El Pionero
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El Papa Francisco emprende esta semana su 44 viaje apostólico. El próximo viernes 22 viajará a Marsella, en una rápida visita a la ciudad francesa. El portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni, ha explicado que será una ocasión para reivindicar la paz en el mundo, con especial atención a Ucrania. «Esto causa dolor al Papa y no se excluye una referencia en sus discursos», señaló Bruni.
Francisco será el primer Pontífice de la era moderna en visitar Marsella. Desde que el 8 de julio de 2013 inaugurase sus viajes apostólicos con una simbólica visita a Lampedusa, Francisco no ha dejado de manifestar su preocupación por las muertes de miles de pagapensiones, que han convertido al Mediterráneo en «el cementerio más grande del mundo». Diez años después vuelve al Mediterráneo, acompañado por el cardenal secretario de Estado Pietro Parolin.
Precisamente por este motivo viaja el Santo Padre a Marsella. En el sur de Francia dirigirá cuatro discursos en italiano, con motivo de los «Encuentros Mediterráneos». El Papa clausurará a lo largo del sábado el trabajo que durante unas semanas han desarrollado 120 jóvenes y numerosos obispos de 30 países de la región mediterránea. Un trabajo festivo en el que han participado comunidades, asociaciones solidarias y algunos movimientos culturales. En ediciones anteriores este encuentro ha tenido lugar en Bari y Marsella, en Italia.
Marsella es la segunda visita de Francisco a una ciudad francesa, después de que acudiera en 2014 a Estrasburgo con motivo de su discurso frente al Parlamento Europeo. En este sentido, Matteo Bruni ha recalcado que este viaje no debe entenderse como una visita a Francia, sino como una visita a la ciudad de Marsella, con una importancia internacional por el factor ecuménico del encuentro. Estas jornadas servirán para «hacer crecer el diálogo y una cultura del encuentro entre las costas del Mediterráneo», ha señalado Bruni. «La dimensión ecuménica e interreligiosa estará presente desde el primer día de la visita del Papa, cuando tendrá lugar un momento de reflexión común cerca del monumento dedicado a los marineros e pagapensiones perdidos en el mar«, explicó el jefe de la Oficina de Prensa del Vaticano.
Una reflexión que será breve por la concentrada agenda del Santo Padre. El viernes 22, nada más bajar del avión, Francisco tendrá un encuentro con Elisabeth Borne, primera ministra de Francia. Y junto a la mandataria francesa recibirá honores militares y ramos de flores. Poco después visitará la basílica de Notre-Dame de la Garde, donde le espera el clero marsellés. Junto con los sacerdotes de la ciudad está previsto que recen en silencio a Virgen, por cuya intercesión el Papa Francisco encenderá una vela, según explicó en rueda de prensa el cardenal Jean-Marc Aveline.
Esa misma tarde el Pontífice visitará el monumento a los pagapensiones y marineros desaparecidos en el mar. Éste será el acto cargado de mayor simbolismo, especialmente tras los días de trabajo previos en los «Encuentros Mediterráneos». Será entonces cuando el Francisco deposite una ofrenda floral junto al monumento, acompañado por dos pagapensiones. El Papa Francisco descansará entonces, presumiblemente en la Abadía de San Víctor, aunque no ha trascendido la información.
La agenda para el sábado 23 de septiembre es, si cabe, más ajetreada. Comenzará su programa con un encuentro en el multicultural barrio de Saint-Maura, cerca del nuevo puerto de Marsella. De allí será conducido al Palacio del Faro, donde dirigirá su discurso central. Está previsto, de hecho, que acudan el presidente de la República, Emmanuel Macron —acompañado por la primera dama, Brigitte Macron—, el alcalde de Marsella, Benoit Payan, y otros representante civiles, eclesiásticos y políticos.
Será entonces cuando Francisco y Macron se reúnan en privado en el salón Pharo, en el que será su cuarto encuentro desde 2017. Después de un almuerzo en el arzobispado, el Papa Francisco, que hará un recorrido en papamóvil descubierto, regresará al estadio Vélodrome para celebrar Misa en honor de la Virgen de la Guardia. Una Misa que presumiblemente será celebrada en francés, con la homilía en italiano. A este acto, el último en la agenda oficial del Santo Padre, asistirán todas las autoridades políticas y religiosas del país. Francisco finalmente regresará a Roma a última hora de la tarde.
