El mujeriego segoviano que acabó formando su propio clan maorí en nueva zelanda llamado paniora: "los españoles"

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Toledo Sur

El mujeriego segoviano que acabó formando su propio clan maorí en Nueva Zelanda llamado Paniora: "Los españoles"​

  • Manuel José de Frutos nació en 1811 en Valverde del Majano, Segovia, y llegó a Nueva Zelanda enrolado en un ballenero británico.
  • El español vio a las mujeres locales y decidió quedarse en Nueva Zelanda: se escondió hasta que partió su barco.
  • Se casó con cinco mujeres maoríes, tuvo 9 hijos, 41 nietos y 299 bisnietos, y suma cerca de 20.000 descendientes que celebran el Día de la Hispanidad.

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Maorí significa "nativo", "indígena", "verdadero" o simplemente "real". Los clanes maoríes son descendientes de una etnia polinésica que llegó a las costas de Nueva Zelanda, Australia y otros lugares del Pacífico Sur posiblemente procedentes de islas ubicadas más al norte, como Rarotonga o Tongatapu.

Dentro de los pueblos maoríes, existe uno en Nueva Zelanda llamado Paniora, cuya traducción literal al castellano sería "Espaniola" o "Los españoles", que es como más se les nombra al otro lado del mundo.

La mayoría de los Los Paniora vive en una de las zonas más remotas de la Isla Norte de Nueva Zelanda, en la Región de Gisborne, y constituyen uno de los clanes maoríes más numerosos, con entre 15.000 y 20.000 integrantes, descendientes todos ellos de un español llamado Manuel José de Frutos Huerta, de ahí el sobrenombre de "Los españoles".


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Manuel José de Frutos nació el 31 de enero de 1811 en Valverde del Majano, Segovia. Era hijo de José de Frutos, un comerciante de lana, y de María Huerta, que era panadera. Al parecer, era un tipo de muy buen ver: alto, corpulento, pelirrojo y de ojos verdes. De hecho, tenía un gran atractivo físico que le llevó a mantener relaciones con multitud de mujeres.

De Frutos se consideraba un comerciante. Llegó a Nueva Zelanda enrolado en un ballenero británico que desembarco en Port Awanui, en la costa este neozelandesa. Aunque fue uno de los primeros visitantes europeos a Nueva Zelanda, no tuvo en absoluto problemas de adaptación, al contrario. No tardaría en integrarse en en la tribu maorí de los Ngati Porou, que fueron quienes le bautizaron como Paniora, aunque al final serían ellos quienes acabarían adoptando ese nombre para su clan.

Así surgió el nuevo pueblo maorí de los Paniora, al cual contribuyó sobremanera el comerciante español, que se casó hasta con cinco mujeres maoríes: Te Herekaipuke, que era su preferida y a la que llamaba Tapita; Kataraina, Mihita Heke, Uruhana y Maraea.


Cinco esposas y 9 hijos​


Con ellas tuvo un total de 9 hijos, que a su vez le dieron 41 nietos y 299 bisnietos hasta su fallecimiento en Nueva Zelanda en 1873, todo un clan que fue ampliándose y que actualmente integran cerca de 20.000 descendientes del aventurero segoviano.


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Desde entonces, el clan maorí de los Paniora rinde tributo cada año a De Frutos. En 1980 se levantó un mausoleo en Taumata donde se encuentran sus restos mortales. Su tumba es lugar habitual de peregrinaje y se realizan ofrendas.

La historia de Manuel José de Frutos se narra en un libro llamado 'Ramas de olivo', cuyo prólogo menciona que "aunque descendientes de cinco mujeres, los lazos de esta familia son fuertes, la sangre española que les diste, les da un lazo común. Pero tú todavía permaneces en las sombras, un español sin pasado, un vínculo en Awa Nui, es donde tu olivo permanece firme".

La alusión al olivo tiene que ver con el hecho de que De Frutos plantara uno de estos árboles en la tierra de los Paniora en 1834, con una semilla recogida en España que llevaba consigo. Lo curioso es que el olivo aún se conserva.


Viaje maorí a Segovia​


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El pueblo Paniora mantiene una absoluta admiración por el 'patriarca' español del clan, que también siembra la curiosidad del resto de neozelandeses. De hecho, fue una periodista neozelandesa quien, en el año 2006, reveló el pueblo natal del comerciante español y ese mismo año una delegación del clan viajó hasta la localidad segoviana de Valverde del Majano para conocer la tierra de su fundador.

