freegan hinjiniero
Madmaxista
Fuente: ¿Es posible la paz?: El periodismo español en la guerra de Yugoslavia. Parte I.
La actuación de los periodistas españoles, si así pueden llamarse, en la guerra en Yugoslavia distó mucho de ser un trabajo objetivo, responsable o ético. Me refiero aquí a aquellos periodistas que pertenecen a los medios corporativos o que están controlados por las corporaciones, como es el caso de la televisión pública española, TVE.(0)
Pérez Reverte, uno de los periodistas que estuvo en Yugoslavia, trabajando en este caso para TVE, comentaba lo siguiente respecto a la situación en Croacia:
A causa del desmoronamiento del Estado Federal yugoslavo, la postura croata responde menos a un deseo de independencia nacional que al temor de quedar bajo el control de la vecina República de Serbia.
Bien, en primer lugar el periodista elude decir por qué se estaba desmoronando Yugoslavia, y en este caso era pertinente decirlo. Las causas de esta destrucción no estaban principalmente dentro, sino especialmente fuera; por el hundimiento económico al que sometió el FMI y el Banco Mundial al Estado yugoslavo.
A lo largo de los 80, el FMI y el Banco Mundial periódicamente prescribían más dosis de su amarga medicina económica y la economía yugoslava lentamente cayó en coma.
Desde el comienzo, los sucesivos programas esponsorizados por el FMI aceleraron la desintegración del sector industrial de Yugoslavia, la producción industrial cayó a un negativo 10 % de crecimiento para 1990, y el sucesivo desmantelamiento de su estado del bienestar, con todas las consecuencias sociales predecibles. (2)
¿Por qué esta actuación contra Yugoslavia? Hay una respuesta bien clara y sencilla:
Yugoslavia era diferente a las repúblicas soviéticas, su nivel de vida era más alto, no existía el desempleo y tenía una fuerte economía y unas muy buenas relaciones con otros países, especialmente con el tercer mundo. Esto era algo que tanto EE.UU. como Alemania no podían tolerar, su independencia política y económica, ya que la Federación yugoslava se mostraba como un rival con el que tendrían que competir. El interés por su dominio, además de por controlar sus recursos, se debía a que era una zona muy importante estratégicamente, porque era un lugar de acceso terrestre, o especialmente fluvial a través del Danubio, a las grandes reservas energéticas en Oriente Medio y especialmente a la zona del mar Caspio.(3)
El seguir las amargas medicinas económicas de quienes tenían interés en derrumbar y someter a este país tuvo pronto un resultado realmente devastador.
Los ingresos del Estado que deberían haber ido como tras*ferencia de pagos a las repúblicas y provincias en vez de servir a la deuda de Belgrado con los clubs de París y Londres. Las repúblicas fueron dejadas a su suerte.
Cortando las arterias financieras entre Belgrado y las Repúblicas, las reformas encendieron las tendencias secesionistas que se alimentaron en factores económicos además de en divisiones étnicas. La crisis presupuestaria inducida por el FMI creo un hecho económico consumado que allanó el camino para las secesiones de Croacia y Eslovenia en junio de 1991(1)
Los problemas económicos, las causas económicas, inducen y provocan principalmente la ruptura de los países y las guerras, mucho más que los factores étnicos, en contra de lo que la prensa y los medios corporativos gustan de decir.
Tampoco es cierto lo que comenta Reverte respecto al temor de Croacia a caer en manos de la vecina República Serbia. En realidad lo que hacía el ejército yugoslavo, como lo haría el español, era tratar de mantener la unidad del país. Algo que tampoco comenta el periodista español es que por ejemplo en Croacia había una considerable población de croatas de cultura ortodoxa, alrededor de un 12%, llamados serbocroatas, pero que los medios de comunicación calificaron solo como serbios, haciendo creer a la gente que eran poco menos que invasores, que allí no debían estar porque solo debían estar los verdaderos croatas, los católico croatas. Visión esta que el Vaticano también apoyó con fervor.(4)
Continúa este periodista su relato:
El quién es quién en esta guerra civil puede establecerse así: de una parte la Guardia Nacional Croata con poca experiencia militar y armamento ligero, de otro lado están los chetniks, las guerrillas serbias, y el Ejército Federal yugoslavo que apoya a los chetniks con sus tanques, aviones y artillería. Simplificando, es como si los vecinos de Pedregal de la Sierra se enfrentarán con los de Arroyo de la Sierra con escopetas de caza y la División Acorazada Brunete tomase partido por uno de ambos bandos. De ese modo la desproporción de fuerzas es aquí abrumadora y en contra de la Guardia Nacional Croata.(1)
Nos muestra una situación de David contra Goliath, del débil contra el fuerte; en el fondo trata de que los espectadores simpaticen con la causa croata, la católico-croata, y rechacen a los serbios -serbocroatas-. Pero, ¿había motivos reales para expresar esto que cuenta Reverte?, ¿era esto así? Veamos, la Guardia Nacional Croata, que aquí parece una guerrilla de partisanos, y los dirigentes de la nueva Croacia, no tenían precisamente un historial de inocencia y tampoco de falta de medios ni de poderosos padrinos. Detrás de la aparente cara democrática de la nueva Croacia estaba el resurgimiento de una parte del fascismo que vivió la antigua Yugoslavia en los años 40, durante la Segunda Guerra Mundial. Las atrocidades que allí cometieron los fascistas croatas, los utashi, en colaboración con la Iglesia católica, no tienen parangón con otras, ni siquiera con las cometidas por los nazis en la propia Polonia. Para quien quiera profundizar más en estos hechos recomiendo la obra del historiador Avro Manhattan.(5) Bien, en aquella época se formó la Gran Croacia, que aniquiló y expulsó a las personas de otras culturas y otras religiones: ortodoxos (serbocroatas, serbobosnios), judíos o etnianos. No obstante, no todo acabó allí, muchos de estos criminales huyeron con la ayuda estadounidense y del Vaticano.(5), (6) De hecho la actividad terrorista de estos fascistas no se detuvo en el tiempo, prosiguiendo en los años 50, 60, 70 y hasta los 80.(7) Ya a finales de los años 70, aunque ya lo estaba preparando desde la décda anterior, Alemania interviene de forma decidida para favorecer la separación de Croacia. Tras la llegada de Klaus Kinkel en en 1979 a los servicios de inteligencia alemanes -el BND- comienza un decidido apoyo a los nacionalistas croatas, nacionalistas en buen número seguidores de los antiguos utashi que hemos comentado. También Alemania facilita la salida de la guandoca de un dirigente de extrema derecha claramente antisemita, Franco Tudjman, el que luego sería el presidente de la Croacia ya independizada. Al mismo tiempo van fluyendo las armas hacia estos nacionalistas de extrema derecha, ya llegan en los años 80; (3), (7) no eran por tanto un grupo de desamparados con escopetas de caza, como nos quería hacer ver Reverte.
