noticiesiprofecies
Madmaxista
- Desde
- 21 Sep 2015
- Mensajes
- 21.011
- Reputación
- 50.830
EL LIBRO DE ESPAÑA
29th October 2016
Lectura obligada, nunca olvidada del todo por parte de quienes fuimos escolares en los duros años de la posguerra, fue “El libro de España”, uno de cuyos ejemplares que, según anotación caligráfica fechada en Madrid el 10 de octubre de 1952, perteneció al alumno Carlos Rodríguez Rodríguez, de la cuarta clase, tengo ahora sobre mi mesa de trabajo.
Alguna vez he comentado que el nacionalcatolicismo, doctrina pedagógica imperante en dichos años de hierro, tuvo, desviaciones ideológicas aparte, algunas cosas buenas, por ejemplo el valor del esfuerzo y la emulación y el cultivo de la memoria, dos valores muy importantes para la edad adulta. El maestro único desarrollaba realmente un trabajo ímprobo para impartir las distintas disciplinas –así se llamaban- a grupos de más de cuarenta alumnos por clase y realmente los hacia trabajar de lo lindo con deberes dentro y fuera de clase, lo que cumplíamos religiosamente y sin quejarnos.
Durante un par de años, hasta el traslado familiar desde una capital de provincia a Madrid, fui alumno de un colegio marista del que guardo un buen recuerdo, en especial del hermano que estaba a cargo de las clases y al que luego, muchos años después, he intentado localizar alguna vez sin éxito. El Hermano José, este era su nombre, nunca supimos su apellido, nos hacía leer y repasar varias veces este libro del que durante toda la vida he conservado en mi memoria párrafos enteros.
Mi libro de lectura se perdió en un cambio de domicilio pero en cierta ocasión, yendo “de caza” por el Rastro, encontré confundido entre un montón de libros usados, el ejemplar que hoy me sirve para este comentario que espero traerá a algún lector o lectora de mi edad su “miajita” de nostalgia.
Han tenido que pasar mucha agua bajo los puentes para averiguar cuál fue la historia de este libro perdurable en el recuerdo, que es la que les cuento a continuación.
El primer tercio del siglo XX fue en España una época de intenso patriotismo. La guerra hispano-yanqui en Cuba y Filipinas terminada tan malamente para España, las campañas del Rif, el auge del militarismo que acabaría, de momento, con la dictadura del general Primo de Rivera, tuvo su adecuado reflejo en la enseñanza. Se trataba de inculcar a los escolares de la época lecturas “patrióticas” que exaltasen los valores patrios y las glorias nacionales, como por otra parte estaban haciendo otros países en los años posteriores a la guerra franco-prusiana y anterior a la Gran Guerra[1].
Dichos precedentes debieron rondar por la mente de los redactores del Real Decreto de septiembre de 9 de septiembre de 1921 (Gaceta de Madrid del 10 de septiembre)[2] por el que el entonces Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes anunciaba la apertura de un concurso para “elegir un libro dedicado a dar a conocer a los niños lo que es y representa España y a hacerla amar”, que estaba dotado con un primer premio de 50.000 pesetas y otro de 25.000.. Al concurso se presentaron 63 obras, ninguna de las cuales fue merecedora de premio, a juicio del jurado, quizás porque, como solía ser frecuente en esta época, a unos gobiernos del partido conservador (los de Maura y Sánchez Guerra) había sucedido otro del partido liberal (el de García Prieto). Ello no fue obstáculo para que durante los años siguientes distintas editoriales fueran publicando libros de lectura escolar en el mismo sentido “patriótico” inspirador del fallido concurso.