Incluso fueron recibidos por el entonces rey, don Juan Carlos, y en la localidad se levantó un tótem maorí conmemorativo en el que figuran dos piedras de jaspe llevadas desde Nueva Zelanda.

La delegación Paniora, clan que está muy influenciado por las tradiciones españolas, visitó otras localidades castellanas y desde entonces celebra cada año en sus tierras el Día de la Hispanidad. Eso sí, desde mucho antes, desde 1981, conmemoran en el pequeño pueblo costero de Tikitiki una gran fiesta de estilo español, en la que no faltan las banderas de España, el flamenco, las guitarras, los caballos y los toros, y la población local se atavía con vestidos de flamenca o sombreros cordobeses, que no son nada propios de Segovia, pero como objetos españoles, sirven.


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Tampoco resulta extraño ver a maoríes con sombreros mexicanos o ponchos peruanos, y es que España queda lejos y no acaban de controlar la procedencia de todo lo que se ponen.

Escudo castellano​

El escudo de los Paniora, que lo tienen, está compuesto por un castillo, una rama de olivo y varias franjas quebradas rojas y amarillas que figuran junto a la frase, en español, "Adelante para siempre" y el nombre de Manuel José, que sin duda encontró su sitio en Nueva Zelanda, ya que se quedó para siempre y falleció allí a los 62 años.


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Manuel José de Frutos acabó recalando en la otra punta del mundo por casualidad y por su afición a las mujeres. Cuando era solo un adolescente se dedicó al negocio de comercio de lana de su padre (Nueva Zelanda es uno de los mayores productores mundiales de lana), pero tras superar la mayoría de edad, en 1833 se marchó a América en busca de aventuras.

Fue en Perú donde se alistó en el ballenero británico que le acabaría llevando a Nueva Zelanda un año después, cuyo nombre era Elizabeth. En el tiempo que De Frutos trabajó en el ballenero pudo acumular cierto capital que luego emplearía en Nueva Zelanda.


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Escondido bajo la falda de una mujer​

De Frutos era más que conocido por su afición a las mujeres, y fue llegar a Nueva Zelanda y dejarlo muy claro. El segoviano quedó fascinado por la belleza de las mujeres maoríes y, aunque el ballenero en el que viajaba se había detenido allí únicamente para repostar víveres, Manuel José se quedó prendado por las mujeres y decidió quedarse.

De hecho, la tripulación del barco, ayudada por los soldados de una guarnición británica, le buscó durante horas por todas partes, sin éxito. Así que el ballenero acabó partiendo sin él. La leyenda dice que De Frutos se escondió "bajo las faldas de una mujer" para no ser hallado. El caso es que el español acabó integrándose en la tribu aborigen de los Ngati Porou y años acabó fundando su propio clan.


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En todo caso, no perdió el contacto con los europeos, ya que abrió una tienda en Port Awanui donde comerciaba con los que llegaban a la isla. Consiguió ganarse el cariño de la población autóctona y amasar toda una fortuna, que los ingleses que ocupaban la isla le arrebataron a sus hijos tras la Guerra de las Tierras de Nueva Zelanda.

Desde entonces, el pueblo Paniora mantiene un conflicto con las autoridades que nunca se ha resuelto. En 2012 el Gobierno neozelandés se comprometió a resolverlo y a devolver a los descendientes de De Frutos lo incautado por los británicos, además de todas las posesiones que sus descendientes debían haber heredado, pero no fue así. Lo cierto es que a casi 20.000 kilómetros de España existe un pueblo muy orgulloso de compartir lazos con nuestro país gracias a Manuel José de Frutos y a su afición por las mujeres.


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https://www.eleconomista.es/actuali...va-zelanda-llamado-paniora-los-espanoles.html
 
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El mujeriego segoviano que acabó formando su propio clan maorí en Nueva Zelanda llamado Paniora: "Los españoles"​

  • Manuel José de Frutos nació en 1811 en Valverde del Majano, Segovia, y llegó a Nueva Zelanda enrolado en un ballenero británico.
  • El español vio a las mujeres locales y decidió quedarse en Nueva Zelanda: se escondió hasta que partió su barco.
  • Se casó con cinco mujeres maoríes, tuvo 9 hijos, 41 nietos y 299 bisnietos, y suma cerca de 20.000 descendientes que celebran el Día de la Hispanidad.