Ya hemos comentado que los motivos económicos tenían una parte fundamental en esta guerra que se iba a desatar.
Como tantas veces en las guerras, el mundo de los negocios tuvo una parte fundamental, y aquí el empresariado alemán presionó a Kohl para que apoyase la separación de Croacia, ya que esto les permitiría entrar más fácilmente en la economía del país, y eliminarían también a los competidores yugoslavos. En el Frankfurter Allgemeine Zeitung, portavoz del mundo de los negocios alemán, en 1991 se indicaba que Yugoslavia era “un Estado engendro”. El gobierno de Bonn, en julio de 1991, actúa y lanza el ataque económico para desestabilizar a Yugoslavia, bloquea las líneas de crédito y provoca una situación de bancarrota en la Federación. Esto crea serios problemas y tensiones entre las repúblicas, que Alemania agudiza al dar crédito en agosto a las secesionistas. Todo ello está amparado también desde la Unión Europea, a la que Alemania, dado su poder económico, ha impuesto su visión e intereses en los Balcanes. Cuando Eslovenia y Croacia declararon su independencia, a finales de junio de 1991, la propia Unión Europea amenaza a Yugoslavia con no darle la ayuda económica si interviene para evitar las secesiones.3 Estas secesiones crean un importante problema en la población, sobre todo de Croacia, ya que en ella buena parte son serbocroatas y empiezan a temer, con razón, que se repitan sucesos parecidos a los del genocidio de 1941, llevado a cabo contra ellos por los croatas fascistas católicos. De hecho, a la declaración de la independencia croata le sigue la declaración de una República Independiente serbia en la Krajina, en la frontera con Bosnia y de mayoría serbia, que aprobó mantenerse en Yugoslavia en un referéndum en mayo de 1991, con una mayoría de un 90 %.(3)
Todo esto nos deja ver cómo estaban las cosas, y las palabras del periodista español no encabajan bien con los hechos.
Simplificando, es como si los vecinos de Pedregal de la Sierra se enfrentarán con los de Arroyo de la Sierra con escopetas de caza y la División Acorazada Brunete tomase partido por uno de ambos bandos. De ese modo la desproporción de fuerzas es aquí abrumadora y en contra de la Guardia Nacional Croata.(1)
En realidad la desproporción era abrumadora, pero más bien en sentido contrario, toda una Alemania y toda una Unión Europea en favor de los nacionalistas croatas, también con Estados Unidos en ello, no por mor de defender la autodeterminación de los pueblos o países, porque no reconocieron la de la Krajina, ni por defender supuestos derechos humanos o el detener un genocidio, que ellos de algún modo terminaron provocando, sino por someter a Yugoslavia a sus dictados económicos, debilitando y desmembrando al país.
El temor, bien fundado, por parte de los serbocroatas y otras minorías étnicas en Croacia, que constituían más de un cuarto de la población, además de por muchos de cultura católica-croata, estaba bien fundamentado, no solo por su pasado, sino especialmente por su presente. La nueva Constitución croata discriminaba claramente a los que no eran "croatas", es decir, católico-croatas, a los que consideraba prácticamente como ciudadanos de segunda.
En la nueva Constitución Croata, proclamada en diciembre de 1990, se hablaba del “Estado nacional del pueblo croata y de los otros”, dejando el término despectivo de “otros” para: serbios, judíos, zíngaros u otras etnias. Europa y sus medios de comunicación callaron ante semejante barbarie, que, esta sí, recordaba al nazismo.(3)
Además se instauró un estado de terror y de persecución hacia estas minorías, especialmente hacia los ortodoxos, y hacia los disidentes, repitiéndose la historia. Las cifras son terribles, en torno a 600.000 serbocroatas fueron expulsados finalmente de Croacia. La mayor limpieza étnica desde la Segunda Guerra Mundial en Europa.(3), (8), (9)
El Gobierno de Croacia ha forzado a irse de sus casas y del país a miles de sus enemigos, de acuerdo a la nueva oficina de Zagreb de la organización de derechos humanos Helsinki Watch.
Las acciones han sido dirigidas principalmente contra los serbios [serbocroatas], que una vez fueron una importante minoría en Croacia, pero también contra los croatas que se opusieron al mandato del presidente Franco Tudjman, dijo Ivan Zvonimir Cicak, quien dirige Helsinki Watch en Croacia.
