TYRELL
Madmaxista
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EL MARAVILLOSO MUNDO DEL PP: CÓMO DECIR ALGO Y SOSTENER SU CONTRARIO EN EL MISMO DÍA
En el maravilloso mundo del PP pueden convivir y anunciarse sin el más mínimo rubor medidas, actuaciones y peticiones totalmente contradictorias entre sí. Es el milagro de los panes y los peces en versión Marianista. Es curioso. El partido que dice tener un único discurso, unitario, reflejo de esa España que tanto anhelan, dice y contradice en la misma linea, propone y contrapone en el mismo día, sin la más mínima conciencia de que no se puede sostener una tésis y una antitésis al mismo tiempo.
Mariano Rajoy y su fiel escudero Cristobal Montoro, aquel visionario que negó durante años la burbuja inmobiliaria y hoy nos da lecciones sobre la misma, no se han cansado de repetir al gobierno que los Presupuestos Generales del Estado debían ser mucho más austeros, y que era necesario congelar el gasto social para relanzar nuestra economía en época de crisis, tésis por cierto bastante disparatada (para mí lo sensato era ahorrar en época de bonanza para poder mantener el gasto en época de crisis, justo cuando más se necesita). Recorte, contención del gasto y austeridad, "palabros" que gustan mucho en Génova 13. En las reuniones de maitines, y en aquellas donde se sientan en la misma mesa los lideres populares de las diferentes comunidades, el mensaje dominante es ese, congelar, reducir, acotar el gasto público. Pero al parecer, cuando se sale por la puerta de Génova 13, cada maestrillo con su librillo, y donde dije Diego, digo Rodrigo.
Los mismos defensores de la austeridad, cuando llegan a sus tronos regionales y reciben vía fax las inversiones previstas para su comunidad en los Presupuestos Generales del Estado se llevan las manos a la cabeza, a veces, la mayoría de las veces, echandole un teatro a la cosa que tira para atrás. ¡ZP nos ha reducido las inversiones! ¡Cómo es posible! Entonces se engrasa toda la maquinaria victimista para trasladar a su corte de borreguitos que el gobierno de España es "muy malo" con los murcianos, los andaluces o los valencianos, y que adivinen, "ZP nos maltrata". ¿En qué quedábamos? ¿No necesitaba nuestra economía austeridad y recorte en el gasto público? ¿Qué se pensaban estos hipócritas, que el gasto social es ahorrar en toallas y jabón en los aseos del Congreso de los Diputados?
Por la mañana dicen en Génova que los Presupuestos son expansivos, por la tarde que se quedan cortos. Tener más cara es imposible. ¿Alguién entiende a los Valcárcel-Camps y compañía? Y lo cierto y real, por mucho que les pese, es que reciben casi el doble de inversión que recibían con Aznar, habiendo mejorado notablemente las cantidades a cargo de los presupuestos que ingresan en sus comunidades. Pero nunca es suficiente, siempre quieren más. Es legítimo, pero, ¿dónde quedan las premisas y los axiomas del PP? ¿No era dañino para nuestra economía y nuestra credibilidad que el 52% del gasto fuese a parar a políticas sociales e infraestructuras? ¿En qué quedamos, queremos más o queremos menos?
"Rajoyistas" in the morning, "Zapateristas" in the evening; conservadores en el desayuno, socialdemócratas en la hora de la merienda. Alguien desde filas socialistas debería salir a desenmascarar a estos personajes. Y decirles en la cara que, si tienen alguna queja, pregunten por Cristobal Montoro, que él les explicará el sistema. Y de seguido añadir que lo recibido es mucho más cuantioso y genoroso, mucho más soldiario, que lo que hubiesen recibido de un gobierno presidido por Mariano Rajoy. Hay que "golpearles" con su propia ideología, con sus numerosas contradicciones.
Señor Camps, señor Valcárcel, líderes del PP en sus respectivas regiones, aún deberían dar "gracias" porque gracias a que el presidente del gobierno es Zapatero el ritmo de inversiones apenas se resentirá en sus comunidades, a pesar de la crisis. Tienen esa opción, o bien ser dignos hasta las últimas consecuencias, llevar los prinicipios neoliberales hasta la "tumba" de Rajoy y devolver parte de lo recibido para dar ejemplo, aún a riesgo de ser corridos a gorrazos; y que digan que lo hacen por la economía murciana o madrileña, como sostienen muy gallitos en el púlpito de Génova.
Por supuesto que eso nunca ocurrirá. En el mundo del PP, todo es posible, hasta sostener algo y su contrario en el mismo día. Calentamientos de cabeza para ellos, los justos. Es el partido donde Carlos Fabra es considerado un ciudadano ejemplar. Nada nuevo bajo el sol.
