer como en el segundo empleo (sólo dos de cada diez trabajadores por cuenta ajena son autónomo en su segundo empleo) y que dedican una cantidad media de 12 horas a la semana a su segundo puesto.
En cuanto a las motivaciones, el Banco de España destaca que la mayoría de individuos en esta situación pertenecen a hogares "con un colchón de liquidez reducido" o que "residen en su vivienda en régimen de alquiler". Es el caso de Beatriz, de 40 años, quien hasta hace tres trabajaba a media jornada en una fábrica en Valladolid para poder compatibilizar sus turnos con los de su marido y atender a sus dos hijos pequeños. Su organización vital cambió después del divorcio, cuando tuvo que irse a vivir sola en una casa en alquiler que fuera lo suficientemente grande para poder estar los tres en las semanas en las que 'le tocan' los niños.
"Para poder afrontar los gastos pedí que me pusieran de nuevo jornada completa en la fábrica, vendí el coche y me compré uno de segunda mano y he empezado a coger trabajos esporádicos para aumentar mis ingresos. Algunos fines de semana estoy como camarera en eventos y también algunas tardes al salir de la fábrica o sábados por la mañana trabajo en una empresa de jardinería", cuenta a este diario.
Aunque los datos públicos no especifican la edad de quienes tienen más de una relación laboral, es algo muy común entre los jóvenes, que suelen enfrentarse a salarios más bajos al inicio de su carrera laboral y, en la mayoría de ciudades, a unos precios de la vivienda que complican la posibilidad de independizarse de casa de sus padres.
"Trabajo como técnica en una televisión, preparo los cortes de vídeo para YouTube, monto vídeos, portadas, me ocupo de las redes... Estoy a tiempo completo, desde las 7.30 de la mañana y hasta las 15.30 de la tarde, y algunas tardes trabajo también como azafata en distintos eventos. Normalmente estoy en los partidos de baloncesto del WiZink Center; suele haber unos 5 o 6 al mes, entre jueves y domingo normalmente, y estoy en torno a cuatro horas. Siento a los clientes en el área VIP, atiendo en el bufet o estoy en el ropero. Pero también trabajo en otros eventos, como por ejemplo el concierto de Taylor Swift en el Bernabeu", cuenta Lara, de 22 años, a EL MUNDO.
Vive con su progenitora en Manzanares del Real, a 52 kilómetros de la capital, así que madruga para coger el autobús todos los días a las seis de la mañana. "Los días que trabajo por la tarde como azafata llego a casa a las doce de la noche y duermo poco, así que estoy cansada, pero lo hago porque me gusta, tengo amigos en los dos trabajos, y porque, aunque no tengo necesidad hoy, sí que quiero ahorrar pensando sobre todo en algún día tener una casa... y en no tener 1.000 euros en la cuenta", admite.
Los motivos de Marta, de 54 años, son distintos. Es periodista y cuenta con una titulación de corrección de textos, y se fue a la calle en 2018 porque cerró la empresa en la que trabajaba. Con 48 años y en paro, decidió darse de alta como autónoma y trabajar como correctora profesional de libros. Tuvo suerte y al tiempo le salió un empleo a tiempo completo como editora en un medio de comunicación, con lo que decidió compaginar ambos.
"El trabajo de corrección de textos está bastante mal pagado. La corrección es lenta y metódica, no puedes mejorar tu tiempo, lleva lo que lleva, así que llega un momento en el que deja de compensarte y te agota, porque trabajas los fines de semana también. He estado manteniendo los dos trabajos por seguridad, pero ahora me he dado de baja como autónoma. Los dos primeros años con la tarifa plana de autónomos me compensaba y era estupendo porque se pagaba muy poco, pero cuando la subieron fue un palo tremendo y dejó de compensar, porque la corrección se paga muy mal", describe. "Después de mucho decir que nos iban a bajar la cuota de autónomos y que lo iban a poner por tramos, al final nos bajaron un poquito. Yo estaba en el tramo más bajo de cotización pero aún así tenía que pagar casi 400 euros al mes. Solamente para poder cubrir eso tenía que trabajar mucho", agrega.