"Desde 1991, las autoridades croatas han destruido o arrasado 10.000 casas, principalmente de serbios, pero también de croatas". Mr. Cicack, que está catalogando los abusos, dijo en una entrevista: "En algunos casos dinamitaron las casas con las familias dentro. Familias enteras fueron asesinadas. Muchos resultaron heridos."(10)
¿Por qué la prensa, la televisión o la radio contaron una historia tan parcial, tan alejada de la realidad? Bien, ya lo hemos hecho ver antes, el poder económico estaba interesado en esta guerra y en sus consecuencias, consecuencias que dejaron los recursos de países sometidos en manos de las grandes corporaciones. Lo demás fue obediencia, obediencia y manipulación de los hechos, algo que no debería hacer ningún periodista que merezca tal título. Sin embargo, por desgracia, estamos demasiado acostumbrados a que no sea así.(11), (12)
Tras la orden del empresariado alemán la prensa de este país se puso el traje militar y todos le siguieron detrás.
Fue la prensa alemana quien lanzó la satanización de los serbios. El conjunto de los media europeos les siguieron desde que sus gobiernos se alinearon con Bonn.(7)
Mikel Itulain
Notas:
(0) Mikel Itulain. Los medios de comunicación y Repsol-IPF. Enlace
(1) Pérez Reverte.Crónica de Guerra, Croacia.Enlace
(2) Michel Chossudovsky. Dismantling Yugoslavia, Colonizing Bosnia. 'The Other Face of the European Project, Alternative Forum to the European Summit, Madrid, 1995.
(3) Mikel Itulain. El origen de la guerra en Yugoslavia. Parte I. Enlace
(4) Mikel Itulain. Justificando la guerra. 2012.
(5) Avro Manhattan. The Vatican´s holocaust. Ozark Books, 1986.
(6) Carl Savich. The Ratline: The US-Utasha connection. 2.6.2007. Serbianna.
(7)Michel Collon. El juego de la mentira. Las grandes potencias, Yugoslavia, la OTAN y las próximas guerras. Hiru. 1999. pp.120-145.
(8) Michael Parenti. To kill a nation, the attack on Yugoslavia. Verso, 2000.
(9) Jared Israel. The media suppressed the truth about the rebirth of croatian fascism. Emperor´s clothes, 11.8.2004.
(10) David Binder. Croatia force thousands from homes, Rights Group says. New York Times, 8.12.1993.
(11) Mikel Itulain. Los medios de comunicación y la guerra en Libia. Enlace
(12) Mikel Itulain. Los medios de comunicación corporativos y la guerra contra Siria. Enlace
---------- Post added 13-sep-2013 at 18:55 ----------
Fuente: ¿Es posible la paz?: El periodismo español en la guerra de Yugoslavia. Parte II.
En la primera parte de esta serie sobre la actuación de los periodistas españoles en la guerra de Yugoslavia, de los periodistas dependientes de los medios corporativos, repito, hemos visto como el poder económico occidental, con Alemania y Estados Unidos a la cabeza, dirigió el ataque contra este país y por qué. No obstante, tal objetivo, tal imagen, no se podía mostrar al público, a las personas, porque obviamente no lo hubiesen aceptado. Por eso se disfrazó a la guerra de agresión como una causa humanitaria.
El motivo detrás de la intervención no fue un recién descubierto humanitarismo de la OTAN, sino un deseo de poner a Yugoslavia -junto con cualquier otro país- bajo la suzeranía [situación en la que un país o autonomía paga un tributo a una entidad superior, teniendo limitada su capacidad en las relaciones internacionales] de la globalización del libre mercado [aunque la globalización deje poco espacio a un libre mercado real].
Ellos [el poder económico occidental] han estado mucho más preocupados sobre la privatización y las "reformas" neoliberales (recortes) que sobre el bienestar de las diversas gentes de Yugoslavia.(1)
Como comentamos, estas verdaderas intenciones no se podían contar, por ese motivo se recurrió a la estrategia humanitaria, a la manipulación emocional de las personas. Recomiendo ver el siguiente artículo sobre lo que se hizo ya al respecto algo tiempo antes, en la guerra de Irak, y del que claramente no se aprendieron las lecciones: La manipulación emocional de las personas: el testimonio de la niña Nayirah.(2)
En el caso de Yugoslavia también se recurrió a demonizar al enemigo, como se hizo en Irak, y como se estaba en Europa se fue a crear un estereotipo, mostrar a los serbios como los nuevos nazis, los nuevos genocidas de otras gentes y otras etnias.
En el año 1992, en agosto, prácticamente todos los medios corporativos del mundo mostraban la "prueba" del nuevo genocidio por los nuevos nazis, los serbios. La supuesta prueba era una fotografía de una persona en estado casi raquítico rodeada de un alambre de espino. La imagen era impactante y engañó a gran parte de la población occidental. Tal imagen fue en realidad una creación periodística, una falsificación periodística, no existía un campo de concentración en Trnopoje, la localidad bosnia donde se obtuvo, como ya se había apresurado a denunciar Médicos sin Fronteras de forma bastante irresponsable, acusando de ello a los serbios. Lo que había realmente era un campo de refugiados, como tantos en el territorio yugoslavo entonces, donde los hombres no estaban privados tampoco de libertad. Se aprovechó el mal estado de una persona, posiblemente con tuberculosis, y la trampa de los periodistas de la ITN de colocarse detrás de una alambrada en un terreno colindante.(3) A Roy Gutman del New York Newsday le concedieron el premio Pulitzer por lanzar la exclusiva de tal falsificación.(4) Es el periodismos corporativo, que premia sus propias mentiras. El periodismo español seguiría esta línea de desinformación, parcialidad y manipulación desde ya el comienzo de la guerra en el año 1991.