Tuvo que ser una editorial privada, la Editorial F.T.D. de los Hermanos Maristas, quien, en plena dictadura de Primo de Rivera, encargó a Fray Justo Pérez de Urbel (1895-1979), un libro inspirado en el modelo francés (“Le tour de la France pour deux enfants”) adaptado a España para ser utilizado como lectura escolar en las escuelas maristas. La obra se publicó en 1928 y alcanzó pronto un gran éxito siendo rápidamente reeditada en 1932 por la editorial Luis Vives, nuevo nombre de la editora marista de libros escolares.
He conocido esta primera versión, la original, de “El libro de España” por la reimpresión que en 1998 hizo la Editorial Edelvives, mucho más moderada, aun dentro de su sentir y respirar españolista y patriótico, que la posterior en la que, como veremos, se incluyeron multitud de alusiones a Franco, a José Antonio Primo de Rivera y a la guerra civil vista por el bando vencedor.
Al comienzo de la guerra civil, la Junta Técnica de Estado, germen del gobierno franquista, convocó por orden de 21 de septiembre de 1937 un concurso similar al del gobierno de Primo de Rivera, al que por cierto copiaría más de un modelo, dotado con un premio de 40.000 pesetas (25.00 al autor de la obra literaria y 15.000 al ilustrador) a la elaboración de un “Libro de España”, “compendio atractivo y apologético de todo cuanto de ella deben conocer sus hijos para amarla con vehemencia y lucidez”, que fuera de lectura obligada en las escuelas (BOE de 22 de septiembre). [3]Los autores “habrán de ser españoles, de probado patriotismo y adhesión al Movimiento Nacional, y si perteneciesen al profesorado, no haber sido objeto de sanción por las Comisiones Depuradoras”. Al igual que sucediera años atrás, la resolución del concurso se fue retrasando y finalmente fue declarado desierto, según dicen debido a las disensiones habidas entre la derecha católica y los falangistas en orden a sus contenidos ideológicos.
En 1942, la Editorial Luis Vives encargó Fray Justo Pérez de Urbel, por entonces convertido en soporte jovenlandesal y espiritual del nuevo régimen, la revisión del texto del Libro de España para adaptarlo a las nuevas circunstancias posbélicas. Esta es la versión de la historia que yo leí y que tenía como protagonistas a dos hermanos, Antonio y Gonzalo, de catorce y nueve años, respectivamente, huérfanos de un falangista muerto en el asalto al Cuartel de la Montaña que recorren España a pie en búsqueda de su abuela a la que suponen viva en Sevilla.
De esta historia andariega rescato estos párrafos para que los lectores jóvenes puedan apreciar por donde iban los tiros.
Gonzalo, el hermano menor, escribe desde Madrid una carta al señor Roldán, zapatero de Sigüenza:
“… Vine a Madrid creyendo que iba poder ver a Franco nuestro caudillo, pero él vive en El Pardo, un sitio real que está a pocos kilómetros de Madrid, trabajando día y noche y pensando sin cesar en esta España que, como usted nos decía, se ha librado por él de la garra del comunismo”.
Los hermanos se hallan en El guanol, acompañados de su tío don Gabriel.:
“… Don Gabriel cogió a sus sobrinos y colocándolos bajo la bóveda central, señaló con su mano el pavimento de mármol y dijo:
-Leed.
Obedecieron los niños y leyeron este nombre: “José Antonio”. Y como empujados por un movimiento automático, cayeron de rodillas”.
El libro, escrito por un hombre culto, tenía cosas curiosas, como por ejemplo un léxico al final de la obra, por el cual los escolares pudimos aprender lo que eran los “abarrotes”, el “almete” “el balaguero”, “el duerno”, la “esfozaya”, la “mancera”, la “reciura” o la “tintilla” ¿sabrán los actuales alumnos de ESO y Bachillerato –tiro por elevación- el significado de estas palabras?.
historia de contenido “patriótico” pero el más difundido y el mejor de todos fue “El Libro de España” que se siguió usando durante muchos años y no solo en las escuelas maristas sino en otros muchos centros de enseñanza. Parece ser que con el trascurso del tiempo, las nuevas ediciones fueron “descafeinando” y haciendo más neutro ideológicamente sus contenidos, pero en mi recuerdo quedará para siempre la versión de los años cincuenta que leyeran una y otra vez los Carlitos Rodríguez de la época.
