Vlad_Empalador
Será en Octubre
El frenazo económico y el fin de las jovenlandesatorias auguran un otoño de jovenlandesesidad e impagos en empresas y hogares
PREMIUM
La deuda empresarial creció un 42% en el primer trimestre del año. El fin de las ayudas hace prever también un aumento de los concursos de acreedores en los próximos meses
Varias personas sacan dinero de un cajero en el centro de Madrid.JAVI MARTÍNEZ
A las puertas de un frenazo económico en otoño, los fantasmas de la crisis financiera de 2008 vuelven a aparecer. En aquel momento, el crecimiento de los impagos de familias y empresas disparó la jovenlandesesidad, y ahora las entidades financieras, administraciones y supervisores vuelven a ponerse en guardia ante el temor a que la inflación, el fin de las ayudas de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo y la posible recesión en Europa revivan la escalada.
Los datos empiezan a dar algunas pistas. Por el lado de las empresas, los principales riesgos vienen derivados del fin definitivo de las jovenlandesatorias a los préstamos ICO que se concedieron durante la esa época en el 2020 de la que yo le hablo (y que ya han empezado a expirar), así como por el fin de la jovenlandesatoria concursal (el pasado 30 de junio). "Es preocupante la situación de muchas pymes que llevan arrastrando deudas desde el el bichito y mediante las ayudas han ido posponiendo la solución a sus problemas. El fin de la jovenlandesatoria concursal puede desatar la cifra de concursos de acreedores", apunta Alberto Valle, director de la consultora financiera Accuracy.
El balance de julio, primer mes completo tras el final de la jovenlandesatoria concursal, ya refleja esa tendencia. En dicho mes se registraron 774 concursos de acreedores en España, lo que supone un 25% más que en 2021 y un 32% más que el mes anterior. Es también la cifra más alta desde marzo de 2014, según el Estudio sobre Concursos y Disoluciones realizado por Informa D&B.
La falta de ayudas directas durante la esa época en el 2020 de la que yo le hablo fue una de las principales críticas a la estrategia del Ejecutivo para hacer frente a los sucesivos confinamientos. Los avales y jovenlandesatorias que se habilitaron sirvieron para mantener a las empresas conectadas al respirador de la viabilidad, pero ahora que se les retiran esas ayudas y que deben afrontar la presión inflacionista en los costes, muchas de ellas quedan expuestas a su debilidad financiera. Y no hay ningún plan previsto para evitarlo.
"Muchas compañías no se han recuperado de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo y tememos por su viabilidad. Veremos qué ocurre con ellas de aquí a seis meses. Tememos que el volumen pueda llegar a saturar los juzgados de lo mercantil", comparte Patricia Suárez, presidenta de Asufin.
Sólo en el primer trimestre de 2022, con el impacto de la desaceleración económica y la subida de precios, la jovenlandesesidad empresarial en España aumentó en 3 puntos respecto del trimestre anterior y en 3'9 puntos porcentuales en términos interanuales, según el Indicador Sintético Cepyme de jovenlandesesidad Empresarial (ISME). "Este incremento es resultado tanto del aumento de las facturas con retraso de pago como de la ampliación de lo períodos de pago", apuntan desde la patronal de las pequeñas y medianas empresas.
La deuda comercial con retraso de pago alcanzó el 73'3% del total, 3'6 puntos más que en el trimestre anterior, alcanzando un volumen de 348.992 millones de euros, un 42% más que en el mismo período del año anterior (245.926 millones). "Esta jovenlandesesidad tiene un doble coste para las empresas, por un lado, en términos de dificultades de financiación para cubrir la demora en el pago y, por otro, en intereses de demora exigibles, que se estima para este período en 1.831 millones de euros", señala el análisis de Cepyme.
La organización reclama una "estrategia eficaz y realista" de lucha contra la jovenlandesesidad, "que necesita un marco integral que la reduzca, en el que se incluyan acciones pertinentes que mejoren el acceso de liquidez". La situación es especialmente delicada entre las compañías más pequeñas, que componen gran parte del tejido empresarial español. "En este caso, las opciones para acceder a la financiación son más limitadas y esto hace más probable que los problemas de liquidez acaben degenerando en problemas de solvencia", explica.
HOGARES
Por el lado de los hogares, las rentas más bajas ya han comenzado a reducir sus gastos para hacer frente a gastos básicos como la factura de la luz, que se mantiene desde hace meses en niveles históricos. Las rentas medias y altas no han variado sustancialmente sus niveles de gasto, pero sí han empezado a tirar de ahorros y a reducir la cantidad acumulada para el futuro. De ambas cosas da cuenta el Banco de España en su reciente informe "El impacto del repunte de la inflación y de la guerra sobre las perspectivas económicas de los hogares españoles".
