El Pionero
Alcalde y presidente de Fútbol Paco premium
Fueron 40 años de espera en silencio. Cuatro décadas cargadas de impaciencia hasta que la Gabarra soltó sus cuerdas y navegó por el río Nervión como sólo lo hacen los barcos bienaventurados. En él, al frente, los hermanos Williams como otrora lo hicieron Manu Sarabia, Argote o Goikoetxea. Se trata de una flota que se erige como la antítesis del Titanic, entre otras cosas porque aquí no está Jack Dawson presente. Y porque sólo se saca cuando hay motivos de felicidad, y la victoria en la Copa del Rey era uno, y rellenito. Antes, el destino del club estuvo exento de alegrías e incluso hubo runrún en torno a su filosofía.
Situémonos. Si no tenemos en cuenta las Supercopas de España 2015 y de 2021 [no sacaron la Gabarra], la Copa del Rey fue el primer título en 40 años. Un periodo en el que hubo enormes decepciones por el camino. En esos años, el Athletic disputó siete finales (seis de Copa y una de Europa League) con el mismo saldo: la derrota. No hubo triunfos hasta que Julen Agirrezabala se erigió como el héroe de Bilbao en una tanda de penaltis cuya distancia a la gloria era igual de próxima que a la decepción. Con la victoria, se reivindicó más que nunca la filosofía de contar con los de casa. El exitismo es consustancial a las reivindicaciones.
El Athletic es un club con una idiosincrasia particular porque sólo permite que jueguen en su club los nacidos en Navarra, el País Vasco y el País Vasco francés, además de los jugadores formados en sus categorías inferiores. Una norma inquebrantable, aunque en ciertas épocas haya sido más estricta. O haya habido casos incomprensibles.
"Es algo que ha evolucionado, no tiene un origen concreto", explica Jon Rivas, periodista de El País e histórico en la información del Athletic, en conversación con El Confidencial. "Hasta 1911, el club jugó con ingleses, porque aquí no había jugadores. Pero luego cambiaron las circunstancias. Se convirtió en una tradición, no en una regla escrita. Esto le da cohesión al club".
"Se conjugan dos realidades: existen muchos colectivos que generan una cultura propia en su ámbito y luego está el fútbol, que genera adhesiones sobre la base del sentimiento. Eso lo juntas en Bilbao, un sitio con personalidad, y te sale, con naturalidad y tozudez, esta filosofía. Es algo indiscutido, porque son los elementos más tras*versales de este equipo", explica Fernando García Macua, presidente del club entre 2007 y 2011, en El Confidencial.
Fernando San José, directivo durante la presidencia de Aitor Elizegui (2018-22), atiende a este periódico para hablar del tema. "Se resume de manera sencilla, porque la filosofía es un sentimiento, es el sueño de los chavales de jugar en el equipo de su tierra. De valorar las raíces con componentes románticos. Nuestra grandeza es sentir los colores de manera arraigada".
"Ese movimiento buscó una forma de establecer una optimización de la filosofía. No pretender abrir o cerrar, ojo, porque es algo que no está escrito. Hace dos años, se aprobaron unos nuevos estatutos para permitir que se decidan cuestiones fundamentales por los socios. Para ese grupo, una de las más importantes era ponerle los límites a la filosofía, ahora dependiente del arbitrio de la junta directiva", expone San José.
"Si eres candidato a la presidencia y dices que vas a fichar extranjeros, vas a perder por goleada", sostiene Rivas. La reinterpretación estaba dirigida no a la incorporación de jugadores foráneos, sino a evitar que se repitan casos como el de Gárate (hijo de vascos), Forlán (su abuela era vasca) o Marco Asensio (su padre es vasco). Ellos no pudieron jugar en el Athletic al no haber nacido en uno de los citados territorios ni haberse formado en el club.
"Las juntas directivas han interpretado la filosofía de manera similar. Tenemos que saber lo que el socio quiere de manera mayoritaria. Se trata sólo de democratizar la decisión para optimizar los fichajes de jugadores. No hablamos de extranjeros, sino de descendientes de jugadores representativos, jugadores criados aquí, hijos de vascos…".
