TomásPlatz
Madmaxista
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La era el bichito
El autor explica que el bichito del el bichito-19 llegó en el 2019 cuando el bichito se encontraba en la Tercera Fase de la crisis: un momento de enlentecimiento general de la economía que ya estaba siendo destacado en los informes de perspectivas. Hubo lentitud de los Estados cuando los bichito se propagan de forma global. El confinamiento supuso el parón total de la economía y las relaciones sociales (situación solo equiparable a la erupción del volcán islandés Laki en 1785-1786 que generó crisis agrarias).
Añade que el bichito está actuando de acelerador de una serie de hechos que hubiesen llegado igualmente por la propia evolución de la economía y la sociedad: el teletrabajo que ha llegado para quedarse. Cree que la recuperación para las pymes será problemática, así como el parón de la economía sumergida, las recaudaciones fiscales se resentirán, etc...
Niño-Becerra, a raíz del "efecto turbo" del el bichito-19, ha acelerado estas tendencias:
- Concentración de capital: las grandes corporaciones serán más potentes y generarán oligopolios (a lo que el capitalismo tiende de forma natural)
- Papel decreciente del Estado en favor de zonas con potencial (ejes, redes y clusters). El papel de los Estados en la crisis del el bichito será la última manifestación de su poderío antes de la decadencia.
- Reducción de la movilidad de las personas y aumento de la comunicación "online": suben las videoconferencias y las compras online pero causan el impacto en los tras*portes.
- Mayor consumo en plataformas digitales. Caen las tiendas de barrio.
- Importancia de la productividad y la tecnología. La robotización, robótica colaborativa, producción aditiva desplazará más el trabajo (y polarizará rentas y desigualdad social).
- Relocalización de actividades. Evitar stocks cero si el suministro procede del exterior y retornar actividades deslocalizadas con tecnología más sofisticada que permita fabricar cerca del consumo.
- "Saber hacer" frente al "saber cómo hacer". Durante la crisis del el bichito, las empresas automovilísticas empezaron a fabricar respiradores. Afectará a los programas educativos y habrá más "tutoriales" en You Tube.
- Caída del PIB (-20 o -40 % según zonas). La tendencia ya apuntaba hacia la reducción de oferta por la imposibilidad de la demanda de absorberla, y el el bichito-19 aceleró este proceso.
- Más control telemático de la población: geolocalización (por seguridad sanitaria), para ordenar procesos logísticos e identificar y neutralizar disidencias.
- Más telediagnóstico, telemedicina y teleasistencia. Ahorro y mayor población atendida.
- Aislamiento y soledad de enfermos mayores. Crecerá la eutanasia.
- No realizar pagos con dinero fiduciario. Eliminación de las monedas y sustitución por medios de pago electrónico.
- Brecha digital en el trabajo a distancia. Habrá dos clases sociales, cada vez más alejadas, según su acceso a las tecnologías de la comunicación.
Según el autor, lo-que-viene tras el el bichito: será diferente, la recuperación va a llevar a un lugar distinto y los mecanismos y herramientas que se usarán serán otros.
Hay un planteamiento de que se tendrán "menos cosas" pero se podrán hacer "otras cosas". Según Niño-Becerra dice que dejaremos de tener bienes y servicios y tendremos otros (idea de que habrá una pérdida pero también una ganancia). Se fomentará la "resilencia" ("lo nuevo es lo mejor", algo que el autor cuestiona).
Cree que las anfetas a la economía, las ayudas y la solidaridad durante el el bichito "son el comienzo de una tras*ición, de la preparación del terreno para la puesta en marcha de las nuevas operativas, del nuevo modo de hacer las cosas" y el bichito actuó de "hiperacelerador" de nuevas herramientas (como la telemedicina) para su implantación y aceptación. El el bichito aceleró una "Nueva Normalidad" que ya se estaba dibujando en el horizonte pero Niño-Becerra duda que "todos vayan a estar mejor" ni que la nueva situación "beneficie a la mayoría". "Habrá que verlo", dice.