©Manuel Martínez Bargueño
Octubre, 2016
Si te ha interesado esta entrada y quieres preguntar, comentar o aportar algo al respecto, puedes dejar un comentario o escribir a mi dirección de correo manuelblas222@gmail.com con la seguridad de ser prontamente atendido.
Difunde entre tus amistades este blog.
Sígueme en FACEBOOK Manuel Martínez (Manuel Martinez Bargueño)
Te invito a la lectura de mi último blog “La vida en un blog” http://manuelblaseis.blogspot.com
Gracias. Manuelblas
NOTAS
[1] Recordemos el éxito no solamente en Italia del libro "Corazón” de Edmondo de Amicis (1877-1908), publicado por vez primera en 1886 y traducido a numerosos idiomas, incluido el español. Así como el de su “continuación” “Testa” (1887) del médico y antropólogo Paolo Mantegazza (1831-1910) y especialmente del libro escrito por G. Bruno, seudónimo de Augustine Fouillée, (nacida Tullerie) “Le tour de la France pour deux enfants” (1877), utilizado en Francia como lectura obligatoria en las escuelas hasta comienzo de los años 50. Veas el facsímil en Le tour de la France par deux enfants, devoir et patrie, livre de lecture courante avec plus de 200 gravures instructives pour les leçons de choses, cours moyen : Bruno, G : Free Download, Borrow, and Streaming : Internet Archive
[2] Véase el texto de este Real Decreto en http://www.boe.es/datos/pdfs/BOE/1921/253/A00998-00999.pdf
[3] Véase el texto de esta orden en http://www.boe.es/datos/pdfs/BOE/1937/337/A03475-03476.pdf
Publicado 29th October 2016 por manuelblas
Etiquetas: Educación. Franquismo. El Libro de España
EL LIBRO DE ESPAÑA
29th October 2016
Lectura obligada, nunca olvidada del todo por parte de quienes fuimos escolares en los duros años de la posguerra, fue “El libro de España”, uno de cuyos ejemplares que, según anotación caligráfica fechada en Madrid el 10 de octubre de 1952, perteneció al alumno Carlos Rodríguez Rodríguez, de la cuarta clase, tengo ahora sobre mi mesa de trabajo.
Alguna vez he comentado que el nacionalcatolicismo, doctrina pedagógica imperante en dichos años de hierro, tuvo, desviaciones ideológicas aparte, algunas cosas buenas, por ejemplo el valor del esfuerzo y la emulación y el cultivo de la memoria, dos valores muy importantes para la edad adulta. El maestro único desarrollaba realmente un trabajo ímprobo para impartir las distintas disciplinas –así se llamaban- a grupos de más de cuarenta alumnos por clase y realmente los hacia trabajar de lo lindo con deberes dentro y fuera de clase, lo que cumplíamos religiosamente y sin quejarnos.
Durante un par de años, hasta el traslado familiar desde una capital de provincia a Madrid, fui alumno de un colegio marista del que guardo un buen recuerdo, en especial del hermano que estaba a cargo de las clases y al que luego, muchos años después, he intentado localizar alguna vez sin éxito. El Hermano José, este era su nombre, nunca supimos su apellido, nos hacía leer y repasar varias veces este libro del que durante toda la vida he conservado en mi memoria párrafos enteros.
Mi libro de lectura se perdió en un cambio de domicilio pero en cierta ocasión, yendo “de caza” por el Rastro, encontré confundido entre un montón de libros usados, el ejemplar que hoy me sirve para este comentario que espero traerá a algún lector o lectora de mi edad su “miajita” de nostalgia.
Han tenido que pasar mucha agua bajo los puentes para averiguar cuál fue la historia de este libro perdurable en el recuerdo, que es la que les cuento a continuación.