La inflación está detrás de buena parte de ese cambio. La renta disponible y el poder adquisitivo de los hogares se están reduciendo a marchas forzadas y el sector financiero teme que llegue un momento que no puedan hacer frente a los préstamos contraídos y las hipotecas. El riesgo en este punto es que muchos caigan en el sobreendeudamiento o que queden excluidos de la financiación tradicional y se vean obligados a recurrir a opciones como los microcréditos o las tarjetas revolving, cuyos intereses son más elevados que los de los créditos tradicionales.
BANCOS
En opinión de Alberto Valle, el final de la jovenlandesatoria concursal y la de los créditos ICO, junto con el fin de la jovenlandesatoria hipotecaria y la pérdida de poder adquisitivo de los hogares por la inflación "son los principales puntos de presión para la jovenlandesesidad de las entidades".
El fantasma de los impagos y la jovenlandesesidad revive estas semanas en el sector, pero a diferencia de la anterior recesión, los bancos esta vez no han perdido de vista la ratio de jovenlandesa; prueba de ello es que en el primer semestre del año han reducido la tasa hasta niveles que hacía tiempo que no se veían.Ninguno de los grandes bancos supervisados por el BCE en el primer semestre del año rebasaron una tasa de impago del 4%. En ese nivel se situó BBVA, frente al 3,8% del Santander, el 3,2% de CaixaBank o el 2,1% de Bankinter.
"La posición de las entidades en cuanto a la jovenlandesesidad es mucho mejor que hace seis años. Ahora este aspecto no haría peligrar el sistema bancario español", asegura el experto de Accuracy. Entre otras cosas, porque las entidades se han vuelto más cautas a la hora de conceder crédito y han elevado las exigencias a los prestatarios. "Además, están llevando a cabo una buena estrategia de desinversión en el mercado secundario, con la venta de carteras de activos dudosos a precios muy buenos", apunta Valle.
No obstante, aunque la jovenlandesesidad no es la principal preocupación actual en el sector, el Banco de España sigue llamando a la prudencia y a mantener ciertos niveles de provisiones para evitar situaciones incómodas. "El rápido levantamiento de los tipos de interés de los principales bancos centrales del mundo dará lugar a cierta recesión económica y habrá que ver con qué virulencia pudiera afectar a España, a su consumo interior y, finalmente, al pago de deudas a tiempo con el correspondiente aumento de la jovenlandesesidad", recoge un análisis de la consultora Neovantas. "Todo ello conllevará a unas mayores provisiones por parte de la gran banca española, como ya está haciendo la banca americana, que está dando lugar a una caída de sus beneficios", añade.
PREMIUM
- MARÍA HERNÁNDEZ
Madrid
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La deuda empresarial creció un 42% en el primer trimestre del año. El fin de las ayudas hace prever también un aumento de los concursos de acreedores en los próximos meses
Varias personas sacan dinero de un cajero en el centro de Madrid.JAVI MARTÍNEZ
A las puertas de un frenazo económico en otoño, los fantasmas de la crisis financiera de 2008 vuelven a aparecer. En aquel momento, el crecimiento de los impagos de familias y empresas disparó la jovenlandesesidad, y ahora las entidades financieras, administraciones y supervisores vuelven a ponerse en guardia ante el temor a que la inflación, el fin de las ayudas de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo y la posible recesión en Europa revivan la escalada.
Los datos empiezan a dar algunas pistas. Por el lado de las empresas, los principales riesgos vienen derivados del fin definitivo de las jovenlandesatorias a los préstamos ICO que se concedieron durante la esa época en el 2020 de la que yo le hablo (y que ya han empezado a expirar), así como por el fin de la jovenlandesatoria concursal (el pasado 30 de junio). "Es preocupante la situación de muchas pymes que llevan arrastrando deudas desde el el bichito y mediante las ayudas han ido posponiendo la solución a sus problemas. El fin de la jovenlandesatoria concursal puede desatar la cifra de concursos de acreedores", apunta Alberto Valle, director de la consultora financiera Accuracy.
El balance de julio, primer mes completo tras el final de la jovenlandesatoria concursal, ya refleja esa tendencia. En dicho mes se registraron 774 concursos de acreedores en España, lo que supone un 25% más que en 2021 y un 32% más que el mes anterior. Es también la cifra más alta desde marzo de 2014, según el Estudio sobre Concursos y Disoluciones realizado por Informa D&B.
La falta de ayudas directas durante la esa época en el 2020 de la que yo le hablo fue una de las principales críticas a la estrategia del Ejecutivo para hacer frente a los sucesivos confinamientos. Los avales y jovenlandesatorias que se habilitaron sirvieron para mantener a las empresas conectadas al respirador de la viabilidad, pero ahora que se les retiran esas ayudas y que deben afrontar la presión inflacionista en los costes, muchas de ellas quedan expuestas a su debilidad financiera. Y no hay ningún plan previsto para evitarlo.