Lo enfocaron hacia el lado que les interesaba, culpar a los serbios, como hizo Julio Fuentes en El Mundo(6): “Esta no es una crónica fechada en Auschwitz o Treblinka en el año 1945; sucede en Yugoslavia, a las puertas de Italia, en las navidades de 1991. Ahora el holocausto lo padece el pueblo croata”.(5) Poco dijeron tampoco de la mayor limpieza étnica de la guerra, y la mayor en Europa tras la Segunda Guerra Mundial, realizada contra los serbios (serbocroatas) en la Krajina.(6)
Así, en el mismo caso croata, comentado aquí y en la primera parte, su comportamiento fue completamente parcial:
Los medios españoles, en general, no dejaron de ser instrumentos de la propaganda croata, resaltando en sus páginas la destrucción del patrimonio histórico por parte del Ejército Federal Yugoslavo y los sufrimientos de la población civil. La mayoría de los periódicos presentaba a los serbios como un pueblo guerrero, olvidándose de la condición de tal que también era atribuible a los croatas.
Con distintos tonos y distinta intensidad se identificaba a eslovenos y croatas con democracia y a serbios con comunismo.(5)
La información objetiva, la información que debería haber realizado un periodista de verdad, hubiese sido decir cuáles eran las causas reales de la guerra, que en ningún momento se atrevieron a decir, y denunciar las atrocidades de un lado y otro, no solo las de los serbios. No fue así.
Por ejemplo, las crónicas de Julio Fuentes en El Mundo estuvieron repletas de alabanzas a los <<valientes soldados croatas>> y de feroces diatribas contra la <<brutalidad del ejército federal>>. (5)
En el caso de Bosnia su información no fue mejor, de hecho respecto a los sucesos de las masacres en la cola de la panadería y las de la plaza del mercado de Sarajevo, en mayo de 1992 y en febrero de 1994 y agosto de 1995 respectivamente, "informaban" de esta manera:
Las famosas masacres del mercado de Sarajevo en febrero de 1994 y agosto de 1995 llenaron las páginas de los periódicos españoles. El Mundo, por ejemplo, publicaba las crónicas de sus enviados especiales, Alfonso Rojo desde Zagreb y Julio Fuentes desde Split. El País informó en febrero de 1994 basándose en las agencias y en agosto de 1995 con informaciones de su corresponsal en Belgrado. ABC y La Vanguardia tampoco tenían periodistas in situ. Sin embargo, a pesar de que las informaciones eran de segunda mano, la impresión que recibían los lectores era la de una explícita representación de la barbarie como si se hubiera producido ante los ojos de los periodistas. En todo caso, los medios de comunicación españoles no dudaron en atribuir estas matanzas a los serbios, incluso antes de que la UNPROFOR se pronunciase sobre quiénes eran sus responsables.(5)
En ninguno de los tres casos, incluido el de la panadería de 1992, había ninguna prueba de que los autores fuesen los serbios, bien al contrario, los testigos y los informes apuntaban ya hacia los seguidores de Izetbegovic, el líder bosniomusulmán apoyado por Estados Unidos, que tenía pocos escrúpulos y poca tolerancia también hacia otras culturas o religiones. Para quien quiera conocer por qué y cómo ocurrieron estas masacres recomiendo este artículo: Las masacres del mercado de Sarajevo: ¿quién y por qué se cometieron?
Tiempo después, tres meses después, en agosto de 1992, el diario británico The Independent tenía que hacer pública la realidad, pero ya el mal estaba hecho, los muertos no iban a resucitar y el objetivo estaba cumplido, aplicar el embargo de la Unión Europea a los serbobosnios, a los que no eran los culpables de tal acto.(6) El País también seguiría esta línea, manteniendo una táctica histórica en la desinformación y ocultación de los hechos en la guerra por parte de los llamados medios de comunicación, muy bien descrita por Arthur Ponsonby:
La falsedad es una reconocida y extremadamente útil arma en tiempos de guerra, y cada país la usa deliberadamente para engañar a su gente, para atraer a los neutrales, y para engañar al enemigo. La gente ignorante e inocente de cada país no es consciente en el momento de que están siendo engañados, y cuando todo ya ha pasado solo aquí o allí se descubren las falsedades y son mostradas. Como todo es ya historia pasada y los efectos deseados ya se han producido, nadie se preocupa por investigar los hechos y mostrar la verdad (7)
Mikel Itulain
Notas:
(1) Michael Parenti. To kill a nation. The attack on Yugoslavia. Verso, 2000. p. 2-3.
(2) Mikel Itulain. la manipulación emocional de las personas: el testimonio de la niña Nayirah. Enlace
(3)Thomas Deichmann. The picture that fooled the world. International Action Center. 1997.
(4)Jared Israel. Lies the London Guardian told me… or, The Return of Villainy. Emperor´s new clothes. 16.4.2006.
(5) Alejandro Pizarroso Quintero. Nuevas guerras, vieja propaganda: de Vietnam a Irak. Cátedrra. 2005.
(6) Mikel Itulain. Justificando la guerra. 2012.
(7)Arthur Augustus William Harry Ponsonby. Falsehood in Wartime: Propaganda Lies of the First World War. George Allen and Unwin, 1928.
