Oxi89888
Himbersor
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El Imperio español se construyó totalmente de manera accidental, fue un imperio que se edificó sobre un azar desmedido, surgiendo y existiendo sobre su propia decadencia alcanzando una extensión abismal, y que sin embargo aún con su propia debilidad se negó a morir, algo así como Rusia, el Bizantino o el Imperio persa aqueménida.
Comenzó con Fernando el Católico sellando el destino de Castilla al casar a su hija con los disfuncionales y hambrientos de poder, emperadores Habsburgo, en vez de hacerlo con Portugal.
Estos Habsburgo tras pelearse el poder con Fernando el Católico y su hija Juana de Castilla, terminarían por cargarse el ambiente de libertad propio de Castilla (donde el feudalismo era pobre), cargandose a la incipiente burguesía castellana (rebelión de los comuneros) y desgastando por un siglo el manpower castellano en guerras absurdas en Alemania.
Dirigirían accidentalmente el primer Imperio global, pero un imperio en silla de ruedas.
La destrucción de la burguesía hizo a Castilla depender de las fábricas holandesas para construir galeones, el deterioro del mercado interno y la expulsión de los judíos hizo a Castilla depender de banqueros genoveses, alemanes y portugueses, así como del oro y plata americano.
Un viajero italiano a mediados del siglo XVI llegó a decir que el derroche por negligencia administrativa costaba a Castilla la obtención de grandes ingresos debido a que no se ahorraba donde se podía y no se sacaba todo el beneficio posible de lo que se producía.
El decreto contra el intercambio de ideas con otras universidades europeas ligado a la inquisición de Isabel de Castilla, puso al intelectualismo español fuera de la innovación, subordinado a las anticuadas posturas aristotélicas en plena era de la revolución científica y filosófica.
Esto se podría haber arreglado creando otra carretera de desarrollo intelectual con las universidades americanas, pero ellas padecían el mismo problema que las peninsulares, ancladas al desfasado aristotelismo.
Lo más ruinoso de este siglo fue como tanto Carlos I como su hijo Felipe II, desoyeron los consejos de los eruditos de la Universidad de Salamanca en materia económica, muchas críticas por parte de varios economistas de dicha universidad pusieron bajo una luz crítica todos los errores de la casa de Habsburgo en España.
Del siglo XVII no hay mucho que mencionar más que se acrecentan los problemas socioeconómicos, las derrotas militares se multiplican y crece la brecha tecnológica e intelectual entre Castilla y el resto de Europa occidental.
Del siglo XVIII, llega una dinastía extranjera, débil, que hará de España un imperio avasallado y titereado por Francia, y acomplejado. Pero que sin embargo, tras perder Italia y Bélgica, tratará de renovarse finalmente enfocándose en America e intentará modernizar a España y acabar los dos siglos de brecha, con buenos resultados hasta donde era posible.
Las Compañías Comerciales españolas como la de Cuba, Caracas, Filipinas o Barcelona, tenían un siglo de atraso respecto a otros modelos. España empezaba a crear esa clase de compañías hacía 1720, para ese entonces en lugares como Gran Bretaña y Países Bajos llevaban existiendo ya un siglo.
Véanse la Compañía de las Indias Occidentales, la Compañía de las Indias Orientales, etc.
Un pensador intelectual de principios de siglo criticaba como los franceses, holandeses y britanicos habían hecho de España lo que España de América, una gallina de las narices de oro a la cual expoliar de sus riquezas por medio de tratados comerciales desfavorables.
El final del siglo termina con una España dirigida por el peor rey de toda su historia, Carlos IV. Termina mostrando el fracaso de las reformas borbónicas tanto en la marina como en lo sociopolítico (incapacidad de crear una identidad hispanista en América que terminará por engendrar a seres como Bolivar, San Martín, etc., y en la misma España).
La flota española, la segunda más poderosa del mundo, fue incapaz de acabar con el contrabando, lo que es peor, fue incapaz de derrotar a la flota británica (con la cual se había preparado y mentalizado por un siglo para combatir en una batalla final por el Atlántico), con la humillante derrota en la Batalla del Cabo de San Vicente, la toma británica de Trinidad y Tobago, y finalmente Trafalgar. Sumar otros tratados desfavorables como regalar a Francia la Hispaniola y Luisiana ante la derrota de Carlos IV en la Guerra de los Pirineos.
El siglo termina con Carlos IV y su meretriz esposa dando el poder a un traidor como Godoy, que entregará en bandeja de plata España a Napoleón, lo cual terminará en la matanza de un millón de españoles, la destrucción de la naciente industrial nacional y el colapso del Imperio español.
En resumen, el clímax de España, Castilla especificamente, fue el siglo XIV. Siendo el reino más incipiente económicamente, abierto intelectualmente, expansionista y el más cercano a lograr ser un estado moderno. De ahí en adelante nació un Imperio en decadencia perpetúa, que milagrosamente se sostuvo en pie, un feo reflejo de la toma de poder en España de dinastías extranjeras y ajenas a los intereses nacionales.