El primer tercio del siglo XX fue en España una época de intenso patriotismo. La guerra hispano-yanqui en Cuba y Filipinas terminada tan malamente para España, las campañas del Rif, el auge del militarismo que acabaría, de momento, con la dictadura del general Primo de Rivera, tuvo su adecuado reflejo en la enseñanza. Se trataba de inculcar a los escolares de la época lecturas “patrióticas” que exaltasen los valores patrios y las glorias nacionales, como por otra parte estaban haciendo otros países en los años posteriores a la guerra franco-prusiana y anterior a la Gran Guerra[1].
Dichos precedentes debieron rondar por la mente de los redactores del Real Decreto de septiembre de 9 de septiembre de 1921 (Gaceta de Madrid del 10 de septiembre)[2] por el que el entonces Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes anunciaba la apertura de un concurso para “elegir un libro dedicado a dar a conocer a los niños lo que es y representa España y a hacerla amar”, que estaba dotado con un primer premio de 50.000 pesetas y otro de 25.000.. Al concurso se presentaron 63 obras, ninguna de las cuales fue merecedora de premio, a juicio del jurado, quizás porque, como solía ser frecuente en esta época, a unos gobiernos del partido conservador (los de Maura y Sánchez Guerra) había sucedido otro del partido liberal (el de García Prieto). Ello no fue obstáculo para que durante los años siguientes distintas editoriales fueran publicando libros de lectura escolar en el mismo sentido “patriótico” inspirador del fallido concurso.
Tuvo que ser una editorial privada, la Editorial F.T.D. de los Hermanos Maristas, quien, en plena dictadura de Primo de Rivera, encargó a Fray Justo Pérez de Urbel (1895-1979), un libro inspirado en el modelo francés (“Le tour de la France pour deux enfants”) adaptado a España para ser utilizado como lectura escolar en las escuelas maristas. La obra se publicó en 1928 y alcanzó pronto un gran éxito siendo rápidamente reeditada en 1932 por la editorial Luis Vives, nuevo nombre de la editora marista de libros escolares.
He conocido esta primera versión, la original, de “El libro de España” por la reimpresión que en 1998 hizo la Editorial Edelvives, mucho más moderada, aun dentro de su sentir y respirar españolista y patriótico, que la posterior en la que, como veremos, se incluyeron multitud de alusiones a Franco, a José Antonio Primo de Rivera y a la guerra civil vista por el bando vencedor.
Al comienzo de la guerra civil, la Junta Técnica de Estado, germen del gobierno franquista, convocó por orden de 21 de septiembre de 1937 un concurso similar al del gobierno de Primo de Rivera, al que por cierto copiaría más de un modelo, dotado con un premio de 40.000 pesetas (25.00 al autor de la obra literaria y 15.000 al ilustrador) a la elaboración de un “Libro de España”, “compendio atractivo y apologético de todo cuanto de ella deben conocer sus hijos para amarla con vehemencia y lucidez”, que fuera de lectura obligada en las escuelas (BOE de 22 de septiembre). [3]Los autores “habrán de ser españoles, de probado patriotismo y adhesión al Movimiento Nacional, y si perteneciesen al profesorado, no haber sido objeto de sanción por las Comisiones Depuradoras”. Al igual que sucediera años atrás, la resolución del concurso se fue retrasando y finalmente fue declarado desierto, según dicen debido a las disensiones habidas entre la derecha católica y los falangistas en orden a sus contenidos ideológicos.
En 1942, la Editorial Luis Vives encargó Fray Justo Pérez de Urbel, por entonces convertido en soporte jovenlandesal y espiritual del nuevo régimen, la revisión del texto del Libro de España para adaptarlo a las nuevas circunstancias posbélicas. Esta es la versión de la historia que yo leí y que tenía como protagonistas a dos hermanos, Antonio y Gonzalo, de catorce y nueve años, respectivamente, huérfanos de un falangista muerto en el asalto al Cuartel de la Montaña que recorren España a pie en búsqueda de su abuela a la que suponen viva en Sevilla.