En el maravilloso mundo del PP pueden convivir y anunciarse sin el más mínimo rubor medidas, actuaciones y peticiones totalmente contradictorias entre sí. Es el milagro de los panes y los peces en versión Marianista. Es curioso. El partido que dice tener un único discurso, unitario, reflejo de esa España que tanto anhelan, dice y contradice en la misma linea, propone y contrapone en el mismo día, sin la más mínima conciencia de que no se puede sostener una tésis y una antitésis al mismo tiempo.
Mariano Rajoy y su fiel escudero Cristobal Montoro, aquel visionario que negó durante años la burbuja inmobiliaria y hoy nos da lecciones sobre la misma, no se han cansado de repetir al gobierno que los Presupuestos Generales del Estado debían ser mucho más austeros, y que era necesario congelar el gasto social para relanzar nuestra economía en época de crisis, tésis por cierto bastante disparatada (para mí lo sensato era ahorrar en época de bonanza para poder mantener el gasto en época de crisis, justo cuando más se necesita). Recorte, contención del gasto y austeridad, "palabros" que gustan mucho en Génova 13. En las reuniones de maitines, y en aquellas donde se sientan en la misma mesa los lideres populares de las diferentes comunidades, el mensaje dominante es ese, congelar, reducir, acotar el gasto público. Pero al parecer, cuando se sale por la puerta de Génova 13, cada maestrillo con su librillo, y donde dije Diego, digo Rodrigo.
Los mismos defensores de la austeridad, cuando llegan a sus tronos regionales y reciben vía fax las inversiones previstas para su comunidad en los Presupuestos Generales del Estado se llevan las manos a la cabeza, a veces, la mayoría de las veces, echandole un teatro a la cosa que tira para atrás. ¡ZP nos ha reducido las inversiones! ¡Cómo es posible! Entonces se engrasa toda la maquinaria victimista para trasladar a su corte de borreguitos que el gobierno de España es "muy malo" con los murcianos, los andaluces o los valencianos, y que adivinen, "ZP nos maltrata". ¿En qué quedábamos? ¿No necesitaba nuestra economía austeridad y recorte en el gasto público? ¿Qué se pensaban estos hipócritas, que el gasto social es ahorrar en toallas y jabón en los aseos del Congreso de los Diputados?
Por la mañana dicen en Génova que los Presupuestos son expansivos, por la tarde que se quedan cortos. Tener más cara es imposible. ¿Alguién entiende a los Valcárcel-Camps y compañía? Y lo cierto y real, por mucho que les pese, es que reciben casi el doble de inversión que recibían con Aznar, habiendo mejorado notablemente las cantidades a cargo de los presupuestos que ingresan en sus comunidades. Pero nunca es suficiente, siempre quieren más. Es legítimo, pero, ¿dónde quedan las premisas y los axiomas del PP? ¿No era dañino para nuestra economía y nuestra credibilidad que el 52% del gasto fuese a parar a políticas sociales e infraestructuras? ¿En qué quedamos, queremos más o queremos menos?
"Rajoyistas" in the morning, "Zapateristas" in the evening; conservadores en el desayuno, socialdemócratas en la hora de la merienda. Alguien desde filas socialistas debería salir a desenmascarar a estos personajes. Y decirles en la cara que, si tienen alguna queja, pregunten por Cristobal Montoro, que él les explicará el sistema. Y de seguido añadir que lo recibido es mucho más cuantioso y genoroso, mucho más soldiario, que lo que hubiesen recibido de un gobierno presidido por Mariano Rajoy. Hay que "golpearles" con su propia ideología, con sus numerosas contradicciones.
Señor Camps, señor Valcárcel, líderes del PP en sus respectivas regiones, aún deberían dar "gracias" porque gracias a que el presidente del gobierno es Zapatero el ritmo de inversiones apenas se resentirá en sus comunidades, a pesar de la crisis. Tienen esa opción, o bien ser dignos hasta las últimas consecuencias, llevar los prinicipios neoliberales hasta la "tumba" de Rajoy y devolver parte de lo recibido para dar ejemplo, aún a riesgo de ser corridos a gorrazos; y que digan que lo hacen por la economía murciana o madrileña, como sostienen muy gallitos en el púlpito de Génova.
Por supuesto que eso nunca ocurrirá. En el mundo del PP, todo es posible, hasta sostener algo y su contrario en el mismo día. Calentamientos de cabeza para ellos, los justos. Es el partido donde Carlos Fabra es considerado un ciudadano ejemplar. Nada nuevo bajo el sol.