Vlad_Empalador
Será en Octubre
El el bichito agua la fiesta: discotecas y bares en riesgo de desaparecer
El sector del ocio nocturno, que en 2019 suponía un 1,8% del PIB nacional y daba empleo a 200.000 trabajadores, ha sufrido un desplome de más del 70% en sus ingresos y puede colapsar debido a las prohibiciones y a la falta de ayudas para hacer frente a las deudas
Jóvenes de fiesta en una disctotecaGetty Images
PREMIUM
"Las primeras encuestas que hicimos decían que podíamos aguantar dos meses cerrados, pero por encima de este tiempo, sólo sobrevivía un 40% de las empresas; vamos por el quinto mes, no me atrevo a preguntar ahora", se lamenta Vicente Pizcueta, portavoz de España de Noche (Federación Española de Empresarios de Ocio y Espectáculos), que pertenece a la CEOE y al Consejo de Turismo.
Además de la crisis sanitaria que los ha mantenido cerrados acumulando deuda durante el estado de alarma, los empresarios del sector sufren las medidas de las Administraciones Autonómicas para atajar la esa época en el 2020 de la que yo le hablo. Murcia fue la primera, restringió el uso de los interiores y la apertura más allá de las 10 de la noche; Cataluña la siguió y prohibió su actividad el 24 de julio; Madrid legisló el 28 de julio obligando a echar la persiana a la una y media de la mañana; y Andalucía lo decidió el 4 de agosto.
Esto ha puesto en pie de guerra a los empresarios, que opinan que "el sector parece que tiene la diana en el pecho" y denuncian "la arbitrariedad" de estas decisiones. En la capital han decidido un organizar un cierre patronal: durante este fin de semana ninguno abrirá sus locales. Así esperan llamar la atención al Gobierno de Isabel Díaz Ayuso y reclamar un rescate.
"La discoteca con pista es inviable con las medidas establecidas", explica a este diario Ignacio Gandía, propietario del club madrileño OhMyClub, de manera que corren riesgo 2.600 empresas que en 2019 se dedicaban a la fiesta en la región. "Están hundiendo un sector importante", avisa Ramón Más Espinalt,secretario general del Gremio de Discotecas de Barcelona y Provincia y propietario de entre otras la discoteca Wolf Barcelona
Noche Madrid, filial regional de España de Noche, pide ayudas, porque antes, asegura Pizcueta, «se está abriendo a pérdidas» y ahora, según sus asociados, "el 89,8% prefiere que la Comunidad de Madrid decrete el cierre completo del sector y la puesta en marcha de un Plan de Rescate".
El portavoz es vehemente: "Sin medidas económicas, el decreto tiene un efecto que va mas allá de lo sanitario" y podría colapsar el sector, que supuso para la Comunidad un 1,6% del PIB, facturando 3.500 millones de euros, y dio empleo a 20.800 trabajadores. Antes de las restricciones, el ocio de la región central soportaba pérdidas de "entre 60 y 100 millones de euros, de los cuales 25 millones mensuales sólo en alquileres". El ocio nocturno nunca se ha enfrentado a una situación tan mala y Pizcueta no se atreve a comparar las consecuencias del cobi19 con las que tuvo la subida del IVA del 8% al 21% en 2012, un ajuste que ya puso al sector contra las cuerdas.
De ese golpe, los locales sólo se recuperaron cuando se les incluyó en el IVA cultural (10%), en 2017. En 2020, Pizcueta cree que el problema será crediticio: "Quien no pueda amortizar deuda en plazos razonables se va a arruinar", debido a meses cerrados con costes fijos muy altos, en especial alquileres. España de Noche calcula que se tardará "como poco cinco años" en volver a la situación precovid y amortizar todos los préstamos.
