Visilleras
de Complutum
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Ese es el que toca mantener durante un tiempo.
Hasta que este sistema distópico colapse.
Porque no va a ser derrumbado por el españolito de a pie, el quidam del monton, el remero, el paganini, el que aprieta los dientes levemente cuando está en el bar, en el curro, o siendo chantajeado por la charocracia delirante.
Ese no va a salir a la calle a rebelarse, porque su realidad, hasta la más intima y privada, ha sido secuestrada por una serie de elementas que no van a hacer prisioneros.
El sistema delirante colapsará en el momento en que no haya que remar porque todo el mundo viva de paguitas, o de prebendas o no pueda menearse ni un centimetro del pobre tiesto de bonsai podrido en el que le obligan a mantenerse.
Perfil no bajo, sino ya totalmente subterraneo para no volverse majara por completo.
No se trata de claudicar, ni mucho menos.
Es tratar de mantenerse al margen.
La palabra es la culpa y en ocasiones la futura condena.
Alguien dijo una vez que sólo hay tres formas de sobrevivir en plena debacle, cuando la lógica y la razon se van a la cosa.
Puedes colaborar y aplaudir, rebelarte y luchar o...
Hacerte el loco.
O el pobre, que en este delirio llamado España es casi lo mismo.
No sabe, no contesta.
No sé quien es Rubiales.
Sí si, qué cara está la fruta.
Qué complicao eso de la guerra.
Si, si, lo he escuchado en la radio, qué tragedia.
No, no, no salgo los fines de semana, me dedido a ver películas alemanas de los años 30, pero no creo que os interesen.
¿Dinero? Uyyy no, no, no qué va... no tengo un céntimo ahorrado.
Todo el patrimonio familiar me lo gasté comprando sellos postales antiguos, que realmente no tienen ningún valor.
Empleo mi tiempo en leer revistas que compro por varios céntimos en puestos de barato.
Si, si, esta camiseta me la compré en las rebajas de 2004.
No, no tengo redes sociales.
Sufro agorafobia y aborrezco las calles con gente.
Tengo colon irritable, alitosis y me huelen los pies.
Oigo voces en mi cabeza que me cuentan chistes de Arévalo y Marianico el Corto.
Si, claro, el el bichito, qué peligro.
Bueno, me voy que tengo que cuidar de una anciana tía manca y pobre de solemnidad.
Si, si, colecciono sellos de la República del Dahomey.
No, no sé que es eso de hacer un Tic-toc.
Empleo mi tiempo libre en leer el BOE mientras me saco mocos y los pego en una cartulina.
Si, si, sois todas super inteligentes y magníficas.
Yo soy un tío muy raro, que no cree en Dios, y no vota, y se lava los sobacos una vez por semana.
Además no me afeito, desayuno ajos picados en crudo, y uso calzoncillos de felpa.
¿Qué es Instagram? ¿Como el Sopinstant, no?
Si si, estuve en un psiquiátrico porque escuchaba voces que me hablaban de la guerra de Cuba.
Etc, etc, etc.
Comportarse en definitiva como una mezcla de Mr.Bean y Luis Buñuel, mientras que en tu foro interno haces y piensas lo que te sale de las pelotas.
Hasta que este sistema distópico colapse.
Porque no va a ser derrumbado por el españolito de a pie, el quidam del monton, el remero, el paganini, el que aprieta los dientes levemente cuando está en el bar, en el curro, o siendo chantajeado por la charocracia delirante.
Ese no va a salir a la calle a rebelarse, porque su realidad, hasta la más intima y privada, ha sido secuestrada por una serie de elementas que no van a hacer prisioneros.
El sistema delirante colapsará en el momento en que no haya que remar porque todo el mundo viva de paguitas, o de prebendas o no pueda menearse ni un centimetro del pobre tiesto de bonsai podrido en el que le obligan a mantenerse.
Perfil no bajo, sino ya totalmente subterraneo para no volverse majara por completo.
No se trata de claudicar, ni mucho menos.
Es tratar de mantenerse al margen.
La palabra es la culpa y en ocasiones la futura condena.
Alguien dijo una vez que sólo hay tres formas de sobrevivir en plena debacle, cuando la lógica y la razon se van a la cosa.
Puedes colaborar y aplaudir, rebelarte y luchar o...
Hacerte el loco.
O el pobre, que en este delirio llamado España es casi lo mismo.
No sabe, no contesta.
No sé quien es Rubiales.
Sí si, qué cara está la fruta.
Qué complicao eso de la guerra.
Si, si, lo he escuchado en la radio, qué tragedia.
No, no, no salgo los fines de semana, me dedido a ver películas alemanas de los años 30, pero no creo que os interesen.
¿Dinero? Uyyy no, no, no qué va... no tengo un céntimo ahorrado.
Todo el patrimonio familiar me lo gasté comprando sellos postales antiguos, que realmente no tienen ningún valor.
Empleo mi tiempo en leer revistas que compro por varios céntimos en puestos de barato.
Si, si, esta camiseta me la compré en las rebajas de 2004.
No, no tengo redes sociales.
Sufro agorafobia y aborrezco las calles con gente.
Tengo colon irritable, alitosis y me huelen los pies.
Oigo voces en mi cabeza que me cuentan chistes de Arévalo y Marianico el Corto.
Si, claro, el el bichito, qué peligro.
Bueno, me voy que tengo que cuidar de una anciana tía manca y pobre de solemnidad.
Si, si, colecciono sellos de la República del Dahomey.
No, no sé que es eso de hacer un Tic-toc.
Empleo mi tiempo libre en leer el BOE mientras me saco mocos y los pego en una cartulina.
Si, si, sois todas super inteligentes y magníficas.
Yo soy un tío muy raro, que no cree en Dios, y no vota, y se lava los sobacos una vez por semana.
Además no me afeito, desayuno ajos picados en crudo, y uso calzoncillos de felpa.
¿Qué es Instagram? ¿Como el Sopinstant, no?
Si si, estuve en un psiquiátrico porque escuchaba voces que me hablaban de la guerra de Cuba.
Etc, etc, etc.
Comportarse en definitiva como una mezcla de Mr.Bean y Luis Buñuel, mientras que en tu foro interno haces y piensas lo que te sale de las pelotas.
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