Francisco será el primer Pontífice de la era moderna en visitar Marsella. Desde que el 8 de julio de 2013 inaugurase sus viajes apostólicos con una simbólica visita a Lampedusa, Francisco no ha dejado de manifestar su preocupación por las muertes de miles de pagapensiones, que han convertido al Mediterráneo en «el cementerio más grande del mundo». Diez años después vuelve al Mediterráneo, acompañado por el cardenal secretario de Estado Pietro Parolin.
Precisamente por este motivo viaja el Santo Padre a Marsella. En el sur de Francia dirigirá cuatro discursos en italiano, con motivo de los «Encuentros Mediterráneos». El Papa clausurará a lo largo del sábado el trabajo que durante unas semanas han desarrollado 120 jóvenes y numerosos obispos de 30 países de la región mediterránea. Un trabajo festivo en el que han participado comunidades, asociaciones solidarias y algunos movimientos culturales. En ediciones anteriores este encuentro ha tenido lugar en Bari y Marsella, en Italia.
Marsella es la segunda visita de Francisco a una ciudad francesa, después de que acudiera en 2014 a Estrasburgo con motivo de su discurso frente al Parlamento Europeo. En este sentido, Matteo Bruni ha recalcado que este viaje no debe entenderse como una visita a Francia, sino como una visita a la ciudad de Marsella, con una importancia internacional por el factor ecuménico del encuentro. Estas jornadas servirán para «hacer crecer el diálogo y una cultura del encuentro entre las costas del Mediterráneo», ha señalado Bruni. «La dimensión ecuménica e interreligiosa estará presente desde el primer día de la visita del Papa, cuando tendrá lugar un momento de reflexión común cerca del monumento dedicado a los marineros e pagapensiones perdidos en el mar«, explicó el jefe de la Oficina de Prensa del Vaticano.
Una reflexión que será breve por la concentrada agenda del Santo Padre. El viernes 22, nada más bajar del avión, Francisco tendrá un encuentro con Elisabeth Borne, primera ministra de Francia. Y junto a la mandataria francesa recibirá honores militares y ramos de flores. Poco después visitará la basílica de Notre-Dame de la Garde, donde le espera el clero marsellés. Junto con los sacerdotes de la ciudad está previsto que recen en silencio a Virgen, por cuya intercesión el Papa Francisco encenderá una vela, según explicó en rueda de prensa el cardenal Jean-Marc Aveline.
Esa misma tarde el Pontífice visitará el monumento a los pagapensiones y marineros desaparecidos en el mar. Éste será el acto cargado de mayor simbolismo, especialmente tras los días de trabajo previos en los «Encuentros Mediterráneos». Será entonces cuando el Francisco deposite una ofrenda floral junto al monumento, acompañado por dos pagapensiones. El Papa Francisco descansará entonces, presumiblemente en la Abadía de San Víctor, aunque no ha trascendido la información.
La agenda para el sábado 23 de septiembre es, si cabe, más ajetreada. Comenzará su programa con un encuentro en el multicultural barrio de Saint-Maura, cerca del nuevo puerto de Marsella. De allí será conducido al Palacio del Faro, donde dirigirá su discurso central. Está previsto, de hecho, que acudan el presidente de la República, Emmanuel Macron —acompañado por la primera dama, Brigitte Macron—, el alcalde de Marsella, Benoit Payan, y otros representante civiles, eclesiásticos y políticos.
Será entonces cuando Francisco y Macron se reúnan en privado en el salón Pharo, en el que será su cuarto encuentro desde 2017. Después de un almuerzo en el arzobispado, el Papa Francisco, que hará un recorrido en papamóvil descubierto, regresará al estadio Vélodrome para celebrar Misa en honor de la Virgen de la Guardia. Una Misa que presumiblemente será celebrada en francés, con la homilía en italiano. A este acto, el último en la agenda oficial del Santo Padre, asistirán todas las autoridades políticas y religiosas del país. Francisco finalmente regresará a Roma a última hora de la tarde.