El otro día pasé por una inmobiliaria del barrio y entre para preguntar por un piso que tenían anunciado.
La vendedora me comentó que era un piso que estaba muy bien y que me lo enseñaba sin ningún compromiso.
El inmueble estaba a unas 6 calles de la oficina y fuimos en mi LEXUS, creo que con mi presencia y mi coche impresioné bastante a la comercial de MOCOCASA.
Dentro del coche noté como me miraba de reojo, de una forma rara, no sé.
Ella llevaba un vestido muy corto, y era un placer ver esas piernas tan esbeltas en el asiento lateral.
Pues bien, entramos en el piso, y ella empezó a hacer preguntas. Yo le comenté que era soltero y que este piso lo quería porque estaba cerca del Bufete de Abogados en que trabajaba. Ah se me olvidaba, soy letrado.
Me comentó que ella también había estudiado Derecho pero que lo dejó en el segundo curso para dedicarse a un tema de multipropiedad.
Estaba oscuro y Felisa, así se llamaba la comercial, se dispuso a abrir la persiana, cuando de repente del esfuerzo cogió una especie de lumbago muy fuerte en la espalda. Empezó a gritar de dolor y se quedó de rodillas sin apenas poder moverse.
Tengo algún conocimiento básico de fisioterapia y empecé a hacerle una pequeña friega en la parte lumbar. Le dije que se recostará en la cama que había en el cuarto superior y empecé a trabajarle un poco la espalda, pues prácticamente no se podía mover.
Felisa se iba recuperando y me agradecía mi atención. Ya se le estaba pasando y yo le estaba dando los últimos masajes. Yo le frotaba sobretodo en la parte lumbar y le iba diciendo: “que tal esta zona mejor”.
De repente ella se gira y me dice: “y que tal a ti en esta zona”
Es decir, con total descaro me agarra todo el paquete y empieza a frotarlo, la verdad es que me quedé a cuadros, pues si bien Felisa es muy atractiva, mi intención simplemente era darle una atención curativa.
Pues bien, Felisa había perdido los papeles y empezó a desabrocharme la cremallera, me bajó los pantalones y empezó a trabajarme mis partes íntimas, tengo que reconocer que fue una delicia. Yo no podía aguantar la excitación y le dije: ¿pero bueno quieres que te ame? Ella se volvió exigente y dominante y me contestó: Métemela ahora mismo…
Yo accedí, como buen burbujista, además lo primero que pensé es: “igual me hace un buen descuento en la compra”
Pues bien, consumada la eyaculación, no recostamos en la cama y nos dispusimos a fumar un cigarrillo, cuando de repente Felisa me comenta lo siguiente:
No se te ocurra comprar este piso, el mercado está totalmente ahogado, no se vende nada y los precios van a caer en picado antes de 1 año y medio. Además, todo esto va a provocar una crisis monetaria sin precedentes a nivel nacional.
Yo le comenté que cómo sabía eso y ella me respondió que tiene un tío que trabaja en una importantísima institución bancaria española y se entera de todo lo que se cuece en esta entidad.
Bueno, nada más que contar, ah se me olvidaba: Felisa y yo nos vamos este fin de semana a Ginebra, hemos quedado con el director de una entidad bancaria de acreditada solvencia.
Buenas Vacaciones
La vendedora me comentó que era un piso que estaba muy bien y que me lo enseñaba sin ningún compromiso.
El inmueble estaba a unas 6 calles de la oficina y fuimos en mi LEXUS, creo que con mi presencia y mi coche impresioné bastante a la comercial de MOCOCASA.
Dentro del coche noté como me miraba de reojo, de una forma rara, no sé.
Ella llevaba un vestido muy corto, y era un placer ver esas piernas tan esbeltas en el asiento lateral.
Pues bien, entramos en el piso, y ella empezó a hacer preguntas. Yo le comenté que era soltero y que este piso lo quería porque estaba cerca del Bufete de Abogados en que trabajaba. Ah se me olvidaba, soy letrado.
Me comentó que ella también había estudiado Derecho pero que lo dejó en el segundo curso para dedicarse a un tema de multipropiedad.
Estaba oscuro y Felisa, así se llamaba la comercial, se dispuso a abrir la persiana, cuando de repente del esfuerzo cogió una especie de lumbago muy fuerte en la espalda. Empezó a gritar de dolor y se quedó de rodillas sin apenas poder moverse.
Tengo algún conocimiento básico de fisioterapia y empecé a hacerle una pequeña friega en la parte lumbar. Le dije que se recostará en la cama que había en el cuarto superior y empecé a trabajarle un poco la espalda, pues prácticamente no se podía mover.
Felisa se iba recuperando y me agradecía mi atención. Ya se le estaba pasando y yo le estaba dando los últimos masajes. Yo le frotaba sobretodo en la parte lumbar y le iba diciendo: “que tal esta zona mejor”.
De repente ella se gira y me dice: “y que tal a ti en esta zona”
Es decir, con total descaro me agarra todo el paquete y empieza a frotarlo, la verdad es que me quedé a cuadros, pues si bien Felisa es muy atractiva, mi intención simplemente era darle una atención curativa.
Pues bien, Felisa había perdido los papeles y empezó a desabrocharme la cremallera, me bajó los pantalones y empezó a trabajarme mis partes íntimas, tengo que reconocer que fue una delicia. Yo no podía aguantar la excitación y le dije: ¿pero bueno quieres que te ame? Ella se volvió exigente y dominante y me contestó: Métemela ahora mismo…
Yo accedí, como buen burbujista, además lo primero que pensé es: “igual me hace un buen descuento en la compra”
Pues bien, consumada la eyaculación, no recostamos en la cama y nos dispusimos a fumar un cigarrillo, cuando de repente Felisa me comenta lo siguiente:
No se te ocurra comprar este piso, el mercado está totalmente ahogado, no se vende nada y los precios van a caer en picado antes de 1 año y medio. Además, todo esto va a provocar una crisis monetaria sin precedentes a nivel nacional.
Yo le comenté que cómo sabía eso y ella me respondió que tiene un tío que trabaja en una importantísima institución bancaria española y se entera de todo lo que se cuece en esta entidad.
Bueno, nada más que contar, ah se me olvidaba: Felisa y yo nos vamos este fin de semana a Ginebra, hemos quedado con el director de una entidad bancaria de acreditada solvencia.
Buenas Vacaciones