El portavoz recalca que, a nivel nacional, sólo el 32% de los locales reabrieron. De estos fueron los bares de copas los que mejor estaban funcionando. No ocurre lo mismo con los locales grandes y salas de fiesta, con gastos mayores, imposibles de aguantar sin llenar la sala. Respecto al local medio, de unas 300 personas de aforo, Pizcueta relata que está trabajando mediante reservados, ya que la pista de baile se encuentra cerrada en todo el territorio español salvo en Galicia y han abierto con aforo limitado que va del 40% en Madrid a dos tercios en comunidades como Galicia.
Dos chicas pidiendo bebidas en la barra en la discoteca madrileña, Oh My ClubJavier Barbancho
LOS JÓVENES SE MONTARÁN LA FIESTA EN CUALQUIER SITIO
Si hay un establecimiento que funcionaba bien con reservados, hasta que la Comunidad dio la puntilla a las salas de fiesta, ése era OhMyClub, ubicado en el barrio de Chamartín. Gandía, al frente del mismo, explica que "el local tiene la particularidad de que carece de pista, porque se sustituyó una tarima con sofás para reservados".
"Nosotros, que no nos dedicamos a llenar a tope de aforo la sala, no hemos ido a bulto sino a calidad", cuenta este empresario sobre un club que en la actualidad ingresa un 60% menos que en la temporada anterior. Gandía se queja de que mucho público del club "es extranjero y no ha podido venir". En 2019, 40 millones de extranjeros, el 50% del total de los turistas, pasó por locales de ocio nocturno en España, según la CEOE. En opinión de Gandía, "los jóvenes se montarán la fiesta en cualquier sitio", con o sin establecimientos.
La situación se repite en otros territorios con restricciones, como Cataluña. Allí, la decisión de cerrar encendió los ánimos de los empresarios, que llevaron a los tribunales la decisión de la Generalitat. "Es injusto, acusándonos de ser uno de los causantes de los rebrotes. Los números dicen que un 50% de casos nos saben donde se han contagiado", afirma Más Espinalt, en representación del gremio barcelonés. Este colectivo ha llevado ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña el cierre; los gimnasios recurrieron y lograron mantenerse abiertos gracias a "la cautelar".
El ocio nocturno supuso un 1,7% del PIB catalán, facturó 38.000 millones, durante 2019 y dio trabajo a más de 37.000 personas, según el Gremio de Discotecas. Más considera que, por las deudas, "hay riesgo de desaparición para más del 50% de empresas" de la Ciudad Condal, donde el ocio nocturno supone un 13% del PIB y un atractivo para el turismo. Sin pista de baile, Más ve inviable abrir: "Nadie va a ganar dinero".
Pista de baile de la Sala Pelícano, A coruñaSala Pelícano
LA GENTE CONSUME MENOS POR LA MASCARILLA
Si estuvieran permitidas las pistas, la situación catalana sería similar a la gallega. Luis Diz es el dueño de la Sala Pelícano, en A Coruña, y defiende cómo se ha gestionado allí la reapertura: "Consensuamos con la Xunta esperar al 1 de julio y abrir con mejores condiciones, aunque a día de hoy hay presión para que nos cierren". El empresario no lo entiende: "Cualquier cliente va a estar mucho más seguro en una discoteca que en una cafetería o en una terraza". Galicia cuenta desde el principio con un registro sanitario electrónico y la mascarilla fue obligatoria desde la reapertura.
Sin embargo, Diz reconoce que no todo el ocio nocturno ha actuado correctamente. Las imágenes de fiestas sin mascaras y distancias de seguridad son "una auténtica vergüenza", según este empresario: "Si hay gente que lo hace mal, ciérralos, persíguelos, sanciónalos. Están salpicando a todos el problema, cuando los que incumplen son unos pocos".
Los datos de contagio de Galicia son los más bajos del país; en lo económico, las cifras son más altas: ha abierto el 70% de locales, según los cálculos de Diz, que piensa que el descenso se debe a que "el flujo es más bajo y el ticket medio menor, porque la gente consume menos y está menos tiempo por la mascarilla". Este empresario no ve los reservados como una solución: "El ocio ha de ser accesible a todo el mundo". A día hoy, la diversión está al alcance de muy pocos, pero no sólo depende del dinero del que sale de fiesta.
