david53
Madmaxista
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Alejandro Fernández, el hombre que revolucionó Ribera del Duero, ha dejado como heredera única y universal a su hija pequeña, según el testamento que firmó cuatro días antes de su fin
Alejandro Fernández y su hija Eva, durante la presentación de un vino en Madrid, en 2019.Ivan Martínez
Se confirmó lo esperado: el testamento de Alejandro Fernández, fundador de bodegas Pesquera, que falleció el pasado mayo, excluye totalmente de su herencia a las tres hijas con las que estaba enfrentado desde que le retiraron de todos los órganos directivos de las empresas que había creado. Un final que, según manifestó el mismo Fernández en una entrevista que concedió a EL PAÍS en abril de 2019, sus hijas habían ido gestando desde tiempo atrás y que le obligó a acudir a los juzgados para reclamar lo que consideraba suyo. Un enfrentamiento familiar que algunos medios han bautizado como el Falcon Crest de Castilla y León, en referencia a la famosa serie de televisión de los años ochenta que retrataba las intrigas de una rica familia de bodegueros de California.
El empresario que revolucionó los vinos de Ribera del Duero testó que ninguna de las tres hijas que participaron en esta operación, Olga, Mari Cruz y Lucía, puedan obtener nada del 49,72% que poseía de la sociedad vitivinícola que comenzó a crear en el año 1975 y que en noviembre de 2020 la propia familia valoró en 150 millones de euros. Y les priva incluso del tercio de legítima, esa parte de las herencias (legítima, mejora y libre disposición) en la que entran obligatoriamente todos los herederos forzosos salvo causa de desheredación. Fernández ha dejado como heredera única y universal a Eva —la pequeña de las cuatro hijas que tuvo con Esperanza Rivera, de quien se separó en 2018 después de varias décadas de matrimonio—, que ha sido la única que se posicionó del lado de su padre desde el inicio del conflicto.
Alejandro Fernández y su hija Eva, durante la presentación de un vino en Madrid, en 2019.Ivan Martínez
Se confirmó lo esperado: el testamento de Alejandro Fernández, fundador de bodegas Pesquera, que falleció el pasado mayo, excluye totalmente de su herencia a las tres hijas con las que estaba enfrentado desde que le retiraron de todos los órganos directivos de las empresas que había creado. Un final que, según manifestó el mismo Fernández en una entrevista que concedió a EL PAÍS en abril de 2019, sus hijas habían ido gestando desde tiempo atrás y que le obligó a acudir a los juzgados para reclamar lo que consideraba suyo. Un enfrentamiento familiar que algunos medios han bautizado como el Falcon Crest de Castilla y León, en referencia a la famosa serie de televisión de los años ochenta que retrataba las intrigas de una rica familia de bodegueros de California.
El empresario que revolucionó los vinos de Ribera del Duero testó que ninguna de las tres hijas que participaron en esta operación, Olga, Mari Cruz y Lucía, puedan obtener nada del 49,72% que poseía de la sociedad vitivinícola que comenzó a crear en el año 1975 y que en noviembre de 2020 la propia familia valoró en 150 millones de euros. Y les priva incluso del tercio de legítima, esa parte de las herencias (legítima, mejora y libre disposición) en la que entran obligatoriamente todos los herederos forzosos salvo causa de desheredación. Fernández ha dejado como heredera única y universal a Eva —la pequeña de las cuatro hijas que tuvo con Esperanza Rivera, de quien se separó en 2018 después de varias décadas de matrimonio—, que ha sido la única que se posicionó del lado de su padre desde el inicio del conflicto.
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El fundador de bodegas Pesquera deshereda a las tres hijas que le apartaron de su empresa
Alejandro Fernández, el hombre que revolucionó Ribera del Duero, ha dejado como heredera única y universal a su hija pequeña, según el testamento que firmó cuatro días antes de su fin
elpais.com