El Metro de Madrid tendrá enormes pantallas luminosas con publicidad en todas las paredes

Desde sus orígenes, allá por 1919, Metro de Madrid se convirtió en un espacio publicitario en sí mismo. Las esperas en sus andenes convertían en cautivos a los usuarios no podían apartar sus miradas de aquellos azulejos que anunciaban desde jabones a cemento, pasando por relojes. Por entonces, aquellas publicidades duraban lo que la nitidez de las baldosas aguantase.

No fue hasta después de la Guerra Civil cuando el papel pegado con cola sustituyó al alicatado. Una revolución que abarataba costes y permitía contratar anuncios temporales y rotatorios. Aunque este proceder también está a punto de pasar a mejor vida.

De cara a esta próxima campaña navideña, Metro de Madrid ha decidido modernizar su imagen con un nuevo modelo interactivo de publicidad. El papel quedará relegado a aquellas estaciones más periféricas de los barrios obreros mientras que, en el centro y en los puntos más tras*itados, se abrirán paso "enormes estructuras futuristas" que romperán con los anuncios "convencionales y estáticos".

Serán casi 500 pantallas digitales las que decoren las paredes, pasillos y vestíbulos del suburbano para, según esta compañía metropolitana, "sacarles el máximo partido creativo y visual a las estaciones". Y añaden: "En Sol, Gran Vía y Nuevos Ministerios, los tres puntos con más viajeros de Madrid, los soportes serán diferentes. Van a ser casi como un Piccadilly Circus, muy visual y espectacular, con algunas plataformas de varios metros, pantallas fullscreen de gran formato suspendidas en el aire... Las columnas led y los mupis digitales pasarán a formar parte del nuevo paisaje de Metro".

Toda esta reconversión, además del cambio de look que supone, también tiene una variante económica: presentará nuevas oportunidades de negocio que disparará los ingresos de la compañía.

Desde casi sus inicios, Metro de Madrid ha subcontratado la gestión de su publicidad. Este pasado junio volvió a ganar la adjudicación del concurso público la compañía francesa JCDecaux Group, uno de los colosos de este sector, quien gestionará los anuncios durante los próximos 10 años, prorrogables a dos años más.

"Esta empresa ya estuvo con nosotros en el anterior contrato. Nos han estado pagando un canon anual de cuatro millones de euros anuales, pero en este nuevo acuerdo nos abonarán 10,5 millones más un variable del 65%... ¿Por qué lo han subido tanto? Porque saben que con los nuevos soportes digitales la publicidad que van a poder contratar es más cara, más dinámica y ofrecerán más contenido. Saben perfectamente que lo van a rentabilizar puesto que Metro cada vez tiene mas turistas y viajeros", exponen desde el suburbano.

Pese a que los anuncios de papel pegado con cola no desaparecerán del todo, quedándose en la mayoría de paradas fuera de la M-30, ("Los comercios más locales no tendrán la capacidad económica para invertir en una publicidad digital y seguirán apostando por la forma convencional"), la idea es que "en un largo plazo" se sustituyan en todas las estaciones de la región.

Metro no deja de ser, año tras año, un gran expositor al que cada vez acuden más anunciantes para albergar sus espacios publicitarios. Ya en este siglo se han establecido nuevas formas de insertar publicidad en el suburbano, como los patrocinios de estaciones (el ejemplo más claro es cuando la parada de Sol pasó a denominarse Vodafone Sol o Sol Galaxy Note). También la tecnología se abre paso permitiendo anunciar contenidos dentro de los propios túneles, como sucede en la Línea 8 entre las estaciones de Colombia y Nuevos Ministerios.

"Las nuevas tecnologías abren un nuevo mundo de posibilidades para interactuar con los usuarios. Éstos podrán, gracias a sus teléfonos móviles, ser más participes escaneando códigos QR o aprovechándose de las ventajas que les ofrezcan", rematan desde el suburbano.

Ideal para completar la experiencia de cosa que supone el metro.