El gobierno del Reino Unido ha anunciado una nueva legislación para hacer cumplir los «niveles mínimos de servicio» en ocho sectores, incluido el servicio de salud, en un intento por hacer frente a una serie de huelgas en todo el país.
Los sindicatos que representan a los trabajadores en varios sectores, desde enfermeras y paramédicos hasta conductores de trenes, han realizado huelgas para protestar por los recortes salariales en términos reales en un momento de inflación vertiginosa.
Antes de Navidad, los ministros presentaron una legislación que habría impuesto niveles mínimos en un solo sector: los ferrocarriles.
Pero el jueves, el gobierno anunció que esto sería eclipsado por un nuevo proyecto de ley que podría obligar a una cierta proporción de personal a seguir viniendo a trabajar en varias áreas.
En primer lugar, el gobierno haría cumplir los «niveles mínimos de seguridad» para los servicios de bomberos, ambulancias y trenes después de una consulta, dijo. Eso fue menos draconiano que Canadá, Australia y partes de los EE. UU., dijeron las autoridades. Todos esos lugares prohíben las huelgas de los servicios de «luz azul».
En segundo lugar, para otros sectores cubiertos por el proyecto de ley (educación, seguridad fronteriza, desmantelamiento nuclear, otros servicios de salud y otros servicios de tras*porte), los ministros esperan llegar a acuerdos voluntarios sobre niveles mínimos de seguridad.
Pero si no se pueden alcanzar acuerdos voluntarios, el gobierno impondrá unilateralmente nuevos umbrales.
“El gobierno tiene el deber para con el público de garantizar su seguridad, proteger su acceso a servicios públicos vitales y ayudarlos a realizar su vida diaria”, dijo el gobierno. “El gobierno siempre protegerá la capacidad de huelga, pero debe equilibrarse con el derecho del público a la vida y los medios de subsistencia”.
Sir Keir Starmer, líder del opositor Partido Laborista, dijo que revocaría la legislación si ganaba las próximas elecciones generales.
Matt Wrack, secretario general del Sindicato de Bomberos, dijo que el Reino Unido ya tenía algunas de las leyes antisindicales más restrictivas del mundo occidental.