El sector del ocio nocturno, que en 2019 suponía un 1,8% del PIB nacional y daba empleo a 200.000 trabajadores, ha sufrido un desplome de más del 70% en sus ingresos y puede colapsar debido a las prohibiciones y a la falta de ayudas para hacer frente a las deudas
Jóvenes de fiesta en una disctotecaGetty Images
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"Las primeras encuestas que hicimos decían que podíamos aguantar dos meses cerrados, pero por encima de este tiempo, sólo sobrevivía un 40% de las empresas; vamos por el quinto mes, no me atrevo a preguntar ahora", se lamenta Vicente Pizcueta, portavoz de España de Noche (Federación Española de Empresarios de Ocio y Espectáculos), que pertenece a la CEOE y al Consejo de Turismo.
Además de la crisis sanitaria que los ha mantenido cerrados acumulando deuda durante el estado de alarma, los empresarios del sector sufren las medidas de las Administraciones Autonómicas para atajar la esa época en el 2020 de la que yo le hablo. Murcia fue la primera, restringió el uso de los interiores y la apertura más allá de las 10 de la noche; Cataluña la siguió y prohibió su actividad el 24 de julio; Madrid legisló el 28 de julio obligando a echar la persiana a la una y media de la mañana; y Andalucía lo decidió el 4 de agosto.
Esto ha puesto en pie de guerra a los empresarios, que opinan que "el sector parece que tiene la diana en el pecho" y denuncian "la arbitrariedad" de estas decisiones. En la capital han decidido un organizar un cierre patronal: durante este fin de semana ninguno abrirá sus locales. Así esperan llamar la atención al Gobierno de Isabel Díaz Ayuso y reclamar un rescate.
"La discoteca con pista es inviable con las medidas establecidas", explica a este diario Ignacio Gandía, propietario del club madrileño OhMyClub, de manera que corren riesgo 2.600 empresas que en 2019 se dedicaban a la fiesta en la región. "Están hundiendo un sector importante", avisa Ramón Más Espinalt,secretario general del Gremio de Discotecas de Barcelona y Provincia y propietario de entre otras la discoteca Wolf Barcelona
Noche Madrid, filial regional de España de Noche, pide ayudas, porque antes, asegura Pizcueta, «se está abriendo a pérdidas» y ahora, según sus asociados, "el 89,8% prefiere que la Comunidad de Madrid decrete el cierre completo del sector y la puesta en marcha de un Plan de Rescate".
El portavoz es vehemente: "Sin medidas económicas, el decreto tiene un efecto que va mas allá de lo sanitario" y podría colapsar el sector, que supuso para la Comunidad un 1,6% del PIB, facturando 3.500 millones de euros, y dio empleo a 20.800 trabajadores. Antes de las restricciones, el ocio de la región central soportaba pérdidas de "entre 60 y 100 millones de euros, de los cuales 25 millones mensuales sólo en alquileres". El ocio nocturno nunca se ha enfrentado a una situación tan mala y Pizcueta no se atreve a comparar las consecuencias del cobi19 con las que tuvo la subida del IVA del 8% al 21% en 2012, un ajuste que ya puso al sector contra las cuerdas.
De ese golpe, los locales sólo se recuperaron cuando se les incluyó en el IVA cultural (10%), en 2017. En 2020, Pizcueta cree que el problema será crediticio: "Quien no pueda amortizar deuda en plazos razonables se va a arruinar", debido a meses cerrados con costes fijos muy altos, en especial alquileres. España de Noche calcula que se tardará "como poco cinco años" en volver a la situación precovid y amortizar todos los préstamos.
El portavoz recalca que, a nivel nacional, sólo el 32% de los locales reabrieron. De estos fueron los bares de copas los que mejor estaban funcionando. No ocurre lo mismo con los locales grandes y salas de fiesta, con gastos mayores, imposibles de aguantar sin llenar la sala. Respecto al local medio, de unas 300 personas de aforo, Pizcueta relata que está trabajando mediante reservados, ya que la pista de baile se encuentra cerrada en todo el territorio español salvo en Galicia y han abierto con aforo limitado que va del 40% en Madrid a dos tercios en comunidades como Galicia.