Comenzó con Fernando el Católico sellando el destino de Castilla al casar a su hija con los disfuncionales y hambrientos de poder, emperadores Habsburgo, en vez de hacerlo con Portugal.
Estos Habsburgo tras pelearse el poder con Fernando el Católico y su hija Juana de Castilla, terminarían por cargarse el ambiente de libertad propio de Castilla (donde el feudalismo era pobre), cargandose a la incipiente burguesía castellana (rebelión de los comuneros) y desgastando por un siglo el manpower castellano en guerras absurdas en Alemania.
Dirigirían accidentalmente el primer Imperio global, pero un imperio en silla de ruedas.
La destrucción de la burguesía hizo a Castilla depender de las fábricas holandesas para construir galeones, el deterioro del mercado interno y la expulsión de los judíos hizo a Castilla depender de banqueros genoveses, alemanes y portugueses, así como del oro y plata americano.
Un viajero italiano a mediados del siglo XVI llegó a decir que el derroche por negligencia administrativa costaba a Castilla la obtención de grandes ingresos debido a que no se ahorraba donde se podía y no se sacaba todo el beneficio posible de lo que se producía.
El decreto contra el intercambio de ideas con otras universidades europeas ligado a la inquisición de Isabel de Castilla, puso al intelectualismo español fuera de la innovación, subordinado a las anticuadas posturas aristotélicas en plena era de la revolución científica y filosófica.
Esto se podría haber arreglado creando otra carretera de desarrollo intelectual con las universidades americanas, pero ellas padecían el mismo problema que las peninsulares, ancladas al desfasado aristotelismo.
Lo más ruinoso de este siglo fue como tanto Carlos I como su hijo Felipe II, desoyeron los consejos de los eruditos de la Universidad de Salamanca en materia económica, muchas críticas por parte de varios economistas de dicha universidad pusieron bajo una luz crítica todos los errores de la casa de Habsburgo en España.
Del siglo XVII no hay mucho que mencionar más que se acrecentan los problemas socioeconómicos, las derrotas militares se multiplican y crece la brecha tecnológica e intelectual entre Castilla y el resto de Europa occidental.
Del siglo XVIII, llega una dinastía extranjera, débil, que hará de España un imperio avasallado y titereado por Francia, y acomplejado. Pero que sin embargo, tras perder Italia y Bélgica, tratará de renovarse finalmente enfocándose en America e intentará modernizar a España y acabar los dos siglos de brecha, con buenos resultados hasta donde era posible.
Las Compañías Comerciales españolas como la de Cuba, Caracas, Filipinas o Barcelona, tenían un siglo de atraso respecto a otros modelos. España empezaba a crear esa clase de compañías hacía 1720, para ese entonces en lugares como Gran Bretaña y Países Bajos llevaban existiendo ya un siglo.
Véanse la Compañía de las Indias Occidentales, la Compañía de las Indias Orientales, etc.
Un pensador intelectual de principios de siglo criticaba como los franceses, holandeses y britanicos habían hecho de España lo que España de América, una gallina de las narices de oro a la cual expoliar de sus riquezas por medio de tratados comerciales desfavorables.
El final del siglo termina con una España dirigida por el peor rey de toda su historia, Carlos IV. Termina mostrando el fracaso de las reformas borbónicas tanto en la marina como en lo sociopolítico (incapacidad de crear una identidad hispanista en América que terminará por engendrar a seres como Bolivar, San Martín, etc., y en la misma España).
La flota española, la segunda más poderosa del mundo, fue incapaz de acabar con el contrabando, lo que es peor, fue incapaz de derrotar a la flota británica (con la cual se había preparado y mentalizado por un siglo para combatir en una batalla final por el Atlántico), con la humillante derrota en la Batalla del Cabo de San Vicente, la toma británica de Trinidad y Tobago, y finalmente Trafalgar. Sumar otros tratados desfavorables como regalar a Francia la Hispaniola y Luisiana ante la derrota de Carlos IV en la Guerra de los Pirineos.
El siglo termina con Carlos IV y su meretriz esposa dando el poder a un traidor como Godoy, que entregará en bandeja de plata España a Napoleón, lo cual terminará en la matanza de un millón de españoles, la destrucción de la naciente industrial nacional y el colapso del Imperio español.
En resumen, el clímax de España, Castilla especificamente, fue el siglo XIV. Siendo el reino más incipiente económicamente, abierto intelectualmente, expansionista y el más cercano a lograr ser un estado moderno. De ahí en adelante nació un Imperio en decadencia perpetúa, que milagrosamente se sostuvo en pie, un feo reflejo de la toma de poder en España de dinastías extranjeras y ajenas a los intereses nacionales.