Ver archivo adjunto 1948819


Maorí significa "nativo", "indígena", "verdadero" o simplemente "real". Los clanes maoríes son descendientes de una etnia polinésica que llegó a las costas de Nueva Zelanda, Australia y otros lugares del Pacífico Sur posiblemente procedentes de islas ubicadas más al norte, como Rarotonga o Tongatapu.

Dentro de los pueblos maoríes, existe uno en Nueva Zelanda llamado Paniora, cuya traducción literal al castellano sería "Espaniola" o "Los españoles", que es como más se les nombra al otro lado del mundo.

La mayoría de los Los Paniora vive en una de las zonas más remotas de la Isla Norte de Nueva Zelanda, en la Región de Gisborne, y constituyen uno de los clanes maoríes más numerosos, con entre 15.000 y 20.000 integrantes, descendientes todos ellos de un español llamado Manuel José de Frutos Huerta, de ahí el sobrenombre de "Los españoles".


Ver archivo adjunto 1948809


Manuel José de Frutos nació el 31 de enero de 1811 en Valverde del Majano, Segovia. Era hijo de José de Frutos, un comerciante de lana, y de María Huerta, que era panadera. Al parecer, era un tipo de muy buen ver: alto, corpulento, pelirrojo y de ojos verdes. De hecho, tenía un gran atractivo físico que le llevó a mantener relaciones con multitud de mujeres.

De Frutos se consideraba un comerciante. Llegó a Nueva Zelanda enrolado en un ballenero británico que desembarco en Port Awanui, en la costa este neozelandesa. Aunque fue uno de los primeros visitantes europeos a Nueva Zelanda, no tuvo en absoluto problemas de adaptación, al contrario. No tardaría en integrarse en en la tribu maorí de los Ngati Porou, que fueron quienes le bautizaron como Paniora, aunque al final serían ellos quienes acabarían adoptando ese nombre para su clan.

Así surgió el nuevo pueblo maorí de los Paniora, al cual contribuyó sobremanera el comerciante español, que se casó hasta con cinco mujeres maoríes: Te Herekaipuke, que era su preferida y a la que llamaba Tapita; Kataraina, Mihita Heke, Uruhana y Maraea.


Cinco esposas y 9 hijos​


Con ellas tuvo un total de 9 hijos, que a su vez le dieron 41 nietos y 299 bisnietos hasta su fallecimiento en Nueva Zelanda en 1873, todo un clan que fue ampliándose y que actualmente integran cerca de 20.000 descendientes del aventurero segoviano.


Ver archivo adjunto 1948811


Desde entonces, el clan maorí de los Paniora rinde tributo cada año a De Frutos. En 1980 se levantó un mausoleo en Taumata donde se encuentran sus restos mortales. Su tumba es lugar habitual de peregrinaje y se realizan ofrendas.

La historia de Manuel José de Frutos se narra en un libro llamado 'Ramas de olivo', cuyo prólogo menciona que "aunque descendientes de cinco mujeres, los lazos de esta familia son fuertes, la sangre española que les diste, les da un lazo común. Pero tú todavía permaneces en las sombras, un español sin pasado, un vínculo en Awa Nui, es donde tu olivo permanece firme".

La alusión al olivo tiene que ver con el hecho de que De Frutos plantara uno de estos árboles en la tierra de los Paniora en 1834, con una semilla recogida en España que llevaba consigo. Lo curioso es que el olivo aún se conserva.


Viaje maorí a Segovia​


Ver archivo adjunto 1948812


El pueblo Paniora mantiene una absoluta admiración por el 'patriarca' español del clan, que también siembra la curiosidad del resto de neozelandeses. De hecho, fue una periodista neozelandesa quien, en el año 2006, reveló el pueblo natal del comerciante español y ese mismo año una delegación del clan viajó hasta la localidad segoviana de Valverde del Majano para conocer la tierra de su fundador.

Incluso fueron recibidos por el entonces rey, don Juan Carlos, y en la localidad se levantó un tótem maorí conmemorativo en el que figuran dos piedras de jaspe llevadas desde Nueva Zelanda.

