Heteropatriarca
Madmaxista
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She Sounds, un festival de música de mujeres en Madrid, se presenta para ¿mostrar una nueva fusión de músicas? ¿revivir folk olvidado? ¿solucionar el conflicto con la IA?...
Claro que no. Es un festival feminista. Las organizadoras hacen lo que saben que les da dinero público: quejarse, victimizarse, mirarse el ombligo, insultar a los hombres, etc.
Las mujeres de la música toman la palabra con un nuevo MeToo en el horizonte
The Music Station acoge She Sounds, un ciclo de cinco días de actuaciones y conferencias sobre el papel femenino en la industria musical
La industria de la música siempre ha sido un mundo históricamente dominado por hombres, en el que aún a día de hoy se ven actitudes y comportamientos machistas. Son muchas las mujeres que denuncian tratos discriminatorios o dificultades añadidas a la hora de desenvolverse en este sector, pero también son cada vez más las iniciativas destinadas a empezar a cambiar las cosas con contundencia. Una de ellas es She Sounds, un ciclo de charlas y actuaciones que debutó el año pasado en The Music Station (el 'hub' musical en la estación de Príncipe Pío), y que este año celebra su segunda edición con una nueva tanda de artistas y profesionales de la industria musical que compartirán sus experiencias, éxitos y desafíos con el fin de empoderar y motivar a las futuras generaciones.
Todas las propuestas son de acceso gratuito (gratuito = lo pagas tú) previa descarga de invitación, y podrán seguirse en directo a través de un canal de YouTube. «Creo que aún falta un largo camino para lograr una igualdad en todos los ámbitos de la música», dice la cantante y compositora Yarea, que actuará en She Sounds este jueves (19.30h) junto a compañeras como Tanxugueiras, Barbara Bandeira, Gala Nell, Lusillon, Elena Rose o Anna Colom.
Yami Safdie, otra vocalista y compositora que actúa el jueves, está de acuerdo en que la mujer empieza en desventaja, «desde el hecho de no tener tantos referentes femeninos como tienen los hombres» en la industria. (Iba a poner referentes de flamenco, de pop o de rock pero me iba a tirar toda la mañana, pero para qué, es obvio que esta tía, muy conocida en su casa, no los ha buscado).
Una de las conferenciantes, Leila Cobo: «coinciden en que la mujer siempre tiene más 'condiciones', por decirlo así». Y pone ejemplos: «Siempre tienen que verse elegantes o sexys o arregladas». El terremoto Rubiales seguramente se deje notar en She Sounds, y tal como apunta Yarea, quizá sea un buen momento para abrir el melón del MeToo que la industria musical española lleva retrasando demasiado tiempo. Muchas chicas pueden tener miedo de generar conflicto, de ser mal vistas, o de perder oportunidades y trabajo por hablar de experiencias que han vivido», pero desea que «el movimiento MeToo vaya creciendo cada vez más en la industria, y aquí estaremos para apoyarlas.
Es decir tiene que haber una criminalización del hombre, sin presunción de inocencia, sí o sí. Como dice @AYN RANDiano2 un juicio, con presunción de inocencia, abogado, juez y pruebas a cargo de la acusación es una cosa muy de derechas, mucho más progresista es condenar en las redes. Hay que estar muy loco para juntarse con estas mujeres que apenas hablan de música.
Claro que no. Es un festival feminista. Las organizadoras hacen lo que saben que les da dinero público: quejarse, victimizarse, mirarse el ombligo, insultar a los hombres, etc.
Las mujeres de la música toman la palabra con un nuevo MeToo en el horizonte
The Music Station acoge She Sounds, un ciclo de cinco días de actuaciones y conferencias sobre el papel femenino en la industria musical
La industria de la música siempre ha sido un mundo históricamente dominado por hombres, en el que aún a día de hoy se ven actitudes y comportamientos machistas. Son muchas las mujeres que denuncian tratos discriminatorios o dificultades añadidas a la hora de desenvolverse en este sector, pero también son cada vez más las iniciativas destinadas a empezar a cambiar las cosas con contundencia. Una de ellas es She Sounds, un ciclo de charlas y actuaciones que debutó el año pasado en The Music Station (el 'hub' musical en la estación de Príncipe Pío), y que este año celebra su segunda edición con una nueva tanda de artistas y profesionales de la industria musical que compartirán sus experiencias, éxitos y desafíos con el fin de empoderar y motivar a las futuras generaciones.
Todas las propuestas son de acceso gratuito (gratuito = lo pagas tú) previa descarga de invitación, y podrán seguirse en directo a través de un canal de YouTube. «Creo que aún falta un largo camino para lograr una igualdad en todos los ámbitos de la música», dice la cantante y compositora Yarea, que actuará en She Sounds este jueves (19.30h) junto a compañeras como Tanxugueiras, Barbara Bandeira, Gala Nell, Lusillon, Elena Rose o Anna Colom.
Yami Safdie, otra vocalista y compositora que actúa el jueves, está de acuerdo en que la mujer empieza en desventaja, «desde el hecho de no tener tantos referentes femeninos como tienen los hombres» en la industria. (Iba a poner referentes de flamenco, de pop o de rock pero me iba a tirar toda la mañana, pero para qué, es obvio que esta tía, muy conocida en su casa, no los ha buscado).
Una de las conferenciantes, Leila Cobo: «coinciden en que la mujer siempre tiene más 'condiciones', por decirlo así». Y pone ejemplos: «Siempre tienen que verse elegantes o sexys o arregladas». El terremoto Rubiales seguramente se deje notar en She Sounds, y tal como apunta Yarea, quizá sea un buen momento para abrir el melón del MeToo que la industria musical española lleva retrasando demasiado tiempo. Muchas chicas pueden tener miedo de generar conflicto, de ser mal vistas, o de perder oportunidades y trabajo por hablar de experiencias que han vivido», pero desea que «el movimiento MeToo vaya creciendo cada vez más en la industria, y aquí estaremos para apoyarlas.
Es decir tiene que haber una criminalización del hombre, sin presunción de inocencia, sí o sí. Como dice @AYN RANDiano2 un juicio, con presunción de inocencia, abogado, juez y pruebas a cargo de la acusación es una cosa muy de derechas, mucho más progresista es condenar en las redes. Hay que estar muy loco para juntarse con estas mujeres que apenas hablan de música.