El autor ve el futuro con un mundo poblado por grandes corporaciones, donde el dinero "fiat" (fiudiciario) no existirá. como tampoco el pleno empleo, y donde habrá más sensación de un bien común y colectivo entendido como un "todo". Los ciudadanos serán controlados por sensores biométricos y clasificada por puntos como en China. La gente (como ocurrió con los "millenials") no estará motivada para emprender ninguna protesta ni revolución al ser algo inútil y no haber sindicatos.
Es decir, Niño-Becerra vislumbra un mundo en los próximos años parecido a China, pero en vez de controlado por un partido único, lo hace por grandes corporaciones.
Dice que a partir del 2040, no habrá contienda mundial ni guerra entre potencias ni una revolución popular contra los poderes establecidos. Reforzar el concepto de Estado no tendrá utilidad y, según el autor, la "Revolución Francesa" del Sistema Capitalista será la desaparición del Estado y de los Estados y su sustitución por un conjunto planetario de corporaciones. Triunfaría la idea de que "todos los individuos son iguales" pero en una estructura como "Un mundo feliz" (Aldous Huxley). La tecnología podrá velar por todo el conjunto y hará un control operativo de la vida. El nivel demográfico descenderá porque solo hará falta una parte mínima de la población y el Capitalismo ya no tendrá cabida ni la propiedad privada tendrá sentido (porque se impone el acceso a las apps y servicios, en vez de ser propietarios) ni la competencia entre productores (ya que el capital se ha concentrado tanto que hay oligopolios). Su gran pregunta es si, al descender la explotación y bajar el desperdicio de recursos, se ha logrado asegurar la sostenibilidad ambiental del planeta y evitar catástrofes climáticas.
Afirma que el sistema capitalista dará paso a un nuevo sistema entre el 2060 y 2070 y desaparecerá porque se ha agotado tras cumplir su función.
Resumen: El futuro es una cosa.
El autor explica que el bichito del el bichito-19 llegó en el 2019 cuando el bichito se encontraba en la Tercera Fase de la crisis: un momento de enlentecimiento general de la economía que ya estaba siendo destacado en los informes de perspectivas. Hubo lentitud de los Estados cuando los bichito se propagan de forma global. El confinamiento supuso el parón total de la economía y las relaciones sociales (situación solo equiparable a la erupción del volcán islandés Laki en 1785-1786 que generó crisis agrarias).
Añade que el bichito está actuando de acelerador de una serie de hechos que hubiesen llegado igualmente por la propia evolución de la economía y la sociedad: el teletrabajo que ha llegado para quedarse. Cree que la recuperación para las pymes será problemática, así como el parón de la economía sumergida, las recaudaciones fiscales se resentirán, etc...
Niño-Becerra, a raíz del "efecto turbo" del el bichito-19, ha acelerado estas tendencias:
- Concentración de capital: las grandes corporaciones serán más potentes y generarán oligopolios (a lo que el capitalismo tiende de forma natural)
- Papel decreciente del Estado en favor de zonas con potencial (ejes, redes y clusters). El papel de los Estados en la crisis del el bichito será la última manifestación de su poderío antes de la decadencia.
- Reducción de la movilidad de las personas y aumento de la comunicación "online": suben las videoconferencias y las compras online pero causan el impacto en los tras*portes.
- Mayor consumo en plataformas digitales. Caen las tiendas de barrio.
- Importancia de la productividad y la tecnología. La robotización, robótica colaborativa, producción aditiva desplazará más el trabajo (y polarizará rentas y desigualdad social).
- Relocalización de actividades. Evitar stocks cero si el suministro procede del exterior y retornar actividades deslocalizadas con tecnología más sofisticada que permita fabricar cerca del consumo.
- "Saber hacer" frente al "saber cómo hacer". Durante la crisis del el bichito, las empresas automovilísticas empezaron a fabricar respiradores. Afectará a los programas educativos y habrá más "tutoriales" en You Tube.