La delegación Paniora, clan que está muy influenciado por las tradiciones españolas, visitó otras localidades castellanas y desde entonces celebra cada año en sus tierras el Día de la Hispanidad. Eso sí, desde mucho antes, desde 1981, conmemoran en el pequeño pueblo costero de Tikitiki una gran fiesta de estilo español, en la que no faltan las banderas de España, el flamenco, las guitarras, los caballos y los toros, y la población local se atavía con vestidos de flamenca o sombreros cordobeses, que no son nada propios de Segovia, pero como objetos españoles, sirven.


Ver archivo adjunto 1948813


Tampoco resulta extraño ver a maoríes con sombreros mexicanos o ponchos peruanos, y es que España queda lejos y no acaban de controlar la procedencia de todo lo que se ponen.

Escudo castellano​

El escudo de los Paniora, que lo tienen, está compuesto por un castillo, una rama de olivo y varias franjas quebradas rojas y amarillas que figuran junto a la frase, en español, "Adelante para siempre" y el nombre de Manuel José, que sin duda encontró su sitio en Nueva Zelanda, ya que se quedó para siempre y falleció allí a los 62 años.


Ver archivo adjunto 1948814


Manuel José de Frutos acabó recalando en la otra punta del mundo por casualidad y por su afición a las mujeres. Cuando era solo un adolescente se dedicó al negocio de comercio de lana de su padre (Nueva Zelanda es uno de los mayores productores mundiales de lana), pero tras superar la mayoría de edad, en 1833 se marchó a América en busca de aventuras.

Fue en Perú donde se alistó en el ballenero británico que le acabaría llevando a Nueva Zelanda un año después, cuyo nombre era Elizabeth. En el tiempo que De Frutos trabajó en el ballenero pudo acumular cierto capital que luego emplearía en Nueva Zelanda.


Ver archivo adjunto 1948816

Escondido bajo la falda de una mujer​

De Frutos era más que conocido por su afición a las mujeres, y fue llegar a Nueva Zelanda y dejarlo muy claro. El segoviano quedó fascinado por la belleza de las mujeres maoríes y, aunque el ballenero en el que viajaba se había detenido allí únicamente para repostar víveres, Manuel José se quedó prendado por las mujeres y decidió quedarse.

De hecho, la tripulación del barco, ayudada por los soldados de una guarnición británica, le buscó durante horas por todas partes, sin éxito. Así que el ballenero acabó partiendo sin él. La leyenda dice que De Frutos se escondió "bajo las faldas de una mujer" para no ser hallado. El caso es que el español acabó integrándose en la tribu aborigen de los Ngati Porou y años acabó fundando su propio clan.


Ver archivo adjunto 1948818


En todo caso, no perdió el contacto con los europeos, ya que abrió una tienda en Port Awanui donde comerciaba con los que llegaban a la isla. Consiguió ganarse el cariño de la población autóctona y amasar toda una fortuna, que los ingleses que ocupaban la isla le arrebataron a sus hijos tras la Guerra de las Tierras de Nueva Zelanda.

Desde entonces, el pueblo Paniora mantiene un conflicto con las autoridades que nunca se ha resuelto. En 2012 el Gobierno neozelandés se comprometió a resolverlo y a devolver a los descendientes de De Frutos lo incautado por los británicos, además de todas las posesiones que sus descendientes debían haber heredado, pero no fue así. Lo cierto es que a casi 20.000 kilómetros de España existe un pueblo muy orgulloso de compartir lazos con nuestro país gracias a Manuel José de Frutos y a su afición por las mujeres.


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Ver archivo adjunto 1948825

Ver archivo adjunto 1948826


https://www.eleconomista.es/actuali...va-zelanda-llamado-paniora-los-espanoles.html
Qué vería el segoviano para quedarse inmediatamente, jajaj, menudo crack.
 
Bueno yo siempre he dicho que los españoles no conquistaron América a base de acero y pólvora. La realidad es que los hechos de armas son una mera anécdota muchas veces.

El hecho realmente decisivo fueron los casamientos y el mestizaje. Es decir los españoles conquistaron América a base de polvos. Y podríamos haber conquistado el mundo si nos dejan un poco más de tiempo. :)
 
Ya sabeis por donde hay que desembarcar.
 
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