El Pionero
Alcalde y presidente de Fútbol Paco premium
Un grupo de cristianos chinos llegó hace varias semanas al aeropuerto madrileño de Barajas huyendo de la persecución del régimen comunista. Testigos directos de esta persecución cuenta a La Gaceta que «China es un país comunista que persigue la fe, no sólo el catolicismo. La única fe válida es el comunismo».
Este grupo, sin embargo, se ha encontrado con la oposición del Gobierno de Pedro Sánchez. El mismo Ejecutivo que blanquea la llegada de más de 30.000 subsaharianos a las costas españolas ha vetado la presencia en España de estos perseguidos por su fe. Pese a pedir el asilo político según lo establece la ley, el Ministerio del Interior ha decidido deportarlos.
En conversaciones telefónicas con un conocedor de lo ocurrido, desde el aeropuerto de Bajaras cuenta a La Gaceta: «No puedo decir cuántos han llegado ni qué día. Sólo puedo decirte que la deportación es totalmente ilegal. Hemos hablado con la Policía Nacional y la deportación nunca es al país de origen del refugiado sino al país del que vienen. Y estos católicos perseguidos por la fe han llegado a España desde Iberoamérica».
Aunque sí ha trascendido el número exacto de chinos que han solicitado el asilo por persecución a la fe, las fuentes conocedoras de la situación piden a La Gaceta no revelar más datos. Las mismas fuentes apuntan a que la situación es dramática para todos ellos, pero especialmente para Li Yan Li, cantante y actriz china de 30 años, conocida en China por su fe. «Volver al régimen comunista sería volver a morir», aseguran las fuentes consultadas.
Precisamente por ese temor —Yan Li ha sido deportada tres veces—, la joven católica se autolesionó en el vuelo, tratando de impedir volver a China. Sus heridas en la muñeca le han permitido estar más tiempo en España, mientras Abogados Cristianos, el bufete dirigido por Polonia Castellanos, se ha hecho cargo de la situación: «Confiamos en ellos. No tenemos otra alternativa. Gracias a sus contactos están retrasando la deportación».
Las mismas fuentes aseguran a La Gaceta que «Marlaska es un irresponsable». Según estos católicos chinos perseguidos, «en España se da asilo a muchas personas en situación irregular y no a nosotros, que estamos siendo discriminados por nuestra fe». Precisamente por eso desde Barajas lanzan un grito de socorro: «Aunque tenemos apoyo de la sociedad civil, eso no nos sirve. Necesitamos auxilio político e institucional».
Un tímido apoyo que sólo ha llegado desde algunos sectores de la política. Entre ellos, el eurodiputado de VOX, Hermann Tertsch: «Miles de jóvenes que vienen a parasitar y abusar de las sociedades europeas entran sin problemas pero mueve cristianos perseguidos por la mayor dictadura del mundo, en plena actividad genocida, son deportados y devueltos al régimen comunista, ergo criminal».
También se ha manifestado en redes sociales Jorge Buxadé, vicepresidente de VOX: «Marlaska acepta como falsos refugiados a miles, procedentes de países seguros a los que financiamos». Otro apoyo ha llegado de parte del escritor y expolítico Carlos Martínez Gorriarán: «Si entraran ilegalmente en patera estos nueve protestantes chinos no tendrían el menor problema. Pero como siguen la legalidad que burla y destroza el gobierno, no tienen nada que hacer».
Este grupo, sin embargo, se ha encontrado con la oposición del Gobierno de Pedro Sánchez. El mismo Ejecutivo que blanquea la llegada de más de 30.000 subsaharianos a las costas españolas ha vetado la presencia en España de estos perseguidos por su fe. Pese a pedir el asilo político según lo establece la ley, el Ministerio del Interior ha decidido deportarlos.
En conversaciones telefónicas con un conocedor de lo ocurrido, desde el aeropuerto de Bajaras cuenta a La Gaceta: «No puedo decir cuántos han llegado ni qué día. Sólo puedo decirte que la deportación es totalmente ilegal. Hemos hablado con la Policía Nacional y la deportación nunca es al país de origen del refugiado sino al país del que vienen. Y estos católicos perseguidos por la fe han llegado a España desde Iberoamérica».
Aunque sí ha trascendido el número exacto de chinos que han solicitado el asilo por persecución a la fe, las fuentes conocedoras de la situación piden a La Gaceta no revelar más datos. Las mismas fuentes apuntan a que la situación es dramática para todos ellos, pero especialmente para Li Yan Li, cantante y actriz china de 30 años, conocida en China por su fe. «Volver al régimen comunista sería volver a morir», aseguran las fuentes consultadas.
Precisamente por ese temor —Yan Li ha sido deportada tres veces—, la joven católica se autolesionó en el vuelo, tratando de impedir volver a China. Sus heridas en la muñeca le han permitido estar más tiempo en España, mientras Abogados Cristianos, el bufete dirigido por Polonia Castellanos, se ha hecho cargo de la situación: «Confiamos en ellos. No tenemos otra alternativa. Gracias a sus contactos están retrasando la deportación».
Las mismas fuentes aseguran a La Gaceta que «Marlaska es un irresponsable». Según estos católicos chinos perseguidos, «en España se da asilo a muchas personas en situación irregular y no a nosotros, que estamos siendo discriminados por nuestra fe». Precisamente por eso desde Barajas lanzan un grito de socorro: «Aunque tenemos apoyo de la sociedad civil, eso no nos sirve. Necesitamos auxilio político e institucional».
Un tímido apoyo que sólo ha llegado desde algunos sectores de la política. Entre ellos, el eurodiputado de VOX, Hermann Tertsch: «Miles de jóvenes que vienen a parasitar y abusar de las sociedades europeas entran sin problemas pero mueve cristianos perseguidos por la mayor dictadura del mundo, en plena actividad genocida, son deportados y devueltos al régimen comunista, ergo criminal».
También se ha manifestado en redes sociales Jorge Buxadé, vicepresidente de VOX: «Marlaska acepta como falsos refugiados a miles, procedentes de países seguros a los que financiamos». Otro apoyo ha llegado de parte del escritor y expolítico Carlos Martínez Gorriarán: «Si entraran ilegalmente en patera estos nueve protestantes chinos no tendrían el menor problema. Pero como siguen la legalidad que burla y destroza el gobierno, no tienen nada que hacer».