De esta historia andariega rescato estos párrafos para que los lectores jóvenes puedan apreciar por donde iban los tiros.
Gonzalo, el hermano menor, escribe desde Madrid una carta al señor Roldán, zapatero de Sigüenza:
“… Vine a Madrid creyendo que iba poder ver a Franco nuestro caudillo, pero él vive en El Pardo, un sitio real que está a pocos kilómetros de Madrid, trabajando día y noche y pensando sin cesar en esta España que, como usted nos decía, se ha librado por él de la garra del comunismo”.
Los hermanos se hallan en El guanol, acompañados de su tío don Gabriel.:
“… Don Gabriel cogió a sus sobrinos y colocándolos bajo la bóveda central, señaló con su mano el pavimento de mármol y dijo:
-Leed.
Obedecieron los niños y leyeron este nombre: “José Antonio”. Y como empujados por un movimiento automático, cayeron de rodillas”.
El libro, escrito por un hombre culto, tenía cosas curiosas, como por ejemplo un léxico al final de la obra, por el cual los escolares pudimos aprender lo que eran los “abarrotes”, el “almete” “el balaguero”, “el duerno”, la “esfozaya”, la “mancera”, la “reciura” o la “tintilla” ¿sabrán los actuales alumnos de ESO y Bachillerato –tiro por elevación- el significado de estas palabras?.
historia de contenido “patriótico” pero el más difundido y el mejor de todos fue “El Libro de España” que se siguió usando durante muchos años y no solo en las escuelas maristas sino en otros muchos centros de enseñanza. Parece ser que con el trascurso del tiempo, las nuevas ediciones fueron “descafeinando” y haciendo más neutro ideológicamente sus contenidos, pero en mi recuerdo quedará para siempre la versión de los años cincuenta que leyeran una y otra vez los Carlitos Rodríguez de la época.
©Manuel Martínez Bargueño
Octubre, 2016
Si te ha interesado esta entrada y quieres preguntar, comentar o aportar algo al respecto, puedes dejar un comentario o escribir a mi dirección de correo manuelblas222@gmail.com con la seguridad de ser prontamente atendido.
Difunde entre tus amistades este blog.
Sígueme en FACEBOOK Manuel Martínez (Manuel Martinez Bargueño)
Te invito a la lectura de mi último blog “La vida en un blog” http://manuelblaseis.blogspot.com
Gracias. Manuelblas
NOTAS
[1] Recordemos el éxito no solamente en Italia del libro "Corazón” de Edmondo de Amicis (1877-1908), publicado por vez primera en 1886 y traducido a numerosos idiomas, incluido el español. Así como el de su “continuación” “Testa” (1887) del médico y antropólogo Paolo Mantegazza (1831-1910) y especialmente del libro escrito por G. Bruno, seudónimo de Augustine Fouillée, (nacida Tullerie) “Le tour de la France pour deux enfants” (1877), utilizado en Francia como lectura obligatoria en las escuelas hasta comienzo de los años 50. Veas el facsímil en Le tour de la France par deux enfants, devoir et patrie, livre de lecture courante avec plus de 200 gravures instructives pour les leçons de choses, cours moyen : Bruno, G : Free Download, Borrow, and Streaming : Internet Archive
[2] Véase el texto de este Real Decreto en http://www.boe.es/datos/pdfs/BOE/1921/253/A00998-00999.pdf
[3] Véase el texto de esta orden en http://www.boe.es/datos/pdfs/BOE/1937/337/A03475-03476.pdf
Publicado 29th October 2016 por manuelblas
Etiquetas: Educación. Franquismo. El Libro de España
EL LIBRO DE ESPAÑA
Última edición: