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Un jurado popular había declarado previamente culpable de homicidio a la acusada, de nacionalidad rusa y 49 años de edad
SeguirJosep María AguilóPalma de MallorcaActualizado:28/06/2019 19:11hNOTICIAS RELACIONADAS
Cabe recordar que el crimen tuvo lugar el 1 de abril de 2016, en el núcleo turístico mallorquín de Cala Millor. La única certeza del caso hasta que se celebró el juicio era que la víctima, Horst Hans Henkels, de origen alemán y 70 años en el momento de su fallecimiento, había muerto desangrada, hecho que la Fiscalía atribuía a que Svetlana B. habría descarnado los brazos de su marido con un cuchillo, mientras que la defensa decía que la fin del hombre se habría producido a consecuencia del ataque de los perros potencialmente peligrosos que vivían en la casa. Una vez celebrado ahora el juicio, el pasado sábado el jurado popular había declarado ya culpable de homicidio a la acusada.
El Ministerio Público solicitaba inicialmente para la esposa 25 años de guandoca, como presunta autora de un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, al entender que los cortes en los brazos se habrían hecho después de que la mujer hubiera sedado previamente a su pareja. El móvil del crimen habría sido de carácter económico, ya que la hoy encausada era la única persona que iba a heredar la vivienda en caso de la fin de su esposo. Los abogados de Svetlana B., por su parte, habían pedido durante el juicio la libre absolución de su cliente, por falta de pruebas incriminatorias. Durante la vista oral, la propia acusada negó cualquier posible relación con la fin de su marido. La mujer se encuentra en prisión provisionaldesde que tuvo lugar el crimen.
Como se ha indicado, hace una semana el tribunal del jurado consideró, por su parte, finalmente probado que la acusada mató a su esposo con un cuchillo, pero no que el hombre hubiera sido previamente sedado o que la mujer hubiera dado a los perros los trozos de piel y carne que cortó para aparentar que habían sido los canes los que habían apiolado a su marido. Por las razones expuestas, el jurado consideró que hubo homicidio pero no asesinato.
En cualquier caso, la decisión del jurado no fue tomada por unanimidad, pues hubo siete votos a favor del citado dictamen de culpabilidad y dos que consideraban inocente a la mujer. Una vez hecho público el veredicto el pasado sábado, la Fiscalía rebajó su petición inicial de pena, fijándola en 14 años de guandoca para la acusada. Por su parte, la defensa solicitó para su cliente 10 años de prisión, si bien cabía la posibilidad de poder presentar un recurso contra la decisión del jurado.
Intrahistoria del caso
El crimen tuvo lugar hace justo tres años y tres meses en la planta baja en la que vivía la pareja, ubicada en la calle Bella Vista de Cala Millor. Aquel día, la Guardia Civil recibió un aviso de un posible suceso en dicha casa y se desplazó hasta el lugar. Una vez ya en la vivienda, los agentes descubrieron el cadáver de la víctima en el salón. El cuerpo del hombre estaba desnudo y había manchas de sangre y trozos de carne en distintas estancias. La mujer fue detenida de inmediato, como principal sospechosa de la fin del hombre. Con el tiempo, trascendió que la pareja se había casado en enero de ese mismo año, tras dos años de convivencia. Asimismo, se supo que al parecer la mujer consumía drojas y alcohol desde hacía años.
La Fiscalía llegó a la conclusión de que Horst Hans Henkels habría sido sedado por su mujer poco antes de su fin. Según esa versión, mantenida por el fiscal durante el juicio, Svetlana B. habría utilizado entonces un cuchillo para hacer unos cortes en los brazos de su marido, provocándole luego heridas de descarnamiento que le causaron una hemorragia que acabó ocasionándole la fin. La mujer habría dado luego a los perros los trozos de piel y carne que había cortado. Seguidamente, habría azuzado a los canes para que mordieran las extremidades de su esposo. De ese modo, la sospechosa habría intentado hacer creer desde el principio que habían sido los perros los causantes de la fin de su marido.
Por su parte, la defensa argumentó durante la vista oral que la causa exacta de la fin del hombre no pudo ser determinada con absoluta certeza, pues incluso habría podido ser debida a un infarto. Además, puso en tela de juicio algunos de los aspectos de la investigación llevada a cabo por la Guardia Civil. La defensa recordó, asimismo, que si bien el 1 de abril de 2016 fueron hallados en la vivienda de la pareja tres cuchillos con sangre, en ninguno de ellos había huellas dactilares de su cliente, sólo sangre de la víctima.
La acusada, por su parte, sostuvo durante el juicio que el día del suceso uno de los perros habría atacado de forma imprevista a su esposo y que ella lo habría tratado de impedir sin éxito. Por otro lado, también durante la vista oral salió a relucir que la acusada habría ofrecido dinero a dos hombres distintos para, supuestamente, apiolar a su esposo, algo a lo que ambos se habrían negado. La mujer dijo que no era cierto que hubiera hecho esos ofrecimientos. Otro hecho también remarcable durante el juicio, en este caso en favor de la encausada, fue que varios testigos afirmaron que en diciembre de 2015 Horst Hans Henkels tuvo que ser atendido de mordeduras en ambos brazos, que el hombre atribuyó a sus perros.