Edito: He añadido los enlaces, lo copié rápido y no me había dado cuenta de que no los había puesto. Pido disculpas.
La actuación de los periodistas españoles, si así pueden llamarse, en la guerra en Yugoslavia distó mucho de ser un trabajo objetivo, responsable o ético. Me refiero aquí a aquellos periodistas que pertenecen a los medios corporativos o que están controlados por las corporaciones, como es el caso de la televisión pública española, TVE.(0)
Pérez Reverte, uno de los periodistas que estuvo en Yugoslavia, trabajando en este caso para TVE, comentaba lo siguiente respecto a la situación en Croacia:
A causa del desmoronamiento del Estado Federal yugoslavo, la postura croata responde menos a un deseo de independencia nacional que al temor de quedar bajo el control de la vecina República de Serbia.
Bien, en primer lugar el periodista elude decir por qué se estaba desmoronando Yugoslavia, y en este caso era pertinente decirlo. Las causas de esta destrucción no estaban principalmente dentro, sino especialmente fuera; por el hundimiento económico al que sometió el FMI y el Banco Mundial al Estado yugoslavo.
A lo largo de los 80, el FMI y el Banco Mundial periódicamente prescribían más dosis de su amarga medicina económica y la economía yugoslava lentamente cayó en coma.
Desde el comienzo, los sucesivos programas esponsorizados por el FMI aceleraron la desintegración del sector industrial de Yugoslavia, la producción industrial cayó a un negativo 10 % de crecimiento para 1990, y el sucesivo desmantelamiento de su estado del bienestar, con todas las consecuencias sociales predecibles. (2)
¿Por qué esta actuación contra Yugoslavia? Hay una respuesta bien clara y sencilla:
Yugoslavia era diferente a las repúblicas soviéticas, su nivel de vida era más alto, no existía el desempleo y tenía una fuerte economía y unas muy buenas relaciones con otros países, especialmente con el tercer mundo. Esto era algo que tanto EE.UU. como Alemania no podían tolerar, su independencia política y económica, ya que la Federación yugoslava se mostraba como un rival con el que tendrían que competir. El interés por su dominio, además de por controlar sus recursos, se debía a que era una zona muy importante estratégicamente, porque era un lugar de acceso terrestre, o especialmente fluvial a través del Danubio, a las grandes reservas energéticas en Oriente Medio y especialmente a la zona del mar Caspio.(3)
El seguir las amargas medicinas económicas de quienes tenían interés en derrumbar y someter a este país tuvo pronto un resultado realmente devastador.
Los ingresos del Estado que deberían haber ido como tras*ferencia de pagos a las repúblicas y provincias en vez de servir a la deuda de Belgrado con los clubs de París y Londres. Las repúblicas fueron dejadas a su suerte.
Cortando las arterias financieras entre Belgrado y las Repúblicas, las reformas encendieron las tendencias secesionistas que se alimentaron en factores económicos además de en divisiones étnicas. La crisis presupuestaria inducida por el FMI creo un hecho económico consumado que allanó el camino para las secesiones de Croacia y Eslovenia en junio de 1991(1)
Los problemas económicos, las causas económicas, inducen y provocan principalmente la ruptura de los países y las guerras, mucho más que los factores étnicos, en contra de lo que la prensa y los medios corporativos gustan de decir.
Tampoco es cierto lo que comenta Reverte respecto al temor de Croacia a caer en manos de la vecina República Serbia. En realidad lo que hacía el ejército yugoslavo, como lo haría el español, era tratar de mantener la unidad del país. Algo que tampoco comenta el periodista español es que por ejemplo en Croacia había una considerable población de croatas de cultura ortodoxa, alrededor de un 12%, llamados serbocroatas, pero que los medios de comunicación calificaron solo como serbios, haciendo creer a la gente que eran poco menos que invasores, que allí no debían estar porque solo debían estar los verdaderos croatas, los católico croatas. Visión esta que el Vaticano también apoyó con fervor.(4)
Continúa este periodista su relato:
El quién es quién en esta guerra civil puede establecerse así: de una parte la Guardia Nacional Croata con poca experiencia militar y armamento ligero, de otro lado están los chetniks, las guerrillas serbias, y el Ejército Federal yugoslavo que apoya a los chetniks con sus tanques, aviones y artillería. Simplificando, es como si los vecinos de Pedregal de la Sierra se enfrentarán con los de Arroyo de la Sierra con escopetas de caza y la División Acorazada Brunete tomase partido por uno de ambos bandos. De ese modo la desproporción de fuerzas es aquí abrumadora y en contra de la Guardia Nacional Croata.(1)
Nos muestra una situación de David contra Goliath, del débil contra el fuerte; en el fondo trata de que los espectadores simpaticen con la causa croata, la católico-croata, y rechacen a los serbios -serbocroatas-. Pero, ¿había motivos reales para expresar esto que cuenta Reverte?, ¿era esto así? Veamos, la Guardia Nacional Croata, que aquí parece una guerrilla de partisanos, y los dirigentes de la nueva Croacia, no tenían precisamente un historial de inocencia y tampoco de falta de medios ni de poderosos padrinos. Detrás de la aparente cara democrática de la nueva Croacia estaba el resurgimiento de una parte del fascismo que vivió la antigua Yugoslavia en los años 40, durante la Segunda Guerra Mundial. Las atrocidades que allí cometieron los fascistas croatas, los utashi, en colaboración con la Iglesia católica, no tienen parangón con otras, ni siquiera con las cometidas por los nazis en la propia Polonia. Para quien quiera profundizar más en estos hechos recomiendo la obra del historiador Avro Manhattan.(5) Bien, en aquella época se formó la Gran Croacia, que aniquiló y expulsó a las personas de otras culturas y otras religiones: ortodoxos (serbocroatas, serbobosnios), judíos o etnianos. No obstante, no todo acabó allí, muchos de estos criminales huyeron con la ayuda estadounidense y del Vaticano.(5), (6) De hecho la actividad terrorista de estos fascistas no se detuvo en el tiempo, prosiguiendo en los años 50, 60, 70 y hasta los 80.(7) Ya a finales de los años 70, aunque ya lo estaba preparando desde la décda anterior, Alemania interviene de forma decidida para favorecer la separación de Croacia. Tras la llegada de Klaus Kinkel en en 1979 a los servicios de inteligencia alemanes -el BND- comienza un decidido apoyo a los nacionalistas croatas, nacionalistas en buen número seguidores de los antiguos utashi que hemos comentado. También Alemania facilita la salida de la guandoca de un dirigente de extrema derecha claramente antisemita, Franco Tudjman, el que luego sería el presidente de la Croacia ya independizada. Al mismo tiempo van fluyendo las armas hacia estos nacionalistas de extrema derecha, ya llegan en los años 80; (3), (7) no eran por tanto un grupo de desamparados con escopetas de caza, como nos quería hacer ver Reverte.