Un caso evidente, que él mismo saca a escena, es el del nieto de Goikoetxea. Es descendiente de vascos, pero tanto su progenitora como él han nacido en Madrid. "Hoy hay mucha más movilidad, pero antes era más estanco. Estoy a favor de que los descendientes de vascos jueguen en el Athletic. Sin duda. Mi nieto es muy del Athletic y no sé si llegará al primer equipo, pero es algo que se debería plantear", reflexiona Goiko.
Si los casos de Forlán o Asensio generaron debate, otros no se comprendieron. Laporte -oriundo de Agen, municipio ubicado a casi 400 kilómetros de Bilbao- fue reclutado por un club del País Vasco francés antes de llegar al Athletic. Por su parte, Luis de la Fuente es riojano, de padre bilbaíno y socio del club. Y nació en Haro, pueblo casi fronterizo con el País Vasco.
"Los casos de Laporte y de De la Fuente son distintos, pero con similitudes. Ambos nacieron fuera, pero recibieron aquí su formación. Si le haces una entrevista a Aymeric, seguro que al Athletic lo pone en lo más alto, porque le dio su formación", aclara Goikoetxea.
Turno de García Macua: "Esos casos demuestran que la filosofía no es la tabla de la ley bíblica y que se ha adaptado de manera pragmática a la realidad social. Eran sólo Navarro, País Vasco y País Vasco francés, aunque luego se incluyó a los jugadores formados. No ha habido aún un gran debate a supuestos de incorporación de chicos desde los 70. Es una tradición arrastrada que se adapta a los tiempos. Es nuestra y nos gusta".
El mercado del Athletic se reduce muchísimo, lo que implica un porcentaje de error mínimo en los fichajes. "En un territorio pequeño, tienen toda la cantera. Eso te dice que tienes que afinar mucho, porque el mercado es reducido y por la competencia con Real Sociedad y Osasuna. Todos saben la importancia del club porque la familia se los ha explicado", aclara Goikoetxea.
"Tradicionalmente, no hubo limitación a los entrenadores. En sus orígenes, en Bilbao, no se ha entendido que el entrenador no pueda proceder de otros lugares, porque creen que pueden sacarle partido a los jugadores locales", asegura San José.
Rivas toma la palabra: "Los primeros entrenadores fueron ingleses, como es el caso de Mr. Pentland, el más importante de la historia. En el banquillo nunca se ha hablado de este tema, quizás porque los entrenadores casi siempre han sido de la casa. Pero también ha habido de fuera, como el caso de Bielsa".
"Es algo que no va a cambiar. Si funciona, para qué cambiarlo. Llevábamos años sin ganar títulos, pero ahora… La Gabarra es santo y seña. No se respira ni se huele un cambio en este asunto. La filosofía es el fruto del trabajo de la cantera y de la calle. Los jugadores son inspiración de muchos chavales, que opciones de llegar al primer equipo", concluye Goikoetxea.
Turno de San José: "No se ha debatido el asunto. La afición valora por encima de todo jugar con futbolistas de la tierra. El club es capaz de atravesar años sin títulos, pero no se cuestiona un cambio en este aspecto. Hay que valorar que el Athletic haya jugado cinco finales en cinco años".
El club atravesará días soleados. Y tormentas. Noches de gloria. Y ríos de lágrimas por alguna decepción. Pero habrá un denominador común en la tragedia y en la euforia: que los protagonistas serán siempre jugadores de casa, el elemento vertebrador de un equipo que jamás variará su idiosincrasia.
Situémonos. Si no tenemos en cuenta las Supercopas de España 2015 y de 2021 [no sacaron la Gabarra], la Copa del Rey fue el primer título en 40 años. Un periodo en el que hubo enormes decepciones por el camino. En esos años, el Athletic disputó siete finales (seis de Copa y una de Europa League) con el mismo saldo: la derrota. No hubo triunfos hasta que Julen Agirrezabala se erigió como el héroe de Bilbao en una tanda de penaltis cuya distancia a la gloria era igual de próxima que a la decepción. Con la victoria, se reivindicó más que nunca la filosofía de contar con los de casa. El exitismo es consustancial a las reivindicaciones.
El Athletic es un club con una idiosincrasia particular porque sólo permite que jueguen en su club los nacidos en Navarra, el País Vasco y el País Vasco francés, además de los jugadores formados en sus categorías inferiores. Una norma inquebrantable, aunque en ciertas épocas haya sido más estricta. O haya habido casos incomprensibles.
