wisper3
Himbersor
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En el último vídeo ya os hablé del pensamiento del filósofo presocrático Demócrito de Abdera, el mayor divulgador del atomismo (el filósofo que ríe), y ahí os conté cómo su filosofía mecanicista descansaba en dos pilares: la ausencia completa tanto (1) de cualidades sensibles como de (2) teleología de la naturaleza. Para Demócrito, lo dulce es por convención, lo amargo es por convención... "en verdad sólo hay átomos y el vacío". Los átomos, además, se mueven, chocan, interaccionan y se entrelazan al azar, sin finalidad u orden alguno. Como veréis a continuación, ésta visión del mundo ha sido muy muy influyente en la historia de la filosofía.
Pero de entrada hay que decir que el mecanicismo de Demócrito molestó muchísimo al filósofo Platón (el del mito de la caverna), que propuso en su diálogo "Timeo" una cosmología alternativa a la atomista en la cual una especie de dios (el Demiurgo) introducía el orden y la inteligibilidad en la materia caótica con ayuda de las Matemáticas, y con el fin de reflejar la belleza y el esplendor del eterno Mundo de las Ideas.
En este vídeo, no obstante, nos vamos a centrar más bien en Aristóteles. ¿Qué es la teleología de Aristóteles? ¿Qué significa que el pensamiento de Aristóteles es teleológico? ¡Esto es lo que vamos a descubrir! Aristóteles (EL Filósofo) peleó contra el reduccionismo mecanicista de Demócrito y trató de reintroducir la teleología en la naturaleza, aunque desligada de los tintes teológicos de su maestro Platón. Para Aristóteles, si uno quiere hacer inteligible la causalidad eficiente y sus regularidades, tiene que reconocer la existencia de teleología intrínseca en el mundo natural (teleología cuya más clara manifestación se da en los seres vivos, pero que no es exclusiva de ellos).
No obstante, los filósofos y científicos modernos (Galileo, Descartes, Newton) rechazaron la filosofía de la naturaleza de Aristóteles y volvieron a una comprensión esencialmente presocrática y mecanicista del mundo, reduciendo lo material a sus aspectos matemático-cuantitativos. Pero esta revolución metafísica venía acompañada de un misterio desconcertante, y que quizás contiene el germen de la deconstrucción de la filosofía moderna.