Ya hemos comentado que los motivos económicos tenían una parte fundamental en esta guerra que se iba a desatar.
Como tantas veces en las guerras, el mundo de los negocios tuvo una parte fundamental, y aquí el empresariado alemán presionó a Kohl para que apoyase la separación de Croacia, ya que esto les permitiría entrar más fácilmente en la economía del país, y eliminarían también a los competidores yugoslavos. En el Frankfurter Allgemeine Zeitung, portavoz del mundo de los negocios alemán, en 1991 se indicaba que Yugoslavia era “un Estado engendro”. El gobierno de Bonn, en julio de 1991, actúa y lanza el ataque económico para desestabilizar a Yugoslavia, bloquea las líneas de crédito y provoca una situación de bancarrota en la Federación. Esto crea serios problemas y tensiones entre las repúblicas, que Alemania agudiza al dar crédito en agosto a las secesionistas. Todo ello está amparado también desde la Unión Europea, a la que Alemania, dado su poder económico, ha impuesto su visión e intereses en los Balcanes. Cuando Eslovenia y Croacia declararon su independencia, a finales de junio de 1991, la propia Unión Europea amenaza a Yugoslavia con no darle la ayuda económica si interviene para evitar las secesiones.3 Estas secesiones crean un importante problema en la población, sobre todo de Croacia, ya que en ella buena parte son serbocroatas y empiezan a temer, con razón, que se repitan sucesos parecidos a los del genocidio de 1941, llevado a cabo contra ellos por los croatas fascistas católicos. De hecho, a la declaración de la independencia croata le sigue la declaración de una República Independiente serbia en la Krajina, en la frontera con Bosnia y de mayoría serbia, que aprobó mantenerse en Yugoslavia en un referéndum en mayo de 1991, con una mayoría de un 90 %.(3)
Todo esto nos deja ver cómo estaban las cosas, y las palabras del periodista español no encabajan bien con los hechos.
Simplificando, es como si los vecinos de Pedregal de la Sierra se enfrentarán con los de Arroyo de la Sierra con escopetas de caza y la División Acorazada Brunete tomase partido por uno de ambos bandos. De ese modo la desproporción de fuerzas es aquí abrumadora y en contra de la Guardia Nacional Croata.(1)
En realidad la desproporción era abrumadora, pero más bien en sentido contrario, toda una Alemania y toda una Unión Europea en favor de los nacionalistas croatas, también con Estados Unidos en ello, no por mor de defender la autodeterminación de los pueblos o países, porque no reconocieron la de la Krajina, ni por defender supuestos derechos humanos o el detener un genocidio, que ellos de algún modo terminaron provocando, sino por someter a Yugoslavia a sus dictados económicos, debilitando y desmembrando al país.
El temor, bien fundado, por parte de los serbocroatas y otras minorías étnicas en Croacia, que constituían más de un cuarto de la población, además de por muchos de cultura católica-croata, estaba bien fundamentado, no solo por su pasado, sino especialmente por su presente. La nueva Constitución croata discriminaba claramente a los que no eran "croatas", es decir, católico-croatas, a los que consideraba prácticamente como ciudadanos de segunda.
En la nueva Constitución Croata, proclamada en diciembre de 1990, se hablaba del “Estado nacional del pueblo croata y de los otros”, dejando el término despectivo de “otros” para: serbios, judíos, zíngaros u otras etnias. Europa y sus medios de comunicación callaron ante semejante barbarie, que, esta sí, recordaba al nazismo.(3)
Además se instauró un estado de terror y de persecución hacia estas minorías, especialmente hacia los ortodoxos, y hacia los disidentes, repitiéndose la historia. Las cifras son terribles, en torno a 600.000 serbocroatas fueron expulsados finalmente de Croacia. La mayor limpieza étnica desde la Segunda Guerra Mundial en Europa.(3), (8), (9)
El Gobierno de Croacia ha forzado a irse de sus casas y del país a miles de sus enemigos, de acuerdo a la nueva oficina de Zagreb de la organización de derechos humanos Helsinki Watch.
Las acciones han sido dirigidas principalmente contra los serbios [serbocroatas], que una vez fueron una importante minoría en Croacia, pero también contra los croatas que se opusieron al mandato del presidente Franco Tudjman, dijo Ivan Zvonimir Cicak, quien dirige Helsinki Watch en Croacia.
"Desde 1991, las autoridades croatas han destruido o arrasado 10.000 casas, principalmente de serbios, pero también de croatas". Mr. Cicack, que está catalogando los abusos, dijo en una entrevista: "En algunos casos dinamitaron las casas con las familias dentro. Familias enteras fueron asesinadas. Muchos resultaron heridos."(10)
¿Por qué la prensa, la televisión o la radio contaron una historia tan parcial, tan alejada de la realidad? Bien, ya lo hemos hecho ver antes, el poder económico estaba interesado en esta guerra y en sus consecuencias, consecuencias que dejaron los recursos de países sometidos en manos de las grandes corporaciones. Lo demás fue obediencia, obediencia y manipulación de los hechos, algo que no debería hacer ningún periodista que merezca tal título. Sin embargo, por desgracia, estamos demasiado acostumbrados a que no sea así.(11), (12)
Tras la orden del empresariado alemán la prensa de este país se puso el traje militar y todos le siguieron detrás.
Fue la prensa alemana quien lanzó la satanización de los serbios. El conjunto de los media europeos les siguieron desde que sus gobiernos se alinearon con Bonn.(7)
Mikel Itulain
Notas:
(0) Mikel Itulain. Los medios de comunicación y Repsol-IPF. Enlace
(1) Pérez Reverte.Crónica de Guerra, Croacia.Enlace
(2) Michel Chossudovsky. Dismantling Yugoslavia, Colonizing Bosnia. 'The Other Face of the European Project, Alternative Forum to the European Summit, Madrid, 1995.
(3) Mikel Itulain. El origen de la guerra en Yugoslavia. Parte I. Enlace
(4) Mikel Itulain. Justificando la guerra. 2012.
(5) Avro Manhattan. The Vatican´s holocaust. Ozark Books, 1986.
(6) Carl Savich. The Ratline: The US-Utasha connection. 2.6.2007. Serbianna.
(7)Michel Collon. El juego de la mentira. Las grandes potencias, Yugoslavia, la OTAN y las próximas guerras. Hiru. 1999. pp.120-145.
(8) Michael Parenti. To kill a nation, the attack on Yugoslavia. Verso, 2000.
(9) Jared Israel. The media suppressed the truth about the rebirth of croatian fascism. Emperor´s clothes, 11.8.2004.
(10) David Binder. Croatia force thousands from homes, Rights Group says. New York Times, 8.12.1993.
(11) Mikel Itulain. Los medios de comunicación y la guerra en Libia. Enlace
(12) Mikel Itulain. Los medios de comunicación corporativos y la guerra contra Siria. Enlace
---------- Post added 13-sep-2013 at 18:55 ----------
Fuente: ¿Es posible la paz?: El periodismo español en la guerra de Yugoslavia. Parte II.
En la primera parte de esta serie sobre la actuación de los periodistas españoles en la guerra de Yugoslavia, de los periodistas dependientes de los medios corporativos, repito, hemos visto como el poder económico occidental, con Alemania y Estados Unidos a la cabeza, dirigió el ataque contra este país y por qué. No obstante, tal objetivo, tal imagen, no se podía mostrar al público, a las personas, porque obviamente no lo hubiesen aceptado. Por eso se disfrazó a la guerra de agresión como una causa humanitaria.
El motivo detrás de la intervención no fue un recién descubierto humanitarismo de la OTAN, sino un deseo de poner a Yugoslavia -junto con cualquier otro país- bajo la suzeranía [situación en la que un país o autonomía paga un tributo a una entidad superior, teniendo limitada su capacidad en las relaciones internacionales] de la globalización del libre mercado [aunque la globalización deje poco espacio a un libre mercado real].
Ellos [el poder económico occidental] han estado mucho más preocupados sobre la privatización y las "reformas" neoliberales (recortes) que sobre el bienestar de las diversas gentes de Yugoslavia.(1)
Como comentamos, estas verdaderas intenciones no se podían contar, por ese motivo se recurrió a la estrategia humanitaria, a la manipulación emocional de las personas. Recomiendo ver el siguiente artículo sobre lo que se hizo ya al respecto algo tiempo antes, en la guerra de Irak, y del que claramente no se aprendieron las lecciones: La manipulación emocional de las personas: el testimonio de la niña Nayirah.(2)
En el caso de Yugoslavia también se recurrió a demonizar al enemigo, como se hizo en Irak, y como se estaba en Europa se fue a crear un estereotipo, mostrar a los serbios como los nuevos nazis, los nuevos genocidas de otras gentes y otras etnias.
En el año 1992, en agosto, prácticamente todos los medios corporativos del mundo mostraban la "prueba" del nuevo genocidio por los nuevos nazis, los serbios. La supuesta prueba era una fotografía de una persona en estado casi raquítico rodeada de un alambre de espino. La imagen era impactante y engañó a gran parte de la población occidental. Tal imagen fue en realidad una creación periodística, una falsificación periodística, no existía un campo de concentración en Trnopoje, la localidad bosnia donde se obtuvo, como ya se había apresurado a denunciar Médicos sin Fronteras de forma bastante irresponsable, acusando de ello a los serbios. Lo que había realmente era un campo de refugiados, como tantos en el territorio yugoslavo entonces, donde los hombres no estaban privados tampoco de libertad. Se aprovechó el mal estado de una persona, posiblemente con tuberculosis, y la trampa de los periodistas de la ITN de colocarse detrás de una alambrada en un terreno colindante.(3) A Roy Gutman del New York Newsday le concedieron el premio Pulitzer por lanzar la exclusiva de tal falsificación.(4) Es el periodismos corporativo, que premia sus propias mentiras. El periodismo español seguiría esta línea de desinformación, parcialidad y manipulación desde ya el comienzo de la guerra en el año 1991.