- Caída del PIB (-20 o -40 % según zonas). La tendencia ya apuntaba hacia la reducción de oferta por la imposibilidad de la demanda de absorberla, y el el bichito-19 aceleró este proceso.
- Más control telemático de la población: geolocalización (por seguridad sanitaria), para ordenar procesos logísticos e identificar y neutralizar disidencias.
- Más telediagnóstico, telemedicina y teleasistencia. Ahorro y mayor población atendida.
- Aislamiento y soledad de enfermos mayores. Crecerá la eutanasia.
- No realizar pagos con dinero fiduciario. Eliminación de las monedas y sustitución por medios de pago electrónico.
- Brecha digital en el trabajo a distancia. Habrá dos clases sociales, cada vez más alejadas, según su acceso a las tecnologías de la comunicación.
Según el autor, lo-que-viene tras el el bichito: será diferente, la recuperación va a llevar a un lugar distinto y los mecanismos y herramientas que se usarán serán otros.
Hay un planteamiento de que se tendrán "menos cosas" pero se podrán hacer "otras cosas". Según Niño-Becerra dice que dejaremos de tener bienes y servicios y tendremos otros (idea de que habrá una pérdida pero también una ganancia). Se fomentará la "resilencia" ("lo nuevo es lo mejor", algo que el autor cuestiona).
Cree que las anfetas a la economía, las ayudas y la solidaridad durante el el bichito "son el comienzo de una tras*ición, de la preparación del terreno para la puesta en marcha de las nuevas operativas, del nuevo modo de hacer las cosas" y el bichito actuó de "hiperacelerador" de nuevas herramientas (como la telemedicina) para su implantación y aceptación. El el bichito aceleró una "Nueva Normalidad" que ya se estaba dibujando en el horizonte pero Niño-Becerra duda que "todos vayan a estar mejor" ni que la nueva situación "beneficie a la mayoría". "Habrá que verlo", dice.
El autor ve el futuro con un mundo poblado por grandes corporaciones, donde el dinero "fiat" (fiudiciario) no existirá. como tampoco el pleno empleo, y donde habrá más sensación de un bien común y colectivo entendido como un "todo". Los ciudadanos serán controlados por sensores biométricos y clasificada por puntos como en China. La gente (como ocurrió con los "millenials") no estará motivada para emprender ninguna protesta ni revolución al ser algo inútil y no haber sindicatos.
Es decir, Niño-Becerra vislumbra un mundo en los próximos años parecido a China, pero en vez de controlado por un partido único, lo hace por grandes corporaciones.
Dice que a partir del 2040, no habrá contienda mundial ni guerra entre potencias ni una revolución popular contra los poderes establecidos. Reforzar el concepto de Estado no tendrá utilidad y, según el autor, la "Revolución Francesa" del Sistema Capitalista será la desaparición del Estado y de los Estados y su sustitución por un conjunto planetario de corporaciones. Triunfaría la idea de que "todos los individuos son iguales" pero en una estructura como "Un mundo feliz" (Aldous Huxley). La tecnología podrá velar por todo el conjunto y hará un control operativo de la vida. El nivel demográfico descenderá porque solo hará falta una parte mínima de la población y el Capitalismo ya no tendrá cabida ni la propiedad privada tendrá sentido (porque se impone el acceso a las apps y servicios, en vez de ser propietarios) ni la competencia entre productores (ya que el capital se ha concentrado tanto que hay oligopolios). Su gran pregunta es si, al descender la explotación y bajar el desperdicio de recursos, se ha logrado asegurar la sostenibilidad ambiental del planeta y evitar catástrofes climáticas.
Afirma que el sistema capitalista dará paso a un nuevo sistema entre el 2060 y 2070 y desaparecerá porque se ha agotado tras cumplir su función.
"Capitalismo: 1679-2065", de Santiago Niño-Becerra (2020)
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Resumen: El futuro es una cosa.