"Es algo que ha evolucionado, no tiene un origen concreto", explica Jon Rivas, periodista de El País e histórico en la información del Athletic, en conversación con El Confidencial. "Hasta 1911, el club jugó con ingleses, porque aquí no había jugadores. Pero luego cambiaron las circunstancias. Se convirtió en una tradición, no en una regla escrita. Esto le da cohesión al club".
El orgullo de un pueblo
Un histórico del club e integrante del equipo campeón de 1984, Andoni Goikoextea, reflexiona en este diario sobre este asunto. "La filosofía no se cuestiona y es única en el mundo. Todos se sienten cómodos. Es el único club junto a Real Madrid y Barcelona que no ha descendido. Es el orgullo no sólo de los socios, sino de toda Vizcaya"."Se conjugan dos realidades: existen muchos colectivos que generan una cultura propia en su ámbito y luego está el fútbol, que genera adhesiones sobre la base del sentimiento. Eso lo juntas en Bilbao, un sitio con personalidad, y te sale, con naturalidad y tozudez, esta filosofía. Es algo indiscutido, porque son los elementos más tras*versales de este equipo", explica Fernando García Macua, presidente del club entre 2007 y 2011, en El Confidencial.
Fernando San José, directivo durante la presidencia de Aitor Elizegui (2018-22), atiende a este periódico para hablar del tema. "Se resume de manera sencilla, porque la filosofía es un sentimiento, es el sueño de los chavales de jugar en el equipo de su tierra. De valorar las raíces con componentes románticos. Nuestra grandeza es sentir los colores de manera arraigada".
¿Una reinterpretación?
Hace un año, un grupo de socios compromisarios planteó una reinterpretación de la filosofía para que los descendientes de vascos pudiesen jugar en el Athletic. El objetivo era que los 43.000 socios tuvieran voz y voto. Pero la propuesta fue rechazada por la Asamblea General: "No identificamos a esa masa crítica. El tema conlleva riesgos en caso de abordarlo", explicó Gorka Cubes, vocal del club."Ese movimiento buscó una forma de establecer una optimización de la filosofía. No pretender abrir o cerrar, ojo, porque es algo que no está escrito. Hace dos años, se aprobaron unos nuevos estatutos para permitir que se decidan cuestiones fundamentales por los socios. Para ese grupo, una de las más importantes era ponerle los límites a la filosofía, ahora dependiente del arbitrio de la junta directiva", expone San José.
"Si eres candidato a la presidencia y dices que vas a fichar extranjeros, vas a perder por goleada", sostiene Rivas. La reinterpretación estaba dirigida no a la incorporación de jugadores foráneos, sino a evitar que se repitan casos como el de Gárate (hijo de vascos), Forlán (su abuela era vasca) o Marco Asensio (su padre es vasco). Ellos no pudieron jugar en el Athletic al no haber nacido en uno de los citados territorios ni haberse formado en el club.
Las "trampas" con la norma
Habla Rivas: "La norma era mucho más estricta antes. El Athletic ha hecho muchas trampas al solitario. Un caso es del Fernando Llorente, riojano nacido en Navarra porque su progenitora dio a luz allí. La evolución se ha notado porque ahora, aunque hayas nacido fuera, si te crías aquí, puedes jugar. El caso contrario fue el de Lázaro, hermano de Manu Sarabia, que no pudo jugar en las categorías inferiores, a pesar de haberse criado aquí, por haber nacido en Jaén"."Las juntas directivas han interpretado la filosofía de manera similar. Tenemos que saber lo que el socio quiere de manera mayoritaria. Se trata sólo de democratizar la decisión para optimizar los fichajes de jugadores. No hablamos de extranjeros, sino de descendientes de jugadores representativos, jugadores criados aquí, hijos de vascos…".
Un caso evidente, que él mismo saca a escena, es el del nieto de Goikoetxea. Es descendiente de vascos, pero tanto su progenitora como él han nacido en Madrid. "Hoy hay mucha más movilidad, pero antes era más estanco. Estoy a favor de que los descendientes de vascos jueguen en el Athletic. Sin duda. Mi nieto es muy del Athletic y no sé si llegará al primer equipo, pero es algo que se debería plantear", reflexiona Goiko.