"Muchas compañías no se han recuperado de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo y tememos por su viabilidad. Veremos qué ocurre con ellas de aquí a seis meses. Tememos que el volumen pueda llegar a saturar los juzgados de lo mercantil", comparte Patricia Suárez, presidenta de Asufin.
Sólo en el primer trimestre de 2022, con el impacto de la desaceleración económica y la subida de precios, la jovenlandesesidad empresarial en España aumentó en 3 puntos respecto del trimestre anterior y en 3'9 puntos porcentuales en términos interanuales, según el Indicador Sintético Cepyme de jovenlandesesidad Empresarial (ISME). "Este incremento es resultado tanto del aumento de las facturas con retraso de pago como de la ampliación de lo períodos de pago", apuntan desde la patronal de las pequeñas y medianas empresas.
La deuda comercial con retraso de pago alcanzó el 73'3% del total, 3'6 puntos más que en el trimestre anterior, alcanzando un volumen de 348.992 millones de euros, un 42% más que en el mismo período del año anterior (245.926 millones). "Esta jovenlandesesidad tiene un doble coste para las empresas, por un lado, en términos de dificultades de financiación para cubrir la demora en el pago y, por otro, en intereses de demora exigibles, que se estima para este período en 1.831 millones de euros", señala el análisis de Cepyme.
La organización reclama una "estrategia eficaz y realista" de lucha contra la jovenlandesesidad, "que necesita un marco integral que la reduzca, en el que se incluyan acciones pertinentes que mejoren el acceso de liquidez". La situación es especialmente delicada entre las compañías más pequeñas, que componen gran parte del tejido empresarial español. "En este caso, las opciones para acceder a la financiación son más limitadas y esto hace más probable que los problemas de liquidez acaben degenerando en problemas de solvencia", explica.
HOGARES
Por el lado de los hogares, las rentas más bajas ya han comenzado a reducir sus gastos para hacer frente a gastos básicos como la factura de la luz, que se mantiene desde hace meses en niveles históricos. Las rentas medias y altas no han variado sustancialmente sus niveles de gasto, pero sí han empezado a tirar de ahorros y a reducir la cantidad acumulada para el futuro. De ambas cosas da cuenta el Banco de España en su reciente informe "El impacto del repunte de la inflación y de la guerra sobre las perspectivas económicas de los hogares españoles".
La inflación está detrás de buena parte de ese cambio. La renta disponible y el poder adquisitivo de los hogares se están reduciendo a marchas forzadas y el sector financiero teme que llegue un momento que no puedan hacer frente a los préstamos contraídos y las hipotecas. El riesgo en este punto es que muchos caigan en el sobreendeudamiento o que queden excluidos de la financiación tradicional y se vean obligados a recurrir a opciones como los microcréditos o las tarjetas revolving, cuyos intereses son más elevados que los de los créditos tradicionales.
BANCOS
En opinión de Alberto Valle, el final de la jovenlandesatoria concursal y la de los créditos ICO, junto con el fin de la jovenlandesatoria hipotecaria y la pérdida de poder adquisitivo de los hogares por la inflación "son los principales puntos de presión para la jovenlandesesidad de las entidades".
El fantasma de los impagos y la jovenlandesesidad revive estas semanas en el sector, pero a diferencia de la anterior recesión, los bancos esta vez no han perdido de vista la ratio de jovenlandesa; prueba de ello es que en el primer semestre del año han reducido la tasa hasta niveles que hacía tiempo que no se veían.Ninguno de los grandes bancos supervisados por el BCE en el primer semestre del año rebasaron una tasa de impago del 4%. En ese nivel se situó BBVA, frente al 3,8% del Santander, el 3,2% de CaixaBank o el 2,1% de Bankinter.
"La posición de las entidades en cuanto a la jovenlandesesidad es mucho mejor que hace seis años. Ahora este aspecto no haría peligrar el sistema bancario español", asegura el experto de Accuracy. Entre otras cosas, porque las entidades se han vuelto más cautas a la hora de conceder crédito y han elevado las exigencias a los prestatarios. "Además, están llevando a cabo una buena estrategia de desinversión en el mercado secundario, con la venta de carteras de activos dudosos a precios muy buenos", apunta Valle.
No obstante, aunque la jovenlandesesidad no es la principal preocupación actual en el sector, el Banco de España sigue llamando a la prudencia y a mantener ciertos niveles de provisiones para evitar situaciones incómodas. "El rápido levantamiento de los tipos de interés de los principales bancos centrales del mundo dará lugar a cierta recesión económica y habrá que ver con qué virulencia pudiera afectar a España, a su consumo interior y, finalmente, al pago de deudas a tiempo con el correspondiente aumento de la jovenlandesesidad", recoge un análisis de la consultora Neovantas. "Todo ello conllevará a unas mayores provisiones por parte de la gran banca española, como ya está haciendo la banca americana, que está dando lugar a una caída de sus beneficios", añade.