El juez condena a 14 años de prisión a la mujer que en 2016 desangró a su marido con un cuchillo en Mallorca
SeguirJosep María AguilóPalma de MallorcaActualizado:28/06/2019 19:11hNOTICIAS RELACIONADAS
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El Ministerio Público solicitaba inicialmente para la esposa 25 años de guandoca, como presunta autora de un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, al entender que los cortes en los brazos se habrían hecho después de que la mujer hubiera sedado previamente a su pareja. El móvil del crimen habría sido de carácter económico, ya que la hoy encausada era la única persona que iba a heredar la vivienda en caso de la fin de su esposo. Los abogados de Svetlana B., por su parte, habían pedido durante el juicio la libre absolución de su cliente, por falta de pruebas incriminatorias. Durante la vista oral, la propia acusada negó cualquier posible relación con la fin de su marido. La mujer se encuentra en prisión provisionaldesde que tuvo lugar el crimen.
Como se ha indicado, hace una semana el tribunal del jurado consideró, por su parte, finalmente probado que la acusada mató a su esposo con un cuchillo, pero no que el hombre hubiera sido previamente sedado o que la mujer hubiera dado a los perros los trozos de piel y carne que cortó para aparentar que habían sido los canes los que habían apiolado a su marido. Por las razones expuestas, el jurado consideró que hubo homicidio pero no asesinato.
En cualquier caso, la decisión del jurado no fue tomada por unanimidad, pues hubo siete votos a favor del citado dictamen de culpabilidad y dos que consideraban inocente a la mujer. Una vez hecho público el veredicto el pasado sábado, la Fiscalía rebajó su petición inicial de pena, fijándola en 14 años de guandoca para la acusada. Por su parte, la defensa solicitó para su cliente 10 años de prisión, si bien cabía la posibilidad de poder presentar un recurso contra la decisión del jurado.
Intrahistoria del caso
El crimen tuvo lugar hace justo tres años y tres meses en la planta baja en la que vivía la pareja, ubicada en la calle Bella Vista de Cala Millor. Aquel día, la Guardia Civil recibió un aviso de un posible suceso en dicha casa y se desplazó hasta el lugar. Una vez ya en la vivienda, los agentes descubrieron el cadáver de la víctima en el salón. El cuerpo del hombre estaba desnudo y había manchas de sangre y trozos de carne en distintas estancias. La mujer fue detenida de inmediato, como principal sospechosa de la fin del hombre. Con el tiempo, trascendió que la pareja se había casado en enero de ese mismo año, tras dos años de convivencia. Asimismo, se supo que al parecer la mujer consumía drojas y alcohol desde hacía años.
La Fiscalía llegó a la conclusión de que Horst Hans Henkels habría sido sedado por su mujer poco antes de su fin. Según esa versión, mantenida por el fiscal durante el juicio, Svetlana B. habría utilizado entonces un cuchillo para hacer unos cortes en los brazos de su marido, provocándole luego heridas de descarnamiento que le causaron una hemorragia que acabó ocasionándole la fin. La mujer habría dado luego a los perros los trozos de piel y carne que había cortado. Seguidamente, habría azuzado a los canes para que mordieran las extremidades de su esposo. De ese modo, la sospechosa habría intentado hacer creer desde el principio que habían sido los perros los causantes de la fin de su marido.
Por su parte, la defensa argumentó durante la vista oral que la causa exacta de la fin del hombre no pudo ser determinada con absoluta certeza, pues incluso habría podido ser debida a un infarto. Además, puso en tela de juicio algunos de los aspectos de la investigación llevada a cabo por la Guardia Civil. La defensa recordó, asimismo, que si bien el 1 de abril de 2016 fueron hallados en la vivienda de la pareja tres cuchillos con sangre, en ninguno de ellos había huellas dactilares de su cliente, sólo sangre de la víctima.
La acusada, por su parte, sostuvo durante el juicio que el día del suceso uno de los perros habría atacado de forma imprevista a su esposo y que ella lo habría tratado de impedir sin éxito. Por otro lado, también durante la vista oral salió a relucir que la acusada habría ofrecido dinero a dos hombres distintos para, supuestamente, apiolar a su esposo, algo a lo que ambos se habrían negado. La mujer dijo que no era cierto que hubiera hecho esos ofrecimientos. Otro hecho también remarcable durante el juicio, en este caso en favor de la encausada, fue que varios testigos afirmaron que en diciembre de 2015 Horst Hans Henkels tuvo que ser atendido de mordeduras en ambos brazos, que el hombre atribuyó a sus perros.
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