Durante un tiempo tuvo un tercer trabajo, como autónoma para una agencia de comunicación en horario de tarde y con teletrabajo, pero ahora ha priorizado vivir a trabajar. "Me servía para tener una fuente de ingresos mayor, pero ahora lo que me planteo es descansar después de haber estado compaginando tres trabajos", reconoce. Entra a las 6 de la mañana a su puesto fijo y se levanta a las 4 de la madrugada, así que cuando sale del trabajo a las dos de la tarde ahora quiere tener tiempo libre para cuidarse.
Desde que acabó la carrera en 2021 está "doblando", expresión que se usa en la jerga sanitaria para definir la situación en la que teniendo un empleo a tiempo completo en la sanidad privada aceptas todos los empleos que te ofrecen en la sanidad pública para poder acumular puntos. "Las condiciones de la enfermería en general son nefastas y en Andalucía, más. Yo tengo un trabajo fijo a tiempo completo en la sanidad privada, en una UCI neonatal, pero las condiciones de la privada implican mucha carga de trabajo y cobrar mucho menos, así que mi objetivo es acabar en un hospital público. El problema está en que para conseguir puntos en la pública tienes que ir cogiendo todo lo que te ofrecen, que suele ser en verano, en fiestas, en Navidad o, si tienes suerte, cuando hay alguna sustitución o reducción de jornada. Esto te obliga a no poder dejar la privada porque es la que te sustenta todo el año, pero también a ir cogiendo otros trabajos en la pública".
Dadas las dificultades para acceder a un puesto público, Patricia quiere diversificar al máximo su perfil, de ahí que el año pasado cursara un máster de cuidados críticos, destinado a especializarla en el trabajo en UCI de adultos, lo que la llevó a hacer prácticas en otro hospital privado que ahora le ha ofrecido un contrato a media jornada para el verano que no ha rechazado porque considera una oportunidad. "Este verano, por ejemplo, voy a tener tres trabajos. No tengo horas en el día para llegar a todo, así que juego con las vacaciones. Por ejemplo, como en julio voy a tener un pico, en junio voy a hacer más turnos de los que me corresponden para poder tener julio más libre y ocuparme de los otros dos, porque es imposible hacer 30 turnos en un mes siendo algunos de noche", explica.
"En agosto tengo vacaciones en mi trabajo principal, así que la primera quincena la tomaré de descanso y la segunda compaginaré el empleo en la pública con la media jornada del otro hospital privado", apunta a este diario. "Lo peor viene en septiembre, porque ahí tendré los tres a la vez, así que espero que mis compañeros me cambien turnos y aplazarlos a octubre", confía. "Es duro pero no puedo renunciar... porque supondría renunciar a mi objetivo, que es trabajar en la sanidad pública con unas condiciones mejores". Mira al futuro con esperanza; cualquier sacrificio ahora merecerá la pena si consigue su meta.
Lara combina dos trabajos para ahorrar para el día que quiera independizarseJAVIER BARBANCHOMUNDO
Alejandra Olcese
PREMIUM
Actualizado Sábado,1junio2024-22:07
Dificultades para llegar a fin de mes, voluntad de ahorrar para poder independizarse algún día o sacrificios en pro de una carrera laboral son algunos de los motivos por los que unas 800.000 personas en España tienen ya más de un trabajo. A veces son dos, otras tres... Son los pluriempleados, a los que las condiciones sociolaborales del país les ha empujado a tener que trabajar en más de un lugar y, muchas veces, dedicando ocho horas diarias a su empleo principal y robando horas de ocio o descanso para llegar al resto.
Aunque según la Encuesta de Población Activa (EPA) que publica el INE el total de personas con un empleo secundario en España se sitúa en 591.300 a cierre del primer trimestre de este año, los datos de afiliación a la Seguridad Social demuestran que son muchos más. En concreto, a cierre de 2022 había en el país casi 800.000 en esta situación, según los datos más actualizados de la Tesorería a los que han tenido acceso los investigadores de Fedea, 300.000 más de los que recogía la EPA en ese momento.
Estos registros recogen un incremento del 60% en el pluriempleo en el país entre 2012 y 2022 y del 14,3% desde 2019, antes de que irrumpiera la esa época en el 2020 de la que yo le hablo y se expandiera la ola inflacionista que ha puesto contra las cuerdas el poder adquisitivo de muchas familias. Los datos oficiales no van más allá de ese momento, pero el Banco de España ya ha constatado que en 2023 ha continuado creciendo esta tendencia hacia el pluriempleo en el país, más incluso que en la media europea.
En concreto, el número de españoles que ha tenido que incrementar su oferta laboral (buscando un segundo empleo o trabajando más horas en el principal) para capear la subida de los precios creció un 6,8% entre septiembre de 2022 y septiembre de 2023, mientras que en ese mismo periodo el aumento medio registrado en la UE fue del 1%, tal y como recoge el supervisor bancario en su informe La reacción de los hogares ante el repunte de los precios en España y en la Unión Económica y Monetaria, publicado en marzo.
¿Cuál es el perfil del pluriempleado en España? Los datos demuestran que hay más cantidad de mujeres que hombres en esta situación, que la mayoría son asalariados tanto en el primer como en el segundo empleo (sólo dos de cada diez trabajadores por cuenta ajena son autónomo en su segundo empleo) y que dedican una cantidad media de 12 horas a la semana a su segundo puesto.
En cuanto a las motivaciones, el Banco de España destaca que la mayoría de individuos en esta situación pertenecen a hogares "con un colchón de liquidez reducido" o que "residen en su vivienda en régimen de alquiler". Es el caso de Beatriz, de 40 años, quien hasta hace tres trabajaba a media jornada en una fábrica en Valladolid para poder compatibilizar sus turnos con los de su marido y atender a sus dos hijos pequeños. Su organización vital cambió después del divorcio, cuando tuvo que irse a vivir sola en una casa en alquiler que fuera lo suficientemente grande para poder estar los tres en las semanas en las que 'le tocan' los niños.
"Para poder afrontar los gastos pedí que me pusieran de nuevo jornada completa en la fábrica, vendí el coche y me compré uno de segunda mano y he empezado a coger trabajos esporádicos para aumentar mis ingresos. Algunos fines de semana estoy como camarera en eventos y también algunas tardes al salir de la fábrica o sábados por la mañana trabajo en una empresa de jardinería", cuenta a este diario.
Aunque los datos públicos no especifican la edad de quienes tienen más de una relación laboral, es algo muy común entre los jóvenes, que suelen enfrentarse a salarios más bajos al inicio de su carrera laboral y, en la mayoría de ciudades, a unos precios de la vivienda que complican la posibilidad de independizarse de casa de sus padres.
"Trabajo como técnica en una televisión, preparo los cortes de vídeo para YouTube, monto vídeos, portadas, me ocupo de las redes... Estoy a tiempo completo, desde las 7.30 de la mañana y hasta las 15.30 de la tarde, y algunas tardes trabajo también como azafata en distintos eventos. Normalmente estoy en los partidos de baloncesto del WiZink Center; suele haber unos 5 o 6 al mes, entre jueves y domingo normalmente, y estoy en torno a cuatro horas. Siento a los clientes en el área VIP, atiendo en el bufet o estoy en el ropero. Pero también trabajo en otros eventos, como por ejemplo el concierto de Taylor Swift en el Bernabeu", cuenta Lara, de 22 años, a EL MUNDO.
Vive con su progenitora en Manzanares del Real, a 52 kilómetros de la capital, así que madruga para coger el autobús todos los días a las seis de la mañana. "Los días que trabajo por la tarde como azafata llego a casa a las doce de la noche y duermo poco, así que estoy cansada, pero lo hago porque me gusta, tengo amigos en los dos trabajos, y porque, aunque no tengo necesidad hoy, sí que quiero ahorrar pensando sobre todo en algún día tener una casa... y en no tener 1.000 euros en la cuenta", admite.
Los motivos de Marta, de 54 años, son distintos. Es periodista y cuenta con una titulación de corrección de textos, y se fue a la calle en 2018 porque cerró la empresa en la que trabajaba. Con 48 años y en paro, decidió darse de alta como autónoma y trabajar como correctora profesional de libros. Tuvo suerte y al tiempo le salió un empleo a tiempo completo como editora en un medio de comunicación, con lo que decidió compaginar ambos.
"El trabajo de corrección de textos está bastante mal pagado. La corrección es lenta y metódica, no puedes mejorar tu tiempo, lleva lo que lleva, así que llega un momento en el que deja de compensarte y te agota, porque trabajas los fines de semana también. He estado manteniendo los dos trabajos por seguridad, pero ahora me he dado de baja como autónoma. Los dos primeros años con la tarifa plana de autónomos me compensaba y era estupendo porque se pagaba muy poco, pero cuando la subieron fue un palo tremendo y dejó de compensar, porque la corrección se paga muy mal", describe. "Después de mucho decir que nos iban a bajar la cuota de autónomos y que lo iban a poner por tramos, al final nos bajaron un poquito. Yo estaba en el tramo más bajo de cotización pero aún así tenía que pagar casi 400 euros al mes. Solamente para poder cubrir eso tenía que trabajar mucho", agrega.
Durante un tiempo tuvo un tercer trabajo, como autónoma para una agencia de comunicación en horario de tarde y con teletrabajo, pero ahora ha priorizado vivir a trabajar. "Me servía para tener una fuente de ingresos mayor, pero ahora lo que me planteo es descansar después de haber estado compaginando tres trabajos", reconoce. Entra a las 6 de la mañana a su puesto fijo y se levanta a las 4 de la madrugada, así que cuando sale del trabajo a las dos de la tarde ahora quiere tener tiempo libre para cuidarse.
Pluriempleo en el sector público
La Administración Pública, con una tasa de temporalidad del 29,5% y una precariedad extendida en algunos de sus campos más importantes como la Sanidad o la Educación, no está exenta del pluriempleo. Patricia, enfermera sevillana de 27 años, es un buen ejemplo de ello.Desde que acabó la carrera en 2021 está "doblando", expresión que se usa en la jerga sanitaria para definir la situación en la que teniendo un empleo a tiempo completo en la sanidad privada aceptas todos los empleos que te ofrecen en la sanidad pública para poder acumular puntos. "Las condiciones de la enfermería en general son nefastas y en Andalucía, más. Yo tengo un trabajo fijo a tiempo completo en la sanidad privada, en una UCI neonatal, pero las condiciones de la privada implican mucha carga de trabajo y cobrar mucho menos, así que mi objetivo es acabar en un hospital público. El problema está en que para conseguir puntos en la pública tienes que ir cogiendo todo lo que te ofrecen, que suele ser en verano, en fiestas, en Navidad o, si tienes suerte, cuando hay alguna sustitución o reducción de jornada. Esto te obliga a no poder dejar la privada porque es la que te sustenta todo el año, pero también a ir cogiendo otros trabajos en la pública".
Dadas las dificultades para acceder a un puesto público, Patricia quiere diversificar al máximo su perfil, de ahí que el año pasado cursara un máster de cuidados críticos, destinado a especializarla en el trabajo en UCI de adultos, lo que la llevó a hacer prácticas en otro hospital privado que ahora le ha ofrecido un contrato a media jornada para el verano que no ha rechazado porque considera una oportunidad. "Este verano, por ejemplo, voy a tener tres trabajos. No tengo horas en el día para llegar a todo, así que juego con las vacaciones. Por ejemplo, como en julio voy a tener un pico, en junio voy a hacer más turnos de los que me corresponden para poder tener julio más libre y ocuparme de los otros dos, porque es imposible hacer 30 turnos en un mes siendo algunos de noche", explica.
"En agosto tengo vacaciones en mi trabajo principal, así que la primera quincena la tomaré de descanso y la segunda compaginaré el empleo en la pública con la media jornada del otro hospital privado", apunta a este diario. "Lo peor viene en septiembre, porque ahí tendré los tres a la vez, así que espero que mis compañeros me cambien turnos y aplazarlos a octubre", confía. "Es duro pero no puedo renunciar... porque supondría renunciar a mi objetivo, que es trabajar en la sanidad pública con unas condiciones mejores". Mira al futuro con esperanza; cualquier sacrificio ahora merecerá la pena si consigue su meta.