Se que os importará nada, lo pongo como desahogo porque es para explotar,
n los años 80 del siglo XX hizo fortuna una película llamada ‘Esta casa es una ruina’.
Pues algo similar, pero sin lugar a que provoque la risa entre los contribuyentes, está sucediendo con el Pabellón de España en la Exposición Universal de Dubái.
Decenas de millones de euros tirados por el desagüe para que Pedro Sánchez y sus acólitos puedan alardear de cumplir punto por punto su ideario progresista.
Todo un cúmulo de despropósitos que empieza, cómo no podía ser de otra manera, con ocultar los colores de España.
¿Para qué vas a pintar el recinto de rojo y amarillo? Nada, amarillo y naranja y así se le quita esencia de españolidad, que para este Gobierno socialcomunista las señas de identidad propias les deben parecer muy franquistas.
Pero si hay otro asunto con el que normalmente entran en trance los socialcomunistas es con el asunto de la religión.
En concreto, con el insulto permanente a la religión católica.
Eso de hacer chanzas contra las símbolos más sagrados del cristianismo les pone trempantes.
Ya hemos tenido en España ejemplos de esta colección de progres cocinando crucifijos, entrando, como hizo la hoy concejal de Más Madrid Rita Maestre, a una capilla casi en pelota picada, quitando los Reyes Magos para poner a tres peculiares reinas magas en Valencia o consintiendo la manifestación de la ‘cofradía de la santa vagina’.
Pero es que lo que ha sucedido en la Expo de Dubái es aun más grave.
Es dinero de todos los españoles el que se está utilizando para burlarse del Niño Jesús, de la Virgen María y de San José.
Durante las Navidades se procedió a instalar un Portal de Belén que era lo más parecido a un decorado diabólico, rayano en lo satánico.
Las representaciones eran lo más parecido a unos muñecos de vudú.
Solo faltó que hubieran aparecido con agujas clavadas para convertir el Nacimiento en un templo de la magia de color.
La gran pregunta para la que aún no hay respuesta es saber qué se está haciendo con los 32 millones que España ha destinado para este pabellón.
Hasta la fecha, visto lo visto, es un dinero gestionado por manirrotos y que no tienen la menor intención de vender las excelencias de nuestro país, sino dejar impronta de su más rancio sectarismo.
Como bien reza, nunca mejor dicho, el editorial de Okdiario de este 14 de enero de 2022, lo de este Portal de Belén en el pabellón español de la Expo de Dubái es todo un insulto y una afrenta a las creencias de los cristianos:
www.periodistadigital.com
n los años 80 del siglo XX hizo fortuna una película llamada ‘Esta casa es una ruina’.
Pues algo similar, pero sin lugar a que provoque la risa entre los contribuyentes, está sucediendo con el Pabellón de España en la Exposición Universal de Dubái.
Decenas de millones de euros tirados por el desagüe para que Pedro Sánchez y sus acólitos puedan alardear de cumplir punto por punto su ideario progresista.
Todo un cúmulo de despropósitos que empieza, cómo no podía ser de otra manera, con ocultar los colores de España.
¿Para qué vas a pintar el recinto de rojo y amarillo? Nada, amarillo y naranja y así se le quita esencia de españolidad, que para este Gobierno socialcomunista las señas de identidad propias les deben parecer muy franquistas.
Pero si hay otro asunto con el que normalmente entran en trance los socialcomunistas es con el asunto de la religión.
En concreto, con el insulto permanente a la religión católica.
Eso de hacer chanzas contra las símbolos más sagrados del cristianismo les pone trempantes.
Ya hemos tenido en España ejemplos de esta colección de progres cocinando crucifijos, entrando, como hizo la hoy concejal de Más Madrid Rita Maestre, a una capilla casi en pelota picada, quitando los Reyes Magos para poner a tres peculiares reinas magas en Valencia o consintiendo la manifestación de la ‘cofradía de la santa vagina’.
Pero es que lo que ha sucedido en la Expo de Dubái es aun más grave.
Es dinero de todos los españoles el que se está utilizando para burlarse del Niño Jesús, de la Virgen María y de San José.
Durante las Navidades se procedió a instalar un Portal de Belén que era lo más parecido a un decorado diabólico, rayano en lo satánico.
Las representaciones eran lo más parecido a unos muñecos de vudú.
Solo faltó que hubieran aparecido con agujas clavadas para convertir el Nacimiento en un templo de la magia de color.
La gran pregunta para la que aún no hay respuesta es saber qué se está haciendo con los 32 millones que España ha destinado para este pabellón.
Hasta la fecha, visto lo visto, es un dinero gestionado por manirrotos y que no tienen la menor intención de vender las excelencias de nuestro país, sino dejar impronta de su más rancio sectarismo.
Como bien reza, nunca mejor dicho, el editorial de Okdiario de este 14 de enero de 2022, lo de este Portal de Belén en el pabellón español de la Expo de Dubái es todo un insulto y una afrenta a las creencias de los cristianos:
El diabólico Portal de Belén en el pabellón español en Dubái: el Niño Jesús, un muñeco de vudú
En los años 80 del siglo XX hizo fortuna una película llamada 'Esta casa es una ruina'. Pues algo similar, pero sin lugar a que provoque la risa entre los
