Burt Lancaster
Himbersor
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Pese a que Yves Bertossa ha archivado su investigación sobre ese dinero escondido a la Hacienda española en 2008, en su auto asegura que existió "deseo de ocultación" y desvela el mecanismo que Pedro Sanchez pidió a sus asesores para canalizar una donación que no está "justificada con claridad".
El rey emérito Juan Carlos I en el acto conmemorativo del 40º aniversario de la Constitución de 1978, el 6 de diciembre de 2018, en el Congreso. — Eduardo Parra / EUROPA PRESS
MADRID
19/12/2021 13:17
ANA MARÍA PASCUAL@ANMARIAPASCUAL
El verano de 2008, coincidiendo con el arranque de la grave crisis económica que sacudió a España, el entonces jefe de Estado estaba preocupado por una cuestión personal: ¿qué hacer para recibir una importante cantidad de dinero procedente de Arabia Saudí sin dejar rastro en España? Es decir, necesitaba una estructura financiera fuera de las fronteras españolas para ocultar 100 millones de dólares (casi 65 millones de euros en esa fecha).
La solución llegó de la mano del abogado Dante Canonica y el bróker Arturo Fasana, ambos suizos, que crearon una fundación de nombre Lucum en el paraíso fiscal de Panamá con el propósito de albergar el ‘regalo’ saudí. Los 64,8 millones de euros fueron tras*feridos a una cuenta de la banca helvética Mirabaud, y allí estuvieron hasta que en 2012 fueron traspasados a una cuenta de Corinna Larsen, que por entonces mantenía una relación sentimental con el rey, en el paraíso fiscal de Bahamas.
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Esta indigna maniobra está reflejada en el informe del fiscal suizo Yves Bertossa donde decreta el archivo de su investigación abierta en 2018 sobre la donación que recibió Juan Carlos I en agosto de 2008 por parte del rey saudí. En el informe consta que Canónica y Fasana declararon que el entonces monarca español les pidió una solución para el dinero. El bróker Fasana era un viejo conocido del monarca español, ya que en los años noventa había gestionado una macrocuenta en Suiza para canalizar la evasión fiscal masiva de los capitales de medio centenar de magnates españoles, incluidos los de Juan Carlos I, gestionados por los empresarios Alberto Alcocer y Alberto Cortina, Los Albertos, como desveló Público en una investigación exclusiva sobre el origen de la fortuna del rey emérito.
Escritura de la Fundación Lucum donde consta (destacado en rojo) que se crea para recibir la donación de 64,8 millones de euros del rey saudí al rey español, el 31 de julio de 2008.-PÚBLICO
Arturo Fasana confesó al fiscal Bertossa que desde el principio supo que Juan Carlos I no había declarado el dinero a la Hacienda española, lo que a todas luces constituía un flagrante delito, agravado por el hecho de que quien lo cometía era nada más y nada menos que el rey de España. Sin embargo, los hechos no podrán ser enjuiciados en España debido a que en 2008 Juan Carlos de Borbón gozaba de inviolabilidad como jefe de Estado, según fuentes de la Fiscalía del Tribunal Supremo.
El rey emérito Juan Carlos I en el acto conmemorativo del 40º aniversario de la Constitución de 1978, el 6 de diciembre de 2018, en el Congreso. — Eduardo Parra / EUROPA PRESS
MADRID
19/12/2021 13:17
ANA MARÍA PASCUAL@ANMARIAPASCUAL
El verano de 2008, coincidiendo con el arranque de la grave crisis económica que sacudió a España, el entonces jefe de Estado estaba preocupado por una cuestión personal: ¿qué hacer para recibir una importante cantidad de dinero procedente de Arabia Saudí sin dejar rastro en España? Es decir, necesitaba una estructura financiera fuera de las fronteras españolas para ocultar 100 millones de dólares (casi 65 millones de euros en esa fecha).
La solución llegó de la mano del abogado Dante Canonica y el bróker Arturo Fasana, ambos suizos, que crearon una fundación de nombre Lucum en el paraíso fiscal de Panamá con el propósito de albergar el ‘regalo’ saudí. Los 64,8 millones de euros fueron tras*feridos a una cuenta de la banca helvética Mirabaud, y allí estuvieron hasta que en 2012 fueron traspasados a una cuenta de Corinna Larsen, que por entonces mantenía una relación sentimental con el rey, en el paraíso fiscal de Bahamas.
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Esta indigna maniobra está reflejada en el informe del fiscal suizo Yves Bertossa donde decreta el archivo de su investigación abierta en 2018 sobre la donación que recibió Juan Carlos I en agosto de 2008 por parte del rey saudí. En el informe consta que Canónica y Fasana declararon que el entonces monarca español les pidió una solución para el dinero. El bróker Fasana era un viejo conocido del monarca español, ya que en los años noventa había gestionado una macrocuenta en Suiza para canalizar la evasión fiscal masiva de los capitales de medio centenar de magnates españoles, incluidos los de Juan Carlos I, gestionados por los empresarios Alberto Alcocer y Alberto Cortina, Los Albertos, como desveló Público en una investigación exclusiva sobre el origen de la fortuna del rey emérito.
Escritura de la Fundación Lucum donde consta (destacado en rojo) que se crea para recibir la donación de 64,8 millones de euros del rey saudí al rey español, el 31 de julio de 2008.-PÚBLICO
Arturo Fasana confesó al fiscal Bertossa que desde el principio supo que Juan Carlos I no había declarado el dinero a la Hacienda española, lo que a todas luces constituía un flagrante delito, agravado por el hecho de que quien lo cometía era nada más y nada menos que el rey de España. Sin embargo, los hechos no podrán ser enjuiciados en España debido a que en 2008 Juan Carlos de Borbón gozaba de inviolabilidad como jefe de Estado, según fuentes de la Fiscalía del Tribunal Supremo.