Los casos controvertidos
"Ha habido casos notorios como Higuaín o Forlán, ambos descendientes de vascos. Ahí hay cierto nivel de debate, aunque no esté en la calle y no genere problemáticas. Podría asumirse una evolución de este tipo", asegura García Macua.Si los casos de Forlán o Asensio generaron debate, otros no se comprendieron. Laporte -oriundo de Agen, municipio ubicado a casi 400 kilómetros de Bilbao- fue reclutado por un club del País Vasco francés antes de llegar al Athletic. Por su parte, Luis de la Fuente es riojano, de padre bilbaíno y socio del club. Y nació en Haro, pueblo casi fronterizo con el País Vasco.
"Los casos de Laporte y de De la Fuente son distintos, pero con similitudes. Ambos nacieron fuera, pero recibieron aquí su formación. Si le haces una entrevista a Aymeric, seguro que al Athletic lo pone en lo más alto, porque le dio su formación", aclara Goikoetxea.
Una filosofía con interpretaciones
"Yo veo que el caso de Laporte es trampa, porque nació lejos del País Vasco francés, a 200 kilómetros. Luego le llevaron a una escuela para formarse. Lo ficharon de su pueblo para llevar al País Vasco francés. A pesar de un caso como este, las directivas están en la misma sintonía", asegura Rivas.Turno de García Macua: "Esos casos demuestran que la filosofía no es la tabla de la ley bíblica y que se ha adaptado de manera pragmática a la realidad social. Eran sólo Navarro, País Vasco y País Vasco francés, aunque luego se incluyó a los jugadores formados. No ha habido aún un gran debate a supuestos de incorporación de chicos desde los 70. Es una tradición arrastrada que se adapta a los tiempos. Es nuestra y nos gusta".
El mercado del Athletic se reduce muchísimo, lo que implica un porcentaje de error mínimo en los fichajes. "En un territorio pequeño, tienen toda la cantera. Eso te dice que tienes que afinar mucho, porque el mercado es reducido y por la competencia con Real Sociedad y Osasuna. Todos saben la importancia del club porque la familia se los ha explicado", aclara Goikoetxea.
La peculiaridad del banquillo
La filosofía es estricta en cuanto a los jugadores, pero no menciona nada de los entrenadores. Para ocupar el banquillo del Athletic no hay ninguna norma verbal o escrita. Por tanto, numerosos técnicos foráneos han aterrizado en Bilbao. Estos son algunos de ellos: Howard Kendall, Eduardo Berizzo, Marcelo Bielsa, Jupp Heynkes, Stepanovic o Luis Fernández."Tradicionalmente, no hubo limitación a los entrenadores. En sus orígenes, en Bilbao, no se ha entendido que el entrenador no pueda proceder de otros lugares, porque creen que pueden sacarle partido a los jugadores locales", asegura San José.
Rivas toma la palabra: "Los primeros entrenadores fueron ingleses, como es el caso de Mr. Pentland, el más importante de la historia. En el banquillo nunca se ha hablado de este tema, quizás porque los entrenadores casi siempre han sido de la casa. Pero también ha habido de fuera, como el caso de Bielsa".
El respiro con la Gabarra
Podrán pasar años, pero parece que la filosofía del Athletic se mantendrá invariable al devenir del tiempo. Lo explica García Macua: "En las crisis han surgido voces, pero nunca ha existido una tendencia organizada que haya tenido peso. La filosofía está interiorizada como un elemento esencial de la idiosincrasia del club y no ha habido dudas en torno a ello"."Es algo que no va a cambiar. Si funciona, para qué cambiarlo. Llevábamos años sin ganar títulos, pero ahora… La Gabarra es santo y seña. No se respira ni se huele un cambio en este asunto. La filosofía es el fruto del trabajo de la cantera y de la calle. Los jugadores son inspiración de muchos chavales, que opciones de llegar al primer equipo", concluye Goikoetxea.
Turno de San José: "No se ha debatido el asunto. La afición valora por encima de todo jugar con futbolistas de la tierra. El club es capaz de atravesar años sin títulos, pero no se cuestiona un cambio en este aspecto. Hay que valorar que el Athletic haya jugado cinco finales en cinco años".
El club atravesará días soleados. Y tormentas. Noches de gloria. Y ríos de lágrimas por alguna decepción. Pero habrá un denominador común en la tragedia y en la euforia: que los protagonistas serán siempre jugadores de casa, el elemento vertebrador de un equipo que jamás variará su idiosincrasia.