Lo enfocaron hacia el lado que les interesaba, culpar a los serbios, como hizo Julio Fuentes en El Mundo(6): “Esta no es una crónica fechada en Auschwitz o Treblinka en el año 1945; sucede en Yugoslavia, a las puertas de Italia, en las navidades de 1991. Ahora el holocausto lo padece el pueblo croata”.(5) Poco dijeron tampoco de la mayor limpieza étnica de la guerra, y la mayor en Europa tras la Segunda Guerra Mundial, realizada contra los serbios (serbocroatas) en la Krajina.(6)
Así, en el mismo caso croata, comentado aquí y en la primera parte, su comportamiento fue completamente parcial:
Los medios españoles, en general, no dejaron de ser instrumentos de la propaganda croata, resaltando en sus páginas la destrucción del patrimonio histórico por parte del Ejército Federal Yugoslavo y los sufrimientos de la población civil. La mayoría de los periódicos presentaba a los serbios como un pueblo guerrero, olvidándose de la condición de tal que también era atribuible a los croatas.
Con distintos tonos y distinta intensidad se identificaba a eslovenos y croatas con democracia y a serbios con comunismo.(5)
La información objetiva, la información que debería haber realizado un periodista de verdad, hubiese sido decir cuáles eran las causas reales de la guerra, que en ningún momento se atrevieron a decir, y denunciar las atrocidades de un lado y otro, no solo las de los serbios. No fue así.
Por ejemplo, las crónicas de Julio Fuentes en El Mundo estuvieron repletas de alabanzas a los <<valientes soldados croatas>> y de feroces diatribas contra la <<brutalidad del ejército federal>>. (5)
En el caso de Bosnia su información no fue mejor, de hecho respecto a los sucesos de las masacres en la cola de la panadería y las de la plaza del mercado de Sarajevo, en mayo de 1992 y en febrero de 1994 y agosto de 1995 respectivamente, "informaban" de esta manera:
Las famosas masacres del mercado de Sarajevo en febrero de 1994 y agosto de 1995 llenaron las páginas de los periódicos españoles. El Mundo, por ejemplo, publicaba las crónicas de sus enviados especiales, Alfonso Rojo desde Zagreb y Julio Fuentes desde Split. El País informó en febrero de 1994 basándose en las agencias y en agosto de 1995 con informaciones de su corresponsal en Belgrado. ABC y La Vanguardia tampoco tenían periodistas in situ. Sin embargo, a pesar de que las informaciones eran de segunda mano, la impresión que recibían los lectores era la de una explícita representación de la barbarie como si se hubiera producido ante los ojos de los periodistas. En todo caso, los medios de comunicación españoles no dudaron en atribuir estas matanzas a los serbios, incluso antes de que la UNPROFOR se pronunciase sobre quiénes eran sus responsables.(5)
En ninguno de los tres casos, incluido el de la panadería de 1992, había ninguna prueba de que los autores fuesen los serbios, bien al contrario, los testigos y los informes apuntaban ya hacia los seguidores de Izetbegovic, el líder bosniomusulmán apoyado por Estados Unidos, que tenía pocos escrúpulos y poca tolerancia también hacia otras culturas o religiones. Para quien quiera conocer por qué y cómo ocurrieron estas masacres recomiendo este artículo: Las masacres del mercado de Sarajevo: ¿quién y por qué se cometieron?
Tiempo después, tres meses después, en agosto de 1992, el diario británico The Independent tenía que hacer pública la realidad, pero ya el mal estaba hecho, los muertos no iban a resucitar y el objetivo estaba cumplido, aplicar el embargo de la Unión Europea a los serbobosnios, a los que no eran los culpables de tal acto.(6) El País también seguiría esta línea, manteniendo una táctica histórica en la desinformación y ocultación de los hechos en la guerra por parte de los llamados medios de comunicación, muy bien descrita por Arthur Ponsonby:
La falsedad es una reconocida y extremadamente útil arma en tiempos de guerra, y cada país la usa deliberadamente para engañar a su gente, para atraer a los neutrales, y para engañar al enemigo. La gente ignorante e inocente de cada país no es consciente en el momento de que están siendo engañados, y cuando todo ya ha pasado solo aquí o allí se descubren las falsedades y son mostradas. Como todo es ya historia pasada y los efectos deseados ya se han producido, nadie se preocupa por investigar los hechos y mostrar la verdad (7)
Mikel Itulain
Notas:
(1) Michael Parenti. To kill a nation. The attack on Yugoslavia. Verso, 2000. p. 2-3.
(2) Mikel Itulain. la manipulación emocional de las personas: el testimonio de la niña Nayirah. Enlace
(3)Thomas Deichmann. The picture that fooled the world. International Action Center. 1997.
(4)Jared Israel. Lies the London Guardian told me… or, The Return of Villainy. Emperor´s new clothes. 16.4.2006.
(5) Alejandro Pizarroso Quintero. Nuevas guerras, vieja propaganda: de Vietnam a Irak. Cátedrra. 2005.
(6) Mikel Itulain. Justificando la guerra. 2012.
(7)Arthur Augustus William Harry Ponsonby. Falsehood in Wartime: Propaganda Lies of the First World War. George Allen and Unwin, 1928.
Edito: He añadido los enlaces, lo copié rápido y no me había dado cuenta de que no los había puesto. Pido disculpas.
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