El Gobierno asume que “se pasó de frenada” con la promesa de echar a Rubiales en cuestión de días

"Reconoce que lo anunció sin estudiar la normativa y lamenta haberle “sostenido” a pesar de comportamientos pasados que ya justificaban su salida"

El Gobierno se encuentra a la espera de conocer los fundamentos jurídicos en los que se basa el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) para comprender la polémica decisión de no observar “abuso de autoridad” en la actuación de Luis Rubiales. Pero ha comenzado a asumir que se precipitó con la promesa de echarle en “cuestión de días”.


Por el momento, el TAD ha calificado los hechos cometidos por Rubiales en la final del Mundial femenino como “graves”. Esto significa que, acogiéndose a la Ley del Deporte de 1990, el organismo no estima “abuso de autoridad” y limita sus actos en el palco y con Jenni Hermoso a un atentado a la dignidad o al decoro deportivos.



Mientras tanto, la consecuencia directa de este informe es que imposibilita al Consejo Superior de Deportes (CSD), dependiente del Gobierno, a proceder a la suspensión cautelar de Rubiales.

Apartarle en “cuestión de días”

Hay que recordar que el Ejecutivo de Pedro Sánchez se comprometió públicamente, nada más saltar el escándalo, a echar a Luis Rubiales en “cuestión de días”, después de filtrar que sería él mismo quien dimitiría.



No lo hizo, en lo que fue un “claro pulso a todo el aparato político que hasta ese momento lo había “sostenido”, según analizan ahora en Moncloa.

Asume que “se pasó de frenada”

Fuentes del Gobierno a las que ha tenido acceso Confidencial Digital, asumen ahora que “se pasaron de frenada” con la promesa de echar a Rubiales en cuestión de días. Y admiten incluso que anunciaron la medida sin haberse leído la normativa para proceder a su suspensión.



Reconocen que la incapacidad mostrada por el Ejecutivo en este caso ha quedado de manifiesto, y no solo demuestra debilidad, sino que daña la imagen internacional de nuestro país.


Recuerdan que, si no hubiese sido por la FIFA, que la pasada semana suspendió a Rubiales para 90 días, el presidente de la Federación seguiría a los mandos del fútbol español.
















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Lamenta ahora haberle “sostenido”

En Moncloa lamentan ahora que, en sus cinco largos años de mandato, Luis Rubiales suma un cúmulo de escándalos que debían haber llevado al CSD a actuar mucho antes y a elevar ante el TAD cuestiones de impacto que entonces justificaban su salida.


Se citan, por ejemplo, las millonarias comisiones de la Supercopa de Arabia negociadas con Gerard Piqué, las fiestas federativas celebradas en el chalet de Salobreña, la persecución a periodistas o las denuncias internas de trabajadores.


También se recuerdan ahora “actitudes indecentes” que no se corresponden con la responsabilidad inherente a su cargo y una lista enorme de casos que resumen una gestión plagada de irregularidades, de incompatibilidades, de opacidad y de un continuo conflicto de intereses.


Pese a todo, el Gobierno siempre mostró su apoyo político a Rubiales, hasta este escándalo mundial, que ha desatado una ola unánime de rechazo social a la que se ha sumado. “¿Por qué no actuamos antes?”, critican altos cargos del Gobierno.

Iceta calma a la opinión pública

Horas después del varapalo del TAD, el ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, tuvo que ofrecer una rueda de prensa para explicar el sentir del Ejecutivo ante la opinión pública.


Aseguró que el Gobierno todavía tiene en la recámara apelar al artículo 102 de la Ley del Deporte de 2022 para que sea el propio TAD, y no el Consejo Superior de Deportes (CSD), quien suspenda a Rubiales. Pero en Moncloa se admite que “ya no las tienen todas consigo”. “Puede pasar de todo”, añaden.


Tampoco pasan por alto que, si el cauce judicial avanza por que Jenni Hermoso interpone una querella, todo este proceso administrativo se paralizará.

Traducción: “RUBIALES es uno de los nuestros, nos conformaremos con Vilda y el seleccionador…”