Dos chicas pidiendo bebidas en la barra en la discoteca madrileña, Oh My ClubJavier Barbancho
LOS JÓVENES SE MONTARÁN LA FIESTA EN CUALQUIER SITIO
Si hay un establecimiento que funcionaba bien con reservados, hasta que la Comunidad dio la puntilla a las salas de fiesta, ése era OhMyClub, ubicado en el barrio de Chamartín. Gandía, al frente del mismo, explica que "el local tiene la particularidad de que carece de pista, porque se sustituyó una tarima con sofás para reservados".
"Nosotros, que no nos dedicamos a llenar a tope de aforo la sala, no hemos ido a bulto sino a calidad", cuenta este empresario sobre un club que en la actualidad ingresa un 60% menos que en la temporada anterior. Gandía se queja de que mucho público del club "es extranjero y no ha podido venir". En 2019, 40 millones de extranjeros, el 50% del total de los turistas, pasó por locales de ocio nocturno en España, según la CEOE. En opinión de Gandía, "los jóvenes se montarán la fiesta en cualquier sitio", con o sin establecimientos.
La situación se repite en otros territorios con restricciones, como Cataluña. Allí, la decisión de cerrar encendió los ánimos de los empresarios, que llevaron a los tribunales la decisión de la Generalitat. "Es injusto, acusándonos de ser uno de los causantes de los rebrotes. Los números dicen que un 50% de casos nos saben donde se han contagiado", afirma Más Espinalt, en representación del gremio barcelonés. Este colectivo ha llevado ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña el cierre; los gimnasios recurrieron y lograron mantenerse abiertos gracias a "la cautelar".
El ocio nocturno supuso un 1,7% del PIB catalán, facturó 38.000 millones, durante 2019 y dio trabajo a más de 37.000 personas, según el Gremio de Discotecas. Más considera que, por las deudas, "hay riesgo de desaparición para más del 50% de empresas" de la Ciudad Condal, donde el ocio nocturno supone un 13% del PIB y un atractivo para el turismo. Sin pista de baile, Más ve inviable abrir: "Nadie va a ganar dinero".
Pista de baile de la Sala Pelícano, A coruñaSala Pelícano
LA GENTE CONSUME MENOS POR LA MASCARILLA
Si estuvieran permitidas las pistas, la situación catalana sería similar a la gallega. Luis Diz es el dueño de la Sala Pelícano, en A Coruña, y defiende cómo se ha gestionado allí la reapertura: "Consensuamos con la Xunta esperar al 1 de julio y abrir con mejores condiciones, aunque a día de hoy hay presión para que nos cierren". El empresario no lo entiende: "Cualquier cliente va a estar mucho más seguro en una discoteca que en una cafetería o en una terraza". Galicia cuenta desde el principio con un registro sanitario electrónico y la mascarilla fue obligatoria desde la reapertura.
Sin embargo, Diz reconoce que no todo el ocio nocturno ha actuado correctamente. Las imágenes de fiestas sin mascaras y distancias de seguridad son "una auténtica vergüenza", según este empresario: "Si hay gente que lo hace mal, ciérralos, persíguelos, sanciónalos. Están salpicando a todos el problema, cuando los que incumplen son unos pocos".
Los datos de contagio de Galicia son los más bajos del país; en lo económico, las cifras son más altas: ha abierto el 70% de locales, según los cálculos de Diz, que piensa que el descenso se debe a que "el flujo es más bajo y el ticket medio menor, porque la gente consume menos y está menos tiempo por la mascarilla". Este empresario no ve los reservados como una solución: "El ocio ha de ser accesible a todo el mundo". A día hoy, la diversión está al alcance de muy pocos, pero no sólo depende del dinero del que sale de fiesta.